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General: Ese Saber, Pitagorico
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De: Alcoseri (Mensaje original) |
Enviado: 30/09/2012 13:09 |
Ese saber, Pitágoras lo trajo de Egipto Enviado: 01/09/2006 08:46 p.m. Jacques Monnerie no despegó la vista del ejemplar del Picatrix durante buena parte del trayecto por carretera hasta Amiens. A bordo del confortable Mercedes 190 E que la Fundación Charpentier había puesto a su disposición, tuvo tiempo suficiente para hacerse una idea global acerca del contenido del libro. Se trataba, como se temía, de un abigarrado tratado medieval de magia en el que se enseñaba a su propietario a fabricar amuletos. Al principio, le pareció uno de tantos volúmenes simplistas que debieron de circular por Europa entre los siglos XII y XIII, y en el que se contenían fórmulas absurdas para conseguir el amor de la persona deseada, o riqueza y prosperidad para quien supiera manejarlas. Constaba de cuatro tratados o partes, a cual más confusa. Sus referencias históricas a titanes que gobernaban Nubia o a reyes todopoderosos en Egipto no se ajustaban a nada de lo que él había estudiado en el Bachillerato, y por si fuera poco, su conocimiento del Sistema Solar, al que hacía frecuentísimas menciones, se reducía — lógico, por otra parte— sólo a los siete planetas conocidos entonces. Cansado de leer estupideces, cuando iba a dar carpetazo definitivo al Picatrix y recostarse sobre los asientos de cuero del Mercedes, encontró un pasaje que le llamó la atención. En realidad, esperaba encontrar algo como aquello desde que salió del despacho del señor Charpentier. Algo que justificara el interés de su mecenas para que leyera el libro. El pasaje en cuestión afirmaba que los coptos eran los herederos de los antiguos egipcios en cuestiones religiosas y, así mismo, en el manejo de sus poderosos talismanes mágicos. Hasta ahí, eso era bastante razonable. Pero decía, además, que sus amuletos, contrariamente a lo que pensaba, no se reducían a simples medallitas como la de Catalina de Médicis o a pedazos de pergamino con símbolos «de poder» escritos sobre ellos, sino que también podían enmascararse tras la construcción de grandes edificios e incluso en la distribución geométrica de las ciudades. Todo dependía, básicamente, de las alineaciones estelares a las que se orientaran sus cimentaciones. —¡Como París! —barruntó, recordando su cita en los Campos Elíseos. El libro decía, además, cosas tan llamativas como ésta: «En la construcción de ciudades —leyó— hay que utilizar las estrellas, y en la construcción de las casas los planetas; toda ciudad que se construya con Marte en medio del cielo o cualquier estrella fija de la misma naturaleza, verá morir a filo de espada a la mayoría de sus gobernantes». Picatrix se refería igualmente a una ciudad levantada por el propio Hermes «que tenía doce millas de largo y donde hizo una ciudadela con cuatro puertas, una por cada punto». Y seguía: «En la puerta oriental hizo la imagen de un águila. En la puerta occidental, la de un toro. En la septentrional, la de un león. En la austral, la de un perro alado». El ingeniero se extrañó: ¿no eran aquéllas las imágenes que tradicionalmente se asociaban a los cuatro evangelistas? ¿No se equiparaba a Juan con un águila, a Lucas con un toro, a Marcos con un león y a Mateo con un ser alado? Fue lo último que leyó. Picatrix volvía a perderse en divagaciones absurdas sobre el poder de los supertalismanes, que nadie con dos dedos de frente podría tomar nunca en consideración. Sin embargo, como si aquel último pasaje fuera parte de uno de esos acertijos sin solución posible, Monnerie se amodorró preguntándose si no pretendería el señor Charpentier hacerle creer que la catedral de Amiens, ciertamente la mayor de toda Francia, era algo así como el nuevo templo de Hermes del Picatrix. «Demasiado sutil», pensó. No obstante, lo cierto era que las catedrales también se orientaban hacia los cuatro puntos cardinales y a veces colocaban evangelistas en sus fachadas. El chófer entró en Amiens por la avenida Port d’Aval a eso de las seis de la tarde. Enfiló su prolongación por la rue des Francs Muriers, sembrada de casas unifamiliares de tres plantas y estilo dieciochesco, y torció por la rue Saint Leu hasta desembocar frente a la fachada principal de la inmensa seo de la ciudad. Tras aparcar junto a una casa de madera que se caía a pedazos, y donde podía leerse el equívoco cartel de Maison du Pélerin, despertó a Monnerie. —Señor —dijo, pellizcándole el brazo—. Ya hemos llegado. El ingeniero jefe se desperezó como pudo, incorporándose a duras penas en su asiento. Cuando vio la cara oeste de Amiens parcialmente cubierta de andamios, comprendió que era allí donde debía comenzar a buscar a Michel Témoin. El templo, soberbio, era mucho más impresionante de lo que se había imaginado. Ninguna fotografía hacía justicia a aquel recinto de 7.700 metros cuadrados construidos, capaz de albergar a diez mil fieles para un solo oficio religioso. Monnerie, cautivado, descendió del Mercedes y se dirigió a buen paso hacia una de las puertas laterales del templo, justo aquella que pasa por debajo del gigante de piedra que representa a san Cristóbal. Atravesó su portezuela de madera y desembocó muy cerca de la nave central, junto al laberinto. Prácticamente vacía, los pocos turistas que en esos momentos aún se encontraban en el interior de la catedral disparaban apresuradamente sus flashes, tratando de no llamar la atención de los vigilantes. Meteor man echó un vistazo a su alrededor. Al principio no lo vio, pero una segunda «batida» a lo largo del muro norte le hizo sentir que allí había algo que no encajaba. Miró dos o tres veces más. No se trataba de ningún turista. Era algo del propio templo. En efecto, a unos metros por delante de él, en el crucero, el rosetón encastrado en la fachada norte presentaba un aspecto fuera de lo común. Tanto, que creyó que se trataba de un fenómeno óptico, de una confusión. El ingeniero dio unos pasos adelante para apreciarlo mejor, confirmando lo que se temía: los «nervios» del círculo central de su estructura... ¡formaban una estrella de cinco puntas invertida! ¡El símbolo medieval de Lucifer! No había duda. Se trataba de una estrella de cinco puntas invertida, la misma que tantas veces había visto asociada en películas y libros a la magia negra y al Diablo. Se estremeció. ¿Qué hacía aquel «sello» en un templo como aquél, tan visible? ¿Tendría razón monsieur Charpentier y, sin quererlo, estaría ahora implicado en una lucha de ángeles y demonios? Tratando de no perder la serenidad —con aquellas cosas, ciertamente era muy fácil—, Monnerie deambuló por las naves laterales del templo en busca de su «objetivo». Se detuvo ante la capilla de San Nicasio, justo detrás del altar mayor, donde admiró unas magníficas vidrieras en las que podía distinguirse un coro de reyes tañendo sus arpas. —La música —explicaba en ese momento un guía a su reducido grupo de turistas jubilados— era muy importante en la época de esplendor de las catedrales. Los templos se edificaban siguiendo la misma proporción matemática que Pitágoras aplicó a las cuerdas de los instrumentos musicales para que sonaran armónicamente. Ese saber, Pitágoras lo trajo de Egipto. «Egipto.» Meteor man se repitió mentalmente aquel nombre, mientras se alejaba del grupo rumbo a otra capilla, la de San Agustín de Cantorberry. Un cartel indicaba que su absidiolo había sido modificado por Napoleón III, pero que sus vidrieras eran originales. Del siglo XIII. Realmente eran brillantes. Cuadros con pequeñas escenas representaban personajes sumidos en actividades frenéticas. Una de ellas, la más nítida del conjunto, mostraba a dos individuos con mantos blancos transportando un cajón gracias a dos varas que atravesaban longitudinalmente sus costados. Más arriba, otras cuatro «viñetas» daban a entender que aquel cajón había llegado por mar y que los hombres de los mantos blancos se habían hecho cargo de él para llevarlo... ¿adónde? Monnerie tardó, pero cayó en la cuenta. ¡El Arca! Como si hubiera recibido una revelación divina, el profesor saltó sobre el pavimento de piedra. «Eso es exactamente lo que busca Témoin.» Un clérigo que salía en ese momento de la vecina sacristía pasó a su lado, mirándolo con incredulidad. Por supuesto, no desperdició la ocasión. —¿Otras representaciones del Arca de la Alianza, dice? —murmuró el anciano, mirándole con sus vivarachos ojos grises. El ingeniero jefe asintió. —Naturalmente, joven. Cada vidriera tiene su correspondencia en piedra, y ese arcón que usted ve en el lado interior este de la catedral, lo encontrará justo en su vertiente opuesta. —En la fachada exterior oeste. —Precisamente —sonrió—. La lástima es que no podrá verla usted muy bien. El Cabildo gasta casi todo su dinero en mantener limpio ese frontis, y estamos siempre de obras. No se imagina lo que el dióxido de carbono puede llegar a comerse la piedra. —¿Y no sabrá usted qué se ejecutó primero, si la vidriera o la fachada oeste? El clérigo sonrió de nuevo, como si la ignorancia de aquel nervioso visitante le produjera ternura. —¡Qué cosas tiene usted! —exclamó—. La cara oeste fue lo primero que se terminó de esta catedral. Déjeme pensar. Seguramente la levantaron los mismos que terminaron en 1220 la catedral de Chartres, así que debe de ser de 1230 o por ahí. Y por eso es la que más cuidados requiere. —¿De veras? La perilla puntiaguda de meteor man se arrugó bajo su labio inferior. Siempre que algo le impactaba hacía aquel gesto, mordiéndose la comisura de los labios con fruición mientras pensaba su siguiente paso. Así pues, excitado, tomó las manos fibrosas del clérigo y las sacudió enérgicamente, agradeciéndole sus servicios con un billete de cien francos. «Para la restauración», dijo poniéndolo entre sus dedos. El pobre no entendió mucho el porqué, pero aceptó aquel gesto extravagante. San Juan —pensó para sus adentros— atrae a muchos desorientados hasta allí, colocándolos en el verdadero camino de la fe. Afuera no había nadie. Al ser sábado, los obreros responsables de la limpieza de la fachada no estaban merodeando por allí, y los andamios, cubiertos por una tela plástica grisácea, parecían vacíos. La puerta del Arca debía de ser la de Notre Dame. Situada más a la derecha, se trataba de un pórtico ojival de profundidad media flanqueado por medallones que la estructura metálica de aquellas plataformas metálicas dejaban ver a duras penas. Sus relieves eran sorprendentes: hombres con gorros frigios parecían mirar planetas y estrellas, tomar medidas con sus manos, y levantar después torres sobre el suelo. «Como en el Picatrix.» La huida de José, María y el niño Jesús a Egipto a lomos de un burro, los tres Reyes Magos o el árbol del Paraíso, se mezclaban con medallones que representaban a Moisés frente a la columna de nubes que guió al pueblo elegido durante el Éxodo. Aunque Monnerie no era un experto en la Biblia, sabía que aquellas medallas se referían a pasajes muy diferentes y muy separados en el tiempo. En cierta manera, su común denominador —todos parecían pendientes del movimiento de ciertas estrellas grabadas en piedra— le recordó al amuleto de Catalina. Sin embargo, antes de que pudiera tomar nota de la posición de los astros, justo cuando pasaba sus manos por el relieve de un hombre con una vara mirando al cielo, una voz le gritó desde arriba. —¡No toque eso! —bramó—. ¡Es la vara de Aarón! Sorprendido, el ingeniero volvió la cabeza hacia allí. A unos cuatro metros de altura, por encima del parteluz con la estatua de la Virgen y el niño, un rostro regordete, muy rojo, le observaba fijamente. Y no era uno de los obreros. —¡Michel! —Meteor man lo identificó de inmediato—. Es usted... ¿verdad? La cabeza desapareció de inmediato, seguida por el brusco martilleo de unos pasos sobre los travesaños metálicos. Cuando cesaron, el pulcro bigote de Michel Témoin estaba a escasos centímetros de su rostro. —Por todos los diablos, profesor. ¿Qué hace usted aquí? —Eso debería preguntarle yo, ¿no cree? —Bueno —dudó—, estoy recogiendo datos para explicarle por qué el ERS se comportó de forma tan extraña hace unos días. Sigo cesado de mis funciones, ¿recuerda? —Desde luego. —Creí que mi secretaria le había informado de que salí de viaje. ¿Cómo me ha encontrado? —Es una larga historia, Témoin. —Por aquí también han pasado muchas cosas, ¿sabe? Pero creo que ya tengo respuesta para algunos interrogantes. Monnerie esperó a que su ingeniero recuperara el aliento de su rápido descenso, y le invitó a sentarse en la barandilla de piedra que tenían allí mismo. —En realidad, ya no necesito respuestas a lo del ERS, Michel —dijo el profesor sin esperar más—. Yo mismo retiraré el expediente que le abrí y pediré al gabinete de D’Orcet que olvide los cargos contra usted por negligencia. —Vaya. ¿Ha ocurrido algo que deba saber? —Hablé con la Fundación Charpentier, como usted me sugirió, y a ellos no les sorprendieron los resultados del ERS. —¿Charpentier? —su rostro mudó de repente, al recordar las últimas palabras de Letizia antes de ser secuestrada—. Debo hablar con la Fundación de inmediato. —Aguarde un momento. Déjeme explicarle algo antes. —Usted no lo entiende, profesor. —Sí lo entiendo. De alguna manera, la Fundación ha estado al corriente de todas sus actividades durante este tiempo. Ellos sabían que estaba aquí y me han mandado para que hable con usted. Temen que su investigación sobre las «anomalías» en las catedrales sea aprovechada por terceros para apropiarse de algo indebido. La palabra «indebido» molestó a Témoin. —¿Indebido? ¿Le parece indebido que hayan secuestrado a Letizia? —gritó —. ¿Se acuerda de Letizia? ¿Eh? ¿Se acuerda? Las protestas de Témoin retumbaron bajo el pórtico de Notre Dame. Su interlocutor, impasible, ni siquiera se inmutó por aquella revelación. —Eso también lo saben, Michel. De hecho, ya la están buscando por su cuenta, y la encontrarán, amigo mío. —¿Cómo? —Letizia es una de los suyos. —¿De los suyos? ¿Qué quiere decir? La ira del ingeniero se transformó de repente en curiosidad. —Que trabajaba para la Fundación y que el contacto que usted estableció con ella entraba dentro de sus planes. Eso me dijeron. Por cierto, que la relación que usted estableció entre aquel Louis Charpentier de donde sacó su idea de la «conexión estelar» de las catedrales y la Fundación de ese nombre, debe de ser cierta. Son una especie de sociedad secreta. —Esta bien —dijo sin importarle demasiado el último comentario del profesor— Supongamos que la encuentran. Lo que no me explico es por qué le envían a usted a detenerme. —Accidentalmente, el CNES se ha visto envuelto en algo que no le incumbe. Y si el cliente que nos ha metido en este embrollo dice que paremos, debemos hacerlo. Sólo le diré una cosa más, monsieur Charpentier me mostró en París un amuleto antiguo en el que la situación de sus estrellas parece coincidir con la ubicación actual de la bóveda celeste sobre Francia. Me explicó que era una especie de aviso profético de que en estos días algo se activaría en estos templos. Es decir, ellos sabían lo que iba a pasar. —¿Algo? ¿Que se va activar7 —Algo relacionado con las catedrales. Un supertalismán o algo así que forma parte de una Puerta. La verdad es que no entendí muy bien el galimatías que me contó, aunque me dejó incluso un libro para que lo estudiara. —¿Le habló de una Puerta? Letizia me dijo que las catedrales eran como Puertas Estelares. —¿Y la creyó? Ni los cristales de las gafas de pasta negra de Temom amortiguaron el fuego de su mirada. —Sí. La verdad es que sí. —Está en su derecho, naturalmente, pero... —Dígame, ¿le dijo monsieur Charpentier algo acerca del Arca de la Alianza? Monnerie dejó pasar un par de segundos antes de responder. —Sí. Que fuera lo que fuese su contenido, allí se encontraba el origen de las emisiones que captó nuestro satélite. Creo que lo llamo la «fuente». —¡Exacto! Y lo que contiene el Arca, según me explicó Letizia, son los Libros Esmeralda de Hermes. —A Hermes también lo citó, en efecto. —Profesor, somos dos peones accidentales en un tablero del que no conocemos nada. Y si no somos capaces de desvelar ahora de que va todo esto, nos vamos a quedar con la duda el resto de nuestras vidas. Yo no sé —continuó— que demonios son los Libros de Hermes ni que contienen, pero si sé que ocultan una especie de pila energética. Y es tan fuerte que es nuestra responsabilidad destaparla y ponerla bajo control científico. Imagine si otros menos preparados dan con ella por azar... ¡sería un desastre! Meteor man dudó. —¿Y dónde cree usted que se esconde esa pila? —En el Arca, naturalmente. ¿Aún no la vio? Témoin, risueño, señaló a través de los andamios un bulto rectangular ubicado justo sobre la corona de la Virgen. Se trataba de una caja de buen tamaño, idéntica a la que él mismo tocó en el pórtico norte de Chartres, y tallada con sus mismos cerrojos de piedra. La flanqueaban varias estatuas sedentes de los principales patriarcas del Antiguo Testamento. Allí estaba Jacob —el de la Scala Dei—, Abraham —el que protegió la Roca del Monte Moriah—, Salomón —custodio del Arca en su Templo—, David... El Arca de Amiens estaba allí, a la vista de todos. Monnerie, absorto, se quedó contemplándola un buen rato antes de decir nada. Era el mismo cofre que había visto en las vidrieras de la capilla de San Agustín de Cantorberry. Exactamente el mismo, pero de piedra. Cuando se convenció de lo que veían sus ojos, temblando, propuso algo que nunca antes hubiera imaginado hacer. —¿La... abrimos? —susurró. —Claro, profesor. El poderoso micrófono direccional Siemmens instalado en el techo de la Renault Space captó a la perfección las últimas palabras de Michel Témoin. —Esto ha llegado demasiado lejos —dijo Gloria con los ojos desorbitados —. Os dije que no se detendría por que retuviéramos a su ayudante. Tiene un perfil de personalidad que le hace demasiado obstinado. Gérard y Ricard no replicaron, y el padre Rogelio, extrañamente sereno, dejó hacer a la impetuosa jovencita. —Si no hacemos algo, ¡los Libros de Hermes terminarán en sus manos! ¡Y la Puerta será suya! —Quizá —dijo parco el ortodoxo, mirando fijamente el pórtico sur de Amiens y las siluetas de Monnerie y Témoin dirigiéndose hacia el andamio. —Pero ¡padre! —Quizá todo esto forme parte del Plan de Dios. De la señal que espera el padre Teodoro en el Sinaí. —Señal, ¿qué señal? —bufó Gloria. El ortodoxo no respondió. https://groups.google.com/group/secreto-masonico/browse_thread/thread/89f7608e20093ef5/656d61142a909bff?lnk=gst&q=egipto#656d61142a909bff |
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These fundamental blocs appear in nature in the structure of crystals and the five natural elements; earth, air, fire, water and the quintessence of the heavens (ether). Each of them is associated with a platonic solid. Earth is associated with the cube, air with the octahedron, water with the icosahedron, fire with the tetrahedron and ether with the dodecahedron. The heavenly bodies were encoded in the Great Pyramid of Giza through the number 7. Another key number is 5,040, the Earth’s radius in miles 3,960 added to the Moon’s radius 1,080. The number 5,040 is 7 x 6 x 5 x 4 x 3 x 2 x 1 and carried an important metaphysical meaning to early civilizations.
The fifth element, or ether, is a subtle medium through which the celestial bodies move in harmony. This element encourages the prosperity of life and order in nature. Entropy is the measure of disorder in any process. The Second Law of Thermodynamics stipulates that “the entropy of the universe increases during any spontaneous process”, which contradicts the orderly celestial signature described by the heavenly bodies. As a consequence of the Second Law of Thermodynamics only technologies based on explosion and destruction are explored. When the ether is considered the second law must be dismissed, allowing further explorations into technologies based on implosion and harmony of life. The beautiful geometric patterns found in nature are a direct expression of the ether or ‘The All’ which orchestrates order in the universe through sound, light, numbers and geometry. In the past physical objects were considered to be connected to their essence in the subtle world. Philosophy, Art and Mathematics were studied with an awareness of the divine transcendental connection of the soul on the earthly plane to the One Quintessence. The Pythagoreans for example considered reality as ‘mathematically describable’. The practice of philosophy aided the transformation of the soul and a connection to a divine order through the science of numbers.
The Great Pyramid has an approximately square base with a perimeter equal to the circumference of a circle with radius equal to its height. The dimensions of the Great Pyramid incorporate measurements from which can be calculated :
- The dimensions of the Earth and Moon.
- The radius ratio between the Earth and Moon.
- The Pythagorean Triangle 3 – 4 – 5.
The pyramid builders appear to have been advanced astronomers.
“Few things in this world are more predictable than the reaction of conventional minds to unconventional ideas.” John Anthony West
Squaring the circle is the challenge of constructing a square with the same area as a given circle by using only a finite number of steps with compass and straight-edge. The resolution approximates the dimensions of the Great Pyramid with a base leg equal to 11 and a height equal to 7. This gives an approximate value of Pi (π) equal to 22÷7 = 3.1428.
Another approach is to take the dimensions of the Great Pyramid in relation to the Golden Ratio Phi (φ) 1.618, divine proportion observed in nature. The square of Phi (√φ) is the height and 2 is the base leg.
Perimeter of the circle : 2 π r = 8
Since 4 divided by √φ is approximately equal to Pi (π), the circumference of a circle of radius r is the height of the pyramid, respecting the equation below.
2 π r = 2 π√φ = 2 (4 ÷√φ) √φ = 2 x 4 = 8
Since the perimeter of the base of the pyramid is 8, the Great Pyramid squares the circle with a value of PI equal to 4 ÷√φ = 3.1446055.
If you are willing to go deeper in this research, there is further discovery about this value in the work presented by the researcher Jain, in his own books and website :
http://www.jainmathemagics.com/bookofphivol8/ http://www.jainmathemagics.com/truevalueofpijainpi/
https://universalzeropoint.com/category/mathematics/
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Las piedras de estaciones de Stonehenge forman un rectángulo con la proporción de 5:12 - Mapa con Stonehenge y la isla Caldey mostrando la distancia proporcional de 12,369 - eso es el número de lunas llenas por año
5. Stonehenge - geometría secreta - triángulo de 5:12, estrella de 7 puntos, número 1234, Stonehenge+isla Lundy -- Nueva York con un triángulo en el Parque Central como Stonehenge tiene -- Stonehenge: la proporción original de 5:12 -- Stonehenge: William Stukeley y druidas para la francmasonería -- Stonehenge: una estrella de 7 puntos e Isis -- Distancias: Stonehenge - Averbury - la colina de Silbury -- Stonehenge, monumento de Averbury y el monumento de Silbury - números con sol, luna y el cubo de Isis -- Stonehenge y su cantera en las montañas Preseli en Gales apr. 130 millas en el oeste -- El número 1234: Stonehenge - isla Lundy 123,4 millas -- Triángulo Stonehenge - cantera de Preseli - isla Lundy: 5:12 -- Copias de Stonehenge en el mundo - francmasones e iluminados criminales ponen sus símbolos de poder - p.e. en Lima en el Perú -- Hay una copia de Stonehenge en el centro de Lima en el parque de fontanas (parque de la reserva) -- 6. Milla y pies y luna y Tierra - números 3456, 108, 528 -- La milla y Stonehenge: 108 millas reales = 123,4 millas internacionales -- Número 108: Tierra, religiones, luna etc. -- Luna y número 108: radio 1080 millas reales -- Pie y Tierra: 360 grados x 365,242 días x pie x 1.000 = circunferencia de la Tierra -- Milla y Tierra: 12 elevado 5 dividido por 10 millas = circunferencia de la Tierra -- El pie inglés es el origen del sistema antiguo de mediciones -- 7. Stonehenge, la cantera y las islas 5:12 - Newton y su número 33 -- Stonehenge: isla Lundy + isla Caldey: 3:2 - Stonehenge-isla Caldey=12,369 = número de lunas llenas por año -- Newton: su escala de temperatura y el número 33
Aqui tenemos a Pi - la circunferencia del toro y la vesica piscis 256/153 equivalente a la raiz cuadrada de 3 En el hipercubo las coordinadas binarias de Piscis son decimal 3 y binario 11 153 los pescados de Jesus en la biblia
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Viendo que todavía hay gente que cuando señalas el SOL se fija en el dedo…
….en referencia a la INCREIBLE e IMPRESIONANTE información MATEMÁTICA que se oculta en la PIRÁMIDE de Giza y que hemos podido ver en el vídeo del anterior post, me gustaría, para aquellos que no estén muy duchos en matemáticas o por falta de práctica las hayan olvidado y aparcado, hacer los cálculos que demuestran parte de lo que se hablaba en el documental anterior…Es algo simple pero creo que necesario y ESCLARECEDOR para los que puedan tener dudas…
La revelación de las Pirámides: ‘La investigación que CAMBIARÁ el mundo’!!!….Y tanto!!!! Brutal, increible, sublime…DES-CO-MU-NAL!! IRREFUTABLE!!! El VELO se rasgó bastante con este documental…
Tenemos que los que construyeron las pirámides utilizaron una medida que los egiptólogos llamaron codo…y que ha ido variando en el tiempo y en las diferentes culturas…aunque la medida REAL, LA ORIGINAL y AUTÉNTICA es la de la PIRÁMIDE de Keops, ya que el resto de pirámides que sí han sido construidas por los egipcios, utilizaban una aproximación de esa medida ORIGINAL…y por eso la medida del codo ha ido variando en las diferentes culturas…
Para empezar tenemos que la medida del codo en la pirámide de Giza es:
0.5236
Esta cifra aparentemente IRREGULAR y que así han tratado de hacernoslo creer los egiptólogos y el sistema, sino mirar la wiki:
Jeje…se llamaba codo porque era la medida del codo físico de la gente de esas épocas…
Tocate, con perdón, la GILLIPOLLEZ!!!!!!
Lo jodido es que ha colado durante siglos!!!
Pero….de DÓNDE SALE la medida del CODO REAL “EGIPCIO”?????
MATEMÁTICAS!!!
Una circunferencia con diámetro 1 METRO, tiene cómo longitud a PI, es decir:
3,14159265
Sí a esta cifra, la dividimos entre 6 ya tenemos nuestro CODO REAL utilizado en la construcción de la Pirámide de giza…
3.1416 / 6 = 0.5236
Las matemáticas, LA CIENCIA IRREFUTABLE, ha quitado de un plumazo la primera CREENCIA, de que el CODO era la medida del codo físico de los de la época…
Los que construyeron la mal llamada PIRÁMIDE de Keops, sabían de la unidad MÉTRICA…El METRO…
Y cómo ya vimos el otro día, que el sistema métrico decimal no se implantó hasta finales del siglo XVIII, y que el metro está sacado de la circunferencia de la propia tierra…
METRO = la diezmillonésima parte de la distancia que separa el polo de la línea del ecuador terrestre
Impresionante incluso para la fecha oficial en el que están datadas las pirámides de Giza… el año 2.500 A.c
Sigamos…
La base de la pirámide es de 440 CODOS REALES…es decir,
440 * 0.5236 = 230,384 METROS!
Y no es una medida cualquiera…ya que como hemos visto, la base se cálculo para que la altura fuera de 147 metros…
Es decir, de 147 metros…y coronado por una esfera…en representación del SOL
Pero por qué??
Pues por que el perihelio del SOL, la distancia mínima de la tierra al SOL, es de 147 millones de kilometros…
Algo que OBVIAMENTE los egipcios desconocían…Como también desconocían que la tierra era redonda, y también desconocían Pi y Phi…
Pero todavía nos queda algo MUY IMPORTANTE…
En el video nos dice que restemos la longitud de la circunferencia exterior de la longitud de la circunferencia interior a la base de la pirámide…
Pues bien, hagamoslo..
SEAMOS CIENTÍFICOS, y no meros CREYENTES…
Es muy fácil…
La longitud de una circunferencia es PI por el diámetro de la misma…o por dos veces el radio…
El diámetro de la CIRCUNFERENCIA INTERIOR es fácil de calcular…
No es más que la base de la pirámide…440 codos reales que ya hemos convertido antes en metros: 230,384
Por lo que la longitud de esta circunferencia = 3,14,16 (pi) * 230.384 metros = 723.7744 metros.
La longitud de la CIRCUNFERENCIA EXTERIOR, es algo más dificil de calcular, pero no mucho…
El diámetro de la circunferencia no es más que la HIPOTENUSA del triángulo rectángulo del cuadrado…PITÁGORAS… (500 A.C)
Para que se vea más claro..
Es decir
230.384 al cuadrado + 230.384 al cuadrado = 53.076,787 + 53.076,787 =106.153,57
y esta cifra tiene que ser = al cuadrado de la hipotenusa…
Es decir, la raiz cuadrada de 106.153,57 sería el valor del diámetro de la CIRCUNFERENCIA EXTERIOR
Lo podeis calcular aquí
El diámetro por lo tanto es de 325,8113 metros…
Por lo que la longitud sería: 352,8113 * 3,1416 (pi) = 1.023,5687
Y si restamos ambas longitudes:
1.023,5687 – 723,7744 = 299,7943…
Que no es, NI MÁS NI MENOS, que…
I-RRE-FU-TA-BLE
Y QUIÉN Y CUANDO descurbió OFICIALMENTE LA velocidad de la luz????
Fue Roemer en 1676 con su procedimiento…
Resumiendo…los que construyeron la mal llamada Pirámide de Keops conocían:
El sistema métrico
La distancia de la tierra al Sol
Velocidad de la luz!
Y la probabilidad de que fuese CASUALIDAD todo esto según los matemáticos es…
CASI NULA…
DESPRECIABLE!
Sabiendo ahora todo esto, es posible que la datación de la mal llamada pirámide de KEOPS sea la que nos cuentan???
2500 A.C…
No hay que ser un gran pensador para saber la respuesta…
NOOOOOOOO!!!!!!
No hay ningún jeroglífico…nunca se encontró la momia de Keops, ni ninguna inscripción que hiciera referencia a ese faraón…
Y lo que es más importante...la alineación de las pirámides coincide con las de Orión
Las tres pirámides de Giza están alineadas con gran exactitud, pese a su monumentalidad, con el cinturón de Orión, es decir, forman una imagen de sus estrellas en la tierra. En la actualidad esto no es exacto: las tres estrellas de Orión forman un ángulo que difiere por unos pocos grados con el que forman las pirámides.
Pero, si se calculan los cambios precesionales del cinturón de Orión a lo largo de los siglos, se comprueba que hubo un momento en que estas tres estrellas estuvieron alineadas exactamente igual en relación a la Vía Láctea que las pirámides en relación al río Nilo:
hacia el 10.500 a. C.
Y en esa época que es lo que hacían nuestros supuestos antecesores según nuestra historia oficial????
Jeje…
Hemos DEMOSTRADO, gracias a LA CIENCIA IRREFUTABLE, las MATEMÁTICAS, que..
NUESTRA HISTORIA OFICIAL
es un
FRAUDE!!!!
Hemos INVOLUCIONADO!!
Ya podéis contarlo a los CUATRO VIENTOS, sin TEMOR NINGUNO…que aquellos que tengan un mínimo de capacidad reflexiva y que sean algo CIENTÍFICOS, NO podrán REFUTARLO!!!!!
En el transcurso de este año y medio que llevamos en la RED, han sido bastantes los foreros escépticos que nos han pedido PRUEBAS CIENTÍFICAS e IRREFUTABLES que demostrasen nuestros postulados…
y AQUÍ LAS TIENEN!!
Esto no es una lucha de EGOS…sino una LUCHA por la VERDAD!!!
Una VERDAD que, cómo dice el lema de este site, NOS HARA LIBRES…
Y la única VERDAD IRREFUTABLE son las MATEMÁTICAS…
El VELO ya se ha caido…y no os preocupeis porque cómo en TODAS las religiones, LOS MÁS TALIBANES seguirán CREYENDO lo que les han inculcado desde pequeños…y aunque la CIENCIA les muestre LA VERDAD, seguirán NEGANDOLA y mirando para otro lado…
Y hago una petición a TODOS esos foreros ESCÉPTICOS, o más bienCREYENTES DEL SISTEMA y de sus MENTIRAS…que tengan el valor y el coraje de comentar y participar en estos GRANDES DESCUBRIMIENTOS!
Y ya para acabar…
Si a todo esto le sumamos que existen textos antiguos por todas esas culturas,mayas, incas, egipcias, en los que mencionaban cómo los antiguos se ALARGABAN LOS CRÁNEOS para, LITERALMENTE:
PARECERSE A LOS DIOSES!!!!
Nefertiti
No pueden realmente empezar a pensar que NO solamente INVOLUCIONAMOS, sino que los famosos “dioses” de nuestros antiguos,
NO ERAN DE ESTE PLANETA???????
No pueden empezar a replantearse de que las pirámides de Bosnia son reales…que las del triángulo de las Bermudas también…de que el STARCHILD también…etc, etc…
NO PUEDEN EMPEZAR A ROMPER SUS LIMITACIONES????
Uno de mis objetivos personales con esta página ya se ha cumplido…GRACIAS A TODOS!
Besos y abrazos!
https://planetagea.wordpress.com/2012/05/27/pi-phi-o-numero-aeureo-la-distancia-de-la-tierra-al-sol-en-su-perihelio-la-velocidad-de-la-luz-todo-esto-oculto-en-las-medidas-de-la-gran-piramide-en-este-post-lo-demostramos-con-calculos-i/ |
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