“Dios (I)”
Conceptos de lo que es Dios, es tan abundante como mentes hay sobre la tierra; todas muy respetables y dignas de consideración.
Los símbolos como las alegorías, siempre serán polivalentes según el escenario y mente donde se presenten.
Sean indulgentes y tolerantes permitiéndome expresar algunas ideas personales sobre el tema.
El hombre le ha asignado muchas cualidades a Dios, siendo algunas de ellas la perfección, absolutes e infinitud; El hombre siendo actualmente imperfecto, relativo y finito, no le es posible conocer a Dios.
La mente circunscrita del hombre encarnado, no puede comprender a cabalidad la mente no circunscrita del universo y mucho menos la mente infinita de Dios, sin embargo, el verdadero Caballero Rosa Cruz como el Caballero Kadosch sabe que es posible en diferentes grados e intensidad, llegar a tocar a través de la meditación y por momentos fugases los linderos de la mente universal.
Desde los albores de la humanidad el hombre ha tenido múltiples Dioses, todos ellos personales, pero con la creencia absoluta de haber encontrado al Dios único y verdadero que fue origen del universo manifiesto.
Pitágoras consideraba al “cero” como un “símbolo” de Dios, pero no era la ausencia de valor alguno, sino el espacio como capacidad y potencialidad de concebir cualquier cosa dentro de él; Los Cabalistas Hebreos le llaman a Dio_ “Ain” que quiere decir la “nada” como el espacio de Pitágoras.
Desde este punto vista, Dios es “potencialidad”, pero el hombre también.
Dios como Satán son símbolos alegóricos del bien y del mal que el hombre da existencia y manifestación sobre la tierra con sus acciones, pensamientos y sentimientos.
Según el Génesis Bíblico, el hombre fue hecho a imagen y semejanza de Dios, por lo tanto, el medio más accesible para conocer a Dios es el hombre mismo.
Adán y Eva al comer del fruto del árbol de conocimiento, su “consciencia” es despertada dándose cuenta de su desnudes, a lo que Jehová Dios o los Elohim claman en asamblea: “He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal” Gn. 3:22. Entonces, desde esta óptica, tanto “Hombre como Dios son consciencia”.
El hombre es un ser no terminado, sino en formación, La evolución tiende hacia la perfección, y la perfección es divinidad, el hombre actual es imperfecto pero perfectible y en estado de evolución.
Dios es el ideal más grande y perfecto que el hombre es capaz de imaginar y que permanece oculto en la mente del hombre como “El-hombre-perfecto” a alcanzar “en” y “por” él mismo, sin embargo, éste ideal evoluciona junto con el hombre manteniendo la distancia que los separa.
El hombre debe reencontrar su identidad original perdida entre las exigencias de la sociedad, el ego, y sus propias fuerzas instintivas o básicas, para aspirar a su propia realización humana para trascender después su propia naturaleza biológica en busca de su verdadero ser o esencia, porque el hombre es más que un conglomerado de átomos que conforman su cuerpo físico, flujos electromagnéticos que corren de neuronas a neuronas, o sustancias químicas emergiendo de sus glándulas, El hombre en última instancia es consciencia, mente y razón. “Hombre conócete a ti mismo, así conocerás al universo y a los Dioses”.
Pax Vobiscum.
Lázaharo Hael,’,
Nota:
El presente son reflexiones y meditaciones personales, no representan necesariamente la opinión de la orden.
No escribo para todos, sin embargo, Todos son invitados a leer.
Culiacán, Sinaloa. México. A 29 de Noviembre del 2012.