FILOSOFÍA MASÓNICA Y FILOSOFÍA ACADÉMICA – Parte #1
La Filosofía Masónica se enseña a los
masones a puerta cerrada , mientras que la Filosofía Académica admite ser
difundida en aulas a puertas abiertas, y claro estas aulas académicas de filosofía
pueden mantener sus puertas cerradas, pero es entendido que su material puede
ser difundido abiertamente al público, mientras que la idea filosófica masónica
es o pretende ser solamente difundida entre masones. Es verdad que hoy indistintamente de la
filosofía masónica o filosofía académica, se encuentra tanto en revistas,
libros, videos o en Internet. En las
aulas de filosofía académica encontramos que se ciñen a un programa restringido de temas, pero con una aparente
apertura a ideas nuevas. Mientras que
en masonería se pretende abusar de una
apertura a cualquier tema , pero vemos que muchas Logias Masónicas no permiten
la reflexión política o religiosa.
Pero ¿Cuáles serían las diferencias y
coincidencias entre la Filosofía Masónica y la Filosofía Académica?
El propósito de este Articulo es trazar
paralelos y discrepancias entre las
ideas filosóficas adoptadas y cultivadas en la Masonería Especulativa y las
concepciones filosóficas que son estudiadas y desarrolladas en las universidades
públicas y privadas de la enseñanza profana o No Masónica. Se toma, como
referencia de éstas, la enseñanza impartida en las facultades de Filosofía y,
como referencia de aquellas, la senda de la Masonería del Rito Escocés Antiguo
y Aceptado (REAA), puesto que así se contempla el predominante en cada uno de los
dos dominios.
Es claro que la filosofía de la
Masonería es Esotérica, con todo lo que esto implica , mientras que la
Filosofía Académica es Exotérica.
Para que estos paralelos y
discrepancias puedan ser trazados y
resulte en conocimiento útil, se impone caracterizar el tipo de filosofía
académica que encuentra correspondencia con la línea filosófica adoptada por la
Masonería, porque la filosofía masónica se ha mantenido estable y fiel a
ciertos principios históricos, mientras que la filosofía académica se desarrolló,
a lo largo del tiempo, en diferentes líneas filosóficas alternativas, a veces, tan
divergentes que no encuentran paralelo en la Masonería, incluso podríamos
hablar hoy de una rama de la Filosofía Académica Materialista y Atea; mientras
que la filosofía Masónica es idealista y se sostiene en la creencia en un Ser
Supremo, pero claro , hay algunas Logias masónicas irregulares que admiten ateos y a personas de pensamiento
materialista dialéctico.
Una vez aclarado qué filosofía se
trata, será posible identificar convergencias y divergencias e indicar el
mérito de cada uno de los esfuerzos que, ciertamente, comulgan del propósito
general de esclarecer al Ser Humano , buscando la verdad y el discernimiento.
En esta definición de propósitos,
cabe resaltar que no se pretende desarrollar aquí una tesis demostrativa que
explora esa relación en extensión y profundidad propias de un trabajo académico
formal, sino sólo desarrollar un trabajo provocativo capaz de despertar
intereses en la cuestión, tanto del lado masónico cuanto del lado académico.
LA FILOSOFÍA MASÓNICA
El estudio impartido por el REAA
comprende una senda doctrinal dividida básicamente en 3 grados que son cursados
por los masones en cinco escuelas filosóficas sucesivas, mediante trabajos específicos en
cada grado. Siendo la Masonería una institución iniciática, los grados se
obtienen en ceremonias de iniciación, y la habilitación exige la realización de
trabajos que son examinados por una Comisión de Grados y necesitan atender a
ciertos requisitos formales. Estos requisitos van de la forma de organizar los
contenidos a aspectos inherentes a la regularidad masónica del postulante.
Individualmente, cada grado posee un
libro de texto denominado Liturgia, configurado en los moldes de un manual que
contiene la descripción de una ritualística propia del grado. Este manual y su
catecismo establece una ceremonia ritualística que es cumplida y escenificada
por los celebrantes en las sesiones o tenidas y que explora valores y conceptos
propios del grado. En el conjunto, la secuencia de los 3 grados configura un
programa articulado de estudios, precisamente indicado y amparado por la
colección de manuales o liturgias, los restantes grados del 4º al 33º solamente
son un repaso de los 3 primeros grados.
Un neófito que asistiera a una sesión
o que leyera los manuales, difícilmente, pensaría que se trata allí de
filosofía. La primera lectura indica un estudio doctrinal de sentido moral que
objetiva capacitar a los estudiantes en el dominio de cierta doctrina y en la
conjugación de ciertos valores. Para superar esa impresión superficial, se
impone considerar la estrategia pedagógica adoptada por la masonería.
El elemento característico de esta
pedagogía es el uso de símbolos, de metáforas y de alegorías en la
contemplación y en la transmisión de significados. El símbolo, como se sabe,
comporta una densidad significativa muy superior a la del concepto,
ordinariamente utilizado. El concepto parece discreto y estrecho ante la
densidad significativa del símbolo. En cambio, el concepto es más objetivo y
preciso en lo que pretende indicar. Se puede vislumbrar la capacidad de
significar del símbolo con la metáfora de la cebolla. El símbolo, del mismo
modo que la cebolla, comprende capas, en el caso, de significados, de suerte
que posee siempre un significado superficial, así como la cebolla posee una
cáscara. Retirando la cáscara, se revela otra capa y así sucesivamente hasta
alcanzar su núcleo. De la misma forma, se comporta el símbolo que posee,
también, significado superficial y la desventaja de ser genérico y de indicar,
normalmente, sólo un sentido general, pero que posee, en contrapartida, la
ventaja de ser de fácil entendimiento y comprensión, independientemente de la
eventual preparación intelectual del estudiante, del mismo modo que la metáfora
de la cebolla aquí empleada indica, con eficiencia comunicativa, el sentido
general que se confiere al símbolo.
Este significado superficial puede
ser superado, paulatinamente, penetrándose, por la meditación y el estudio
masónico, hasta las capas significativas más profundas. Con ello, se viabiliza
la apropiación de significados capaces de proporcionar niveles más elaborados
de discernimiento y de comprensión tanto de sí mismo como del Universo.
En consecuencia de esta opción
pedagógica, la Masonería no realiza pruebas o exámenes de evaluación del aprendizaje y transfiere
íntegramente al estudiante la obligación y la responsabilidad de conducir y de
dosificar su empeño y determinar el grado de profundidad al que quiere ascender
en su estudio bien como el grado de comprensión que anhela y puede alcanzar. Al
final, está también en juego la capacidad personal de empeñarse y de
comprender, sabidamente variable de persona a persona. No hay, en la Masonería,
la pretensión de enseñar, sino sólo un esfuerzo de voluntarios, con el fin de
crear oportunidades para que el aprendizaje se dé.
En razón de esta pedagogía, se
comprende que al alcanzar el Sublime Grado de la Maestría Masónica o el Grado 33º no
significa el haberlo alcanzado todo, o equiparar el grado de comprensión de todas
las cosas, o el entendimiento del mundo o tener ya la clave de las claves
de la doctrina masónica y ni siquiera
significa que el recorrido de estudio represente lo mismo para todos, o que ya
se conozcan los secretos últimos del universo. Ciertamente con el correr de los
años en Logia, todos los masones adquieren más conciencia ética, amplían su compromiso
personal con los destinos de la humanidad y, por consecuencia, se vuelven mejores
ciudadanos, con un compromiso social más sólido. Sin embargo, esto no implica
necesariamente la conquista de un grado excepcional de discernimiento o
capacidad interpretativa diferenciada, lo que, además, se verifica también en cualquier
escuela académica regular, donde no todos los alumnos resultan en profesionales
igualmente preparados e igualmente competentes.
Cuando, sin embargo, el Masón por efecto
de su desempeño en Logia, y no tanto por sus grados , es que llega poseer un fundamento conceptual
suficiente y realmente se empeña y se dedica al estudio, percibe los
significados subyacentes y pasa a comprender que allí residen las perlas de la
verdadera sabiduría masónica, joyas de enorme
valor, que son permanentes e inestimables
para toda la humanidad. Cuando esto sucede y en la medida en que sucede, el
sentido profundo de la doctrina masónica se revela, y el masón puede ascender
al patrón superior de discernimiento manifiesto en los textos de los grandes
pensadores que se destacaron en la historia de la humanidad, no porque haya
estudiado y domine la obra y el pensamiento de cada uno de ellos, sino porque
se familiarizó con el tipo de perspectiva que, en buena parte de los casos, les
permitió tales percepciones.
Este nivel es conquistado en la
medida en que el masón ejercita el modo masónico de ver el mundo,
consubstanciado y amparado en la doctrina profesada. En ese momento, la
historia y la misión de la Masonería se aclaran, y la propia posición del
hombre, en el seno de la naturaleza, asume contornos y significados más
nítidos, realistas y reconfortantes. Según nuestra experiencia personal, el
beneficio masónico en el plano individual más evidente de esta conquista se
revela en términos de serenidad de quien ha equilibrado su relación con Dios,
con el Universo , consigo mismo y con la Sociedad.
Aunque la masonería especulativa se
fundó en Londres 1717, posteriormente en
1762 aparece el Rito escocés, siendo unificado en 1786, el modo masónico de ver el
mundo constituye una tradición que se pierde en tiempos inmemoriales. Este modo
de ver el mundo puede ser sintetizado en un paradigma formal y fue expresado en
modelos referenciales adecuados a la cultura de diferentes épocas y de
diferentes pueblos. En el Egipto Imperial, por ejemplo, fue expresado en la
forma de Triángulo Sagrado. Pitágoras lo expresó en la forma de La Tetraktys que es una figura triangular que consiste en
diez puntos ordenados en cuatro filas, con uno, dos, tres y cuatro puntos en
cada fila , figura que es parte
fundamental de la idea pitagórica, siendo un símbolo místico muy importante
para los pitagóricos . Platón lo expresó como el Nous , intelecto, correspondía
al Espíritu, la parte más elevada y divina del Alma y Juan, el Evangelista, lo
tradujo como Verbo Divino, "aquel que era en el principio.
Cabe entrar en detalles sobre esas
versiones antes mencionados del
paradigma Consciencia, ya que los flujos de intentar elevar el nivel de
Consciencia que la historia registra, en cada uno de los casos, y que, a
nuestro entender, se derivan del advenimiento de cada versión del paradigma
Consciencia son elocuentes testimonios del poder creativo y esclarecedor de ese
modo de ver el Universo y a nosotros
mismos. Tres mil años de vigencia de un mismo modelo social en Egipto, el
milagro cultural de la Grecia Clásica y la fuerza de la doctrina cristiana
gestada a dos mil años, en el seno de la Comunidad de Judía, no pueden ser
atribuidos al azar, al contrario, fue conscientemente e intencionalmente
gestada, en todas ocasiones, es la evidente presencia de modos poderosos de
pensar.
Un estudio más detallado de las
versiones históricas del paradigma consciencia constituyen todavía un proyecto pendiente.
Queda evidente al contemplarse a sí
misma la Masonería a través de nosotros los masones , ya sin dogmatismos, bajo ese modo de Observarnos
como una sociedad librepensadora , y que está fundamentado en la presencia de
un principio creador, fuente necesaria para justificar la existencia del
Universo, dentro del cual nos encontramos disfrutando la vida. Esto significa
creer en la existencia de un principio absoluto que trasciende y fundamenta el
Universo relativo que nos alberga, proporcionándole origen racionalmente
amparado, sin implicar cualquier antropomorfismo de ese principio creador. De
ahí la exigencia en Masonería de la creencia
en un principio creador para ingreso en la Orden Masónica y de ahí, también, su
neutralidad religiosa asumida.
Ahora bien, ese modo de ver el
Universo, como consecuencia de un principio creador, no constituye una prerrogativa
de la Masonería. La Filosofía, en su vertiente Metafísica, adopta la misma
perspectiva, al consubstanciarse en una ciencia del ser, o sea, una ciencia que
fundamenta el ente en el ser.
Dada ser esa la Filosofía que mejor
se ajusta para comparación con la doctrina masónica, veamos cómo la Metafísica
puede ser contextualizada.
Alcoseri