Contactando con esa poderosa Gran Luz
Interior.
El descubrimiento de Nuestra Propia
Luz tiene por objeto fomentar nuestra relación directa con el Ser Consciente y expandir nuestra muy
propia identidad remediando, de ese modo, la negatividad de nuestras actitudes
profanas o mundanas habituales, haciéndonos
uno con nuestras profundidades lumínicas del Yo consciente o Yo Superior. Así apangándonos
a la idea esotérica milenaria, de la cual la Masonería es heredera directa «descubrir
y llegar a Nuestro propio y Real Yo
Interno nos permite estar en el lugar
correcto del modo correcto». Cuando mantenemos una relación correcta con esa
Gran Luz el inconsciente antes tenebroso deja de ser un monstruo diabólico ya
que, como señalaba el Eminente Q:.H:.
Carl Jung, «la sombra sólo resulta muy
peligrosa cuando no le prestamos la debida atención». Cuando mantenemos una
relación adecuada y muy correcta con la Gran
Luz interior restablecemos también el contacto con nuestros poderes y capacidades ocultas. El trabajo de contactar con nuestra Luz a partir de la
Iniciación Masónica –“Iniciación” un término acuñado para referimos al esfuerzo
constante por desarrollar una relación creativa con la Gran Luz Interior, con
esa partícula de Dios dentro de Nosotros-
nos permite: · Aumentar el autoconocimiento y, en consecuencia, aceptamos de
una manera más completa de Vida, ser uno con el Todo el Cosmos. · Conducir
adecuadamente las bajas pasiones o emociones negativas que negativamente irrumpen inesperadamente en nuestra vida
cotidiana. · Liberamos del sentimiento culpa, la envidia y la vergüenza asociadas a nuestros
sentimientos y acciones más negativas. · Reconocer que aquellas opiniones que negativamente tiñen de continuo
nuestra idea de los demás, no son más que mirarnos en un espejo al ver a
nuestro prójimo, pues criticamos sólo lo que nosotros somos. · Sanar nuestras
relaciones amistosas, familiares y sociales mediante la observación sincera de nosotros mismos
y la comunicación directa y fraterna. · Y utilizar Nuestro Poder creativo desarrollando
nuestro potencial interior -vía sueños, pintura, escritura y rituales masónicos,
música, lectura, poesía, trabajos manuales, ayuda fraterna a los demás etc.-
para hacernos dueños por fin de nuestro yo desequilibrado, esa personalidad negativa
a la que encausamos. Seguro... y muy seguros de que de ese modo dejemos de oscurecer la densidad de
la sombra colectiva con nuestras propias tinieblas personales. En el mundo de
los profanos se premia la maldad, se
galardona al que mas corazones destroza, y al que más dignidades pisotea para
llegar a una meta nunca gloriosa y siempre falsa, de ahí, naturaleza paradójica de la sombra de
nuestra personalidad como depositaria de
la oscuridad y que obstaculiza tanto el camino hacia la luz. Por esa vida
profana que niega la Luz, que niega el Alma y niega a Dios que: «El lado más mórbido, enfermizo y doliente de nuestra personalidad encierra
simultáneamente a la sombra oscura que se niega a cambiar y al redentor
interior que puede transformar nuestra
vida y modificar para bien nuestros propios valores. En cierto modo este Sabio
Maestro que todos llevamos dentro este redentor es anormal para el mundo de los
profanos porque lleva consigo algún tipo
de estigma, del darnos a los demás fraternalmente, todos juzgan de tonto al
bondadoso, y en habilidoso e inteligente al que aplasta a sus hermanos para sobresalir de los demás, en masonería que
es un laboratorio social, vemos como los infiltrados en las Logias Masónicas se van en contra del que fraternamente
destaca, quieren aniquilarlo y destrozarle,
envidan su luz y su idea de fraternizar .
Por ello el Masón puede descubrir el tesoro escondido, salvar a la gema y matar al dragón de su ignorancia. La Gran
Luz Masónica es, al mismo tiempo,
aquello que redime y el sufrimiento de no ser comprendido » Nosotros en Realidad
somos el Verbo encarnado del que habla - El Libro de la Ley dice: Juan 1:11-21 (La Biblia Reina-Valera)11 A lo suyo vino, y los suyos no le
recibieron. 12 Mas á
todos los que le recibieron, dióles potestad de ser hechos hijos de Dios, á los
que creen en su nombre: 13 Los
cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de
varón, mas de Dios. 14 Y
aquel Verbo fué hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria
como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. 15 Juan dió testimonio de él, y
clamó diciendo: Este es del que yo decía: El que viene tras mí, es antes de mí:
porque es primero que yo. 16 Porque
de su plenitud tomamos todos, y gracia por gracia. 17 Porque la ley por Moisés fué dada: mas la gracia y la
verdad por Jesucristo fué hecha. 18 A
Dios nadie le vió jamás: el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él
le declaró. 19 Y éste
es el testimonio de Juan, cuando los Judíos enviaron de Jerusalem sacerdotes y
Levitas, que le preguntasen: ¿Tú, quién eres? 20 Y confesó, y no negó; mas declaró: No soy yo el Cristo. 21 Y le preguntaron: ¿Qué pues?
¿Eres tú Elías? Dijo: No soy. ¿Eres tú el profeta? Y respondió: No.
Alcoseri.- https://groups.google.com/forum/#!forum/secreto-masonico