He sido por muchos años un apasionado del tema masónico, tema que nos
congrega aquí en este Foro. Mi labor por Internet me ha servido para
estudiar múltiples filosofías relacionadas con la Orden Masónica, y me
precio de no haber perdido el tiempo con los estudios relacionados.
No me doy aún por satisfecho, pues seré un eterno aprendiz.
Aparentemente cada masón somos un caso; que no existe un común
denominador que nos revista de un uniforme mental. Esto podría
querer decir que nuestras reacciones y apreciaciones son distintas,
de acuerdo a un hipotético punto vista esto enriquece mucho a Nuestra
Ecléctica Orden. Claro esto se pone de manifiesto cuando nos encaramos
con hechos que para muchos parecerían normales. Ciertos masones
prefieren cierta línea filosófica a otra; otros pocos gustan más de
no escudriñar. Pero, por lo general, el masón se da por estudiar a
profanidad y a encontrar en libros esotéricos y místicos claves que le
den Luz. Esta divergencia la he podido apreciar dentro de Logia y en
los Foros Masónicos. Algunos masones se emocionan al tratar temas
masónicos ocultos y secretos, mientras otros se identifican más con
temas políticos, académicos o históricos.
Por encima de la pluralidad aparente de criterios de los masones, he
podido observar chispazos de unanimidad absoluta. Y ha sido siempre
respecto a las nuestras liturgias, la repetición unánime de formulas
masónicas, ahí los clanes se diluyen y la atención se consolida en
sentido único. Y, amigas y amigos panelistas, cuando me refiero a las
ceremonias litúrgicas masónicas, es que ahí, es cuando se logra
invocar con una potente formula la presencia de la misma Inteligencia
que reina muy dentro de nosotros, al abrir los trabajos ya no hay
criaturas mundanas esclavizadas, en Logia están presentes seres
pensantes y libres, ahí no nos ahoga lo mundano.
A lo largo del transcurso de la Tenida diríase que nos sumergimos
voluntariamente en una Gran Luz, tan sutil que un profano no lo
captaría, pero para un iniciado en los Augustos Misterios es una
presencia muy poderosa. Este fenómeno de la mística masónica tiene
tintes de la única realidad, el otro mundo; el profano carece de la
solidez, basta con escuchar las conversaciones cotidianas y percatarse
del sueño psicológico donde ese mundo se desarrolla.
Y cuando uno logra la sensación de estar despierto a la consciencia ,
ese sabor de estar presente en la Realidad, es difícil que se nos
engañen de nuevo, y las cadenas de la esclavitud psicología no
volverán a atraparnos de nuevo.
Es ahí precisamente en las Liturgias donde los masones adquirimos
la Unanimidad que necesitamos.
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VICENTE ALCOSERI
ADMINISTRADOR
DE ESTE FORO MASÓNICO.