Hoy algo  nos hace recordar a un personaje de la Política Mexicana al Francmasón al V:.H:.Plutarco Elías Calles (Guaymas, Sonora; 25 de septiembre de 1877 – Ciudad de México, Distrito Federal; 19 de octubre de 1945) fue un pedagogo, militar y político mexicano que fue presidente de los Estados Unidos Mexicanos en el cuatrienio de 1924 a 1928; figura clave en la historia de México, un personaje polémico pero, necesario es el arquitecto de las instituciones que hoy rigen a México.

CAPITULO 12

El problema cristero, como has visto creado por los curas, no terminaba. El obispo de Hueujutla, Jesús Manríquez y Zárate gritaba en las iglesias.: Jesucristo dijo: no he venido a traer la paz, sino la guerra. Incitaba a la rebelión, pero él no le entraba, simplemente se refocilaba con una buena beata ,o bueno, uno que otro beato y amén.( Espero que no lo haya hecho con niños.)
Bueno, pero de repente me agrian el rato estos curas y sus santidades. Entremos a donde Josefina “Chepina” Pérez y como salva a México de una nueva invasión gringa. 
Corrían los meses de enero –febrero de 1927. La maldita guerra cristera auspiciada por los curas, iba a ser aprovechada por los gringos y algunos políticos mexicanos traidores. Otra vez LA TRÍADA PERVERSA .En Gringolandia gobernaba el nefasto Coolidge, el cual, como siempre, quería el petróleo Mexicano y más tierras aunque tuviera que volver a invadirnos. Ya había preparado un plan de invasión por medio del Embajador Sheffield. El Plan GREEN.¿Lo conoces?. ¿Habías oído de ese plan?
Y aquí es donde el líder poderosísimo de la CROM , papá-mamá de la C.T.M. Luis N. Morones tiene la única patriótica intervención en su vida. Porque siempre fue una asquerosidad como hombre y como mexicano. Era un marrano que le tenían que hacer ropa especial y batas para ir al baño turco. Para que les cuento lo que dicen que tenía que hacer para cumplir en la cama. 
Resulta que en la Embajada gringa trabajaba una muñecota, morenaza de fuego, que era muy amiga de la Llalla Recamier, cuñada de Luis N. Morones, con la cual se juntaba y le contaba todo lo que pasaba en la Embajada. Un día le dijo que ella era amante de la esposa del Embajador llamada Edith Tod, con la que se veía a escondidas en los hoteles Génova o en el Regis, según estuviera propicio el momento y el silencio de los gerentes. 
Morones era un marrano alcohólico, sin ofender a los marranos, pero no era tonto. Él tenía noticias de la Huasteca Potosina, de Veracruz, Tamaulipas, etc.,--(nomás acordémonos que el increíble pozo petrolero número 4, sito en Cerro Azul, proveyó de petróleo en la primera guerra mundial a los gringos )- donde había petróleo que los gringos lo querían y ya estaban en tratos con algunos traidores. Entre estos traidores estaba un general Cedillo, que estúpidamente creyó que haría un nuevo país o de perdido estado huasteco. A Morones Inmediatamente se le prende el foco y empieza a indagar y a interrogar a la Llala para que le contara todo lo que sabía. ¡Y la Llalla, soltó la sopa! .le dijo que la secretaria de la embajada llamada Josefina –Chepina –Pérez, en una entrevista amorosa con la embajadora, había encontrado unos documentos secretos que especificaban un Plan Militar gringo para invadir México, ya, de inmediato de” right now”. 
Morones casi se cae de la silla, por cierto perfectamente reforzada para aguantarlo. Le ordena que le diga a Chepina que saque copias de esos documentos y que inmediatamente se los traiga en absoluto secreto.” Y que se hace el tamal.” ! Histórico ¡La tal Chepina obtiene en secreto copias de todos los documentos! La Llalla, nada tonta, le saca una buena feria con mil pretextos a Morones y se los entrega, previo su moche. Morones los lee y empieza a temblar, pero no de miedo, sino de verdadera emoción ¡Tenia en sus manos a los pinches gringos y su futuro asegurado con el Presidente Calles! Y así fue. 
Ordena de inmediato que lo lleven a Palacio. Al llegar le dicen que no tiene cita con el Presidente y Morones arma tal escándalo, diciéndoles a los Guardias Presidenciales que trae un asunto de vida o muerte con el Presidente y que si no lo dejan pasar él los hará responsables de las consecuencias. Estos se atemorizan y Calles lo recibe. Cuando Morones le entrega a Calles los documentos, este los lee y los relee con mucha calma. Sin embargo tuvo que traer un traductor de confianza porque él no era muy ducho en la lengua inglesa, pero algo le decía que eso valía oro molido. Hasta eso: Tenemos y hemos tenido, Presidentitos traidores y lame curas, pero no pentontos. 
Después de que el traductor le lee al Presidente todos los documentos donde se mencionaba el plan GREEN de invasión por Tampico, Veracruz, Monterrey, Mazatlán, Mérida, Guadalajara y México, el Presidente le dijo a Morones. “Gordo eres un hijo de la chingada, un cabrón bien hecho, y mereces el bien de México a pesar de lo cabrón y marrano que eres. A Morones esto le cayó como si Dios le hubiera hablado y se puso feliz.
Acto seguido el Presidente Calles le dictó un documento al traductor , con órdenes de enviarlo inmediatamente al Coolidge, donde, en pocas palabras, le decía que en caso de que invadiera México , él le daría la publicidad total e inmediata , enviando copias a todos los Gobiernos posibles por medio de cualquier medio rápido de comunicación. Tenemos que entender que en esos momentos los gringos todavía no eran dueños de vidas y haciendas mundiales y se cuidaban. ¡Imagínense si hubiera habido twitter,Facebook,correos electrónicos!
Cuando Coolidge recibió lo anterior se cagó toditito. Dicen que dio tal manotazo en el escritorio, que resquebrajó el vidrio. Mandó de inmediato cesar al Embajador y canceló, sin ceremonias, todo el Plan GREEN. 
He de mencionar que ya los Petroleros gringos, ingleses y los Caballeros de Colón,(como siempre estos lame curas traidores) habían entrevistado a Calles para obligarlo a renunciar al petróleo mexicano. Calles ya había ordenado al Gral Lázaro Cárdenas que en caso de problemas, bombardeara e incendiaria todos los pozos petroleros y de pasada, acabara con el rebelde Gral. Cedillo. Al terminar de la manera narrada la amenaza, Calles ordenó a su secretario: no quiero ver jamás a esas traidoras cucarachas de los Caballeros de Colón ni a sus petroleros. Dicen los escritores mala leche que desde ese día a los Caballeros de Colón, les dicen “Las Mulas de San Cristóbal”. 
Este es un bello Capitulo de nuestra historia. Han de saber que no se hizo público y oficial hasta el 24 de Septiembre de 1953 por el periódico “Excélsior “de la ciudad de México.