Los Secretos del pavimento Masónico
El Templo Masónico siendo un lugar sagrado, es en donde se dibuja sobre el suelo un enigmático tablero de ajedrez en blanco y negro. Esto resulta para masones y no masones uno de los sugestivos distintivos más reconocidos de un Templo Masónico. La explicación que se nos brinda en Logia al respecto es de lo más sencilla , explicándonos que se representan ahí a todas las razas humanas , entendiéndose se representan a masones de piel blanca y negra unidos por el cemento de la fraternidad , pero que hay de nosotros los masones morenos, porque no intercalar ahí a lozas color café o beige. Muchos no nos quedamos con la versión oficial que nos brinda el catecismo masónico , y vamos por indagar más sobre el asunto.
Este tablero de ajedrezado , el pavimento de mosaicos blancos y negros, es una lápida, una tumba que parece guardar un gran secreto enterrado.
En muchas Logias Masónicas del mundo, el ajedrezado se circunscribe a unas cuantas lozas al centro del tempo , que es el pavimento de mosaico es considerado un espacio sagrado sobre el que nunca deben pisar, así los hermanos de esas logias le dan la vuelta, pues creen que pies nunca deben pisar ese piso ajedrezado . Mientras otros templos masónicos el piso ajedrezado cubre todo el suelo del templo, y los hermanos nos consideramos a nosotros como un deber recorrer el piso ajedrezado, pues esto implica recorrer alegóricamente el suelo terrestre , ya que para nosotros los masones del Rito Escoces Antiguo y Aceptado , entendemos que el piso ajedrezado de la Logia representa al suelo Terrestre.
Las diferentes actividades durante el ritual masónico ya se organizan y armonizan alrededor del pavimento de mosaico o bien sobre el pavimento de mosaico ajedrezado, dado uno u otro sea al caso .
Los movimientos para circunvalar dextrógiramente el templo, las paradas, las marchas , los cambios de dirección en escuadra se realizan en una construcción de la acción dentro del ritual masónico, que se desarrolla claro sobre el piso ajedrezado .
El pavimento de mosaico se convierte así en el eje creativo del ritmo y la armonía de los movimientos rituales, así las líneas creados en el ajedrezado piso nos sirven de referencia para caminar de forma recta , pues si todo el piso fuera de un solo color perderíamos la perspectiva de caminar en el templo de forma recta. Así, de esta manera dentro de Logias , nuestro caminar, nuestro acercamiento al Ara Sagrada o a cualquier lugar del Templo son llevadas con orden. Nuestras acciones no deben ser anárquicas, desorganizadas. Nuestro camino, nuestros avances están vinculados en la misma dirección, alrededor de un mismo eje, por un mismo objetivo. Así, el piso ajedrezado nos sirve para ajustarnos mentalmente , pues es el referente o marca de piso para afinarnos , es como esos puntos de referencia marcados en Tierra que usan los satélites artificiales que giran alrededor de la Tierra , para fijar sus coordenadas en esos sofisticados Sistemas de referencia para la navegación espacial.
¿Por qué explico que el piso ajedrezado es la loza de una tumba que guarda un secreto?. Porque Esta tumba sagrada y misteriosa en blanco y negro es el principio creativo de la organización armoniosa de nuestras acciones en Masonería , en donde queda sepultado el brutalizado humano y surge de la tumba el humano perfeccionado.
Es el ritmo. Él es la música de nuestros pasos y nuestros pasos van al unísono en la marcha masónica .
En esta tumba hay un epitafio secreto, encriptado en blanco y negro. Tendremos que aprender gradualmente a leer este mensaje masónico que hace referencia a esa imagen del bien y del mal de que está sembrado el camino de la Vida. Donde a veces la lápida nos revelará parcial y gradualmente su secreto masónico del Bien y del Mal.
La primera impresión que podemos tener al mirar el tablero de ajedrez es la imagen de la oposición entre el negro, ausencia de color, y el blanco, la suma de todos los colores. Es la misma idea del Ying y el Yang de la cultura oriental taoísta , el de los dos complementarios.
Esta oposición puede representar nuestro pensamiento racionalista que nombra, separa y opone cosas y seres.
Cualquier intento de definir, de conocer algo, implica una disección, una categorización, una ruptura de lo que queremos saber a lo que debemos saber, pues , conocimientos que son usados para representar o referirse a la dualidad que esta filosofía masónica atribuye a todo lo existente en el universo..
Este negativo pensamiento es a la vez el que es el pensamiento de la desunión, el pensamiento que crea los opuestos y que deja en su centro un abismo donde perdemos nuestra alma. Pero al mismo tiempo es: El luminoso pensamiento que es el pensamiento de la unión, el pensamiento que crea las afinidades y que deja en su centro un la alta cumbre donde alcanzamos nuestra alma.
Pero el epitafio es el resumen, lo visible, de lo enterrado. Por tanto, los opuestos están enterrados, unidos en el mismo lugar. La tumba se convierte entonces en el lugar unificador de los opuestos creando equilibrio, armonía y paz. Según esta idea, cada ser, objeto o pensamiento posee un complemento del que depende para su existencia y que a su vez existe dentro de él mismo. De esto se deduce que nada existe en estado puro ni tampoco en absoluta quietud, sino en una continua transformación. Además, cualquier idea puede ser vista como su contraria si se la mira desde otro punto de vista. En este sentido, la categorización solo lo sería por conveniencia. Estas dos fuerzas, positiva y negativa, serían la fase siguiente después de iniciarnos masones , el principio generador de todas las cosas, del cual surgen
Es además, alrededor o sobre del pavimento de mosaico, donde nos damos cuenta de este precioso momento de la cadena de unión donde, en el silencio y la meditación, nace un amor intenso entre hermanos masones .
El tablero de ajedrez en blanco y negro ya no representaría la oposición del blanco y el negro, sino el tejido que da cuenta del tejido del Ser. A decir verdad, el dualismo básico fue el primer esbozo de filosofía masónica cuya antigüedad se encuentra señalada por su inclusión en el antiguas enseñanzas que se remontan a milenios antes de Cristo y del cual basa muchas ideas masónicas sobre la base de la oposición de conceptos antagónicos masónicos: Blancas Lozas y Negras Lozas , Vida y Muerte, Oriente y Occidente , las dos columnas J (positiva) y B (negativa) , el compás (Espíritu) y la escuadra (Materia) etcétera, representados por una línea Logia de Varones (masculino) y una Madre Logia (femenino).
Cada ser es sagrado con sus sombras y sus luces. Todos tenemos esta luz creativa, esta luz no creada. La luz no es visible, pero se da a manifestar.
En la oscuridad de nuestro cuerpo, nuestros pensamientos, nuestros juicios, la luz del amor brilla por la eternidad.
El negro es visible porque se nos ha dado luz. El blanco y el negro son inseparables entre sí. Nuestra oscuridad nunca puede destruir la luz original de la que venimos.
Cuando nos esforzamos por encontrar, por buscar fallas, imperfecciones en nuestro prójimo, nos volvemos ciegos y olvidamos que hay una luz profunda dentro de él que es la belleza y la bondad.
Es esta luz la que debemos esforzarnos por encontrar en cada ser.
El negro nos guía hacia el blanco.
En lo peor, siempre está lo mejor.
Al Oriente del pavimento de mosaico, hay una alegórica puerta siempre abierta. Puerta Interdimensional que nos permite a todos ocupar un lugar privilegiado, pues nos permite brillar a toda luz, pídete a ti mismo cruzarla , ¡Crúzala Ahora…¡ .
Este "Otro Yo", tan diferente a nosotros, con sus negros y blancos, podrá venir y ampliar el pavimento de mosaico y participar en la unión.
El pavimento de mosaico es entonces la expresión de la aceptación y el reconocimiento del otro tal como es, con todas sus diferencias y sus peculiaridades.
Crear el pavimento de mosaico es unir nuestras multitudes, es vivir con nuestras diferencias y calentarnos en nuestra luz común.
Vivir en el Amor es mirar a tu hermano como es y no como nos gustaría que fuera. Acepta sus cuadrados negros, pero también se maravilla con su luz blanca.
Cuanto más intensa y blanca es la luz, más oscura es la sombra. Cuando es más densa la sombra de los pinos es porque el Sol brilla con más intensidad» Dicen los monjes Zen.
El pavimento de mosaico nos invita a la humildad y la introspección. Cuanto más podamos dejarnos iluminar por la luz de nuestros hermanos, más visibles serán nuestras sombras.
Entonces podemos empezar a trabajar en nosotros mismos para perfeccionarnos, mejorarnos, rectificarnos. Puede ser doloroso abrirse a la luz del Otro, pero es la única forma que puede existir para borrar las mentiras, las ilusiones que tenemos sobre nosotros mismos. Dejándome inundar con tu luz podré dirigir el trabajo de pulir mis tinieblas. Esta aceptación del Otro en su totalidad, este trabajo de perfectibilidad que nos ofrece el pavimento de mosaico genera armonía.
Con cada tenida , el adoquinado de mosaicos ajedrezados nos regala un fragmento de su secreto, según el grado al que se pertenezca, al transitar sobre el piso ajedrezado de la logia, observamos el decorado Templo con los símbolos y herramientas que tendremos que utilizar para lograr la realización.
El pavimento de mosaico también nos da una advertencia: si queremos demasiado buscar la luz en la oscuridad, podemos dejarnos engañar por la ilusión de la luz. En la noche brilla la luna. Pero la luna no es luz, es solo el reflejo de la luz del sol.
En medio de nuestras dudas, nuestra noche oscura, nuestra búsqueda, no nos dejemos atrapar por la falsa luz de la charlatanería espiritual. El reflejo desvía la luz para enmascarar mejor la oscuridad mortal.
Finalmente, el pavimento de mosaico nos enseña ecuanimidad.
Etimológicamente, el pavimento es una superficie de cemento , nivelado, una Capa lisa, dura y resistente de asfalto, cemento, madera, adoquines u otros materiales con que se recubre el suelo para que esté firme y llano.
Blanco y negro están al mismo nivel, no hay superioridad de uno sobre el otro. Ambos se nos dan y debemos recibirlos de la misma manera. El deseo y la aversión están en la raíz de nuestro sufrimiento. Al aceptar las cosas como son, sin querer mantener el blanco y rechazar el negro, desarrollaremos la paciencia y el amor benevolente. Esta recepción ecuánime de las cosas permite unir los contrarios y así descubrir el camino del desapego, el camino del medio, el camino del no sufrimiento.
Alcoseri
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Vick Alcoseri
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