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General: LA ILUMINACIÓN.- (Lázaharo Hael)
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De: Alcoseri  (Mensaje original) Enviado: 18/02/2012 01:02
LA ILUMINACIÓN.- (Lázaharo Hael)
 
Prologo:
El presente no es una aseveración determinante o absoluta, sino
reflexiones personales sobre un tema tan importante y subjetivo como
lo es la iluminación de la consciencia.
La iluminación es una experiencia mística que va más allá de la forma,
espacio y tiempo, porque se da en niveles profundos de la consciencia,
donde las condiciones del universo material dejan de existir al
“hundirse” en el mundo interior de la consciencia pura del ser.
El presente se desarrolla bajo la luz de la Cábala, pudiendo diferir
en palabas y conceptos con otras líneas de filosofía mística, pero en
esencia pudiese llegar a ser lo mismo.

“LA ILUMINACIÓN”

Mucho se ha escrito sobre “La Iluminación”, llegando a confundir la
verdad con la fantasía.
Los que posiblemente hayan pasado por la “experiencia” de la
iluminación, se abstienen de hablar abiertamente, y solo lo hacen
“modestamente” en forma simbólicamente alegórica y socrática, dejando
a quien los escucha encontrar por ellos mismos las respuestas a sus
preguntas y la inquietud por esforzarse en avanzar sobre el “sendero”
y alcanzar la verdadera “Iluminación”.

En la cábala, Malkuth es la sephirah de la manifestación, aquí es
donde vive el hombre encarnado, el mundo tridimensional de las formas
condicionadas por el tiempo y el espacio.
El universo cobra existencia para el hombre a través de sus sentidos y
una consciencia encarnada que fue formada bajo conceptos y formas,
siendo en estos términos que el hombre común percibe su realidad.

Alegóricamente se dice que “Dios deseo conocerse y formo un espejo
para verse reflejado en él”, la cábala es un símbolo alegórico del
universo y del hombre la cual está compuestos entre otras cosas, por
diez sephirot, veinte y dos senderos, cuatro mundos, tres triángulos y
tres columnas, “Jakin” la columna de la “misericordia”, “Boaz” la
columna de la “severidad” o “el rigor”, y la columna central llamada
“indulgencia”, que es la que equilibra, concilia y armoniza los
opuestos.

La columna central, está integrada por los siguientes sephiroth,
Kether la corona, Daat intelecto, Thipareth belleza, Yesod el cimiento
y Malkuth el reino, sephirah de la manifestación, todas ellas estados
de consciencia y reflejos de la sephirah anterior; se dice que para
alcanzar la iluminación se debe tener consciencia en las tres
sephiroth más Daat, porque en última instancia, la “luz” baja desde
Kether y cualquier interrupción en alguna parte intermedia sería
suficiente para que la “luz” no llegara a Malkuth.

El Sepherh Yetzirah dice” Diez son los sephiroth, no nueve, Diez son
los sephiroth, no once”, pero para los propósitos del presente, es
necesario considerar la “sephirah” Daat, la cual se conoce también
como “la sephirah invisible” o “la no sephirah” y que forma parte del
sendero central, el sendero de “la consciencia”, “la iluminación” o
“El vuelo de la flecha”; los cabalistas manejan varios subterfugios,
como considerar al árbol completo como una sephirah más, llegando a
sumar treinta y tres los senderos; Esto último se debe a que el árbol
sephirotico completo se considera una sephirah de un árbol mayor.

“Casi” todo cuanto el hombre perciba de los mundos superiores y
sutiles deberá bajarlos al concepto de tiempo y espacio de la forma
para ser comprendidos por su “consciencia cerebral”, el hombre
encarnado vive en Malkuth y es desde ahí que deberá iniciar la
búsqueda de la “iluminación”.

Consideremos a Dios como un dinamo que genera una flujo de energía
llamada “electricidad” y “magnetismo” que es la que da existencia al
universo, pero siendo el hombre un ser con mente y consciencia, debe
hacer “tierra” bajando sus percepciones “cósmicas” a la forma y
conceptos para hacerlas comprensibles a su consciencia encarnada.

Cuando una persona ve una figura incompleta, como por ejemplo, una
luna creciente, la mente del hombre continúa las líneas de la
circunferencia visualizando mentalmente la figura completa, otra
cualidad de la mente humana, es la de atraer ideas afines a una idea
sostenida en la mente, lo anterior, se da en la proporción justa del
grado evolutivo y el bagaje cultural con que ha sido formado el
hombre.

El concepto de la “iluminación” se refiere a la comprensión de las
ideas del hombre bajo la “luz” de una consciencia superior; El hombre
debe presentar sus preguntas al cósmico y excitarlo para que responda,
de lo contrario, el cósmico no responderá.
Malkuth es la novia que excita y seduce al novio cósmico para que la
fertilice o fecunde con sus efluvios divinos.
Lo anterior explica en parte el suceso alegórico de la biblia y del
Sepher Yetzirah cuando narra que los Hijos de Dios o los Ángeles,
fueron seducidos por la belleza de las hijas del hombre, y bajando en
el monte Hermón, en los montes de Sión tomaron mujeres como esposas y
engendraron gigantes como hijos… Aunque bien saben algunos, que lo
anterior tiene relación con la creación de lo creado, pero para fines
del presente es útil.

Las ideas generadas desde Malkuth son inicialmente objetivas, pero
cuando son vistas desde los tres sephiroth superiores, se aprecian las
subjetividades que la mente objetiva no le ha sido posible observar,
lo mismo sucede cuando estás mismas ideas son vistas desde tipheret,
la sephirah de la espiritualidad, donde todo cobra valor no sobre el
beneficio personal, sino colectivo o universal, donde se ve la esencia
de la espiritualidad subyacente a las formas de Malkuth, porque a fin
de cuentas, el hombre debe comprender que las formas materiales solo
son el aspecto denso de lo espiritual.

Todo cuanto existe proviene de Atziluth el mundo de los arquetipos
divinos, de Kether, la corona, el punto más alto del árbol cabalístico
y anterior a los tres velos que cubren el rostro divino de Dios, y
siendo arquetipos, van cobrando forma conforme descienden, pero el
hombre conforme asciende en consciencia, se va alejando de Assiah el
mundo de la manifestación de la forma representado por Malkuth, y se
va adentrando en los mundos sutiles de la no forma, de la subjetividad
de la consciencia pura del ser, donde la “luminosidad” es más intensa
sin los velos de la materia.

Cuando el hombre inicia a tener consciencia desde otros “planos” el
conocimiento directo del ser, se hace manifiesto en breves flashazos
de luminiscencia sobre nuestras ideas ampliándolas y dándoles más
profundidad ante nuestros ojos; quizás algún Frater perciban lo
anterior, sin haber aparentemente una idea objetiva como inicio, pero
en ocasiones no somos conscientes de que el punto focal que atrae la
luz, es un corolario invisible de una idea visible en nuestra mente.

Existe una orden tan hermosa como la Rosa y tan profunda en sus
enseñanzas como la Cruz, que le dice a sus miembros de grado “neófito”
que sus grados son nueve, pero conforme avanza en grados se da cuenta
el “neófito” que no son nueve, sino que del decimo grado en adelante
el verdadero conocimiento lo abrevaran en forma psíquica de lo
profundo del cósmico a través de su propio ser.

El hombre formado en un mundo de formas, le es más fácil comprender
las cosas tangibles y concretas que las abstracciones propias del
espíritu, de ahí que personas con amplio conocimiento, crearon y
heredaron ceremonias iniciáticas donde la intencionalidad es elevar la
consciencia del iniciante hacia los mundos abstractos del ser; El
simbolismo alegórico del ritual y las “herramientas” que se utilizan
como espadas, copas, pantáculos, túnicas, actos y palabras entre otras
cosas, sirven para focalizar la consciencia y puedan con más facilidad
comprender las fuerzas abstractas y psicológicas que se pretende
despertar en él.
La diversidad en los diferentes sephiroth, es aparente, pues la fuerza
o esencia, es única, siendo su manifestación diferente por las
características de la sephirah o plano donde se manifiesta; el hombre
es la síntesis de la creación, es todo el árbol sephirotico, y en él
existen todas las fuerzas existentes en el universo, de ahí que la
intencionalidad de las iniciaciones, sea despertar aquellas fuerzas
que ya existen en forma latente dentro de él, y la iluminación es
volverse consciente y en control perfecto de lo que él es en plenitud
divina; Todos los sephiroth son Kether y todo cuanto existe es Dios…
“El que tenga oídos para oír, oiga” Lc. 8.8.

Teúrgos y místicos buscan la “iluminación” por diferentes senderos. El
teúrgo asciende el árbol cabalístico sobre el sendero de las
serpientes, las cuales parten desde Malkuth en forma ondulante sobre
las columnas de la fuerza y la forma, “Jakin” y “Boaz”, mientras que
el místico lo hace siguiendo el sendero de “El vuelo de la flecha” o
sea por el pilar de en medio, la columna de la consciencia.

Dion Fortune en su libro “La Cábala Mística” nos dice: “La devoción es
un factor importantísimo en el camino de la iniciación que conduce a
la consciencia superior, la devoción puede definirse como el amor a
algo superior a nosotros mismos; algo que suscita nuestro idealismo;
lo cual, si bien desesperamos de igualarnos a él, empero nos hace
aspirar a que nos parezcamos a él, “contemplando como en un espejo, la
gloria del señor, se transforma en la misma imagen, una gloria tras
otra”. Cuando un contento emocional más fuerte se funde con la
devoción y se convierte en adoración, nos transporta a través del
abismo establecido entre lo tangible y lo intangible, y nos permite
aprehender cosas que el ojo no vio ni el oído oyó”.

Malkuth, Yesod, y Thipareth son comúnmente representados
simbólicamente en las logias, por tres escalones o peldaños que
conducen a la Shekina o el Ara, pequeño altar ubicado en el centro del
templo y donde usualmente el recipiendario hace sus juramentos y
recibe sus iniciaciones.
La sephirah Thipareth se encuentra en el centro del árbol sephirotico
y se le considera al hijo que es reflejo del padre, Kether.
Thipareth es la sephirah de los Cristos, los dioses solares y
redentores de la humanidad, de ahí que se diga que los que han
recibido la iniciación de Thipareth les han sido revelados los
misterios de la crucifixión.
Uno de sus símbolos de Thipareth es la Rosacruz cuya rosa contiene
veinte y dos pétalos, como veinte y dos son los senderos que unen los
diez sephiroth de la cábala, e igualmente es el numero de letras que
contiene el alfabeto hebreo que según el Sefer Yetzirah encierran el
misterio de la creación.

Existe una importante orden de Arquitectos y Constructores que en el
momento culminante de la iniciación del grado de “aprendiz” el
Venerable Maestro pregunta ¿Que pedís para el recipiendario? El taller
en pleno responde “La luz Venerable Maestro”, acto seguido hace la
misma pregunta al Venerable Orador, y este contesta “La Gran Luz
Venerable Maestro”, entonces el Venerable Maestro expresa “hágase la
luz”; lo anterior es considerado como el renacimiento de una persona
común en otra persona nueva, con valores morales más firmes y
exaltados, con una nueva norma de conducta más correcta con
compromisos propositivos con el taller, la humanidad y Dios; pero esto
es un modo de explicar a un “aprendiz”, porque no es posible explicar
por palabras aquello que es propio de la experiencia personal, y sobre
todo, no cuenta aún con el conocimiento necesarios para comprender el
significado tan profundo de la palabra “Fiat Lux”… ¿Cómo describir
aquello que las palabras no alcanzan a expresar? Solo el simbolismo
alegórico del misticismo se acerca a este propósito.

El hombre entre más grande es, más grande es la sombra que proyecta y
que le sigue. Ascender la “montaña” en pos de la iluminación implica
el riesgo de “caer” más abajo de donde inicio su andar, porque el
conocimiento y poder, tiene implícitos una de las tentaciones más
grandes que el hombre deberá enfrentar, ésta es la interpretación de
la parábola cuando el Cristo fue tentado en la cúpula del templo por
Satanás. La vida y viacrucis del Cristo es el sendero que todo hombre
deberá recorrer antes de escapar a la rueda de las reencarnaciones.

Thiperath siendo la sephirah central, se le conoce como “la
consciencia mediadora” dado que es el punto de contacto del “yo
superior” con el “yo inferior”, todo lo anterior bajo otras líneas de
expresión, a Thipareth pudiese comparar con la consciencia universal o
la consciencia cósmica.

Todo hombre es llamado a ser algún día Cristo, por ello, muy
“posiblemente” la iniciación más elevada que puede alcanzar sea la de
Thipareth, alcanzando la consciencia pura del ser, la consciencia
Cristica y convirtiéndose en reflejo directo de Kether o Eheieh.
Aspirar a ir más allá del gran abismo que separa Atziluth el mundo
divino y arquetípico del universo manifiesto, es invadir el mundo de
la no forma, donde al hombre sobre la tierra no le es posible ni
siquiera imaginar… y se dice que el que recibe la iniciación de
Kether, no regresa como Elías. 2 R 2:11.

“Fiat Lux”.

Lázaharo Hael.

Culiacán, Sinaloa. México. A 17 de febrero del 2012.

Nota:
No escribo para todos, sin embargo, todos son invitados a leer.
El presente son reflexiones y meditaciones personales, no
necesariamente es la opinión de la orden.
Quien posea la experiencia de la “iluminación”, con tolerante bondad
comprenderá la intencionalidad del presente.

Glosario:
ILUMINACIÓN, en sentido amplio, significa adquisición de nueva
sabiduría o entendimiento, acompañado de una sensación de plenitud.
Conviene diferenciar, sin embargo, los dos conceptos distintos que
cubre esta acepción:
• la iluminación intelectual (en alemán, Aufklärung). En este sentido,
es esclarecimiento interior, experimental o racional, pero no místico.
Es poner en claro, llegar al fondo y dilucidar un asunto o una
doctrina. Se debe reconocer la diferencia entre iluminación y
aprendizaje (que también es la adquisición de nuevo conocimiento)
• la iluminación espiritual (en alemán, Erleuchtung), que —en sentido
religioso— es la experiencia de lo divino, sentir la presencia de
Dios. Esta experiencia se manifiesta en paz, amor, felicidad o sentido
de unidad con el universo. Es un esclarecimiento interior, que puede
ser místico (o no); y
o En algunos contextos se utiliza el término autorrealización, que es
un calco del idioma inglés.

EL SEFER YETZIRÁ, (en Hebreo “Libro de la Formación” o “Libro de la
Creación”, ספר יצירה) “Yetzirah” es literalmente traducido como
“Formación”, es el título del primer libro existente sobre esoterismo
judío. También llamado "Libro de Abraham", a quien se atribuye sus
enseñanzas transmitidas de modo oral, es junto con el Zohar, la
principal obra del esoterismo judío, la Kabbalah.
Podemos encontrar una introducción a la Cábala para iniciados en el
estudio de las letras hebreas y su significado. La versión resumida
también incluye los Nombres Divinos del árbol sefirótico (conjunto de
esferas que explican los atributos de Dios, así como los 32 senderos
de sabiduría y las 22 letras del alfabeto hebreo), correspondientes a
cada sefira.- Enciclopedia Wikipedia.

 

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De: Alcoseri Enviado: 31/03/2012 05:44


 
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