La Iniciación y la Gran Luz

Después de estudiar durante años temas filosóficos, Orfeus sintió que era hora de ir en busca del verdadero conocimiento.

"Voy a ir en busca del Maestro Oculto, que también se dice que está en lo más profundo de nosotros mismos", se dijo a sí mismo.

Dejó su casa cargando sólo con lo más necesario, y en el camino polvoriento se encontró con un hombre que caminaba lentamente, y que también como él dijo ir en busca de la Gran Luz. Orfeus camino junto a él y se fue en silencio. Así ese hombre, preguntó: "¿Quién eres tú, y para qué quieres esa Gran Luz?".

"Soy Orfeus, me embarqué en un viaje en busca del Maestro Oculto que me otorgará la Gran Luz, y con esta Luz me alumbraré  y si me es posible alumbraré a otros más".

"Perfecto entonces", dijo el Hombre.

"¿Puede usted ayudarme a encontrar al Oculto Maestro?", Dijo Orfeus. "Puedo ayudarte sólo si tú me ayudas",  contestó el hombre en esa forma desconcertante que caracteriza a los hombres de conocimiento de todos los tiempos y es que este hombre que no era otro que Kadyr el francmasón cuenta cuentos. "Se dice que el Maestro se esconde dentro de nosotros mismos. Encontrarlo  depende de lo que se experimenta  y se vivencia. Es algo que un masón sólo puede transmitir en parte,  la parte más importante la tendrá uno que completar."

Algún tiempo después, se encontraron con un árbol que se balanceaba y crujía y concluyeron que no era otro que el árbol del conocimiento.  Kadyr se detuvo, se quedó un momento en silencio y luego se volvió a Orfeus: " Es necesario detenernos un momento  para conseguir escuchar al árbol  y saber que nos está diciendo" .

"No tengo tiempo", dijo Orfeus "y en todo caso, ¿cómo puede un árbol comunicarnos algo?". Siguieron caminando cuando en un cruce de caminos  Kadyr dijo a Orfeus: 'Cuando estábamos cerca de ese árbol me pareció sentir el olor de la miel: Es posible que las abejas silvestres hayan construido su colmena en el interior del árbol del conocimiento.'.

"Si es así," Orfeus dijo: "Apresurémonos a volver allí para recoger la miel, pues tengo hambre y traigo unas hogazas de pan y haremos pan con miel   ."

"Como quieras," dijo Kadyr. Cuando llegaron hasta el árbol del conocimiento, vieron a un grupo de otros viajeros recogiendo una gran cantidad de miel. "Qué suerte que hemos tenido!" Ellos no dejarán nada, pero Kadyr dijo: "Hay suficiente miel para alimentar a toda una gran ciudad. Los viajeros dijeron estábamos hambrientos, pero ahora saciamos nuestra hambre con esta deliciosa miel. A lo que Kadyr les dice con esta miel ya no volverán a tener más hambre de nuevo."

Así luego reanudaron su camino, pero en el cruce de caminos los viajeros se separaron de Kadyr y de Orfeus. Al llegar al pie de una montaña, se escuchó un sonido de zumbido que parecía venir de un montículo. Kadyr pegado a su oído a la tierra. . "Hay millones de termitas que están construyendo su hogar. Este efecto es su grito de ayuda Nos están diciendo, en su idioma: Que las ayudemos pues constantemente son atacadas por Osos hormigueros, y que para escapar del oso hormiguero tienen que cavar más profundo pero que unas piedras abajo no les permiten cavar. Kadyr le pregunta a Orfeus ¿quieres ayudar a las termitas retirando las piedras que obstaculizan a las termitas  o prefieres continuar sin demora?".

"Hermano Kadyr," dijo Orfeus, " ni las  termitas, ni esas piedras, ni los osos hormigueros nos interesan. La búsqueda del Maestro Oculto es mi único objetivo."

"Está bien, hermano," dijo Kadyr, "y sin embargo se dice que todo está conectado. Tal vez hay una relación entre este hecho y nuestra búsqueda."

Orfeus no prestó atención a lo que Kadyr murmuró y luego continuaron  su camino.

Cuando los dos viajeros se detuvieron para pasar la noche,  Orfeus dio cuenta de que había perdido su valioso cuchillo. "Voy a tener que regresar seguro se me cayó a lado del Termitero", dijo. Al día siguiente, se volvieron sobre sus pasos. Al llegar a lado del Termitero que encontraron ningún rastro del cuchillo de Orfeus. Por otra parte, vieron a gente llena de polvo y barro que descansaban junto a una pila de monedas de oro. "Es un gran tesoro que estuvo escondido y que acabamos desenterrado", dijeron. "Viajamos  en caravana a lo largo de este camino cuando un viejo masón que viaja con nosotros, y nos comunicó  en los siguientes términos: ' Se del idioma de las termitas y se lo que dicen,  caben aquí y encontrarán lo que es piedra para algunos  y oro para otros, y a la vez que ayudamos a las termitas."

Orfeus maldijo su destino. "Si sólo nos hubiéramos quedado," gimió, "usted y yo seriamos ricos." Tu Kadyr conoces el idioma de las Termitas y sabias eran oro esas piedras que les obstaculizaban para cavar más profundo. ¿Por qué no me lo dijiste Kadyr?

Los otros observaron y escuchaban: "El viejo masón que le acompañaba  en la Caravana, extrañado, y curiosamente se preguntó por qué Kadyr se guardó esa parte del Oro."

"No todos los masones iguales", dijo Orfeus y continuaron su viaje y llegaron a los pocos días a la orilla de un río. Se detuvieron , y ambos se esperaban al barquero que los ayudara a cruzar el rio. De repente vieron un gran pez asomarse varias veces en la superficie del agua, y haciendo una mueca ante ellos.

"Este pez", dijo Kadyr, "envía un mensaje que dice: '. Me tragué un anzuelo escape del pescador , pero el anzuelo lo tengo atorado en la garganta  y si me ayudan les contaré mis secretos , ¡tengan piedad, por favor!'" .

En ese momento apareció el barco, y Orfeus, impaciente por continuar, suplicaba a Kadyr no hacer caso al pez, como impaciente a seguir adelante. El barquero cruzó a ambos- y le dieron unas cuantas monedas era todo lo que podían darle - y esa noche  Kadyr y  Orfeus durmieron  cómodamente en la orilla opuesta, en un albergue que había construido unas almas caritativas en ese lugar para los viajeros.

A la mañana siguiente, mientras ellos estaban tomando su desayuno, se les unió el barquero. La noche anterior había sido el más afortunado de toda su vida, les dijo; ustedes peregrinos en busca de la Luz me han traído suerte. Besó las manos Kadyr venerable y pidió su bendición.

El barquero se había hecho rico, y eso es lo que había sucedido. La noche antes que regresaba a su casa a la hora habitual, cuando vio a los dos viajeros en el otro lado del  y había decidido obtener unas monedas extra para hacer un viaje adicional y aminorar su pobreza,  y ganar la bendición dada a aquellos que ayudan a los viajeros que van hacia la Luz. Todo , cuando se disponía a atracar el barco, vio un Gran pez pidiendo ayuda.

Parecía estar tratando de sacarse un anzuelo de su garganta. Después de que el barquero había hábilmente sacado el anzuelo de su garganta, el pez le contó  donde secretamente un Rey había escondido sus tesoros  a lado del rio, y  dio así el barquero con un enorme cofre con diamantes, perlas y muchas monedas de oro.

"¡Usted   Kadyr es un demonio!" Gritó Orfeus furioso. "Usted sabía de la existencia de estos tesoros. Usted debido a la percepción de su poder oculto, y que no has dicho nada en ese momento . Este no es el comportamiento de un verdadero Maestro  masón, le dijo Orfeus  a Kadyr.  Mi mala suerte fue toparme en este camino contigo Kadyr, pero reconozco que sin ti no habría sido capaz de nada de saber de  las posibilidades ocultas en los árboles,  termiteros y los peces, y quién sabe dónde más todavía ".

Apenas hubo pronunciado estas palabras, fue cuando Orfeus sintió  como un alma se iluminó, y la venda que cubría su ojos  cayó. En ese momento supo que la verdad era exactamente lo contrario de lo que había antes  pensado,  todos los tesoros hubieran sido más que distractores para no dar con la Verdadera Luz .

Kadyr entonces , fuertemente  le tocó el hombro y sonrió levemente: "Ahora, hermano, usted sabrá que se puede aprender mediante la experiencia, y sabrá cómo contactar con  ese maestro oculto que usted tiene dentro de su corazón".

Cuando Orfeus  por fin pudo levantarse, vio a Kadyr ir con otro pequeño grupo de viajeros que estaban discutiendo de los peligros que les esperan en el camino hacia la Gran  Luz. Hoy en día, el nombre de Manalik Orfeus está entre el de  los Grandes iniciados, pues comprendió el verdadero significado de la Iniciación y el de la Gran Luz.

Alcoseri