La
astrología tradicional y sus aspectos y teoremas , se desarrollaro principalmente por astrólogo
francés Jean Baptiste Morin de Villefranche (1583-1656), astrólogo que sirvió al cardenal
de Richelieu y la corte francesa de su tiempo. Morin tuvo sólida formación
científica y esto se trasluce con la mayor claridad en su obra astrológica. Uno
de sus grandes méritos fue recurrir siempre, sin vacilar, al método
experimental. El no copiaba tontamente ni se dedicaba a creer en y repetir
invenciones fantásticas y mucho menos a forjarlas. MORIN tenía discernimiento y
lo usaba. En caso de duda recopilaba casos y observaba los hechos. Así nacieron
sus teorías nutridas en la realidad y así corrigió con mano de hierro los
errores de sus predecesores y contemporáneos.
Más
tarde, doscientos años más tarde, un nuevo componente del pensamiento
astrológico desarrollado a partir de la Teosofía , movimiento político y
espiritual que comenzó a finales del siglo pasado por la francmasona Helena Petrovna Blavatsky , que influyen de
manera significativa el trabajo actual de la astrología a través de nombres
como las francmasonas Annie Besant y
Alice Bailey .
Tanto la
posición de Villefranche como la vista teosófico, basado en el karma, están
fuertemente determinista, dejando al hombre pocas posibilidades de interferir
con su "destino", como tal o es obra de los dioses o es el resultado
de los pecados de vidas pasadas.
Con la
obra del pintor, músico, escritor y astrólogo estadounidense Dane Rhudyar , la
astrología del siglo XX, desde los años treinta años, se ha alternando este enfoque
determinista. En lugar de una astrología "se centró en el viento, Rhudyar
propuso una persona - centrada" , que llamó la astrología humanista. La
comprensión de que las acciones de las personas reflejan profunda - sentado las
necesita, aunque inconsciente, propone una astrología que tiene como objetivo
descubrir estas razones para la acción humana, lo que permite la posibilidad de
decisiones más informadas.
Con esta
perspectiva, desde el punto de vista de este autor objetivo fue visto como una
opción por defecto dentro de la persona, vamos a manifestar la selección,
inconsciente, esa persona hace que los eventos o los objetos en el mundo de los
fenómenos.
En este
punto de vista, no hay buenas o malas señales, más fácil o más difícil. Cada
signo es sólo indicativa de una de las maneras - estilos, podríamos decir - por
el cual se busca su totalidad, su individuación.
La
astrología se convierte así en vista como símbolo de los impulsos inconscientes
de la conducta emocional, representándolos a través de los signos. Así que en
sus inicios, la astrología sólo trabajó cinco planetas, luego siete y luego
diez, es decir dependen de la evolución del conocimiento humano.
La
adopción de esta perspectiva simbólica de Teixeira de Freitas el Sol es el
centro de la conciencia humana, el ego, en representación de la
auto-realización de impulso, cuyo objetivo es integrar armónicamente las
diversas partes de la psique. La luna, que simboliza el lado femenino, es la
experiencia emocional instintiva, con la que la experiencia consciente se
combinan para permitir que toda la psique.
Los doce
signos son por lo tanto formas de la vida psíquica y simbolizan
arquetípicamente, las posibilidades tanto del individuo y la colectividad. Cada
signo zodiacal es un aspecto de la consciencia universal, y el astrologo no es
más que un intérprete de un mansaje encriptado por Dios en las estrellas.
Los doce
signos zodiacales aparece también en
otras formas: el número de apóstoles, los hijos de Jacob, las tribus de Israel,
los trabajos de Hércules. También está representada en la figura de la pirámide
en el cubo.
Tomado en
su totalidad, según Teixeira de Freitas, los signos pueden ser vistos como una
espiral evolutiva de los tres ciclos de cuatro muestras cada uno, que
representa el ciclo completo de la madurez humana: Aries, símbolo cardinal de
fuego, positivo, a partir del impulso de la vida que surge del inconsciente
indiferenciada a principios de primavera en el hemisferio norte (equinoccio de
primavera); impulso que tiene que ser contenido y dirigida por el sentido
práctico de Tauro, para poder explorar el mundo exterior con la rapidez y la
superficialidad de Géminis para consolidar posesivamente en Cáncer, la
información así obtenida. Por lo tanto, se lleva a cabo el primer ciclo.
En Leo
esta, la intuición que se vuelve más fuerte, anotando más conciencia de sí
mismo, que produce en Vigo con mayor capacidad para discriminar y crítica, que
requiere un equilibrio en el balance, la integración de la otra en sí mismo, lo
que hace que se inicie un hueco emocional profundo de los escorpiones, la
preparación de la muerte del ego en el invierno que se anunciaba este otoño. Se
cumple para el segundo ciclo.
Dejándolo
todo en busca de los principios
colectivos más universales, en Sagitario, hay una mayor inclinación a la
comunidad y hermandad. Pero lo que fue comprada se pone a prueba, lo que
requiere perseverancia y paciencia en Capricornio. Todas las experiencias del
colectivo, intelectualmente analizadas en Acuario, finalmente, deben integrar
las características de la personalidad individual, que requiere un profundo
sentimiento, en Piscis. Y comienza en un nivel superior. Podemos relacionar
estos ciclos para los tres grados de la francmasonería, para el desarrollo de
la intuición, el análisis y la síntesis.
En esta
luz podemos entender los cuatro animales del Evangelio de Mateo: águila, toro,
el león y el hombre, como la representación de las cuatro funciones básicas del
proceso de individuación: la intuición (fuego); sensación (la tierra); pensado
(aire) y sentimiento (agua).
Tenemos
la misma representación en el clásico del rompecabezas de la Esfinge que
desafió Edipo en el drama de Sófocles. Además la mística que connotación
simbólica - que domina estos "elementales" se convierte a final de
cuentas sabiendo interpretar la astrología en ser dueño de sí mismo, y no ser determinados por el exterior. Esto es la astrología no es para determinarnos , sino para advertirnos de un mejoramiento.
Los
Teoremas zodiacales de Jean Baptiste Morin de Villefranche :
I - Las
casas astrológicas difieren por su virtud propia y sus propiedades. (Para MORIN
las casas son "meros espacios geométricos vacíos" que se determinan
hacia determinados asuntos en base a los signos presentes e interceptados en
ellas y a los astros regentes de éstos y/o presentes en la casa en cuestión).
II - Los
planetas difieren por sus virtudes y naturalezas propias o al menos por sus
influencias.
III - Los
signos del Zodíaco difieren por sus naturalezas y sus propiedades, tanto
elementales como influenciales.
IV - Los
diferentes aspectos de un planeta difieren por sus apariencias y propiedades y
la potencia de estas últimas.
V - Las
estrellas fijas difieren por su naturaleza y propiedades (o virtudes).
VI - Las
diversas influencias celestes se combinan en el nativo.
VII - El
mismo astro en el mismo estado celeste y en el mismo signo producirá los mismos
efectos elementales e influénciales. NOTA: Luego se insistirá debidamente en la
noción fundamental de estado cósmico que auna y sintetiza las de estado celeste
(status coelestis) y terrestre (status localis) de un astro.
VIII - Un
planeta en los diferentes signos no produce efectos idénticos. Estos difieren
ya en lo elemental, ya en lo influencial.
IX - Dos
astros diferentes combinados con el mismo signo no producen los mismos efectos.
X - El
mismo planeta en el mismo estado celeste tendrá siempre los mismos efectos al
actuar en la misma casa.
XI - Un
planeta tiene efectos diferentes en las distintas casas del tema.
XII - Dos
planetas diferentes no ocasionan los mismos efectos al actuar en la misma casa.
XIII - Un
planeta no puede realizar por sí solo lo que realiza unido a otro por
conjunción o aspecto.
XIV - El
mismo planeta combinado de la misma forma a igual cúspide, planeta y signo
produce siempre iguales efectos.
XV - Un
astro vinculado en una forma cualquiera dada, con otro planeta o cúspide, no
realiza lo que realizaría si hubiera vinculación con un tercer planeta u otra
cúspide.
XVI - Un
mismo astro realiza cosas diferentes al tener vinculaciones diferentes con otro
astro o cúspide dados.
XVII - El
mismo aspecto emanante de astros diferentes realiza cosas diferentes.
XVIII -
Las virtudes o propiedades de las casas del tema no son en sí mas productoras
de efectos sino tan solo determinativas de la virtud e influencia de los
cuerpos celestes en orden a la producción de efectos congruentes a las dichas
virtudes o propiedades de la casa en cuestión.
XIX - En
tanto que causa eficiente, la influencia de todo cuerpo celeste es universal
por sí misma.
XX - La
influencia de todo cuerpo celeste es única e invariable en sí misma debido al
hecho del movimiento de aquel en los signos.
XXI -
Ningún planeta contiene o pone en juego la misma influencia que otro planeta,
pero puede, empero, contener la misma fuerza elemental.
XXII - Un
cuerpo celeste no puede generar influencias que se traduzcan en cualidades y/o
sucesos que no puedan producirse naturalmente.
XXIII -
Las posibilidades de un planeta (en cuanto a influencia y efectos) son
netamente limitadas.
XXIV -
Dos planetas no pueden generar las mismas influencias sobre un mismo nativo, al
menos influencialmente.
XXV - El
mismo planeta, por su sola virtud influencial sobre un mismo nativo, produce
diversos efectos.
XXVI -
Sobre distintos sujetos el mismo planeta por su misma virtud influencial, actúa
diferentemente.
XXVII -
Dos planetas no pueden - obrando individualmente - actuar sobre un mismo nativo
generando los mismos efectos que obran en forma conjunta.
XXVIII -
Un planeta que no se encuentre ubicado en sus domicilios realiza una cosa en la
casa en que se sitúa corporalmente y otra en la casa que rige. (Es cosa ardua
determinar cuando esta situación produce efectos que combinan los significados
de ambas casas).
Alcoseri