El Francmasón que escapó de la Prisión de las Pasiones
Un distinguido francmasón fue condenado a prisión perpetua por un delito que no había cometido.
El comportamiento del francmasón era ejemplar en prisión, los carceleros comenzaron a considerarlo como un hombre de grandes virtudes y exquisita sabiduría.
El francmasón dijo a sus guardianes: Yo soy un artesano y ustedes están mal retribuidos. Si pueden hacerme llegar materiales y hacerme de unos trozos de hojalata y lijas confeccionaré objetos decorativos que bien podrán vender en el mercado del pueblo. El producto de las ganancias lo repartiremos en beneficio de ustedes y mío; no sin antes acordarnos de los pobres.
Se le permitió así hacerse de una celda cómoda y aislada del resto de los malhechores, su esposa pudo hacerle llegar una escuadra y un compás, pues nuestro amigo francmasón artesano necesitaría de estas herramientas que le servirían en sus faenas.
Los guardianes de la prisión estuvieron de acuerdo con todo y luego de las mágicas manos del francmasón salían preciosas obras de exquisito arte, cuya venta acrecentó en mucho en beneficio de todos.
Cierto día, cuando los carceleros acudieron a su celda se encontraron con que el masón había desaparecido. Pensaron que como este hombre era un masón debía haber sido un poderoso mago.
Luego de muchos años, se aclaró con evidencias el error de su sentencia y el artesano francmasón fue absuelto. Sabiendo esto nuestro hermano masón salió de su escondite y compareció ante la Justicia. El Juez le preguntó cómo había logrado escapar.
El artesano masón dijo:
Una Fuga así sólo es posible con la adecuada planeación y el conjunto de varios factores. Mi Esposa que es mi Alma desde fuera contactó al cerrajero que había hecho las cerraduras de la Prisión. Ella gravó los diseños de las llaves en el compás y la ruta de escape en la escuadra, pues además de que mi esposa había contactado con el cerrajero, también lo había hecho con el maestro albañil constructor de la Prisión. Mi mujer que confió en que yo interpretaría adecuadamente esos secretos gravados en mis herramientas. También debía conseguir los adecuados materiales para hacer las llaves, poder fabricarlas en mi celda. Tuve que tentar la codicia y las necesidades de los carceleros, para que no adviertan mis planes.
Por una gracia de Dios “El Gran Arquitecto del Universo” el estar en Prisión fue la única forma de valorar y usar adecuadamente la escuadra y el compás, pues estas también me sirvieron para diseñar las llaves y trazar la ruta hacia mi Libertad. Pero, lo más sorprendente Señor Juez, es que estando a solas en mi prisión pude descubrir el Secreto y Verdadero significado de la Escuadra y el Compás; algo que si usted me preguntará no sabría transmitirle adecuadamente, es sólo con la experiencia y la meditación que se obtiene. Tal, es Señor Juez la Historia de mi Escape.
Pero a dónde te escondiste tanto tiempo, que nunca logramos encontrarte. Señor Juez, estuve bajo tierra en las profundidades de la misma Tierra. – Justo hoy se cumplen 33 años, de tu fuga, todos esos años estuvisteis ahí en las profundidades de la Tierra, - Pregunta el Juez – el Francmasón Artesano contesta, - Así es, ahí forje la llave de oro y con ella los signos, toques y palabras. – ¿Para qué os sirve esta llave? Pregunta el Juez o Preboste – Para abrir la caja pequeña de ébano, en donde están todos los planos necesarios para la construcción del Templo Interior – contesta el Francmasón. ¿Qué significa esto? – Pregunta el Preboste - Que sólo los Prebostes y Jueces saben ahora en dónde está depositado el corazón de Hiram Abiff. – Concluye el Francmasón.
Esta es la Historia del francmasón artesano que ya libre se unió a su amada esposa de nuevo.
Ahora, sabiendo esto; mirad con cuidado las Escuadras y Compases que están colocados sobre los Altares de vuestras Logias, pues si sabéis ver, ahí están inscritos los códigos secretos, los códigos que les abrirán las puertas hacia la Libertad.
Alcoseri
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