La Extraña Historia de un Infiltrado en Masonería.
Cierto día, un fanático religioso se había infiltrado en la masonería, y se había iniciado masón algunos meses antes, su motivo según él, era simplemente destruir a la Masonería desde dentro, y un día observó que se aproximaba un joven aspirante a masón a conversar con un viejo y autentico masón.
Aja, pensó el fanático religioso, es momento de comenzar a molestar a este joven, mostrándole una mala cara, así se desilusionará y pensará que la masonería es lo peor, y esté joven a su vez, ira el resto de su vida hablando lo peor de esta institución.
De modo que preparó, una estrategia, diciéndose a sí mismo: Cada que venga alguien y se inicie masón, le pondré trampas y le haré renegar, mostrándole mi despreció y provocando altercados entre este nuevo iniciado y los demás masones. Pero, los masones con su experiencia estaban alertas de este tipo de infiltrados, pues de cuando en cuando este tipo de fanáticos se infiltraba en las filas masónicas, sabían detectarlos, incluso servirse de ellos.
Entonces el joven se presentó el día de la Iniciación. Tenidas después el fanático Infiltrado se deslizó hacia el joven recién iniciado, con todo tipo de artimañas, y este fanático le hizo notar supuestos ciertos malos detalles de los demás masones de su Logia, y le comentaba cosas metiendo cizaña, para que comenzará la discordia.
Luego de un tiempo el recién iniciado cayó en las garras de fanático religioso, y el joven ponía más atención a los dichos de disconformidad del infiltrado que a las mismas excelsas y augustas enseñanzas masónicas. Y fue así, que el joven recién iniciado masón comenzó a dudar, a flaquear y a sentir aberración por todo lo masónico. Así, llegó el punto de quiebre para el Nuevo Masón; cuando escuchaba cualquier argumento de sus Hermanos Masones, los tomaba como si fueran una amonestación directa para él, así el fanático infiltrado gozaba ver como el nuevo iniciado se quebraba tenida tras tenida, así un día tomó la palabra en Logia e hizo notar su desagrado. Se alejó así de la Gran Luz Masónica, diciéndose a sí mismo: Mi Búsqueda debe continuar ahora en el dogmatismo o en las ciencias o cosas profanas.
Cuando los Hermanos masones notaron ya no regresaría más. Uno de ellos, el Masón con más experiencia en esa Logia, se dirigió al Infiltrado Fanático con estas palabras: Q:.H:. le agradecemos mucho sus servicios en esta Logia, gracias a usted hemos probado el temple de este recién iniciado en nuestros augustos misterios, aquí no queremos timoratos, ni soldados que a la primera embestida se quiebren. Muchos de Nosotros, al recién iniciarnos masones sufrimos las pruebas de enfrentarnos a personas como usted o incluso peores, pero supimos sobreponernos a personas tramposas; la masonería en ocasiones necesita de ciertos Judas, pues nos son de mucha utilidad como en esta ocasión.
Agachando la cabeza el infiltrado fanático religioso, al verse desenmascarado, dijo: hubieran hablado con él, para convencerle de lo contrario, si Q.:H.: claro que hablamos con él tratando de conversarle de las bondades de la filosofía masónica, pero puedo más el dicho tuyo que el de todos nosotros. Desde ese momento el fanático al verse al descubierto, comenzó a reflexionar, y en estos momentos reflexiona si quedarse en Masonería a enmendar su mal, e ir en busca del recién iniciado para mostrarle fraternidad, o alejarse para siempre de Nuestra Tan Augusta Orden Masónica. Seguro cuando una de las dos resoluciones suceda, él mismo nos responda a este comunicado, porque de que hay muchos infiltrados por ahí, si que los hay. Y no sólo son fanáticos religiosos, sin también fanáticos políticos tanto de esas nefastas izquierdas socialistas y voraces capitalistas usureros, y otros peores los fanáticos en la argumentación científica, como que no les bastan las aulas universitarias, y quieren venir a decir sus mentiras en los Templos masónicos.
Alcoseri
2 comentarios
Michael Archangel
¿Cuando guardas silencio y cuando tienes que confrontar?... también hay que ser inteligente en hacerlo.
Responder3 d
Vick Alcoseri