El Masón y el Fanático Religioso
En cierta ocasión un masón visitó un
poblado mexicano donde jamás un masón había sido visto, y claro en ese pueblo
eran rigurosos devotos religiosos, o más bien eran todos marcadamente fanáticos religiosos.
Alguien del pueblo con mucha reserva
y temor se acerca al hermano Francmasón que les visitaba y le dice:
-Ustedes, los masones, son famosos
entre nosotros, los pobladores de este pueblo, y tenemos muchas historias en
las que se les nombra como seres diabólicos y muy malvados.
El Hermano masón que se llama Pedro Adoquinados
le dijo:
- ¡Qué interesante! – luego pregunta ¿Qué
clase de cuentos o historias? Se cuentan por aquí.
En respuesta aquel pueblerino llamado
Jacinto Villa le contó seguro usted
conoce aquella fábula llamada «El
muchacho que gritaba: ‘¡el lobo, el lobo’ « Bueno , nosotros aqui gritamos, y gritamos ¡Cuidado , Cuidado que ahí viene el Masón! Y así
asustamos a los niños que se portan mal.
-Qué curioso -explicó el Masón-.
Nosotros los masones conocemos el cuento del pastorcito que siempre gritaba ¡Ahí
viene el Lobo, que ahí viene el Lobo! Pero no conocemos
ese cuento de ahí viene el malvado masón. Pero en cambio tenemos otro, parecido
con esos mismos dos personajes principales, que se llama «El Masón que gritaba:
‘¡Cuidado, que ahí viene el fanático religioso!’ «. Debes de seguro haberlo oído.
-Lamento, pero no lo he oído expresó el religioso Jacinto Villa.
En vista de esto, el Masón lo relató:
«Érase una vez en la época del Generalísimo
Francisco Franco en España un Masón que conoció a un fanático religioso, quien además se decía era
persecutor, cazador y asesino de masones.
Apenas el fanático religioso comprendió el peligro que significaba un Masón en su Pueblo que
buscaba la Libertad del Ser Humano, el fanático religioso se puso a correr de
un pueblo a otro, gritando: ‘¡Cuidado, cuidado que hay vienen los masones!’.
«Pero como los fanáticos religiosos
en la época de la España Franquista no
tenían la mínima noción de lo que es la
Masonería , y de lo que era un Masón y apenas una vaga idea de lo que eran sus
ideales libertarios, aun así muchos le prestaron atención. Y así comenzó la persecución
y asesinato de masones en España .»
-Pero lógicamente -pensemos -, el
conocimiento que tienen ustedes en este pueblo sobre los masones es equivocada, o la idea de una fábula como ésa del Lobo no les servirá para pensar acertadamente que
los masones somos de Diablo , pensar que todos los masones somos malos, o saber
acerca de la existencia si de esos peligros son reales y lograr pensar por tanto que sean más
cuidadosos.
-Veo claramente -dijo el Masón – que para
algunos de ustedes los fanáticos religiosos nosotros los masones somos de lo peor, pero en el plano de la realidad los masones no
somos mucho más malvados o menos bondadosos que ustedes , o que el común de los mortales.
Al igual que nosotros, suponemos al
parecer que los cuentos o Historias nos advierten e instruyen. Pero no caen
ustedes los fanáticos religiosos en la cuenta de que el verdadero aprendizaje se produce, la mayoría
de las veces, por el reconocimiento ulterior al hecho y no antes de él. Además,
tanto nosotros los masones como ustedes
los religiosos no debemos considerar siempre que las fábulas aluden en realidad
a otros, sino a nosotros mismos.
Esta idea espantosa de temernos los
unos a los otros es por falta de verdadera información, jamás hubiera sido tan
doloroso , ni de tantos asesinatos en España, si los fanáticos religiosos en la
España Franquista hubieran sabido que la Masonería no trata de destruir, ni de
conspirar , ni de dañar a nadie , sino simplemente la Masonería hace un llamado
a la Libertad. Pero pensándolo bien para muchos el llamado a la Libertad es
peligroso para algunos.
En tanto el masón se fue del pueblo ,
temiendo por su vida , y los fanáticos religiosos aún están ahí a la expectativa
en ese y en otros pueblos del mundo , atentos , de que llegue otro masón , para
expulsarlo de su pueblo , y si no de asesinarle.
Alcoseri