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General: Sociedad Secreta de los Tekton
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De: Alcoseri (Mensaje original) |
Enviado: 07/04/2012 22:54 |
La Sociedad Secreta de los Tekton
La palabra «arquitectura» proviene del griego αρχ (arch, cuyo significado es ‘jefe’, ‘quien tiene el mando’), y τεκτων (tekton, es decir, ‘albañil’ o ‘carpintero’).
Mucho se ha dicho y escrito muchísimo acerca del Carpintero Jesucristo, su vida y su obra, y siempre se resalta mucho el hecho de que fue un carpintero, nunca percibimos si efectivamente fue operativo o especulativo. De sus años perdidos y sus años públicos, sobre su muerte y su resurrección y sobre su capacidad de obrar milagros. Pero también hay un gran personaje desconocido y del que poco se habla en las escrituras, de José el carpintero y padre adoptivo de Jesucristo.
Tenemos que partirnos a Evangelios Apócrifos para acercarnos a la vida, obra y muerte de este gran hombre que se encontró con hechos inexplicables y como veremos más adelante con hechos que le desbordaron completamente. ¿Quién fue José el carpintero?.
Seguramente San José era miembro de una Sociedad Secreta de Carpinteros Especulativos, tan poderosa su influencia que hasta nuestros días ejerce una notable influencia mística, hay claros indicios que Esta Orden Secreta aún existe, el Señor Gurdjieff alguna vez habló “En su Libro Encuentros Con Hombres Notables”de que uno de sus compañeros de búsqueda se dirigió precisamente a esa Sociedad en Israel, en los libros Sufís se habla frecuentemente de Nazar Joseph y de Ben Nazar Joseph – esto es el albañil José y su Hijo (Ben o Bin) Albañil, aludiendo a Jesús.
Para poder hacernos una idea de quién fue este Carpintero vamos a basarnos en un texto apócrifo llamado "Historia de José el Carpintero" de la que se conservan dos versiones, una en copto y otra en árabe. Se trata de dos versiones de un texto original escrito en griego cuyo rastro se ha perdido.
Cuenta este texto que existía un hombre llamado José el Carpintero , originario de Belén, ciudad de Judá y del rey David. Era instruido y sabio en la doctrina de la ley, y sacerdote del templo del señor (dato que no aparece en otros textos revelados). Desempeñaba el oficio de carpintero y, según es costumbre de todos los hombres, se casó – Y tuvo su mujer, y sus hijos e hijas: cuatro varones y dos hembras. Judas, Justo, Santiago y Simón; las hijas eran Asia y Lidia. Debora esposa de José el justo, murió y José trabajaba para sacar a sus hijos adelante.
Seguimos leyendo en el texto que cuando José enviudó, María había cumplido doce años. Sus padres la habían presentado en el templo del Señor cuando tenía tres, donde permaneció hasta que entró en la adolescencia. Entonces los sacerdotes buscaron un hombre "justo y temeroso de Dios" para confiarle a María hasta el momento del matrimonio, para que no le ocurriera en el templo lo que les pasaba a las mujeres (la menstruación), pudiera ensuciar con su sangre el recinto sagrado y Dios se irritase con ellos.
Los sacerdotes del templo enviaron mensajeros y convocaron a doce ancianos de la tribu de Judá, cayéndole la suerte a José el Justo. Entregaron a María a José hasta el momento del matrimonio. En otros textos se dice que entregaron a María a José y éste dijo que era muy viejo y que sería el hazmerreír de todo Judá, lo que indica que la entregaron en matrimonio, no en "depósito" como cuenta este texto. En cualquier caso María pasó a vivir en la casa de José donde encontró a Santiago el Menor de corta edad desolado por la muerte de su madre, ella lo educó y por eso fue llamada María, madre de Santiago. Hay que recordar que este Santiago es uno de los 12 apóstoles y el primer líder de la iglesia católica según algunos textos apócrifos.
Al cumplir los 14 años María quedó embarazada de Jesús, no indica el texto presencia alguna de ángeles sino que:"encarnó en ella por un misterio que sobrepasa la comprensión de las criaturas". Transcurridos tres meses de su embarazo José volvió a casa de su lugar de trabajo y se encontró embarazada a la virgen, pensó despedirla en secreto. No comió ni bebió en aquel día debido a su espanto, tristeza y angustia.
Hay que tener en cuenta que si un hombre pensaba que su mujer le engañaba, ésta podía ser lapidada, primero sacada de la casa familiar por los pelos y luego tras pasar por unas pruebas y ver si era culpable o inocente podía ser apedreada por todo el vecindario.
Esa noche se apareció a José el ángel Gabriel indicándole que María estaba encinta por obra del espíritu Santo y que estuviera tranquilo, que no le había sido infiel. Que de su vientre nacería Jesús, el salvador y gobernador de las naciones. Tras decir esto el ángel desapareció.
Cuenta este texto que el emperador Augusto ordenó que cada persona se empadronase en su propia ciudad por lo que José y María tuvieron que marchar a sus pueblos de origen. De camino María dio a luz a Jesús en una gruta cercana a Belén, no diciendo nada más este texto sobre lo milagroso de este nacimiento. Herodes se enteró del nacimiento de Jesús (no cuenta cómo) y ordenó que lo buscaran (no que mataran a todos los niños), pero José fue puesto alerta por un ángel, huyendo a Egipto donde pasaron un año entero hasta la muerte de Herodes.
Enterados de la muerte de Herodes volvieron a Israel, más concretamente a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, donde José volvió a ejercer su profesión de carpintero y se ganaba la vida con su trabajo.
Ha habido siempre, entre las iniciaciones de oficio, una especie de querella de precedencia entre los albañiles y los talladores de piedra y los carpinteros; y si se consideran las cosas no en el aspecto de la importancia actual de estas dos profesiones en la construcción de edificios, sino en el de su antigüedad respectiva, es bien cierto que los carpinteros pueden efectivamente reivindicar el primer rango.
En efecto, las construcciones, de manera muy general, fueron de madera antes de ser de piedra y ello es lo que explica que, en la India especialmente, no se encuentra ninguna huella de las que remontan más allá de cierta época.
Tales edificios eran evidentemente menos duraderos que los construidos en piedra; también el empleo de la madera corresponde, entre los pueblos sedentarios, a un estadio de menor fijeza que el de la piedra, o, si se quiere, a un menor grado de "solidificación", lo que está muy de acuerdo con el hecho de relacionarse con una etapa anterior en el curso del proceso cíclico
Esta observación, por simple que pudiese parecer en sí misma, está muy lejos de carecer de importancia para la comprensión de ciertas particularidades del simbolismo tradicional: es así cómo, en los más antiguos textos de la India , todas las comparaciones referentes al simbolismo constructivo son siempre sacadas del carpintero, de sus útiles y de su trabajo; y Vishvakarma, el "Gran Arquitecto" mismo, es designado también con el nombre de Twashtri, que es literalmente el "Carpintero". Va de por sí que la función del arquitecto (Sthapati, que además es primitivamente el maestro carpintero) no es en nada modificada por ello, puesto que, salvo la adaptación exigida por la naturaleza de los materiales empleados, es siempre del mismo "arquetipo" o del mismo "modelo cósmico" del que hay que inspirarse, y ello ya se trate de la construcción de un templo o de una casa, de un carro o de un navío, (y, en estos últimos casos, el oficio de carpintero jamás ha perdido nada de su importancia primera, al menos hasta el empleo totalmente moderno de los metales, que representan el último grado de la "solidificación"
Evidentemente también, que ciertas partes del edificio se realicen en madera o en piedra, ello no cambia nada, si no en su forma exterior, al menos en su significación simbólica; poco importa a este respecto, por ejemplo, que el "ojo" del domo, es decir, su abertura central, sea recubierto por una pieza de madera, o por una piedra trabajada de algún modo, constituyendo una y otra igualmente y en un sentido idéntico, la "coronación" del edificio, según lo que hemos expuesto en precedentes estudios; y con mayor razón ocurre lo mismo con las piezas del carpintero que han permanecido como tales una vez que la madera ha sido sustituida por la piedra en la mayor parte de la construcción, como las vigas que, partiendo de este "ojo" del domo, representan los rayos solares con todas sus correspondencias simbólicas
Se puede pues decir que el oficio del carpintero y el del albañil, puesto que proceden en definitiva del mismo principio, proporcionan dos lenguajes parecidamente apropiados para la expresión de las mismas verdades de orden superior, la diferencia no es más que una simple cuestión de adaptación secundaria, como lo es siempre la traducción de una lengua a otra, pero, bien entendido, cuando se trata de cierto simbolismo determinado, como en el caso de los textos tradicionales de la India a los cuales hacíamos alusión anteriormente, hace falta, para comprender enteramente su sentido y su valor, saber de una manera precisa cual es, de los dos lenguajes, aquel más propiamente relacionado.
A este respecto, señalaremos un punto que nos parece tener una importancia totalmente particular; se sabe que en griego, la palabra hylê significa primitivamente "madera", y que es al mismo tiempo la que sirve para designar el principio sustancial o la "materia prima" del Cosmos, y también por aplicación derivada de ésta, a toda "materia secunda", es decir, a todo lo que desempeña en un sentido relativo, en tal o cual caso, un papel análogo al del principio sustancial de toda manifestación
Este simbolismo, según el cual aquello de lo cual está hecho el mundo es asimilado a la madera es además muy general en las más antiguas tradiciones, y, por lo que acabamos de decir, es fácil comprender su razón con relación al simbolismo constructivo: en efecto, desde el momento que de la "madera" se han sacado los elementos de la construcción cósmica, el "Gran Arquitecto" debe ser considerado antes que nada como un "maestro carpintero", como lo es efectivamente en semejante caso, y como es natural que lo sea allí donde los constructores humanos, cuyo arte, desde el punto de vista tradicional, es esencialmente una "imitación" del arte del "Gran Arquitecto", son ellos mismos carpinteros
No carece de importancia tampoco, en lo que concierne más especialmente a la tradición cristiana, el resaltar, que puede fácilmente comprenderse así que el Cristo debía aparecer como el "hijo del carpintero"; los hechos históricos, como hemos dicho muy frecuentemente, no son en suma sino un reflejo de realidades de otro orden, y solamente ello les da todo el valor del que son susceptibles; también hay ahí un simbolismo mucho más profundo de lo que se piensa de ordinario (si es que la inmensa mayoría de los cristianos tiene aún, por vagamente que sea, la idea de que puede haber en ello un simbolismo cualquiera).
Que además esa no sea más que una filiación aparente, eso mismo es exigido todavía por la coherencia del simbolismo, puesto que se trata de algo que no está en relación más que con el orden exterior de la manifestación, y no con el orden principal; es de la misma manera exactamente cómo, en la tradición hindú, Agni, en tanto que es el Avatara por excelencia, tiene también a Twashtri como padre adoptivo cuando toma nacimiento en el Cosmos; ¿y cómo podría ser de otra forma cuando este Cosmos mismo no es otra cosa, simbólicamente, que la obra misma del "maestro carpintero"?
http://groups.google.com/group/secreto-masonico
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Durante la Edad Media se dedicaron toneladas de piedra para la construcción de catedrales, iglesias, monasterios, castillos. Sólo en Francia, entre 1050 y 1350 se edificaron ochenta catedrales y quinientas grandes iglesias, además de miles de iglesias parroquiales. Pero, ¿quiénes fueron los hombres que hicieron posible la realización de tan colosales obras? Mientras que el arquitecto disfrutaba de una situación social elevada, siendo considerado un individuo que ejercía un arte liberal más que un oficio básico, los masones disponían de una serie de ayudantes o servidores a quienes los documentos se suelen referir con el término latino famuli, al tiempo que en su trabajo contaban con el concurso de un gran número de técnicos pertenecientes a otras corporaciones de oficios: carpinteros, herreros, plomeros, vidrieros, pulidores y, sobre todo, peones y carreteros. Se enumera, a mediados del siglo XII, varias categorías de obreros. Considera que la arquitectura se divide en masonería cementaria -que concierne a los canteros o tailleurs de pierre (latomus, en latín) y a los albañiles o maçons (cementarios)- y en carpintería -que concierne a los carpinteros (carpentarios) y ebanistas o meusiers (tignarios)-. A comienzos del siglo XV los carpinteros tienden a formar una verdadera aristocracia dentro de los gremios, las corporaciones, guildas o cofradías del arte de la construcción. Se establecen, entonces, dos clases o categorías de obreros: el masón superior o carpintero, que es el que trabaja la madera, y el inferior o albañil, que no posee la misma formación y que está encargado principalmente de colocar piedras. Y dentro del masón superior o carpintero, se distingue entre el artista que trabaja la madera fina de adorno y el picapedrero, que trabaja la piedra dura de sillería. Entre los masones superiores o carpinteros medievales que trabajaban en una obra eran muy frecuentes las migraciones. Por ejemplo, para la construcción en Alemania del monasterio de Schildesche, en Westfalia, fundado en 940, se hacen venir de las Galias fabri murarii et cementarii, y a principios del siglo XI, se , hace construir la capilla de San Bartolomé per graecos operarios (trabajadores griegos). La movilidad que se constata entre los obreros de la madera nos recuerda que los carpinteros no sólo eran libres, sino que en muchos casos eran independientes, con lo que escapaban a la organización gremial de las ciudades que los empleaban. Esta independencia de los constructores de catedrales con una organización propia nos conduce a la institución de la logia, término que en principio designaba el recinto donde se reunían los masones que trabajaban en una obra
Mucho se ha dicho y escrito muchísimo acerca del Carpintero Jesucristo, su vida y su obra, y siempre se resalta mucho el hecho de que fue un carpintero, nunca percibimos si efectivamente fue operativo o especulativo. De sus años perdidos y sus años públicos, sobre su muerte y su resurrección y sobre su capacidad de obrar milagros. Pero también hay un gran personaje desconocido y del que poco se habla en las escrituras, de José el carpintero y padre adoptivo de Jesucristo.
Tenemos que partirnos a Evangelios Apócrifos para acercarnos a la vida, obra y muerte de este gran hombre que se encontró con hechos inexplicables y como veremos más adelante con hechos que le desbordaron completamente. ¿Quién fue José el carpintero?.
Seguramente San José era miembro de una Sociedad Secreta de Carpinteros Especulativos, tan poderosa su influencia que hasta nuestros días ejerce una notable influencia mística, hay claros indicios que Esta Orden Secreta aún existe, el Señor Gurdjieff alguna vez habló “En su Libro Encuentros Con Hombres Notables”de que uno de sus compañeros de búsqueda se dirigió precisamente a esa Sociedad en Israel, en los libros Sufís se habla frecuentemente de Nazar Joseph y de Ben Nazar Joseph – esto es el albañil José y su Hijo (Ben o Bin) Albañil, aludiendo a Jesús.
Para poder hacernos una idea de quién fue este Carpintero vamos a basarnos en un texto apócrifo llamado "Historia de José el Carpintero" de la que se conservan dos versiones, una en copto y otra en árabe. Se trata de dos versiones de un texto original escrito en griego cuyo rastro se ha perdido.
Cuenta este texto que existía un hombre llamado José el Carpintero , originario de Belén, ciudad de Judá y del rey David. Era instruido y sabio en la doctrina de la ley, y sacerdote del templo del señor (dato que no aparece en otros textos revelados). Desempeñaba el oficio de carpintero y, según es costumbre de todos los hombres, se casó – Y tuvo su mujer, y sus hijos e hijas: cuatro varones y dos hembras. Judas, Justo, Santiago y Simón; las hijas eran Asia y Lidia. Debora esposa de José el justo, murió y José trabajaba para sacar a sus hijos adelante.
Seguimos leyendo en el texto que cuando José enviudó, María había cumplido doce años. Sus padres la habían presentado en el templo del Señor cuando tenía tres, donde permaneció hasta que entró en la adolescencia. Entonces los sacerdotes buscaron un hombre "justo y temeroso de Dios" para confiarle a María hasta el momento del matrimonio, para que no le ocurriera en el templo lo que les pasaba a las mujeres (la menstruación), pudiera ensuciar con su sangre el recinto sagrado y Dios se irritase con ellos.
Los sacerdotes del templo enviaron mensajeros y convocaron a doce ancianos de la tribu de Judá, cayéndole la suerte a José el Justo. Entregaron a María a José hasta el momento del matrimonio. En otros textos se dice que entregaron a María a José y éste dijo que era muy viejo y que sería el hazmerreír de todo Judá, lo que indica que la entregaron en matrimonio, no en "depósito" como cuenta este texto. En cualquier caso María pasó a vivir en la casa de José donde encontró a Santiago el Menor de corta edad desolado por la muerte de su madre, ella lo educó y por eso fue llamada María, madre de Santiago. Hay que recordar que este Santiago es uno de los 12 apóstoles y el primer líder de la iglesia católica según algunos textos apócrifos.
Al cumplir los 14 años María quedó embarazada de Jesús, no indica el texto presencia alguna de ángeles sino que:"encarnó en ella por un misterio que sobrepasa la comprensión de las criaturas". Transcurridos tres meses de su embarazo José volvió a casa de su lugar de trabajo y se encontró embarazada a la virgen, pensó despedirla en secreto. No comió ni bebió en aquel día debido a su espanto, tristeza y angustia.
Hay que tener en cuenta que si un hombre pensaba que su mujer le engañaba, ésta podía ser lapidada, primero sacada de la casa familiar por los pelos y luego tras pasar por unas pruebas y ver si era culpable o inocente podía ser apedreada por todo el vecindario.
Esa noche se apareció a José el ángel Gabriel indicándole que María estaba encinta por obra del espíritu Santo y que estuviera tranquilo, que no le había sido infiel. Que de su vientre nacería Jesús, el salvador y gobernador de las naciones. Tras decir esto el ángel desapareció.
Cuenta este texto que el emperador Augusto ordenó que cada persona se empadronase en su propia ciudad por lo que José y María tuvieron que marchar a sus pueblos de origen. De camino María dio a luz a Jesús en una gruta cercana a Belén, no diciendo nada más este texto sobre lo milagroso de este nacimiento. Herodes se enteró del nacimiento de Jesús (no cuenta cómo) y ordenó que lo buscaran (no que mataran a todos los niños), pero José fue puesto alerta por un ángel, huyendo a Egipto donde pasaron un año entero hasta la muerte de Herodes.
Enterados de la muerte de Herodes volvieron a Israel, más concretamente a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, donde José volvió a ejercer su profesión de carpintero y se ganaba la vida con su trabajo.
Ha habido siempre, entre las iniciaciones de oficio, una especie de querella de precedencia entre los albañiles y los talladores de piedra y los carpinteros; y si se consideran las cosas no en el aspecto de la importancia actual de estas dos profesiones en la construcción de edificios, sino en el de su antigüedad respectiva, es bien cierto que los carpinteros pueden efectivamente reivindicar el primer rango.
En efecto, las construcciones, de manera muy general, fueron de madera antes de ser de piedra y ello es lo que explica que, en la India especialmente, no se encuentra ninguna huella de las que remontan más allá de cierta época.
Tales edificios eran evidentemente menos duraderos que los construidos en piedra; también el empleo de la madera corresponde, entre los pueblos sedentarios, a un estadio de menor fijeza que el de la piedra, o, si se quiere, a un menor grado de "solidificación", lo que está muy de acuerdo con el hecho de relacionarse con una etapa anterior en el curso del proceso cíclico
Esta observación, por simple que pudiese parecer en sí misma, está muy lejos de carecer de importancia para la comprensión de ciertas particularidades del simbolismo tradicional: es así cómo, en los más antiguos textos de la India , todas las comparaciones referentes al simbolismo constructivo son siempre sacadas del carpintero, de sus útiles y de su trabajo; y Vishvakarma, el "Gran Arquitecto" mismo, es designado también con el nombre de Twashtri, que es literalmente el "Carpintero". Va de por sí que la función del arquitecto (Sthapati, que además es primitivamente el maestro carpintero) no es en nada modificada por ello, puesto que, salvo la adaptación exigida por la naturaleza de los materiales empleados, es siempre del mismo "arquetipo" o del mismo "modelo cósmico" del que hay que inspirarse, y ello ya se trate de la construcción de un templo o de una casa, de un carro o de un navío, (y, en estos últimos casos, el oficio de carpintero jamás ha perdido nada de su importancia primera, al menos hasta el empleo totalmente moderno de los metales, que representan el último grado de la "solidificación"
Evidentemente también, que ciertas partes del edificio se realicen en madera o en piedra, ello no cambia nada, si no en su forma exterior, al menos en su significación simbólica; poco importa a este respecto, por ejemplo, que el "ojo" del domo, es decir, su abertura central, sea recubierto por una pieza de madera, o por una piedra trabajada de algún modo, constituyendo una y otra igualmente y en un sentido idéntico, la "coronación" del edificio, según lo que hemos expuesto en precedentes estudios; y con mayor razón ocurre lo mismo con las piezas del carpintero que han permanecido como tales una vez que la madera ha sido sustituida por la piedra en la mayor parte de la construcción, como las vigas que, partiendo de este "ojo" del domo, representan los rayos solares con todas sus correspondencias simbólicas
Se puede pues decir que el oficio del carpintero y el del albañil, puesto que proceden en definitiva del mismo principio, proporcionan dos lenguajes parecidamente apropiados para la expresión de las mismas verdades de orden superior, la diferencia no es más que una simple cuestión de adaptación secundaria, como lo es siempre la traducción de una lengua a otra, pero, bien entendido, cuando se trata de cierto simbolismo determinado, como en el caso de los textos tradicionales de la India a los cuales hacíamos alusión anteriormente, hace falta, para comprender enteramente su sentido y su valor, saber de una manera precisa cual es, de los dos lenguajes, aquel más propiamente relacionado.
A este respecto, señalaremos un punto que nos parece tener una importancia totalmente particular; se sabe que en griego, la palabra hylê significa primitivamente "madera", y que es al mismo tiempo la que sirve para designar el principio sustancial o la "materia prima" del Cosmos, y también por aplicación derivada de ésta, a toda "materia secunda", es decir, a todo lo que desempeña en un sentido relativo, en tal o cual caso, un papel análogo al del principio sustancial de toda manifestación
Este simbolismo, según el cual aquello de lo cual está hecho el mundo es asimilado a la madera es además muy general en las más antiguas tradiciones, y, por lo que acabamos de decir, es fácil comprender su razón con relación al simbolismo constructivo: en efecto, desde el momento que de la "madera" se han sacado los elementos de la construcción cósmica, el "Gran Arquitecto" debe ser considerado antes que nada como un "maestro carpintero", como lo es efectivamente en semejante caso, y como es natural que lo sea allí donde los constructores humanos, cuyo arte, desde el punto de vista tradicional, es esencialmente una "imitación" del arte del "Gran Arquitecto", son ellos mismos carpinteros
No carece de importancia tampoco, en lo que concierne más especialmente a la tradición cristiana, el resaltar, que puede fácilmente comprenderse así que el Cristo debía aparecer como el "hijo del carpintero"; los hechos históricos, como hemos dicho muy frecuentemente, no son en suma sino un reflejo de realidades de otro orden, y solamente ello les da todo el valor del que son susceptibles; también hay ahí un simbolismo mucho más profundo de lo que se piensa de ordinario (si es que la inmensa mayoría de los cristianos tiene aún, por vagamente que sea, la idea de que puede haber en ello un simbolismo cualquiera).
Que además esa no sea más que una filiación aparente, eso mismo es exigido todavía por la coherencia del simbolismo, puesto que se trata de algo que no está en relación más que con el orden exterior de la manifestación, y no con el orden principal; es de la misma manera exactamente cómo, en la tradición hindú, Agni, en tanto que es el Avatara por excelencia, tiene también a Twashtri como padre adoptivo cuando toma nacimiento en el Cosmos; ¿y cómo podría ser de otra forma cuando este Cosmos mismo no es otra cosa, simbólicamente, que la obra misma del "maestro carpintero"?
Durante la Edad Media se dedicaron toneladas de piedra para la construcción de catedrales, iglesias, monasterios, castillos. Sólo en Francia, entre 1050 y 1350 se edificaron ochenta catedrales y quinientas grandes iglesias, además de miles de iglesias parroquiales. Pero, ¿quiénes fueron los hombres que hicieron posible la realización de tan colosales obras? Mientras que el arquitecto disfrutaba de una situación social elevada, siendo considerado un individuo que ejercía un arte liberal más que un oficio básico, los masones disponían de una serie de ayudantes o servidores a quienes los documentos se suelen referir con el término latino famuli, al tiempo que en su trabajo contaban con el concurso de un gran número de técnicos pertenecientes a otras corporaciones de oficios: carpinteros, herreros, plomeros, vidrieros, pulidores y, sobre todo, peones y carreteros. Se enumera, a mediados del siglo XII, varias categorías de obreros. Considera que la arquitectura se divide en masonería cementaria -que concierne a los canteros o tailleurs de pierre (latomus, en latín) y a los albañiles o maçons (cementarios)- y en carpintería -que concierne a los carpinteros (carpentarios) y ebanistas o meusiers (tignarios)-. A comienzos del siglo XV los carpinteros tienden a formar una verdadera aristocracia dentro de los gremios, las corporaciones, guildas o cofradías del arte de la construcción. Se establecen, entonces, dos clases o categorías de obreros: el masón superior o carpintero, que es el que trabaja la madera, y el inferior o albañil, que no posee la misma formación y que está encargado principalmente de colocar piedras. Y dentro del masón superior o carpintero, se distingue entre el artista que trabaja la madera fina de adorno y el picapedrero, que trabaja la piedra dura de sillería. Entre los masones superiores o carpinteros medievales que trabajaban en una obra eran muy frecuentes las migraciones. Por ejemplo, para la construcción en Alemania del monasterio de Schildesche, en Westfalia, fundado en 940, se hacen venir de las Galias fabri murarii et cementarii, y a principios del siglo XI, se , hace construir la capilla de San Bartolomé per graecos operarios (trabajadores griegos). La movilidad que se constata entre los obreros de la madera nos recuerda que los carpinteros no sólo eran libres, sino que en muchos casos eran independientes, con lo que escapaban a la organización gremial de las ciudades que los empleaban. Esta independencia de los constructores de catedrales con una organización propia nos conduce a la institución de la logia, término que en principio designaba el recinto donde se reunían los masones que trabajaban en una obra
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