Escalando la escalera de la
consciencia
Hace más de 20 años una noche llegue
a la Logia, un Venerable y Querido Hermano me dio un abrazo fraternal y luego pronunció
esas palabras ya rituales que pueden
parecer triviales: “Te agradezco de tu asistencia
y te suplico que me acompañes a abrir los trabajos de esta noche”. Con este
aliento que penetraba profundamente dentro de mí, me senté en silencio bajo la
bóveda celeste de es bello templo de mi Madre Logia, estaba en la fraternidad
de los hermanos masones, pero mucho más en mi mente algo muy potente despierta,
en ese momento no había Internet, o bien aún no llegaba a Monterrey, pero me sentía
conectado ya con todos los masones del Universo. Desde mi memoria profunda
volví a mí desde las profundidades de los valores temporales, recuerdos,
huellas, tradiciones, al mismo tiempo que entendí que el Venerable Maestro el
Q:.H:. Rene Sánchez en ese momento me
entregó simbólicamente una llave para abrir, una puerta detrás de la cual vi
una luminosa puerta. Entendí claramente de esa Escalera de caracol dibujada en
una de las paredes del Templo Masónico, entendí
de escalar a niveles superiores de consciencia. Avancé en el primer peldaño,
luego subí al segundo peldaño y así en lo sucesivo escalón por escalón, me di
cuenta de que cada peldaño montado sería una elevación de mi conciencia, para
poder acercarme al Conocimiento del Universo y de mí mismo, cierto que lo
alcanzaría de poco en poco.
El grano de mostaza fue plantado en
mi desde mi iniciación masónica , fue sembrado, germinó . La escalera de la
conciencia permite el despertar de mi mente, voy en busca de la cámara que
contiene el tabernáculo donde vibra el corazón rodeado de esa gran luz.
Mi pasado está conectado al presente
por el cemento de la inteligencia del corazón, mi conciencia me guía por el
camino de la luz, lo que permite la construcción de un modo de vida. Dios “El
Gran Arquitecto del Universo” me mostro esas páginas en blanco, puras, nuevas
para mí, paginas para escribir las
palabras necesarias, dando lo mejor de mí, tuve la necesidad de escribir , y
por ello ahora justo lo hago.
Estaba al comienzo de una pelea, una
confrontación, tenía que recurrir constantemente a mi conciencia profunda para
escribir, para construir una vida más real, más espiritual. Mis luchas serían
múltiples, contra mis sentidos para dominar, mis certezas para olvidar.
Enfrentarme con lo que soy y con lo que quiero ser, con esta agitación que
siento y esta voluntad de apaciguamiento, confrontación con mi ego con esas
múltiples cabezas, esta medusa, esta gorgona, esta quimera que debe combatirse.
Consciente de que habría fallos, sucesivas muertes de egos y
regeneraciones de yoes luminosos. Lo más difícil es no caer en la laxitud, en
el rechazo de la lucha, en guardar la espada de la justicia, en descolocar la
paleta de la fraternidad, en hundirse en el oscuro silencio de la consciencia, seria pensó acallar
la voz de la Luz interior, en renunciar al despertar de la fraternidad.
Es en este momento, en este justo
momento, que la Sociedad Masónica me o
nos coloca entre las dos columnas, y que los hermanos nos extienden las manos,
cuando el flagelo de las espinas nos hiere, siento el alivio de los hermanos
que me acompañan desde la distancia. Siempre vuelve la luz y vuelve a iluminar
el camino, los nuevos escalones para subir las escaleras de la conciencia, para
una vida más justa, más fraterna ...
Alcoseri