El Arrogante y Generoso Francmasón.
Había ya hace años un masón llamado Ricardo Cielo que tenía fama de ser arrogante a la vez filántropo, y masón altivo y generoso que según, los entendidos, producen la extraña personalidad de muchos masones a través de la historia.
El francmasón Ricardo Cielo tenía un amigo llamado Zacarías Rocas, un rico comerciante , cuyos negocios habían sufrido las consecuencias de una crisis económica.
Zacarías llamó a su hijo Isaías Rocas y le dijo:
Hijo, dirígete al arrogante y generoso filántropo masón Ricardo Cielo, que es amigo mío , y dile que tu padre necesita de un préstamo urgente , para solventar la crisis de mis negocios, préstamo que le devolveré con creces cuando mis negocios estén en orden de nuevo.
Isaías Rocas se dirigió a la casa de Ricardo Cielo; cuando llegó ahí lo sentaron en la sala de espera , donde en una oficina rodeada totalmente de cristal se encontraba el masón Ricardo Cielo, sentado y atendiendo sus asuntos. Se notaba tan arrogante , pedante y vanidoso que apenas miró al joven Isaías Rocas , así se mantuvo por horas sentado con su mirada lejos del Joven visitante.
Así, luego de varias horas Isaías Rocas fue llamado a la oficina de Ricardo Cielo.
El joven le dio los saludos de parte de su padre y le contó la situación y le pidió el préstamo.
Ricardo Cielo le miró con la mayor arrogancia , y con una voz petulantemente altiva le dijo: - ¡Aléjate de mí inmediatamente!
El Joven Isaías Rocas salía de la oficina desdichado y cabizbajo, en eso lo detiene la secretaria y le pide que se siente en la sala de espera de nuevo, minutos después la secretaria aparece con un cheque a nombre de su Padre Zacarías Rocas por varios millones de dólares. El joven no salía de su asombro, se incorporó de asiento y se dirigía hacia la oficina de Ricardo Cielo para agradecerle del préstamo, pero de nuevo la secretaria le detuvo , y le pidió saliera de la oficina y se dirigiera a casa de su padre, que en cuanto al asunto ahí había terminado.
Isaías Rocas y su padre estaban alborozados de alegría por el préstamo , así, con el préstamo salieron de sus deudas y en pocos meses amozaron una enorme fortuna.
Zacarías Rocas dijo a su hijo: -Hijo , ve con este cheque que cuadriplica lo que nos prestó mi amigo Ricardo Cielo, mi amigo masón tan generoso y a la vez tan arrogante. Apresúrate a entregárselo en sus propias manos, no sin antes saludarle y darle las gracias, ya que nosotros gracias a su préstamo hemos septuplicado las ganancias.
Isaías Rocas de nueva cuenta se dirigió a la Casa del Masón Ricardo Cielo; llegó a la oficina y le dijo a la secretaria del Cheque por varios millones de dólares que le entregaría al prestamista, pero, esta vez resultó peor, el joven tuvo que esperar varios días antes de ser admitido en la oficina por Ricardo Cielo.
Cuando finalmente se le permitió al joven hablar con Ricardo Cielo , que aún estaba sentado en la misma pastura , de cuando le dio el préstamo, como si nunca se hubiera movido , le joven dijo:
- Excelentísimo francmasón Ricardo Cielo, le traigo saludos de mi padre ,y le devuelvo su préstamo cuadruplicado, dinero que usted tan generosamente nos prestó sin garantía alguna.
Ricardo Cielo se quedó mirando largo rato al joven Isaías Rocas, tanto que Isaías se sintió un tanto incomodo , pero se resistía a mostrar su incomodidad. Luego de pronto el masón Ricardo Cielo dijo:
-Isaías Rocas , tú y tu padre mi gran amigo , parecen impresionados por la buena fortuna que mi préstamo les proporcionó , no pueden comprender la naturaleza de esta situación. La generosidad masónica no consiste en hacer prestamos . Ni la Masonería es un Banco que otorga prestamos , ni yo como masón soy el Banquero de nadie. Las Masonería le ha dado el mundo mucho , sin esperar nada a cambio. Vuelve con tu padre y dile que se quede con las ganancias, tratando siempre se socorrer todos los días a los desposeídos.
Cuando el joven Isaías Rocas volvía con su padre , y se preguntaba por la Arrogancia y pomposidad del masón Ricardo Cielo, en eso , vio hacia donde estaba el Sol, y notó que el Sol era Generoso para con todos , pero a la vez arrogante en su magnificencia, así el Sol no esperaba nada de nosotros , aún y todo lo que nos daba, y así lo comprendió todo.
Alcoseri.