LOS MASONES Y LA MUERTE
Hoy en México se celebra el Día de
los Muertos, esta celebración seguro es más antigua que la llegada de los
españoles y europeos a América, si mucho
antes de la conquista, y que esta tradición tendría connotaciones metafísicas ,
sin lugar a dudas.
Así mismo los masones también tenemos
cesiones especiales llamadas tenidas fúnebres donde recordamos a nuestros
hermanos y hermanas masonas que han pasado al mítico Eterno Oriente : sobre
esta relación íntima y simbólica que nosotros los iniciados masones tejemos con el fin físico del Ser Humano también tendría
una connotación Metafísica.
La masonería es una sociedad donde se
celebra la vida y se recuerda a la Muerta, pues sabernos transitorios en este
paso por la vida nos hace reflexionar. Resueltamente optimista, los masones
pensamos que el mundo en el que vivimos puede y debe mejorarse, y mejorar a la
sociedad es nuestra tarea.
Tal programa masónico implica
necesariamente la construcción de uno mismo, y la construcción de naciones
libres y democráticas. Lo llamamos el Sendero de perfección, y es la adquisición
de las virtudes la que nos hace mejorar constantemente, el camino dificultoso algunos
se debilitan sin embargo el contacto con nuestros hermanos masones nos hace
fortalecernos. La fraternidad masónica viene a poner un bálsamo en las pruebas de la
vida. La vida está compuesta de tragos de amargura, y de dulce licor, la vida
es una experiencia que fortalece nuestras inmortales almas, el alma se reviste
de un atuendo de materia y son momentos
privilegiados de relajación donde la dicha se convierte en la buena vida, donde
uno se deleita con los placeres de las conversaciones y las bromas.
Pero la muerte se cierne sobre cada
existencia humana, asechándonos desde siempre. Nos afecta a los masones la
muerte que es sólo física, pero tenemos la certeza que a la muerte
sobreviviremos pues sabemos de la inmortalidad del alma humana.
Cuando un hermano masón "pasa al
Oriente eterno", tiene derecho a tenidas fúnebres masónicas donde es
recordado con respeto. El ataúd puede cubrirse con adornados o símbolos
masónicos. Un hermano del taller, generalmente el que habla, revelará su
afiliación pronunciando un discurso que expresará los sentimientos de todos.
La masonería es una sociedad de memorias
y conmemoraciones. En la logia, los hermanos o hermanas fallecidos son
recordados regularmente. Hay un deber de recordar. "Nuestros corazones no
deberían ser la tumba de nuestros hermanos". En cierto modo, los masones sobreviremos a través de nuestros hermanos.
El Oriente eterno es solo una metáfora para expresar una existencia en el más
allá. La fórmula “Eterno Oriente” no induce a ninguna creencia o negación de
ninguna creencia: algunos masones creen en el cielo, otros no lo creen. Nada está
involucrado en el Término “Eteno Oriente” y es a personal criterio de cada
masón idealizarlo, ya que la masonería no impone dogmas. De lo que estamos
hablando es de una cadena de unión rota, pero presta a ser cerrada de nuevo, ya
que para cualquier masón la idea es concreta, todos los masones viven en
nuestro recuerdo como si estuvieran vivos, y más concreto tenemos la certeza
que “Vivos” lo están. Quien escribe estas líneas siente que los hermanos
masones que han pasado al Eterno
Oriente, están vivos , lo siento así, no
los siento muertos.
Sabemos que al final de cada jornada, para expresar mejor los
sentimientos de solidaridad y fraternidad que los unen, los masones formamos la
cadena de unión al unir sus manos.
La Cadena de la Unión al Morir uno de
nuestros hermanos masones se rompe pero sólo momentáneamente por el tránsito de
la vida mortal a la eternidad, pero de nuevo es unida nuevamente, haciendo un
lazo de unión demasiado fuerte entre este plano físico y el espiritual, y
siento que nuestros hermanos masones en el Eterno Oriente están atentos a
nuestra protección y auxilio , así lo he sentido en reiteradas ocasiones.
Así el luto entre masones es sólo
repentino, como sucede en cualquier familia. El ritual masónico de la Tenida o sesión
fúnebre es hermosa, y muchos aplauden al
final de la cadena de la unión en la tenida fúnebre para aplaudir no la muerte del masón, sino la
ilustre trayectoria de este. A la muerte de un hermano la cadena de unión se
realiza de una manera abierta o rota, sin unir las manos. El Ven:. Maest: a
alta voz preguntará ¿cómo está la cadena? El Maestro de Ceremonias responderá esta
Rota, uno de nuestros hermanos ha pasado a ocupar su Col:. En el Ete: Ori:. –
el Venerable, invitará cerrarla de nueva cuenta. Luego se invitará al aprendiz
más joven de la Logia que simbólicamente tomará el lugar del hermano masón desaparecido,
y la cadena se cerrara, y el maestro de ceremonias a alta voz dirá: la cadena
de la unión se ha cerrado nuevamente Ven:. Maest:. Entonces, la vida continúa,
los albañiles vuelven a trabajar con el corazón en la memoria de los hermanos
que están en el Oriente eterno, en plena luz.
Arreos masónicos funerarios
conmemoran la pérdida de los francmasones; "Comienzan las tenidas con
pesar y tristeza, pero siempre terminan con palabras de esperanza".
La baterías de luto se hacen sonar. Siempre al final de la tenida fúnebre ira
seguida de una batería de alegría ("¡Esperanza!").
La Masonería , nuestra Masonería es
la sociedad de iniciación, la masonería
cultiva la buena vida, que finalmente está aprendiendo a bien morir, a morir en
un estado superior de consciencia. ¿Nos atrevemos a decir que la muerte es
central en una sociedad iniciática como lo es nuestra masonería? Sin duda. Al
entrar, el profano que vive su iniciación es invitado a abandonar al anciano
que está en él para renacer a una nueva vida. El masón en cada tenida pasará
varios minutos siempre en el silencio, que le harán recordar la soledad del gabinete de la reflexión, una
pequeña habitación con poca luz, donde verá la imagen de la muerte, un reloj de
arena, un esqueleto, una cráneo, donde se le pedirá que escriba su testamento
filosófico, una evaluación real de su vida, un verdadero trabajo de luto
también. Momento privilegiado es cada tenida: él masón muere simbólicamente, el
mismo masón simbólicamente se corta la
cabeza y muere; pero renace inmediatamente, aludiendo que el sublime intelecto
debe separase de los bajos instintos, aprende a morir simbólicamente, y esta
experiencia es demasiado alejada de nuestras sociedades secularizadas o
profanas, la idea profana que sabemos lo suficiente es que luchar por ocultar
la muerte, y sabernos mortales en la carne e inmortales en el alma es
capitalmente importante.
En el tercer grado, que es el de
maestro masón y que hace que el iniciado
se convierta en un verdadero y legitimo albañil
o masón , la muerte se escenifica explícitamente. El compañero (segundo grado)
vivirá el papel del maestro Hiram asesinado por tres malos compañeros,
enterrado el Maestre y encontrado por
maestros a través de una rama de acacia que sale a flor de tierra. El compañero se identifica con Hiram
por un tiempo: él es el que es asesinado, pero también es el que se levanta de
la tierra, resucitando, renaciendo, volviendo a nacer o cómo usted le guste
llamarlo .
Por lo tanto, la Francmasonería
propone una propedéutica de la muerte. Así que el Masón debería, mejor que
otros quizás, estar preparado para la muerte física y preparado para su renacimiento en
el plano espiritual.
Alcoseri