El Sacerdote y el Masón – El efecto de  los rezos obligatorios  

Un día un Masón vio a un Sacerdote  acarrear a niños para obligarlos a rezar el Rosario, acto que venía repitiendo cada día justo a la 5 P.M. los niños y niñas se notaban ya molestos de tanto rezo obligado ya durante meses-

--¿Cuál es la intención de esta actividad, amigo sacerdote? -preguntó el Masón

--Hay una sequía tremenda -dijo el Sacerdote-. Esperamos que el rezo continuo del Santo Rosario  de los inocentes niños conmueva a Dios y la Santísima Virgen.

--Rezos  inocentes o culpables -respondió el Masón-, nada puede tener efecto si son obligados.

--¿Cómo puede usted  amigo masón, podrá comprobar una aserción tan arriesgada? – Gritó  el clérigo claramente irritado.

--Es fácil – contestó   el Masón-, porque si los rezos, súplicas y las intenciones dirigidas por niños obligados a rezar diariamente, con una petición aparente fueran suficientes, no quedaría un solo sacerdote sobre la tierra.

Los niños es claro prefieren ir a sus juegos que a sus  largos rezos obligados. Y si su petición mental de los niños  fuera atendida, usted amigo pastor  no estaría obligándolos.

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