¿Va la Masonería de Escalera o de
Elevador Eléctrico?
La masonería es un sistema de
progreso moral, intelectual, filosófico, interior y espiritual basado en alegorías, símbolos y
dramas transmitidos por medio de rituales. Los rituales comprenden grados que,
cuando secuenciales, componen un Rito. De esta forma, al asimilar cada grado,
el masón va progresando en la senda masónica. Y por cuenta del progreso, esta
trayectoria masónica es constantemente
ilustrada como una escalera de caracol. Por ser una escalera de caracol relacionada al perfeccionamiento del ser
humano, no es raro que los masones la llamen "La Escalera de Jacob",
por sus implicaciones en el libro de la Ley, o Santa Biblia; pero hay quienes
la relacionaran incluso con la escalera del ADN.
El ADN está presente en todas las
células y es el responsable de codificar la información genética del organismo,
de una forma similar a que en los libros está codificada la información que
contienen en forma de letras y palabras. La estructura del ADN es de una
molécula lineal que se suele representar con forma de escalera de caracol,
siendo los lados de la escalera cadenas lineales de nucleótidos (cada uno de
ellos contiene una base nucleotídica), cada nucleótido está unido a un
nucleótido del otro lado de la escalera por puentes de hidrógeno, que suelen
ser representados por los peldaños de la escalera. Bien esto no deja de ser
curioso a la hora de asociarlo al tema masónico referente a la Escalera de
caracol.
Pero regresemos al tema Masónico, para
ser considerado apto al ingreso en el grado siguiente, es común la exigencia de
requisitos, como presencia mínima en las reuniones, presentación de un trabajo
(o trazado) sobre las enseñanzas del grado en que se encuentra y paso por una
sabatina. En otras palabras, la masonería es una escuela.
El Rito Escocés Antiguo y Aceptado – (REAA),
que el más conocido de los masones latinoamericanos, está compuesto por 33
grados. Del primer escalón hasta la cima de esa escalera se suele tardar, como
mínimo, de 6 a 12 años de la era vulgar para concretarlos, no es muy
recomendable escalar grados sin los previos merecimientos. Esto se debe a que
existen intersticios que se debieran respetar
que garantizarán ese tiempo de
meditación. Por eso, muchos masones les gusta llamar al Rito Escocés de "La
Facultad de Masonería".
Se preguntarán ¿Y por qué alguien
asiste a una escuela? ¡Para aprender, por supuesto! Pero en una universidad,
existen generalmente dos tipos de estudiantes: los que están allí por vocación,
por la voluntad de aprender, y los que sólo quieren el diploma, el título para
luego ganar dinero. Aquellos con vocación y voluntad son asiduos,
participativos, esforzados, estudiosos y comprometidos. Los demás son ausentes,
reincidentes, fósiles, "porros". En la Masonería eso no es diferente.
Pero en el universo académico existe
una alternativa para aquellos interesados sólo en el título y que poseen la
desviación de carácter de la deshonestidad, compran el título profesional. Para esos vanidosos deshonestos
existe un "atajo" que es la compra de diploma o título, un crimen aún
frecuente en prácticamente todo el mundo, aunque se da de múltiples maneras. Es
claro que no se compra el conocimiento, que sólo puede ser conquistado. Pero
para ese tipo de individuo, el título ya es suficiente para satisfacer sus
intereses, ya para conseguir trabajo, un puesto en el gobierno, o por un status
quo; lo que sucedió en Estados Unidos con sus Three Mile Island, lo que sucedió
en Rusia Chernóbil y lo que sucedió en
Japón con Fukushima, en Finlandia pasó algo parecido no hace muchos meses, fue
un escape de Yodo radioactivo Y131 , pero esto por la corrupción en Finlandia
poco se supo, esto habla de este tipo de
mala o pésima preparación académica, ósea esto trae sus consecuencias terribles
para la humanidad.
En general, existen tres formas de
comprar un diploma o título: a través de una institución corrupta, por medio de
un funcionario corrupto, y por medio de un estafador. El primer caso es
claramente el más grave, pues el crimen no es cometido por un individuo, sino
por una institución. Una facultad que vende diplomas o títulos, además de
criminal, no sólo pone en riesgo la calidad de los servicios prestados por los
beneficiados por la compra, como perjudica el honor de sus estudiantes
honestos.
Desafortunadamente, todavía existe
ese tipo mercado negro de diplomas o títulos universitarios por todo el Mundo y,
una vez más, en la Masonería no es diferente. Son varios los casos de masones
pasando por todos los grados superiores de un rito en un sólo fin de semana, en
algún congreso de grados filosóficos. Este lamentable fenómeno es conocido en
el argot masónico como "El Elevador de Jacob" bueno, sé que me hacen
el favor de leerme masones y no masones
de otros países en algunos a los elevadores les llaman ascensores , en este
caso sería “El Ascensor de Jacob”. El término significa que el sujeto suponemos
es masón, en lugar de subir escalón por escalón, "toma un ascensor y va
directo a la cubierta, a la mera cima del mundo masónico grado 33°". Recuerdo bien
estaba en el 4°-14 y un hermano me dijo, vamos al congreso de no recuerdo que ciudad
ahí , nos venden los grados baratos, claro no fui.
Siendo la masonería una escuela de propósitos
sublimes, su propósito es enseñar, pero enseñar bien. Y siendo el masón un
estudiante, su objetivo es aprender. Siempre que un Cuerpo Masónico o un masón
huyan de eso, comete un crimen, no contra la Masonería , sino contra sí mismo y
su posibilidad de escalar a niveles superiores de consciencia. No es un crimen
legal, sino un crimen moral. Un crimen ante los masones e instituciones
masónicas honestas de este Bonito planeta.
El fenómeno ocurre en Latinoamérica, desde la llegada de los primeros Ritos
Masónicos, hace alrededor de 200 años, supongo que en Europa tendrá 300 años de
ser así, y lo peor es que tiene permiso
estatutario, pues incluso los famosos Landmarks lo permiten, como ese de (Es prerrogativa
del Gran Maestro de conferir grados
fuera de tiempo reglamentario y a primera vista en una Logia) este landmark
como otros presumo era para conferir grados a la nobleza o a personajes aristócratas
o algo así, a clérigos como al Papa , al Rey
o Dios sepa quién, pero no para plebeyos morenos mexicanos como yo, pero
así se quedó la mala costumbre. Al principio, supongo se había disculpado la necesidad de formar
rápidamente una base para la consolidación de logias en suelo latinoamericano.
Pero actualmente, en pleno siglo XXI, esa demanda ya no existe. La "subida
súbita" ha servido sólo para atender los caprichos de unos pocos
"profanos portando mandil", y fue motivada por intereses políticos de
las instituciones proveedoras.
Hoy los profanos "usuarios del ascensor masonico"
nada saben y, por lo tanto, nada pueden enseñar, recuerdo a mi maestro el Q:.
H:. Eliud Martínez Ozuna , de la Resp.: Log:. Simb:. Dr Eusebio Guajardo #48 aquí
del Oriente de Nuevo León, México, que me decía un masón hecho al vapor resulta
un pésimo masón, y vaya que tenía razón , vemos con frecuencia a masones hechos
al vapor , dar terribles tropezones todo el tiempo, los verdaderos masones se
hacen al calor de las Logias azules principalmente , mediante años de que se
forjen verdaderos masones (en el argot mexicano algo hecho al vapor es como
decir de forma exprés, rápida y mal hecha) . De esta forma, tal práctica, así
como ocurre en el mundo académico, también es perjudicial para el desarrollo de
la masonería. Pero corresponde a cada uno de los "estudiantes
ejemplares" trabajar para el cambio de esa realidad. Entonces, quizá, esas
"escuelas de moral" puedan enseñar también con el ejemplo.
Alcoseri