La Religión y el Poder
Al lograr su pleno desarrollo las agrupaciones y comunidades religiosas corresponden a una forma de poder sobre la sociedad . Se trata de agrupaciones para control. es decir, su poder directriz se funda en su monopolio del otorgamiento o denegación de valores quese argumentan legitimos basados en el fanatismo religioso. Los poderes dominantes, en su totalidad, y ya se trate de poderes religiosos, políticos o combinados. pueden ser concebidos como variaciones de, o aproximaciones a, determinados tipos puros. Estos tipos se establecen mediante un examen de las bases de la legitimidad que reivindica el poder dominante. Las actuales religiones modernas, particularmente las políticas, son del tipo de autoridad legal"; es decir, la legitimidad del depositarlo del poder para impartir directivas se funda en preceptos racionalmente establecidos por promulgación, convención o imposición. Y la legitimación para establecer estos preceptos se funda en una "constitución" racionalmente dictada o interpretada. Las órdenes se emiten en nombre de la norma impersonal más que en nombre de una autoridad personal; e incluso la formulación caprichosa de una orden se presenta como sometimiento a una norma, y no como arbitrio, favor o privilegio personal. El depositarlo del poder de mando es el "funcionario"; jamás ejerce ese poder por derecho propio; le pertenece en la medida en que es el administrador de la "institución" impersonal. Esta institución está constituida por los modelos de vida específicos de una pluralidad, determinada o indeterminada, de personas, pero especificada según normas. Aquí el modelo, de vida particular está regido normativamente por regulaciones estatutarias. El "área de jurisdicción" es dominio donde las órdenes se imparten dentro de una delimitación funcional, y constituye, en consecuencia, la esfera del poder legítimo del funcionario. El ciudadano omiembro de la agrupación, se encuentra frente a una jerarquía de superiores, a la que los funcionarios pueden apelar y presentar quejas conforme a la escala jerárquica. Hoy en día, esta situación se da también dentro de la asociación. hierocrática que constituye la iglesia. El pastor o el sacerdote tiene una "Jurisdicción" precisamente delimitado, establecida según normas. Esto también se aplica al jefe supremo de la iglesia. El actual concepto de "infalibilidad" (papal) es un, concepto Jurisdiccional. Su sentido interno se diferencia de los anteriores, incluso de los tiempos de la inquisision Así como en las burocracias políticas y de otra índole, así también la separación entre el "ámbito privado" y el "ámbito oficial" (en el caso de la infalibilidad: la definición ex cathedra) se opera en el seno de la Iglesia. La separación legal del funcionario de los medios administrativos se produce en el área de las agrupaciones políticas y hierocráticas, así como en la economía capitalista tiene lugar la separación del trabajador de los medios de producción, hay una completa semejanza: entre ambas estructuras. Hay que insistir en que todos estos fenómenos son específicamente modernos, aunque muchos atisbos de los mismos pueden encontrarse en el pasado remoto. En el pasado se dieron otras bases de autoridad, bases que, por otra parte, perduran como reminiscencias en la actualidad. Aquí sólo intentamos una definición terminológica de estas bases de autoridad. 1. En las consideraciones ulteriores el término "carisma"" será entendido como referencia a una cualidad extraordinaria de una persona, prescindiendo de que ésta sea real, presunta o, supuesta. De este modo, la "autoridad carismática" aludirá a un poder sobre los hombres, ya sea primordialmente interno o. externo, al cual se subordinan los gobernados en virtud de su fe en la cualidad excepcional de la persona específica. El brujo hechicero, el profeta, el jefe de incursiones de caza y de saqueo, el caudillo guerrero, el denominado gobernante ta" y, en determinadas circunstancias, el Jefe personal de un partido, todos ellos son dirigentes de ese tipo respecto de sus discípulos, secuaces, tropas alistadas, partidos, etc. La legitimidad de su mando se funda en la fe y la devoción por lo extraordinario, estimado en la medida en que sobrepasa las cualidades humanos normales, y considerado originariamente como sobrenatural. La legitimidad del poder carismático se funda, en consecuencia, en la fe en facultades mágicas, revelaciones y culto al héroe. El alimento de esta fe es la "demostración" de la cualidad carismática por medio de milagros, triunfos y otras hazañas, es decir, mediante el bienestar de los gobernados. Por consiguiente, esta fe, y la presunta autoridad que se funda en ella, desaparecen, o amenazan desaparecer, en cuanto falta una "demostración" y en cuanto la persona carismáticamente calificada parece haber quedado despojada de su poder mágico o abandonada por su dios. El poder carismático no se configura según preceptos generales, ya sean racionales o tradicionales, sino, en principio, según revelaciones e inspiraciones concretas, y, de acuerdo con esta pauta, la autoridad carismática es `irracional". También es "revolucionaria" en la medida en que no está ligada al orden existente: "¡Está escrito, pero yo os digo... . En la exposición que habrá de seguir, "tradicionalismo" aludirá al conjunto de actitudes psíquicas ajustadas a la vida cotidiana habitual y a la fe en la rutina diaria como patrón, de conducta inviolable. La dominación que se establece sobre esta base, es decir, sobre la veneración por lo que real o supuestamente ha existido siempre, será llamada "autoridad tradicionalista". El patriarcalismo es el ejemplo más notorio del tipo de donación con una legitimidad fundada en la tradición. Patriarcalismo se refiero a la autoridad del padre, el esposo, el más anciano de la casa, el más viejo de la estirpe, sobre los miembros del hogar y de la estirpe; el dominio del amo y -el patrón sobre los domésticos y servidores; del señor sobre los funcionarios de su territorio; del monarca sobre losfuncionarios estatales y cortesanos, nobles de oficio, vasallos, clientes, -del señor patrimonial y monarca soberano sobre los "súbditos". Lo característico de la autoridad patriarcal y de la patrimonial (que es una variante de la anterior) es que el conjunto de pautas inviolables sea juzgado sagrado; una transgresión, de estas pautas provocarla desgracias mágicas o religiosas. Yuxtapuesto a este conjunto hay un reino de libre arbitrariedad y favor del señor, el cual, en principio, sólo decide en términos de relaciones "personales" y no "funcionales". El poder tradicionalista, en este sentido, es irracional. 3. En el curso de toda la historia primitiva, la autoridad carismática, fundada en una fe en lo sacrosanto o en el valor de lo extraordinario, y la dominación tradicionalista (patriarcal), fundada en una fe en la santidad de las rutinas cotidianas, se distribuyeron las relaciones de autoridad más importantes. Sólo los poseedores del carisma, los profetas con sus, oráculos o los jefes guerreros carismáticos con sus edictos, podían añadir "nuevas" disposiciones al ámbito de lo mantenido por la tradición. Así como la revelación y la espada fueron los poderes excepcionales, así también constituyeron los dos innovadores característicos. Sin embargo, de modo típico, una vez realizada su misión, ambos sucumbieron a la rutinización. La muerte del profeta o del jefe guerrero plantea el problema de la sucesión. Éste puede solucionarse por Kürung, que en sus orígenes no fue una "elección", sino una selección según pautas de calificación carismática; o puede solucionarse por la sacramentalización del carisma, nombrándose el sucesor por consagración, como en el caso de la sucesión hierocrática o apostólica; asimismo, la fe en el atributo carismático del linaje del jefe carismático puede llevar a una fe en el carisma hereditario, tal como está representado por la realeza y la hierocracia hereditarias. A través de estas rutinizaciones, siempre empiezan a predominar normas, de una manera u otra. El hierócrata o el monarca ya no gobiernan según cualidades puramente personales, sino según atributos adquiridos o heredados, o porque han sido legitimados por medio de un acto de selección carismática. Así comienza el proceso de rutinización y, en consecuencia, de tradicionalización. Quizá sea todavía más relevante el hecho de que, cuando la estructura de poder se hace permanente, el personal subordinado al gobernante carismático se rutiniza. Los discípulos, apóstoles, secuaces del gobernante, devienen sacerdotes, vasallos feudales y, sobre todo, funcionarios. La comunidad carismática primitiva vivía de donaciones, dádivas, y del botín de guerra y, de este modo, resultaba ajena al orden económico. Esta comunidad se convirtió en un estrato de asistentes del gobernante y pasó a depender de éste para su subsistencia, por medio del usufructo de tierras, retribuciones, ingresos en especies, sueldos y, por consiguiente, por medio de prebendas. El poder legítimo del personal se basaba en grados muy diversos de apropiación, enfeudación, otorgación y nombramiento. Esto implicó, en general, la adjudicación de un carácter patrimonial a las prerrogativas principescas. El patrimonialismo, pudo derivarse también del patriarcalismo puro, debido a la disolución de la autoridad rigurosa del jefe patriarcal. A consecuencia de la otorgación, el prebendario y el vasallo disfrutaron, en general, de un derecho personal al cargo que les había sido dado. Así como el artesano poseía los medios económicos de producción, así el prebendario poseía los medios de administración. Tenía que pagar con sus honorarios u otros ingresos los gastos administrativos, o sólo cedía al soberano una parte de los impuestos recolectados entre los súbditos, guardándose el resto. En última instancia, podía legar y enajenar su cargo, como cualquier otra posesión. Aquí el patrimonialismo de status alude a este nivel de desarrollo que, por apropiación, adquiere el poder prerrogativo, prescindiendo de que sus comienzos sean carismáticos o patriarcales.
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