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General: La Masonería y la Venganza Templaria
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: Kadyr  (Mensaje original) Enviado: 03/11/2023 02:28
La Masonería y la Venganza Templaria 
Muchos ven en la Masonería la materialización ejecutora  de la Venganza Templaria , la Masonería : una organización que acabó en principio de una forma contundente con la hegemonía de las coronas europeas y con el poder de la Iglesia Católica; la Masonería no terminó de la noche a la mañana con el poder de los reyes y del Vaticano, sino que fue una tendencia que perduró por cientos de años.   En este nuevo articulo analizaremos sobre la Masonería y la Venganza Templaria, la Venganza Templaria una especie de maldición que implacable  recorre los siglos .
Antes de seguir adelante debemos aclarar que la Masonería , no atenta ni conspira contra Gobiernos ni contra Religiones, nuestros objetivos son nobles y siempre tendientes a enaltecer las virtudes y las buenas costumbres. 
Así, mismo debemos señalar que en el pasado , algunos masones decidieron por alguna razón , vincular a la Masonería con la orden Templaria, y por tanto dejar de vincularla con los constructores de Catedrales en la Edad Media, y crearon a esto grados supra masónicos , a los que muchos llaman altos grados o grados filosóficos masónicos.  
Una de las principales leyendas de la tradición masónica se centra en la fe demostrada en los últimos momentos por el Gran Maestro Templario Jacques de Molay. Cuando estaba en medio del fuego abrasador el día de su ejecución ( 19 de marzo de 1314 ), lanzó la siguiente maldición: “Dios sabe quién se equivoca y ha pecado y la desgracia se abatirá pronto sobre aquellos que nos han condenado sin razón. Dios vengará nuestra muerte. Señor, sabed que, en verdad, todos aquellos que nos son contrarios, por nosotros van a sufrir. Clemente, y tú también Felipe, traidores a la palabra dada, ¡os emplazo a los dos ante el Tribunal de Dios!... A ti, Clemente, antes de cuarenta días, y a ti, Felipe, dentro de este año...” 
Otra versión, de Godofredo de Paris, atestigua todos los logros, afirma que el acusado dijo: “ No pasará mucho tiempo antes de que llegue una inmensa calamidad sobre quienes nos condenaron sin respetar la justicia auténtica. Dios se encargará de las represalias de nuestra parte. ”
De hecho, el papa Clemente V murió de un dolor insoportable en su vientre, cerca de Aviñón, exactamente 40 días después. Felipe el Hermoso  IV, rey de Francia, murió siete meses después. Según algunos, en un accidente de caza; otros, sin embargo, afirman que terminó consumido sin diagnóstico, para asombro de los médicos. Posiblemente hubiera sido envenenado por algún agente templario.  Muchos historiadores afirman que los templarios fueron muy eruditos en el uso de venenos.
El Maestre Templario Jacques De Molay y la venganza templaria aun continua . 
La maldición templaria continúa. Esquieu de Floyran, el personaje que hizo la insidiosidad contra los templarios, murió con puñaladas ese mismo año. Y no fue el último. El prior de Montfaucon, otro de los instigadores del proceso contra esta orden de caballería, también fue asesinado en los siguientes meses.
A pesar de la ejecución de los principales miembros de la orden, la orden del Temple siguió siendo poderosa. Continuó existiendo de manera secreta, de forma fáctica  siguió  infiltrándose en la masonería escocesa regular , se formó una obediencian templaria dentro de la Masonería  y prosiguió   desarrollándose en   sus actividades en otras órdenes de caballería. Pero la leyenda no termina aquí.  En la trama Illuminati, se sostiene que la familia Rotschild apoyó el Movimiento  Illuminti bávaro, reuniéndolos en su propia casa en Frankfurt, 1786. Según varios expertos, esa reunión tuvo como objetivo principal el estudio detallado de los preparativos de la Revolución Francesa, que ocurrió unos años más tarde. Allí, entre otras cosas, se acordó todo el proceso de agitación prerrevolucionaria, el juicio público y la ejecución del rey francés Luis XVI y la creación de la guardia nacional republicana para proteger el nuevo régimen. También se elaboró un plan para extender el proceso revolucionario al resto del continente europeo, causando un cataclismo social que favorecería los intereses de esta sociedad secreta.
A su debido tiempo, comenzaron a suceder cosas extraordinarias. Una Sociedad Secreta templaria ,  capitaneada por agentes provocativos, atacó la Bastilla, donde Jacques de Molay había sido encarcelado en sus últimas horas de vida , comenzando la Revolución Francesa el 14 de julio de 1789. Según una creencia popular, serían los templarios quienes promovieron la fuga del rey y su captura en Varennes. }
 El anticlericalismo masónico 
Aunque el anticlericalismo, ni en su origen, ni en su desarrollo fue propio a la masonería, se convirtió en el Mundo en algo fundamental — en algo propio para algunos masones. Hubo masones que se esforzaron por dejar bien claro que la masonería combatía  a la Religión , pero en particular a la Iglesia Católica ,  otro masones eran más tolerantes  al respeto a las creencias de cada cual; pero otros, sin embargo, se dejaron llevar por su odio contra la Iglesia convirtiéndose ellos mismos en auténticos  fanáticos «anticlericales».
El anticlericalismo de algunos masones, en su lucha por el laicismo, fue a la mano de otras organizaciones y partidos políticos, que en muchos casos se tradujo en una forma encubierta de fanatismo masónico puro y duro. De ahí que siga siendo necesario subrayar masónicamente  la diferencia profunda que existe entre la lucha por la libertad y el anticlericalismo con vocación de sustitución de privilegios detentados antes por la Iglesia.
Tal vez esto nos llevaría a distinguir entre laicidad y laicismo —— considerando la primera como esa búsqueda de la Libertad —con mayúsculas— inherente a la naturaleza humana y por lo tanto absolutamente necesaria en este mundo como con tanta claridad lo entendieron los masones del siglo XVIII y en especial los más de tres mil sacerdotes católicos masones de antes de la Revolución Francesa. En tanto que el laicismo tendríamos que enmarcarlo como un fenómeno histórico legitimado por varios temas que contribuyeron a enrarecer el ambiente, especialmente la famosa cuestión anti Vaticano .
La Masonería que destruyó los Estados Pontificios 
El período clave de confrontación entre la Iglesia católica y la masonería fue precisamente el de los pontificados de Pío IX (1846-1878) y León XIII (1878-1903). Y aquí es necesario recordar la situación socio-política de los Estados Pontificios. Son los años que marcan el fin del Estado Pontificio, último en oponerse a la unificación italiana y que van especialmente desde los disturbios de 1831 a los de 1870. El descontento público contra el clero y contra los Estados Pontificios, atizado por las sociedades secretas y patrióticas, derivó a una auténtica agitación en pro de la unidad italiana. Y en la primavera de 1848, el Papa Pío IX tuvo que huir al reino de Nápoles, refugiándose en Gaeta, mientras en Roma se proclamaba la República bajo la presidencia del francmasón Giuseppe Mazzini. Muchos ven en esta capitulo de la historia de la Masonería contra la iglesia católica , una treta más de la maldición Templaria, este vez contra la Iglesia católica. 
En este contexto, el ataque y condena Papal contra las sociedades secretas no carga ya el acento tanto en el secreto, juramento y sospecha de herejía, como había ocurrido en el siglo XVIII, sino que se condenan las sociedades clandestinas que conspiran contra la Iglesia romana, llegando incluso a la usurpación de los Estados Pontificios como se dice en la alocución Quibus quantisque del 20 de abril de 1849. Y en la Multiplices inter de 25 de septiembre de 1865 volvía el Papa a referirse a la masonería y a los carbonarios «que atacan las cosas públicas y santas», que «conspiran contra la Iglesia y el poder civil» ya sea abierta, ya clandestinamente.
Sin embargo, cuando las tropas invasoras francesas reconquistaron Roma, y el Papa regresó a su capital, entonces todos los patriotas italianos vieron claramente que la implantación de la unidad nacional no podía hacerse con el Papa, sino contra él. Cuando la guerra franco-prusiana de 1870 obligó a Francia a retirar sus soldados, las tropas italianas entraron en Roma. El papa se recluyó en el Vaticano y se negó a entrar en negociaciones. Mientras tanto, la sede del Gobierno italiano se trasladaba a Roma.
León XIII en 1878 seguía recluido en el Vaticano. En su deseo de evitar todo lo que pudiera parecer que aprobaba el nuevo régimen implantado en sus dominios, prohibió a los católicos italianos tomar parte en las elecciones para el Parlamento, con lo que los católicos perdieron la ocasión de influir en la política, y el Parlamento quedó dominado por elementos antirreligiosos. En estas condiciones históricas no es extraño que durante los veinticinco años que duró el pontificado de León XIII salieran del Vaticano no menos de doscientos cincuenta documentos condenando la masonería y demás sociedades secretas.
Giuseppe Garibaldi (1807–1882) iniciado en 1844, Gran Maestro de la masonería italiana
De la misma forma que Pío IX y sus antecesores se refieren en sus documentos indistintamente a masones, carbonarios, universitarios y demás sociedades secretas o clandestinas, en el caso italiano no es extraño encontrar a personas que participaron o militaron en varias de estas asociaciones. La figura más emblemática es la del propio Garibaldi, iniciado en la carbonería en 1833, posteriormente miembro de la Joven Italia de Mazzini, y masón a partir de 1844, año en que ingresó en una logia de Montevideo. Cuando desembarcó en Marsala en 1860, al entrar en Palermo recibió los honores de la masonería siciliana y se le concedieron todos los grados rituales del 4º al 33º, llegando a ser poco después Gran Maestre del Gran Oriente de Palermo. Dos años más tarde sería elegido en Florencia Gran Maestre de la masonería italiana. En 1881 sería elegido Gran Maestre del Rito de Memphis, que tenía una gran difusión en Italia.
De todos estos documentos, el más conocido es la encíclica Humanum genus, del 20 de abril de 1884, que a su vez es la más directa y extensa contra la masonería, si bien queda identificada en sus fines y medios con el naturalismo. Una vez enumeradas las acusaciones de sus antecesores contra la masonería recalca «el último y principal de sus intentos, a saber: el destruir hasta los fundamentos todo el orden religioso y civil establecido por el Cristianismo, levantando a su manera otro nuevo con fundamentos y leyes sacados de las entrañas del naturalismo».
La Humanun genus causó impacto en el mundo masónico y el campo católico. En los años que siguieron a la publicación de la Humanum genus, se multiplicaron los estudios y libros a iluminar a la opinión pública católica, se fundaron asociaciones y revistas antimasónicas, se reunieron congresos antimasónicos, como el internacional de Trento de 1896, en el que tanta participación tuvo el famoso Leó Taxil, que constituye uno de los casos más grotescos de la dura polémica que iba a enfrentar a la Iglesia católica con la masonería a finales del siglo XIX.
La anexión por Italia del Estado Pontificio fue, sin duda, una grave violación del derecho, y así lo creyeron los católicos de todas las naciones. Pero hoy día no puede negarse que, en muchos aspectos, fue una ventaja para la Iglesia que el Papa no continuara siendo al mismo tiempo soberano temporal de una Estado italiano. El propio Pablo VI lo dejó claro, el 14 de enero de 1964, en el discurso que dirigió a los miembros de la nobleza y patriciado romanos, cuando declaró formalmente que él ya no era el soberano temporal alrededor del cual se reunían ciertas categorías sociales, y que ya no era para ellos lo que fue ayer. «El Papa —añadió— no puede ni debe ejercer otro poder que el de las llaves espirituales». .
Los  Grados Masónicos  Templarios
Libertad masónica de enseñanza; apostolado contra el oscurantismo; llamamiento a los gobiernos contra las supersticiones religiosas; derecho de desembarazarse las sociedades, de las instituciones y tradiciones religiosas y políticas que son contrarias al espíritu masónico; derecho y deber del pueblo, de destruir las serpientes  del despotismo civil, religioso, militar y económico; igual dad social de la armonía de las leyes con los principios masónicos; promoción de los masones al gobierno de las sociedades, para llegar por ellos a apoderarse de él; defensa del libre pensamiento y de la soberanía del pueblo; he aquí lo que enseña esta categoría
Véase cuán gran calumnia es acusar a los Francmasones, de que se ocupan de política y religión.
El Rito Templario comprendía los ocho grados de Aprendiz o Iniciado, Compañero o Iniciado del Interior, Maestro o Adepto Adepto del Oriente, Grande Adepto del Águila Negra de San Juan para la Casa de Iniciativa, Postulante del Orden, Adepto Perfecto del Pelicano, para la Casa de Postulación y Escudero y Caballero
de la Guardia Interior del Convento. Estos ocho grados, en la transformación que les ha originade el Rito Escocés, han tomado los siguientes nombres:
19. Gran Pontífice o Sublime Escocés
20. Venerable Maestro de Todas las Logias
23. Jefe del Tabernáculo
24.Príncipe del Tabernáculo. 
25.Caballeros de la Serpiente de bronce. 
26.. Príncipe de la Misericordia , o príncipe de la Merced. 
27. Soberano Comendador del Templo
29. Gran Escocés de San Andrés
Vamos a enumerarlos rápidamente haciendo su revista, conservando las designaciones que le han atribuido Federico Dalcho y el Conde de Grasse-Tilly fuera de la Génesis del Rito de 33 grados.
Grado 19"-Gran Pontifice
Este grado pertenece al 5° del Rito Templario, al grado Adepto del Águila Negra de San Juan como lo demuestra incontestable mente la identidad de los catecismos primitivos de los dos grados. Este grado tiene una leyenda esencialmente católica. Tiende a proclamar la supremacía del catolicismo sobre todas las sectas protestantes.
La Jerusalén celeste, este ideal de sobrenaturalismo, brilla sobre las nubes al Oriente del Consejo, con las tres puertas y el árbol central de doce hojas de que habla largamente el apocalipsis. Esta Jerusalén celeste, es explicada católicamente por el Presi dente del Capítulo, que lleva sobre su frente una banda azul sembrada de doce estrellas de oro.
La enseñanza que se desprende, enseñanza política, masónica, así como templaria, es que la verdad absoluta no es otra que la razón en su completo desarrollo; que la educación de las masas por la libertad de instrucción, sólo puede realizar la armonía que debe Paraíso terrestre, verdadera explicación de la Jerusalén celeste de existir entre el orden y el progreso. De esta armonía resulta el los católicos.
Los signos, tocamientos y palabras son esencialmente católicos yin ninguna relación con la doctrina Francmasónica del grado..
Luis XVI en el cadalso 
Luis XVI sería arrestado, para su desprecio, en el antiguo palacio de los templarios. La venganza templaria estaba operando . En el momento en que la cabeza del rey rodó sobre el cadalso , un hombre que había sido visto previamente en todas las acciones capitales de la revolución, desde el momento de la toma de la Bastilla, se acercó al patíbulo, tomó su cabeza real en sus manos y la arrojó a la multitud, exclamando: “ ¡Gente, los bautizo en nombre de Jacques de Molay  y la libertad! Jacques de Molay, ya estás vengado! ”
La leyenda masónica continúa. Esto asegura que, en el París revolucionario, apareció un personaje gigantesco con una larga barba en todas partes donde había sacerdotes decapitados. Luego les gritó con una mueca salvaje: “ Toma esto para los Albigenses y los Vlandeses. ¡Toma esto para los templarios! ” golpeándolos furiosamente con el sable, el cuchillo y el fuste. Con esto, los revolucionarios se vengaron de los templarios, los cátaros, gnósticos  y todas las víctimas de la dinastía Capeta.
Los jacobinos, un nombre que coincide con el del último Gran Maestro, Jacques de Molay, quizás agentes de los templarios y Illuminati, coincidió en un aspecto con los líderes de la Revolución: todos eran masones. También lo fueron Montesquieu, Rousseau, D´Alembert, Voltaire y Condorcet; pero también Mirabeau, Desmoulins, Marat, Robespierre, Danton, Fouché, Siéyes y el propio Napoleón. No olvidemos que los boletines de los clubes jacobinos se utilizan como emblema "El Ojo que todo lo ve ". Y como sabemos, tanto la insignia tricolor como la bandera republicana llevan los tres colores simbólicos de los masones ( azul, blanco y rojo ).  Además, la gorra frigia, una iniciática por excelencia, los distinguió de los oponentes.
Hiram Abiff
La leyenda no termina aquí. Los masones convirtieron la muerte de Jacques de Molay en uno de los puntos clave de su doctrina. Eso se identificó con el mítico Hiram Abiff, como se ve claramente en el grado 33 del rito escocés antiguo y aceptado. La fecha en que tuvo lugar la persecución de los templarios, el viernes 13 de octubre de 1307, se marcó en la memoria popular como un día nefasto. El viernes 13 es el título de una película de terror, así como el nombre del primer virus informático de alcance global.
Hay otras referencias al mito que acabamos de narrar. El masónico  grado 18 dice: “ Dios sea alabado porque el crimen y los delincuentes han sido castigados". Aquí aludimos a la muerte del Rey  Luis XVI. En el masónico  grado 30, se le atribuye el papel de albacea histórico y secreto de gran venganza. Y se agrega: “ Una voz sale de la tumba para anatematizar el orgullo, la codicia y la ignorancia, y esta tumba es la de J.  B.  de Molay, y la voz, ese mártir que maldice y entrega a sus verdugos del Rey  Felipe, el Hermoso de Francia y el Papa Clemente V, para comparecer, dentro del período perentorio, ante la corte de la justicia divina ... ” Encontramos referencias claras al Caballero del Templo también en el  masónico Grado 27. 
La pregunta ¿Está cerrada la venganza templaria o iría más lejos? ¿Habría una historia masónica  secreta y subterránea, que ocasionalmente toca la superficie para desaparecer nuevamente en el hermético, ser conocedor solo de una minoría invisible y misteriosa de seres que tienen algún conocimiento masónico  reservado?
Alcoseri


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