La Masonería desde el primer grado hasta el último grado invita a la reflexión profunda y sembrar en el nuevo masón la inquietud de la búsqueda por él mismo, acerca de todas las materias que no ha estudiado; explicarle la diferencia entre el bien y el mal, la virtud, el fanatismo, la superstición y la necesidad de que nos depuremos, y hacernos conscientes de la esclavitud en el que vivimos, despertando en nuestros corazones la dignidad. Para que el nuevo masón se libere por sí mismo de las cadenas que lo atan. Estudiando constantemente lo que le debe a Dios, a si mismo y a sus semejantes. A fin de que libren todas las pruebas a que se le sujetaran a lo largo de su vida masónica