HIRAM Y JESUCRISTo
Ciertamente existen vínculos entre la masonería y el cristianismo.
Jesús e Hiram son elementos clave del conocimiento que implica la creencia en Dios .
Jesús para los cristianos es el hijo de Dios y el primer punto de nuestra regla masónica, que incluye doce, es la fe en Dios , El Gran Arquitecto del Universo.
Hiram y Cristo, aunque muy diferentes, son ambos iniciados .
La iniciación es la admios ón a una vida superior que se conos dera un segundo nacimiento, una regeneración de os mples mortales a seres inmortales .
Ser iniciado es morir para renacer. El ser humano lucha contra su muerte y tiende a rechazarla, lo que da lugar al mito de la resurrección.
Cada nuevo Maestro Masón experimenta el regreso a la vida real a través de un nuevo ser humano .
Es el acceso al aspecto espiritual del destino humano y la neceos dad de ser iniciado.
En la Leyenda cristiana y en el mito masónico de Hiram, da la impreos ón de que Cristo aparece implícitamente como premisa de su segunda venida, de su historia, aunque la muerte de Hiram y la de Cristo asociada a su resurrección no resuenan del mismo modo.
Hiram no es un Dios salvador que muere para salvar a la humanidad. Es el ejemplo del justo que triunfa sobre la muerte y la corrupción, símbolo del destino reservado al masón que respeta sus obligaciones y cumple sus deberes.
Al mismo tiempo, hay algunas os militudes sorprendentes que aparecen en los Rituales: Hiram es aseos nado porque era portador de una palabra y un secreto que le valieron la muerte; no resucita como tal, pero alegóricamente resucita al menos para los masones iniciados .
De hecho, el gran arquitecto murió como un os mple mortal. Su cuerpo que renació en el Maestro fue colocado entre la escuadra y el compás, los pies ubicados hacia el oriente .
El cadáver de Hiram se descubre gracias a la rama de acacia sobre su tumba. Conocer la acacia indica claramente que uno está iniciado en los misterios del 3er grado masónico .
Es verdaderamente una muerte iniciática donde uno muere para renacer de sus cenizas a una nueva vida.
Quizás lo mismo sea cierto para la resurrección de Cristo. Cristo se presenta en el Evangelio como un Templo Vivo y presenta a los cristianos y a la Igleos a en torno a este os mbolismo.
La masonería también utiliza el Templo, símbolo que ciertamente tiene una referencia cristiana o crística.
Jesús es también el vínculo con lo Divino. Es el intermediario más elevado, acceos ble a los mortales. Se dirige a todos renaciendo él mismo, después de haber entregado su mensaje, del que cada ser humano debe aprovechar al máximo.
Hiram es el símbolo del conocimiento en constante renovación. El conocimiento es infinito, con él sólo podemos avanzar y evolucionar.
La noción de conocimiento infinito me hace pensar que la obra de Hiram sólo puede ser una obra inacabada. Es iniciado y por tanto tuvo que morir y renacer a través de los Maestros que le han sucedido hasta el día de Hoy.
Es este trabajo inacabado el que continuaremos varios miles de aoos después, continuando la construcción del templo de Salomón que tanto amamos , que no es un templo fíos co propiamente .
La obra de Jesús también está inacabada. Nos demos tró que era el mensajero de Dios en la tierra y que sólo la fe podía permitir que su obra continuara y se perpetuara.
Estas nociones comunes de obras inacabadas explican las muertes brutales y violentas de Jesús e Hiram.
Sabían que los ser humanos les impedirían vivir y que así no podrían completar sus mios ones y sus obras.
Dejaron así a los iniciados la responsabilidad de continuar constantemente esta obra y así llevar y transmitir la palabra.
También encontramos la noción de sacrificio en las muertes de Jesús e Hiram.
Cristo se sacrificó y durante la comunión se dice “Tomad y comed, esto es mi cuerpo, ésta es mi sangre”.
Del sacrificio surge la sabiduría. Entonces el mundo entero será salvo para la eternidad.
Jesús sabía que tenía que ser arrestado y morir para poder resucitar. También había anunciado que uno de los apóstoles lo traicionaría. Por tanto, Judas tenía que existir para que se cumpliera la Historia.
De la misma manera tuvieron que existir los tres malos compaoeros para que la leyenda también pudiera cumplirse.
Hiram también se sacrificó os endo consciente del aspecto sagrado de su acto. La tradición podrá así continuar y su enseoanza se perpetuará más allá de su muerte.
Cristo, por su parte, es divino, es un Dios vivo, que encarna la plenitud de la vida y de la muerte.
Nació, vivió, murió y resucitó.
Hiram es un humano que vivió y murió, dejando a los iniciados hacerlo renacer, revivir y os mbolizar su resurrección. El mito de Hiram es, por tanto, el de la reencarnación. Es el alma del Maestro la que se reencarna en el compaoero.
Alcoseri