Primero debemos conocer nuestro objetivo: conocer nuestra meta. Sin ello, nada es posible. Debemos ser capaces de expresar nuestra meta con palabras fijarla, para estar seguro de ella. Si nuestra meta es vaga, no esta segura. Si esta segura, siempre podremos expresarla. Las palabras verdaderas nunca cambian; �Acaso cambian las palabras del Padre Nuestro? �Cambian las palabras con que nos dirigimos a nuestros ni�os, la palabra querido? Debemos ser estables, saber nuestra meta y ser capaces de formularla.
Debemos siempre tener preguntas sobre todo. Tan pronto como dejemos de tener preguntas, nos estancamos. Debemos siempre tener preguntas, pues cada vez que tenemos una pregunta, nos viene la respuesta.
Toda pregunta halla su respuesta, simplificada para nuestra comprensi�n. Si nos mantenemos abiertos y objetivos, veremos cuan sencillo es.
Las circunstancias y el conocimiento se desarrollan ahora a tal velocidad que debemos mantenernos alertas para captarlos. Es posible tener ideas, pero no progresar, sin una ense�anza que nos ayude a digerir lo que ya sabemos, a comprender lo que es el Trabajo verdadero.
No es posible lograr esto sin antes adquirir una conciencia. Esta es la Armon�a Consciente. Sin el Trabajo, la armon�a es imposible. Alguien tiene que explicarla.
Para ser conscientes no se comienza con nosotros, sino fuera de nosotros. Todo aquello que principie dentro nuestro, comienza con ego�smo. Si de mi me acuerdo antes que de ti, esto es egocentrismo. Con la conciencia traemos lo que esta fuera hacia adentro, a fin de captarlo. No podemos captar lo que ya esta dentro nuestro.
Si fu�semos sabios reflejar�amos aquello que viene de fuera. Pero no siendo sabios, no nos es posible trabajar sobre el reflejo, porque no sabemos que reflejar. Si siempre trabajamos para nuestro pr�jimo, seriamos sabios, y entonces sabr�amos que es necesario reflejar. El Trabajo verdadero es comprensi�n, en todo momento, en toda situaci�n. Un coraz�n comprensivo, tiene conciencia.
Ser verdaderamente consciente no es darnos cuenta de que �yo estoy ac� en este traje, y ese hombre est� all� en ese abrigo�. Ser verdaderamente conscientes es poner toda la atenci�n de uno en las necesidades de otros. Si cuando hablamos con alguien, toda nuestra atenci�n va hacia la otra persona, entonces estamos siendo conscientes. Si nos concentramos en nosotros mismos, no podremos estar conscientes de los dem�s. Pero si consideramos a los dem�s, ello significara que somos conscientes.
Ser conscientes es actuar con atenci�n.
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