Moisés el poseedor de grandes secretos
El Bíblico Judío Moisés nació hace justo 5800 años, adoptado hijo de una familia de Sangre Real Faraónica,
formado en las impresionantes iniciaciones egipcias de la época, miembro de las escuelas de
Misterios que eran capaces de edificar Pirámides sorprendentes, imposibles de edificar hoy. Sin duda el Judío Moisés era poseedor de
estos secretos. Pero de pronto Moisés
decidió una noche de meditación crear una revolución que cambiaría para siempre a la Humanidad,
Moisés se hizo creador de un pueblo, de una religión y de una legislación que
hasta el día de hoy nos marcan determinantes con su influencia.
Moisés escribió el Pentateuco (Torá )
de la Biblia, una sería de Libros con claves encarpetadas que hoy apenas son desencriptadas
por los modernos ordenadores o computadoras. Todas las alegorías y parábolas
del origen del universo y del hombre del Pentateuco son partes de lo que
convenía a la mentalidad de un pueblo de
hace miles de años que se arreglaba con esto para explicar el origen del
universo y de todas las cosas y criaturas. La masonería moderna utiliza de
semejante proceso en sus instrucciones. Pero aquel pueblo cargaba en sus genes
la necesidad de nombrar todo lo que le rodeaba de allí exigir un nombre para su
dios. Con sus recursos de escritura registraron el tetragrama que representaba
el nombre de su dios, y que sólo ellos, los inventores, tuvieron la capacidad
de producir el sonido correcto de la pronunciación de los fonemas
representados. En este nombre de Dios se resumía todo.
La Masonería hoy usa el nombre Jehová
( IHVH ) al referirse al tetragrama y ninguna argumentación justifica el
abandono del uso de este nombre, principalmente como resultado de no saber su
sonido original, lo que constituye una insignificancia que fue transmitida por
el propio Moisés cuando en su Primer contacto con el dios que apenas sería el
contactó con una serie de referencias que hoy a 18 de Mayo de 2017 comenzamos a
comprender, y es que los masones somos el grupo humano que más ha investigado
la Biblia a profundidad, en total libertad, usando la Cábala Judía, las
computadoras y cuanta herramienta exista, la leemos sin apasionamiento, ni
fanatismo, basados en un análisis que va más allá del análisis científico , eso
es por medio también de la intuición espiritual . Para el pueblo Judío de hace 5777 años no se
debió de dejar de dar un nombre, sobre
todo si éste es el dios satisfacía las
necesidades metafísicas individuales. Al Nombrar las cosas, y sobre todo lo que
se considera lo más sagrado, la razón de existir, es una necesidad física y
emocional de cada uno a su manera, el mismo Adán dio nombre a las cosas y
animales en el Paraíso, es como si al darles nombre les diera una realidad. El
propio uso frecuente que hacen los más diversos estudiosos de los libros de la
Biblia lo justifica, el tetragrama aparece casi siete mil veces sólo en las
escrituras hebreas, o viejo testamento. Además, Jehová es un nombre propio,
designativo de un ser, independiente de lo que sea o de cómo es. Es un nombre
personal, para uso del ciudadano que desea una relación personal con esta
divinidad. Reconociendo la grave falla de retirar el nombre de la Biblia y del
uso coloquial, aparecieron nuevas traducciones como La Biblia de Jerusalén
entre otras , que introdujo el nombre Iahweh o Yahweh u otros más que aparecen.
Ya es un avance, pues tanto hace el nombre que se dé: Yahweh o Jehová son
nombres propios y en nada disminuyen el valor que sus adoradores le dedican.
Pues independientemente del nombre que se le dé sabemos que nos estamos refiriendo
al Dios del patriarca Moisés, y del Dios al que se refería el Maestro Jesucristo,
y que nosotros le llamamos “El Gran Arquitecto del Universo”.
La mayor libertad es la exaltada por
la Masonería por influencia de la Ilustración. Que en la mesa de la discusión se
dio a la tarea de brindar detalles de cómo
dar un nombre para aquel que simplemente es, nada se añade en la construcción
que dignifique al hombre y su sana racionalidad con esto, ¿o sí?. El siglo de
las luces, injustamente acusado de advenimiento del ateísmo, es en realidad el
inicio de la liberación de los grilletes de la pequeñez humana que discute
detalles relacionados a la divinidad que
en nada mejoran las condiciones de vida moral del ciudadano, antes, fue y es
causa de guerras aún hoy en el año de 2017, donde la raíz de muchos conflictos
en Medio Oriente, entre Musulmanes, Israelíes
y Cristianos es incuestionablemente por motivos religiosos, la aportación de la
Masonería a la solución a estos conflictos sería pensar en una idea contundente
de que Dios no tiene religión, ni nombre propio, tal y como el concepto
masónico del Dios el Gran Arquitecto del Universo, idea que se acomoda a cualquier
tipo de pensamiento, y que podemos estar PAZ en un templo masónico , tanto
musulmanes, como judíos, cristianos y personas sin religión. Lo que de hecho
interesa es obtener resultados propios para efectuar saltos en el conocimiento
para propiciar eras de paz y tranquilidad para la humanidad, en el encuentro al
deseo del diseño del gran Geómetra, de que todos somos hermanos. El despotismo
combatido por la Masonería no admite en su medio que se pierda tiempo con la
prospección de la pronunciación correcta de un dios, por eso estableció como
forma de atender a las necesidades metafísicas de cada adepto el concepto Gran
Arquitecto del Universo, que representa a Jehová o cualquier otro dios Que el
iniciado masón tenga como resultado de sus necesidades espirituales. A final de
cuentas la forma original de pronunciación del nombre de Dios se perdió hace más de 5700 años – Alcoseri.