Ese famoso, luminoso y Eterno Egregor Francmasónico del que tanto se
nos habla en Logia.
La inmortalidad es, para la mayor parte de los seres humanos más que
una esperanza vaga, un remedio al terror que experimentan al pensar en
su aniquilamiento total.
La masonería puede aportar, en relación a la Inmortalidad del Alma,
aseveraciones concretas a esa verdad, seguridad y certeza de que algo
sublime de algunas personas sobrevive a la muerte corporal.
Lo que la masonería propone, consiste en que lo que haces aquí en
este paso por la vida terrenal impactará luego en tu vida en el más
allá. La “Masonería Regular” se sostiene sobre dos pilares
fundamentales que son: La Creencia en Dios y La Creencia en la
Inmortalidad del Alma, y a lo largo de todo el programa masónico se
refuerzan estas dos básicas ideas; en todos los grados, en todos los
catecismos y en todos los rituales.
http://groups.google.com/group/secreto-masonico
La Creencia en Dios y La Creencia en la Inmortalidad del Alma no debe
considerarse como un dogma impuesto por la Masonería, sino que estas
dos verdades son tan contundentes que no necesitan explicación alguna,
la primera es que Dios es el mismo Orden del Universo, ese Eterno
Gran Todo Cósmico que incluye Galaxias, Estrellas, Planetas, Seres y
Leyes que Gobiernan a toda la Creación, y un Inteligente Ser
Trascendente a todo esto al que llamamos los masones “EL Gran
Arquitecto del Universo”, y nosotros, todos, poseemos digamos una
chispa luminosa de este Gran Todo Inmortal.
La Masonería podría considerarse incomoda para otras formas de
pensamiento como la religiosa, puesto que mantiene la idea de que Dios
no puede ser considerado exclusivo para una sola religión; y en ese
sentido cualquier religión siempre y cuando cumplan con una ética y
una moral tendría tanta verdad como cualquier otra. Esto abriría la
posibilidad de una Religión Universal, en la cual, cualquiera podría
asistir a cualquier Mezquita, Iglesia, Sinagoga, Templo Masónico ó
reunión de cualquier otro tipo de Creencia y sentirse como en su
propio hogar y estar reverenciando exactamente al mismo Dios.
Pero hay que tener en cuenta que esa Chispa Divina que poseemos como
seres humanos, si nuestras acciones en la Tierra fueron malignas y
negligentes, esta podría ser retirada del Yo, de ese Yo que somos
ahora. Y por lo tanto, si usted obra conforme a la bondad y la
fraternidad no solo engrandecerá e inmortalizará su Alma, sino que
incrementará en mucho al Alma colectiva de la Orden Masónica; a ese
famoso, luminoso y Eterno Egregor Francmasónico del que tanto se nos
habla en Logia.
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