La Candidez,
Pureza e Inocencia de un Francmasón.
El tema
masónico de hoy es un tanto polémico, muy
poco abordado y más que todo muy poco entendido incluso por la mayoría de nosotros los masones. Bueno
, es verdad que Candidez e Inocencia significan lo mismo , son sinónimos, pero lo
coloque para realzar la nota , y claro con la pureza en medio, pero hay una
diferencia La inocencia es un término
que describe la carencia de culpabilidad (i- nocentia, en latín) de un
individuo con respecto a un crimen. Puede también ser utilizada para indicar
una carencia general de culpabilidad con respecto a cualquier clase de crimen,
de pecado o de fechoría, mientras que alguien cándido es alguien ingenuo:
Ingenuidad es la condición o
personalidad del ingenuo (del latín ingenuus, traducible por natural, indígena,
libre de nacimiento , lo que se identificaba históricamente con la condición
del hombre libre por contraposición al siervo, o en algunos casos con la
condición de nobleza. Cándido es de origen latino en su variante en español ,
que Proviene del latín candĭdus, que quiere decir "resplandeciente",
"que brilla por su blancura", de la raíz indoeuropea kand-,
"brillo", "claridad".
No se
necesita de un gran esfuerzo para entender que la posición de un masón debe ser
siempre como el de una persona noble de corazón, siempre con buenas intenciones
y con actos siempre fraternales. Para tal efecto , el masón debe ser Puro, Cándido
e Inocente.
En el Mundo
de hoy, es verdad ,que una persona Noble , Inocente, Cándida, Ingenua
puede ser víctima de burlas y ser objeto de estafas . Por esta razón muchas
buenas personas , esconden su nobleza y
adoptan una postura un tanto defensiva y hasta agresiva hacia los demás seres
humanos, a esto nos preguntaremos ¿Es esta actitud de esconder la nobleza una actitud
equivocada? La respuesta es complicada.
De niño mi
madre me decía , nunca provoques a los demás niños , pero si te agreden defiéndete.
Yo un eterno lector de la Santa Biblia o
Libro de Ley , me centré en profundizar en esa frase del Maestro Jesús el Cristo:
“Pero yo os
digo: No resistáis al que os haga mal. Si alguien te da una bofetada en la
mejilla derecha, vuélvele también la otra.” Mateo 5:39
Esta cita Bíblica
puede tener miles de interpretaciones , objeciones y aprobaciones.
Sé que
muchos que leen el encabezado de esta nueva publicación sean masones o no
masones , sonreirán o incluso se echaran
a reír, muchos no masones conocerán a algún masón que nada tiene de nobleza ,
ni es inocente, ni cándido, sino todo lo contrario. En Logias Masónicas siempre
habrá ese sobresaliente hermano masón
Luminoso , Noble , de carácter afable , de alma inocente y proceder muy cándido,
y claro habrá en logias masónicas siempre hermanos perversos, desleales , con
un proceder atroz, pero de los cuales pesa la maldición masónica de que todo les va mal. Mientras que a esos
hermanos masones Nobles y de almas inocentes siempre les va muy bien en la
vida.
Las palabras
“Fuerza, Belleza y Candor” inscritas en las gradas de la escalera simbólica que
conduce al oriente del Templo Masónico, nos dan clave masónica de este misterio
masónico , que esta triada van intrínsecamente unidas, no hay Fuerza (en el
Alma ) sin Candor (o Inocencia) no hay
Belleza (del Alma ) sin Candor (o Simplicidad).
Se pregunta ¿Qué
dotes o virtudes debe poseer un Masón?
La Respuesta
sería: Fuerza , Belleza y Candor. Se entiende con Belleza , a la Belleza del
Alma y no tanto la física.
Por tanto ,
podremos saber de todos los más altos misterios esotéricos de la Masonería ,
pero si no tenemos el don de la inocencia o candidez, de nada sirven.
La acacia es
una planta símbolo por excelencia de la masonería y es utilizada por los
Maestros Masones como señal de identificación, es la certeza, la claridad, y
también la inocencia , la candidez o la pureza. La acacia fue considerada en la antigüedad,
entre los hebreos, como un árbol sagrado y adoptada como símbolo masónico. Los
antiguos solían simbolizar la virtud y otras cualidades del alma con diferentes
plantas. La acacia es inicialmente un símbolo de la verdadera iniciación a una
nueva vida, la resurrección a una vida futura.
Ser una
persona cándida , inocente y pura no es sinónimo
de ser tonto , sino todo lo contrario , ser una persona suficientemente
inteligente como para ir en busca de lo puro y más cándido que hay dentro de
nosotros.
Pero también
hay una candidez o inocencia en un
sentido negativo, una persona demasiado inocente como para creer que siendo
masón te dará por si solo todas las prerrogativas para ser una persona súper poderosa y que el
mundo entero se rendirá a tus pies, como decía eso no es ser cándido , sino
tonto.
Para cierto
sector del mundo secular o profano ,ser deshonesto
, apegado a lo material , ser inconsciente de las consecuencias, ser ambicioso, llevarte al mundo por delante , sobornar, aplastar al contrincante, estafar , robar , perjudicar
a otros, aprovecharte de los demás, mentir , o hacer tranzas, para ellos todo esto
es sinónimo de ser muy inteligente y sagaz
, pero , esto no es así. Desgraciadamente en Logias Masónicas hay
personas así, que creen que dañar a otros hermanos masones es algo muy inteligente , afortunadamente son pocos , la mayoría de los
masones son personas conscientes , con buen juicio y si son prudentes.
Me decía un hermano masón , el mundo nos ha
desmadrado , y es un trabajo arduo corregirnos; y es verdad, el mundo profano ha
hecho lo propio para llevarnos a considerar como virtudes muchas cosas que no
lo son, debemos por tanto , considerar que la Pureza de pensamientos y acciones
de una persona son una Virtud , así como Virtud es la Inocencia. Ya que
Inocencia es algo que dice de alguien que es inocente de cometer crímenes y
actos delictivos.
Al leer
la historia de la antigua Roma, encontramos la Historia donde nos narra que el
Cónsul Marco Claudio Marcelo tenía la intención de erigir un Templo para ser
dedicado a la Virtud y al Honor; pero al
verse impedido, en ese momento, de llevar a cabo su diseño, luego modificó sus
planes y erigió dos Templos, contiguos entre sí, situados de tal manera que la
única avenida al Templo del Honor era la de la Virtud; dejando así una elegante
moraleja para la posteridad, que la Virtud es el único camino directo al Honor.
La virtud es el ejercicio más elevado y la mejora de la razón; la integridad,
la armonía y el justo equilibrio del afecto; la salud, la fuerza, la inocencia y la belleza del alma. La perfección de la
Virtud consiste en dar a la razón todo su alcance; obedecer la autoridad de la
conciencia con presteza; ejercitar los talentos defensivos con entereza, el
público con justicia, los privados con templanza, y todos con prudencia; es
decir, en la debida proporción entre sí, con serena y difusa beneficencia; amar
y adorar a Dios con un afecto inigualable y desinteresado y acceder a las
dispensaciones de la divina providencia con alegre resignación. Cada
acercamiento a esta norma es un paso hacia la perfección y la felicidad, y
cualquier desviación de la misma tiene una tendencia al vicio y a la miseria.
De esta Historia del Cónsul Marcelo se basa aquella frase masónica “Vengo de
una Logia en la cual se levanta un Templo a la Virtud y otro Templo al Honor , Logia donde se ahondan pozos sin
suelo a los vicios y se enseña a vencer las pasiones y a guardar silencio”.
El templo de
Honor y templo a la Virtud (en latín templum
Honor et templum Virtutis) fueros dos templos romanos, del que
no se conservan más restos actualmente,
dedicados uno a la Virtud y el otro al Honor.
Uno estaba ubicado al lado de la Porta Capena, el otro en el lado norte
de la Vía Apia.
Historia
El templo
fue dedicado inicialmente a Honos, deidad mitológica romana identificado como
el dios del Honor, el 17 de julio del año 234 a. C. por Quinto Fabio Máximo
después de su victoria sobre los ligures. Después de la batalla de Clastidio
en el 222 a. C., Marco Claudio Marcelo prometió dedicar también el templo a la
Virtud (como deidad femenina llamada Virtus), un voto que renovó después de
capturar Siracusa. En el 208 a. C., él mismo trató de cumplir su juramento
volviendo a dedicar el templo existente ya dedicado al Honor, pero el colegio
de pontífices lo prohibió, ya que una célula no podría dedicarse a dos dioses,
si un prodigio ocurría en el acto, no sería posible identificar a qué deidad se
debían realizar los sacrificios en su agradecimiento. Debido a esto, Marcelo
reformó el templo de Honor y construyó una nueva celda en el otro lado en honor
a la Virtud, convirtiendo el templo existente en un templo doble.
Fuerza,
Belleza y Candor. En los tres escalones que nos conducen hacia el Oriente de
nuestros templos masónicos, en estos peldaños están escritas las palabras
Fuerza, Belleza y Candor, que son las virtudes necesarias para ser un verdadero
francmasón. Pero, ¿qué es el Candor? En masonería se hablado mucho sobre el
estado de candor. Se nos ha dicho que una mente cándida es la que no está presa
en la estructura psicológica de la sociedad profana, y está por lo tanto libre
de conflictos; no está abrumada por la carga de recuerdos de cosas mundanas, lo
cual no es un estado de amnesia; ya no está agarrada en la técnica profana,
aunque la técnica sea necesaria. Y saber si hay diferencia entre este estado de
candidez iniciático y la idea que se tiene peyorativamente en el mundo profano
sobre la candidez o inocencia, la cual puede incluso ser objeto de burlas. Una
de nuestras dificultades, me parece, es que nos aferramos a una palabra como
“inocencia”, o “candidez”, o “pureza”, y luego tratamos de relacionar todo a
esa particular palabra. Como la palabra no es la cosa. La palabra “inocencia”
no es el estado de inocencia; la palabra “candor” no es el estado de candor, al
menos no como la gente profana lo entiende. Pero cuando efectivamente existe el
estado cándido, existe también el estado de iniciación. No podemos llegar al
sublime estado de candor masónico mientras seáis ambiciosos, mientras vuestra
mente sea mezquina, mientras estéis atrapados en la sucia estructura
psicológica de la sociedad profana y no seáis más que una robotización
personificada, que es lo que somos la mayoría de nosotros. Tenemos un empleo
porque necesitamos ganarnos la vida, y somos poco más que máquinas, por muy
hábiles, astutos o sutiles que seamos. Una mente maquinal no es cándida e
inocente. Las calculadoras, los chips electrónicos, los poderosos ordenadores
son probablemente muy inocentes, pero están elaborados con silicio, no son
seres vivientes como lo somos nosotros. Eventualmente podrá inventarse una
máquina que tenga una especie de vida propia, y acaso se esté ya muy cerca de
lograrlo. Pero reducirnos al punto de funcionar como simples máquinas en
nuestros esfuerzos técnicos, en nuestra adquisición de conocimientos, en
nuestra acumulación de experiencia, no produce la necesaria candidez. La
candidez es ese estado iniciático en el cual el alma siempre es siempre
inmortal, joven y fresca. Una mente inocente no tiene miedo a la muerte, no
tiene miedo de ninguna clase, y por lo tanto está libre del mundo profano
aunque se desenvuelva en él.
Alcoseri