Vick Alcoseri Administrador Los templarios, la geometría divina y los misterios masónicos Conocidos oficialmente como la Orden Mendicante de Caballeros de Cristo y del Templo de Salomón, los templarios fueron organizados en 1118 por el noble francés, Hugues de Payens, así de Payns y ocho caballeros se asocian con el objetivo de proteger a los peregrinos en Tierra Santa. Originalmente solamente fueron nueve templarios que durante los primeros nueve años, pero , luego la orden se expandió y pronto se estableció como una fuerza militar que no sólo operó en Medio Oriente, sino en toda Europa, y se cree que llegaron incluso a la América precolombina. Después del reconocimiento de la Orden, Hugues de Payens comenzó un nuevo viaje por Europa solicitando tierras y dinero a la nobleza y a mercaderes. En 1129 visitó Inglaterra y fundó un centro templario en Inglaterra, donde se encuentra hoy la estación de metro London Holborn. Siendo monjes cristianos, los caballeros prometieron castidad, pobreza y obediencia al Papa, pero se comprometieron a usar la espada si fuera necesario contra los enemigos de Cristo, y la imagen de los templarios se asoció inseparablemente con las cruzadas que se organizaron para expulsar al infieles de Jerusalén y mantenerla cristiana. En 1128, el Consejo de Troys reconoció oficialmente a los templarios como una orden religiosa y militar. La personalidad detrás de este desarrollo fue Bernard de Clairvaux, jefe de la Orden Cisterciense. Bernard fue el autor de la llamada "regla templaria" que se basó en la orden cisterciense. A medida que las Órdenes de los Templarios y los Cisteros evolucionaron en paralelo, se puede imaginar cierta coordinación entre ellos, y se sabe que apoyó a los templarios Hugues de Payens, el Conde de Champagne, donó a San Bernardo las tierras de Clairvaux, donde construyó su dominio monástico. También André de Montbard, uno de los nueve caballeros fundadores de los templarios, era el tío de San Bernardo. Algunos afirman que los monjes templarios y cistercienses actuaron juntos de acuerdo con un plan preestablecido, pero esto nunca se ha demostrado. Es difícil exagerar el prestigio y el poder financiero de los templarios cuando estaban en el apogeo de su influencia en Europa. Apenas había un centro importante de civilización donde no tenían un preceptor, como los nombres que se refieren a ellos como Temple Fortune y Temple Bar en Londres y Temple Meads en Bristol. Pero a medida que su imperio se extendió, su vanidad aumentó y comenzó a envenenar las relaciones con los jefes de estado de la época y con la Iglesia. La riqueza templaría fue en parte el resultado de su régimen de donaciones: todos los nuevos miembros tuvieron que entregar sus bienes a la Orden, que a su vez acumuló una gran fortuna a través de donaciones de tierras y dinero por parte de reyes, mercaderes y nobles. Las arcas de la Orden se desbordaron de dinero, como resultado de estos hechos, pero también de la gran capacidad financiera de los Templarios que se convirtieron en banqueros internacionales, de cuyo criterio dependían las tasas de crédito de otras instituciones. Esta era una forma segura de alcanzar el importante poder de su época, y su título de "caballeros mendigos" tenía poco que ver con su situación financiera. Además de su enorme riqueza, los templarios eran famosos por su destreza y coraje en el combate, a veces hasta el punto de la demencia. Tenían sus propias reglas que regían su conducta en combate, por ejemplo, se les prohibía rendirse a menos que sus probabilidades fueran mayores de tres contra uno y, sin embargo, tenían que obtener la aprobación de su comandante. Eran las tropas especiales de su época, una fuerza de élite, con Dios y con mucho dinero de su lado. A pesar de su importante papel, Tierra Santa cayó gradualmente en manos de los sarracenos hasta que, en 1291, el último territorio cristiano, la ciudad de Acre, pasó a manos de los musulmanes. Se acepta que, como resultado de estos eventos, los Templarios habrán regresado a Europa para planear una nueva campaña, pero la motivación ya había desaparecido entre los monarcas que podían financiarla. Los desocupados templarios eran motivo de resentimiento porque estaban exentos de pagar impuestos y sólo debían obediencia al Papa y a nadie más. En 1307 cayeron en desgracia. Felipe el Hermoso rey de Francia comenzó a orquestar la caída de los templarios con la complicidad del papa Clemente V. Las órdenes secretas se emitieron a los representantes aristocráticos del rey y los templarios fueron capturados en 1307 el viernes 13, encarcelados, torturados y condenados a la muerte por fuego. Se discute entre los historiadores si los templarios fueron barridos de la superficie de la tierra en este desastroso viernes trece. Algunos autores sostienen que sólo unos pocos templarios fueron arrestados y ejecutados, aunque su Gran Maestro Jacques de Molay fue quemado lentamente en la Ille de la Cite a la sombra de la Catedral de Notre Dame de París. De los miles de templarios, solamente aquellos que se negaron a confesar o se retractaron de su confesión fueron asesinados, algunos sostienen que quince mil Caballeros fueron arrestados y juzgados por la Inquisición. Los registros de estos juicios y sus confesiones revelan hechos absurdos como adorar a un gato, participar en orgías homosexuales, adorar a un demonio llamado Baphomet o venerar a una cabeza cortada. También fueron acusados ​​de escupir en la cruz en el rito de iniciación. El 13 de abril de 1312, Felipe el Hermoso pronunció la supresión de la Orden del Templo. Hay indicios de que todas las acusaciones fueron hechas por aquellos que envidiaban su riqueza y que estas acusaciones le dieron al Rey francés la oportunidad de liberarse de sus conocidas dificultades económicas al apoderarse de la riqueza de los templarios. Por otro lado, aunque las acusaciones eran falsas, si hay evidencias de que los Templarios descubrieron algo muy poderoso misterioso, tal vez "secreto" en un sentido oculto; algo poderoso que hasta el día de hoy 26 de diciembre de 2019 subsiste en la Orden Masónica, y es ahí donde comienza, nuestro interés. Hugues de Payens y sus nueve compañeros vinieron de dos lugares conocidos en Francia, Champagne y Languedoc, y parece creíble que partieron a Tierra Santa con una misión específica. No sabemos si estaba buscando en específico el Arca de la Alianza, un cofre del tesoro o documentos que permitieran llegar al primero. Así, algunos conjeturan que los Templarios pueden haber descubierto en un escondite documentos relacionados con el cristianismo primitivo, secretos de la cábala o incluso algo más que esto, la verdad es que pasaron los templarios años hurgando en los sótanos en donde alguna vez existió el Templo del Rey Salomón . Uno de los aspectos más extraños de la regla templaria fue su profunda veneración por Juan el Bautista, la explicación habitual es que Bautista era el maestro de Jesús. Gran parte de su simbolismo aparentemente ortodoxo esconde alusiones a "Juan el Bautista". Por ejemplo, el Cordero de Dios fue una de sus imágenes más importantes. Muchas personas suponen que esta imagen se refiere a Jesús, pero en ciertos lugares, como el oeste de Inglaterra, el símbolo se refiere a Juan, lo que significa que los templarios le dieron el mismo significado. Una pista de la veneración de los templarios a Juan el Bautista radica en la obra de un sacerdote, Lambert de St. Lomer. Lambert fue compañero de uno de los nueve Caballeros Fundadores y teniente de Hugues de Payens, Godefroi de St. Omer. Existe una ilustración de Lambert que representa a la Jerusalén celestial, y se afirma que esta ilustración indica que el fundador de la Jerusalén celestial es Juan el Bautista y no hay ninguna referencia a Jesús en el documento de Omer. Esto lleva a una conclusión interesante: Juan el Bautista fue importante por derecho propio y no sólo como aparece en los capítulos del Nuevo Testamento como un precursor de Jesús, una figura menor en la antigua Iglesia de Jerusalén de la que Jesús era parte. Como se señalé anteriormente, no todos los templarios fueron aniquilados aquel fatídico viernes 13. Muchos de ellos pudieron sobrevivir y reagruparse bajo un nombre diferente en Escocia y Portugal, se hicieron conocidos como la Orden de Cristo. Los templarios eran más que guerreros o monjes, eran verdaderos eruditos del antiguo esoterismo. Parece posible creer que hubo un círculo secreto dentro del liderazgo templario que precedió a su inicio oficial. Jean Robin incluso dice que la Orden Templaria fue construida por siete círculos "externos" dedicados a los "misterios" menores y por tres círculos "internos" correspondientes a los iniciados en los Grandes Misterios. El círculo interno de los templarios parece haber existido para promover la investigación activa en asuntos esotéricos y religiosos. Quizás una de las razones de su secreto es que están tratando con aspectos arcanos (ocultos) de las tradiciones judías cabalísticas e islámicas sufíes. Tal vez los secretos del universo les fueron transmitidos por alguna sobreviviente orden del antiguo cabalísimo asentado en Jerusalén. El círculo interno de los templarios utilizó todos los medios para preservar su conocimiento secreto. Así, se afirma que los Templarios usaron un código conocido como "Cifrado Atbash", el mismo cifrado utilizado por los autores de los Rollos del Mar Muerto mil años antes de la fundación de la Orden del Templo. Cuando la figura se aplica a la deidad fingida adorada por los templarios, Baphomet, el nombre se convierte en la palabra griega sophia, que significa sabiduría. Sofía también fue una figura central en la cosmología gnóstica y en el texto de Nag Hammadi llamado Pistis Sophia aparece asociada con Chomak la clave para entender la Cabalá. Para los griegos, ella era la diosa Atenea; para los egipcios, la diosa Isis también a veces se llamaba Sofía, mientras que para nosotros el la Madre Viuda. Los Caballeros Templarios fueron los grandes inspiradores de la construcción de las catedrales góticas, especialmente la de Chartres. A lo largo de la larga historia de las grandes catedrales, el extraño simbolismo de su decoración y planta ha causado gran perplejidad. El plan de las catedrales fue diseñado específicamente para ejemplificar los principios de la geometría sagrada, es decir, la idea de que la proporción geométrica en sí misma resuena con la armonía divina y que algunas proporciones particulares son más divinas que otras. Esto destacó la afirmación de Pitágoras de que "el número lo es todo" y reforzó la creencia hermética de que las matemáticas son el código en el que los dioses hablan a los hombres. Los grandes seguidores de esta arquitectura esotérica eran artistas y constructores del Renacimiento para quienes el "Número Áureo ", era la proporción perfecta, y que era una panacea universal. Los dibujos de Leonardo da Vinci, ya sean hombres o máquinas, el interior de una flor o la forma de una ola, transmiten la convicción del artista de que había significado en proporción y armonía en proporción y uno de los famosos dibujos de Leonardo: el Hombre de Vitrubio: personifica el término del medio ideal humano . El legendario Templo de Salomón fue para los templarios y más tarde para la prefiguración de nosotros los masones de el resumen y esencia de toda la geometría sagrada. Él (el Templo) fue considerado para resonar de una manera única y trascendental con su propia armonía celestial; su longitud, anchura, altura y profundidad estaban en plena armonía con las proporciones preferidas por el universo. El Templo de Salomón era, en cierto sentido, el alma de Dios escrita en las piedras de un Templo. Todo el alto simbolismo de las catedrales fue interpretado por los iniciados de la Edad Media como un reflejo de un antiguo adagio hermético: como es arriba, es abajo. La frase se atribuye a Hermes Trismegisto en su Tableta Esmeralda. La frase revela que todo en la tierra tiene su contraparte en el cielo y viceversa, algo que Platón atribuye a las formas ideales. Todo lo que existe es solo una versión del ideal, que existía en una dimensión alternativa propia de las formas perfectas, los arquetipos. Los magos y los masones creían que cada pensamiento o acto se refleja en otro plano y que ambas dimensiones se afectan de manera irresistible. Hay ecos de estos Rompecabezas Antiguos en la teoría científica actual de los "mundos paralelos". Para los Antiguos no había diferencia entre humillarse ante el gran dios Zeus y creer que a veces tomaba la forma de un animal para seducir a las doncellas terrenales. Los templarios más que todos los hombres medievales persiguieron la aplicación práctica de cualquier conocimiento esotérico. Para ellos, la codificación de los mensajes secretos en las mismas piedras de las catedrales superó la pura fantasía. Así: "Dios había enseñado la aplicación práctica de la geometría sagrada a través de la arquitectura". Y aquí, entre el antiguo mito del Templo del Rey Salomón. Hijo del legendario Rey David, Salomón construyó un templo de belleza incomparable utilizando los materiales más bellos y caros. Mármoles y piedras preciosas, maderas aromáticas y hermosas telas se usaron para crear el lugar donde los sentidos de los creyentes rebosaban de amor por su Dios y Dios mismo se sentiría en su propio hogar. En la parte central del Templo estaba el Sanctus Sanctorum (Lugar Santísimo) donde el Sumo Sacerdote podía recibir al Todopoderoso a través del instrumento más enigmático: el Arca de la Alianza. El Arca tendría el misterioso poder de otorgar bendiciones a los "justos" y destruir a los malhechores o aquellos que no sabían cómo contrarrestar los efectos de su siniestra presencia. Los templarios partieron a pedido del arca en Tierra Santa. Hay indicios en la decoración de las catedrales de que los templarios creían que sabían cuál era el significado esotérico del Arca. En la catedral de Chartres en Francia, aparece una escultura de piedra que simboliza a la Virgen María con una etiqueta grabada: arcis foederis (el Arca de la Alianza). El arte de la alquimia, el denominador común de las grandes Órdenes del pasado, desde los templarios hasta el Priorato de Sion, llegando a los Rosacruces es poco ya conocido e interpretado. Se cree que la alquimia proviene de los egipcios, a través de los árabes, y no solo era una ciencia porque abarcaba una gama de actividades y modos de pensamiento interconectados, desde la magia hasta la química, desde la filosofía hasta el hermetismo, desde la geometría sagrada hasta la cosmología. También estaba interesado en lo que ahora llamamos "ingeniería genética" y métodos como retrasar el envejecimiento y buscar la inmortalidad física. Los alquimistas estaban ansiosos por el conocimiento y rápidamente encontraron persecución a la Iglesia y continuaron sus investigaciones en secreto, "encubiertos". La alquimia tenía varios niveles: el exterior o exotérico que estaba relacionado con el trabajo y la experimentación con metales y otros niveles ocultos, que incluía la realización de la misteriosa Gran Obra, cuando el alquimista convirtió el metal base del plomo en oro. En alquimia, el símbolo de la Gran Obra es el hermafrodita, el dios Hermes y la diosa Afrodita, fusionados en una sola persona, lo que lleva a algunos autores a conjeturar que las grandes iniciaciones del pasado (por ejemplo, los egipcios) involucraron la práctica sexual en el rito de iniciación en la que los candidatos se unieron con las sacerdotisas, superando sus propios límites y alcanzando un conocimiento místico de sí mismos y su inserción en el universo. Grandes catedrales y muchas iglesias famosas se encuentran en lugares conocidos por haber sido consagrados a antiguas diosas. Por ejemplo, Notre Dame de Paris se alza sobre los cimientos de un Templo de Diana y San Suplice (en París), sobre las ruinas de un Templo de Isis. Mucha gente considera que la arquitectura gótica es profundamente masculina con sus espirales altas y naves en forma de cruz, pero se olvida que la decoración interior es sutilmente femenina, especialmente en las conocidas rosetas. La rosa fue el símbolo adoptado por los trovadores en las canciones de amor del sur de Francia. En la Edad Media, el Romance de la Rosa interpretado en su esoterismo representa la "búsqueda" en veinte mil versos. La rosa también era un símbolo de secreto, dada la fragancia que emana. De ahí la vieja expresión masónica sub rosa que evolucionó al lenguaje moderno "bajo mallete". La rosa es parte del símbolo del Grado 18º del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, el rango de Caballero Rosacruz , que aparece en el centro de una cruz cristiana, simbolizando el secreto de la inmortalidad. El tema fundamental del título es la búsqueda de la palabra perdida. Por lo tanto, en la arquitectura simbólica hay una fusión entre los símbolos atribuidos a ambos sexos para lograr la medida de armonía tan buscada por los templarios y hoy interiorizada por los masones. Hoy se identifica la presencia de una tradición secreta dentro del cristianismo que inspiró las leyendas del Grial. Leyenda que se refiere a una antigua idea de círculos esotéricos sobre una escuela mística del cristianismo fundada por Juan el Evangelista basada en enseñanzas secretas que recibió de Jesús. Este conocimiento arcano no alcanzó el cristianismo oficial que fue instituido por la enseñanza de Pedro, quien es designado como el primer apóstol. Este conocimiento es parte de la historia de la primera Iglesia cristiana, la Iglesia de Jerusalén y sus fundadores Juan el Bautista y Jesús. Esta otra dimensión de los mitos fundacionales del cristianismo es rechazada por la Iglesia Católica Romana como herética. El descubrimiento de manuscritos que se remontan a esta época, así como las tumbas atribuidas a la familia de Jesús, abre nuevas pistas para comprender las grandes tradiciones del cristianismo primitivo que tienen poco que ver con la narrativa contenida en la Biblia y el Nuevo Testamento. Los llamados evangelios gnósticos de Judas, Felipe y María Magdalena abren un campo de estudio inagotable para el papel menos desconocido de los compañeros de Jesús, su conexión con el Maestro y las experiencias religiosas de esta comunidad aislada y profundamente mística de la que nuestra civilización nació en convivencia con las otras tres civilizaciones del Libro de la Ley, la cristiana , la judía y la islámica. Alcoseri