Explicación de la conciencia y su relación con la materia. https://www.facebook.com/groups/782484798494441/
"(...) Existe una extraña simbiosis entre la materia y el sapiens, en el sentido de que ésta necesita tanto del sapiens como éste precisa de ella. En efecto, el sapiens tiene, a pesar de todo lo que ya hemos dicho, una notable diferencia con el animal puro: posee la chispa divina, lo cual lo coloca en un nivel más elevado que el animal. Por pequeña que sea la fuerza de la chispa divina en un individuo, esto provoca en él un trascendental fenómeno: posee la irradiación de la conciencia, aunque sea en escala microscópica. La conciencia es la energía irradiante de la chispa divina o esencia, y es una fuerza sutil que se desprende constantemente del hombre, tal como la luz y el calor son proyectados por el sol. De esta manera, una persona cualquiera emana de sí misma una energía similar al magnetismo animal, pero de condición “divina”, o expresándole de otra manera, dotado de alta vibración. Sobre esta pequeña chispa divina trabaja el hermetista para hacerla crecer en fuerza y poder, lo cual consigue a través de las diferentes fases de la iniciación.
Es así como el profano es semejante al resplandor de una vela, en lo que a su conciencia se refiere. El iniciado, en cambio, según su grado de desarrollo puede llegar a ser similar a un sol, lo cual ilustra el secreto profundo de los “Hijos del Sol”.
En virtud de su conciencia, el sujeto proyecta esta energía hacia todo aquello que toca con sus manos, o hacia todo lo que entra en su campo de influencia. Un artista concentra su conciencia en su obra, y esta fuerza es la qué nos provoca una vivencia especial y nos transmite una energía que impresiona nuestra psiquis de manera favorable o negativa.
Un artesano mueblista “deja su alma en su obra”, lo desee o no, ya que esto es inevitable. De esta manera el sapiens trabaja dándole conciencia a la materia, es decir, “espiritualizando” o “sutilizando” lo denso. (Reflexionemos en quien puede sacar provecho de este fenómeno; quien capitaliza este esfuerzo.)
No obstante, como el sapiens realiza esto de manera completamente inconsciente, no puede decirse que sea un acto de su voluntad soberana, sino más bien “algo que ocurre” porque así está dispuesto o programado. En razón de esta ignorancia, en vez de ser el dueño y el amo de la materia, ocurre lo contrario: la materia sojuzga al hombre extrayéndole su energía conciencia, la cual, impregnando los cuerpos elementales, queda incorporada a ellos.
La energía conciencia tiene algunas propiedades inherentes a ella misma y otras atingentes al resultado de su fusión con una persona determinada.Trataremos de explicar esto en el cuadro siguiente:
1. Energía conciencia: Es pura y virgen en sí misma. Compone el “cuerpo de Dios”. Una fracción infinitesimal de ella fue “emanada” por el Supremo Creador y tomó cuerpo en una persona determinada.
2. Conciencia corporizada: Al encarnar en un sujeto designado, esta energía, pura y virgen en sí misma, se modifica de acuerdo al tono vibratorio básico, a la cultura, al autodominio y disciplina, y al comportamiento del individuo.
Al corporizarse la energía conciencia, como en el caso N° 2, puede seguir dos caminos:
A) Conciencia corporizada superiormente: (una ínfima porción de la raza humana). La energía Conciencia pura, espiritual y virgen, adquiere por la experiencia inteligente del sujeto, la noción del bien y del mal, y el conocimiento “hominal” que sólo lo brinda la existencia en cuerpo material. Esta esencia llega, por lo tanto, a alcanzar la inteligencia hominal, conservando la inteligencia divina. Se realiza en este caso el propósito superior de la existencia del hombre.
B) Conciencia corporizada inferiormente: (la gran masa humana). La energía Conciencia se mancha y degrada al ser corrompida en su naturaleza superior por la esclavitud a una bestia pervertida por la inteligencia desviada de un sapiens ciego e ignorante, que vive sólo para satisfacer sus propios instintos. Esta conciencia, manteniéndose elevada, en sí misma, se “inferioriza” en su manifestación, irradiándose como una energía “teñida” por las pasiones inferiores, impulsos, y tendencias del individuo.
En su existencia cotidiana, el sujeto satura sus posesiones materiales con su energía Conciencia, la cual al separarse de él actúa independientemente, con inteligencia propia, la cual ha sido tomada al individuo, es decir, ha salido de él inadvertidamente, dándole “tono y color” a la conciencia pura. Como cada persona tiene impulsos, temores, deseos, ambiciones y sentimientos que se manifiestan como pasiones descontroladas, estas fuerza imprimen una directriz a la energía conciencia, trayectoria absolutamente incontrolable para el individuo a partir desde el momento en que esta fuerza lo abandona para incorporarse a una estructura material cualquiera. Éste es el motivo por el cual una persona puede llegar a ser totalmente esclavizada por sus posesiones materiales, las cuales lo utilizan para absorber de él, más y más conciencia. (...)" J.B