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General: La Misteriosa Ave Fénix Iniciática
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De: Alcoseri (Mensaje original) |
Enviado: 19/08/2011 12:59 |
La Misteriosa Ave Fénix Iniciática
-La piedra misteriosa del Fénix es la piedra angular del templo
-Conviniéndote en Fénix, aprenderas a reconocerlo. Podrás desempeñar conscientemente tu papel de constructor, no confundir ya los bloques mal escuadrados con la piedra de luz.
http://groups.google.com/group/secreto-masonico -El Fénix les hablaba a los sabios. Cuando estos oían su voz. sabían que la regeneración de los seres se hallaba cerca. -Hemos de emplearnos a fondo para que el Fénix aparezca, para que nos hable. Al sentir acercarse la muerte, el Fénix se construye una morada a base de incienso, mirra y otros raros perfumes. Al llegar su hora, entra en ella. Luego se la lleva con él. parte de Arabia y se va a Egipto A mediodía, cuando todo el mundo puede verle, coloca su morada sobre el altar del Sol. Se despoja de sus plumas, enciende un fuego y se ofrece él mismo en sacrificio. Una vez ha ardido, quedando reducido a cenizas y aniquilado, de sus cenizas se forma una especie de gusano. Este ultimo va creciendo poco a poco, le nacen alas y se convierte en un fénix. -Según Plínio, no hay más que un fénix en todo el mundo. Creo que refiere los mismos hechos. Al envejecer, el Fénix se construye un nido con ramas de canela y de incienso. Lo llena de perfumes y muere encima. De sus huesos y médula nace en primer lugar una especie de gusano que se convierte en un joven pájaro. Este, antes que nada, rinde honor a su predecesor, y acto seguido lleva el nido a la ciudad del Sol y lo deposita sobre un altar. -Los mismos cristianos quedaron impresionados por estos extraños fenómenos. El romano Clemente relata los mismos acontecimientos. Tampoco él deja de asombrarse de que la carne en putrefacción del Fénix sea un medio de creación. El gusano se alimenta de la descomposición del pájaro muerto, luego se cubre de plumas antes de levantar el vuelo con el féretro donde reposan los huesos de su predecesor. Se va volando hacia Oriente donde, en pleno día, deposita el féretro del Fénix primordial sobre el altar del Sol. -En el gran poema simbólico que ha transmitido el escritor Laclando se dice que, en un lugar de bienaventuranza de Oriente, donde se abre la puerta del cielo eterno, mana una fuente abundante que riega doce veces al año todo el bosque circundante. Es allí donde habita el Fénix, sacerdote de los bosques y único iniciado en los misterios del Sol, el único ser que sobrevive después de haber sido regenerado por la muerte. Marca las horas con su maravilloso canto. A la edad de mil años, abandona dichos lugares sagrados y, por unos inaccesibles desiertos, llega a un bosque secreto donde elige una alta palmera. Construye en ella su nido, pues es para vivir para lo que muere creándose a sí mismo. Después de haber hecho acopio de una gran cantidad de perfumes, se acuesta en su tumba. Su propio calor interior engendra una llama que le consume. De las cenizas surge un gusano que se contrae formando un pulido huevo. El nuevo Fénix bebe un rocío de ambrosía y recompone cuanto queda de su propio cuerpo. El Fénix es su propio hijo, su padre, su heredero. El mismo es otro que el mismo. El altar sagrado donde el Fénix construía su nido era probablemente un obelisco sobre el cual reposaba el alma del Sol. Esta tradición se perpetuo, ya que el rey-Alejandro vio al Fénix manifestarse por encima del árbol-cruz. -Nos hemos referido también a la palmera. ¿Sabes que el Ave Fénix y la palmera llevan el mismo nombre en lengua griega? Nuestros Hermanos esenios vivían en la «sociedad de las palmeras», cuyo sentido secreto era «comunidad de los Fénix». En nuestra iniciación, esta comunidad es la de los constructores que han accedido al grado «Fénix» en el que tú te encuentras ahora. -¿Por que anuncia el Fénix una nueva edad de oro si no es para poner el acento en un momento semejante? -En el momento en que muere el año, que renace de inmediato, todo se renueva, ve la luz una época dorada. El Fénix vive tan largo tiempo como las estrellas, atraviesa siglos renaciendo siempre. Creo que la edad de oro es precisamente eso: la facultad de renacer. -¡Pero el Fénix no se muestra mas que en raras ocasiones! Por ejemplo, cuando el fuego descendió del cielo y consumo el sacrificio de Abel, abraso igualmente al Fénix que, tres días más tarde, volvió a nacer. A su salida de Egipto, se alzo sobre el templo de Heliópolis. Y se hizo arder a si mismo en el templo de Jerusalén en el momento del nacimiento de Cristo. -Acontecimientos extraños, pero esenciales. El Fénix es el testigo del fuego, el testigo de los acontecimientos espirituales que marcaron el destino de la Humanidad y. en consecuencia, el de cada uno de nosotros. -¿No nos ofrece el Fénix una solución al problema de la muerte7 -En tanto el hombre no afronta mas que su desaparición corporal, permanece en el exterior del templo. Al convertirse en Fénix. le es posible entrar en el y participar en los ritos de resurrección. -Morir y renacer: ¿en esto consiste el secreto del Fénix? -El Fénix, no habiendo nacido nunca, tampoco muere jamás. Todos los seres del universo pueden verle. -Así pues, ¿cualquier hombre puede vivir una iniciación semejante? -A condición de que acepte el encuentro con el Fénix, a pesar de las llamas que le rodean. En el momento de la prueba del luego, los constructores enseñan al nuevo iniciado que el conjunto de las criaturas pasadas, presentes y futuras esta virtualmente en el. Podrás conocer la totalidad de la aventura humana si mueres en tu «yo» para nacer al verdadero Hombre. -¿No son el Fénix recién nacido y su «padre» un solo y mismo ser? -En algunos rituales iniciáticos se precisa que la primera preocupación del nuevo Fénix es rendirle a su padre las honras fúnebres. Se encarga de su cuerpo y lo ofrece a la luz. Esto ilustra bien a las claras la transmisión del espíritu entre la cofradía de los constructores y el nuevo adepto, identificado con el Fénix que desaparece y resurge. Se le dirigen las siguientes palabras: «Perece tu vejez y tu permaneces. Tus ojos han visto todo cuanto ha existido, todos los tiempos tienen tus miradas por testigo». -¡Pero este Fénix tiene un nacimiento increíble! No proviene de un germen concebido en el seno de una madre. Es a un tiempo su propio padre y su hijo. Sin ser engendrado por otro, se regenera mediante su propia muerte. -El Fénix posee una cualidad secreta. Es andrógino. Pero no se trata ya de una androginia carnal. El Fénix no es ni padre ni madre en este mundo, porque es Padre y Madre en creación. -¿No crea Dios en el Genesis al Hombre varón y hembra, antes de dividirlo en «hombre» y «mujer», en Adán y Eva? -Es cierto, y Hermes Trimegisto no se expresa distintamente, cuando nos enseña que la verdadera inteligencia es varón y hembra. -Me parece también que el Fénix posee el dominio del tiempo. Tiene presente todo cuanto existe, es decir, la eternidad y la perpetuidad. La eternidad es el día; la perpetuidad, la noche. Para Egipto, había dos formas de eternidad: la primera masculina y diurna, la segunda femenina y nocturna. Éstas se unen en el Fénix. -Inseparable del Árbol de la Vida, el Fénix es el alma de luz que ilumina las tinieblas. Ésta es la razón de por qué el hombre que toma conciencia de ello se vuelve luminoso por sí solo, sin concurso exterior alguno. Sus ojos irradian un brillo secreto, un encendido resplandor rodea su cabeza, su claridad hiende la noche. -¿No encierran a veces algo de sabiduría las palabras en sí mismas? Pienso en el griego phoinix, que tiene el sentido de «púrpura», «rojo tirando a color oro», «luminosidad intensa» que se corresponden perfectamente con los colores simbólicos del pájaro. -Sí, todas las mañanas, el Fénix acompaña al Sol en su carrera para impedirle que haga arder nuestra tierra con una irradiación demasiado ardiente. Atempera su calor y lo distribuye de acuerdo a las necesidades de cada región. -¿No es gracias al luego por lo que el Fénix es capaz de llevar a cabo sus transformaciones? -Es el Fuego su verdadero padre. En un Apocalipsis, un ángel le hace leer al profeta Baruch unas letras de oro gigantescas grabadas en el ala derecha del Fénix, que componen la siguiente frase: «No me engendra ni tierra ni cielo, sino las alas del fuego». -¿A que corresponde esta llama misteriosa con mas poderes que cielo y Tierra? -Un Hermano alquimista. Michel Maier, ha hablado mucho del Fénix y de su Fuego. Cantó su secreto en unas palabras que tengo el deber de transmitirte: «Voy a cantar a la naturaleza y a las propiedades del Fuego que sirven al Fénix de hoguera y de cuna, donde recobra una nueva vida. Tened la bondad de prestarme atención y de guardar silencio. Ese fuego no es el que encierra el Etna en sus profundas simas ni el que alimenta los ardientes hornos del Vesuvio. o el que vomita el monte Hecla... el principio de nuestro Fuego es totalmente distinto. Tiene su origen en una montaña, la mas elevada que exista sobre la faz de la Tierra, y que no produce más que flores, cinamomo, azafrán y otras hierbas odoríficas. Este Fuego es la fuente de toda luz, que ilumina este vasto universo. Es el que confiere el calor y la vida a todos los seres; es una llama permanentemente viva que nunca se consume. Es ese luego el que sirve para formar la hoguera en la que nuestro pájaro, que ha sido quien la ha preparado, va a buscar su final v su muerte. ;Oh, cuan cuidadosamente oculto es mantenido este Fuego sagrado! ¡Oh, cuan perfectamente conocida por los sabios es esta maravillosa llama! Cuando se la ignora, se ignora todo. Vosotros que deseáis beber en las fuentes fecundas de la ciencia. no permitáis que este fuego sagrado sea revelado. -Me corresponde a mi no confundir el fuego aparente, material, con el fuego espiritual y oculto; ¿acaso no es él el que permite llevar a cabo la Obra? -Aunque no se le puede nombrar ni ver, está por todas partes. Comprender la naturaleza de este Fuego es experimentar la manera en que las inteligencias divinas crean el mundo. -Ahora entiendo mejor por que juzgó necesario Cristo que el mundo ardiera para purificarlo de sus escorias y revelarnos su belleza. -Según santo Tomas, el patrón de los arquitectos. Jesús dijo: «He arrojado fuego sobre el mundo y lo mantengo vivo hasta que este arda. El que está cerca de mi esta cerca del luego; y el que está lejos de mi esta lejos del reino». Ese remo que es la cofradía iniciática hacia la cual nos conducen las pruebas. -¿Es el Fuego el que mantiene el universo en equilibrio, el que hace crecer las plantas y nacer a los hombres? -Es también el testigo divino en nosotros. -Entonces, ¿serían los iniciados unos «mártires», unos testigos? -Sí. si le das a la palabra mártir su sentido originario de testigo. La llama de esos mártires no les destruye, sino que les rejuvenece. Es una escala hacia el cielo. -¿Cómo utiliza el Maestro de Obras el Fuego? -Recrea los planos mediante los cuales las fuerzas celestiales construyen la catedral del universo. El Fuego produce las «cualidades». El Fuego que brilla en lo más profundo de nuestra conciencia determina nuestras propias cualidades. -¿Por qué organiza nuestro mundo interior? ¿Por qué arroja luz en las zonas de sombra a las que no puede llegar la razón? -De un súbito fogonazo, el Fuego del Fénix te lleva a la unidad del espíritu. Es del vientre del Fuego de donde salen los iniciados en quienes no están ya divididos el espíritu, el alma y el cuerpo. Por eso los constructores revelan durante el ritual: «Uno no puede convertirse en Fuego sin resistencia, pesar, agitación en el tiempo; pero ser Fuego es una alegría intemporal que escapa a toda determinación del tiempo». -He observado, en la Cartuja de Dijon. que el facistol era una columna rematada por el Fénix. ¡Reina sobre los cuatro Evangelistas! -El Fénix es el quinto elemento, la celebre quintaesencia de la que hablan Rabelais y los alquimistas. El constructor convertido en Fénix recibe del Maestro de Obras el significado de su transformación: «Cuando hayas visto brillar el fuego sagrado sin forma, saltando de los abismos del mundo entero, escucha la voz del fuego». ¿Estás listo para pasar por el Fuego? -A usted me remito. Por mi parte, creo estar listo para intentar la aventura. -Comprende que este paso es una transmutación. Después de ella, no serás ya el mismo hombre, al haberte convertido en el «Mismo» por excelencia, el que reconoce la identidad profunda que une todas las cosas. Pero esta transmutación seria inútil si no llegaras a descubrir la mirada del Águila.
-Con la regeneración por el Fuego -me dijo Fierre Deloeuvre-, podrías creer que has llegado al final del camino. Pero aun le quedan difíciles etapas que recorrer. Aquella en la que el Águila es la dueña y señora es particularmente ardua. Con ella se acaba la trinidad de los pájaros simbólicos: el Pelicano, el Fénix v el Águila. El Águila ocupa el vértice del triangulo luminoso cuyas bases están ocupadas por los dos primeros. -¿Cómo convertirse en Águila? -El Águila corresponde al momento ritual en el que el Maestro de Obras que dirige la ceremonia revela la luz al postulante. Es hora de hacer acopio de tus fuerzas, de indagar en tu vida y en tu espíritu para que el Águila haga su aparición ante ti. -A mi entender, el Águila de la Edad Media no es otro que el halcón Horus de los egipcios. -¿No existe más que un solo Horus? -No, hay tres: un gran pájaro primordial nacido al principio de los tiempos, un Horus regio representado por el faraón, y Horus el Niño, hijo de Isis y de Osiris, al que los griegos llamaron Harpocrates. -¿Cuál era la función del gran pájaro primordial? -Cubría con sus alas el mundo entero. Su estatura se medía en miles de codos. De él se decía que era un sabio, un protector, un padre, un hermano. Era él quien gobernaba Egipto, los dioses estaban a su servicio. Con su ojo, alimentaba a las muchedumbres. -¿Era en el faraón en quien se encarnaba el Horus primordial? -El faraón debe prolongar en la Tierra la actividad celeste de Horus. Esta es la razón de que construya los templos. -¿Y el tercero, Horus el Niño? -Según Plutarco, simboliza las incesantes renovaciones de la vida, todo cuanto es perpetuamente rejuvenecido Su existencia es algo milagroso, pues nació de Osiris muerto. Isis reunió los fragmentos esparcidos de su esposo y, tomando la forma de un pájaro, se hizo fecundar por Osiris reconstituido en sus miembros, pero no reanimado. -¿No tuvo el tercer Horus una función de guerrero desde su mismo nacimiento? -pregunto Pierre Deloeuvre. -Si, pues el primer papel de Horus el Niño fue luchar contra el asesino de su padre, Set, tuerza vital indomable. El telón trata de desacreditar a Horus a los ojos de la corte divina calumniándole. ¡No sería mas que un bastardo! Pero el joven Horus. con la ayuda de Tot, defiende su causa, obteniendo la aprobación general. Según Plutarco, Horus el Niño es la naturaleza. Set le acusa de bastardía, porque forma parte del mundo material mientras que su padre, Osiris, era un dios inmaterial. Pero la inteligencia, simbolizada por Tot, demuestra lo erróneo de esta teoría. En efecto, la naturaleza reproduce el universo divino v nos lo da a conocer. -Por eso Horus el Niño es idéntico al iniciado que renace en una cofradía de constructores. Sin la presencia del faraón v del Maestro de Obras, ignoraríamos la existencia del gran halcón que mantiene nuestra Tierra en armonía. No podríamos vivir la luz. -Al igual que el Águila de la Edad Media -dije yo-, el Rey de Egipto mira de frente al Sol gracias a su tercer ojo. la serpiente de fuego que sale de su frente y hace arder todos los obstáculos que se oponen a su visión. -En el ciclo de la Tabla Redonda, el caballero Galaz es el correspondiente exacto de Horus-rey; llega a descubrir el Grial porque ha reunido en si las cualidades del soberano Arturo, del sabio Merlín y de sus hermanos caballeros. Pero ¿sabes donde nació el halcón celeste? -El halcón celeste nació en Oriente, en una región de intensa luz. Cuándo el iniciado de E! Libro de los Muertos se encuentra con el, proclama: «Vivo de la verdad, soy el que existe por ella Soy Horus, el que habita en los corazones, el ser íntimo que habita en los cuerpos». -Horus, parte divina en nosotros, renace sin cesar en compañía del Sol. El faraón es luz de su pueblo, a imagen y semejanza del halcón, luz de los dioses. -Por otra parte, es el halcón quien consagraba al rey colocándole sobre la cabeza la radiante corona. -Este mensaje ha atravesado los siglos, aunque modificado en su forma. El halcón de los egipcios no paso tal cual al mundo de los constructores de catedrales. Se fúe paulatinamente transformando en águila. Recuerdo un capitel copto de Antinoe conservado en el museo de Genova en el que se ve un halcon-aguila entre dos carneros. Creo que es Horus que sigue viviendo bajo la forma del Águila. -Esa Águila que subía a lo mas alto de los cielos y se quedaba inmóvil en la vertical de Delfos, considerada como centro del universo. -¿No había dominado el fuego del cielo? En las leyendas griegas se dice que el Águila depositaba cada día néctar sobre unas rocas para alimentar a Zeus, el rey del Olimpo. -Nada ha cambiado -dijo Deloeuvre-. Alimentar a los constructores es siempre el deber del Águila. -¿Es también un mensajero? La historia de Cenicienta, conocida por todos, no es sino la recreación de un mito antiguo en el que el halcón robo una de las sandalias de una noble dama, Ro-clopis. mientras esta se estaba bañando. El halcón se llevo el objeto a Memfis. antigua capital de Egipto, y lo dejo caer a los pies del rey que estaba impartiendo justicia; este mando buscar por tocio Egipto a quien pertenecía la sandalia. Encantado por su belleza, se caso con su propietaria. -Trayendole al rey su complemento indispensable, el Águila pone en ejecución el matrimonio sagrado en el que se unen los principios activo y receptivo. -¿No decían los celtas que el Águila es el animal mas viejo del mundo? -Fue un mirlo el que reveló este misterio a dos viajeros. Cuando consiguieron encontrarla, el Águila les reveló que estaba instalada en lo alto de una peña desde donde picoteaba los astros cada noche.
-¿Seria el Águila el ancestro por excelencia, en contacto directo con el universo? -El Águila posee la energía del origen de! mundo Por eso infunde miedo en quienes no están preparados para recibirla. Correr, en todas las direcciones cuando desciende del cielo, sin ninguna esperanza de escapar de ella. -¿Tan cruel es? -Una determinada tradición cristiana, que siente espanto por la iniciación, hace del Águila un demonio raptor de almas, un pájaro inmundo. Rapaz sin piedad, seria un tirano temible. -¿Por qué pintar así un estado espiritual, un estadio de la iniciación cuya importancia usted ha subrayado? -Es una manera habitual, empleada mil veces, de relegar la iniciación a la sombra. -Incluso dentro del cristianismo ha habido otras corrientes de pensamiento. Muy a menudo, ha apelado usted a unos testimonios que prueban la presencia del mundo iniciático dentro del cristianismo. -Ciertamente, un cristiano como san Ambrosio indica que el Águila es el rey de las almas puras que asciende al cielo del conocimiento. Llega hasta el punto dé hacer del Águila el Salvador que nos aparta de la materialidad. Cuando ella ve un pez nadando a flor de agua, cae en picado sobre él y lo atrapa. Es también el Salvador-Águila, en tanto que pescador de hombres. -¡En el relato de la Bajada de Cristo a los Infiernos, este libera a Lázaro, que toma la forma de un Águila' -Si. los demonios se echaron a temblar al no conseguir retener a Lázaro, que se les escapo gracias a la rapidez del Águila. Lázaro- Águila es el hombre que ha visto la luz; el príncipe de las tinieblas que, de ordinario, trastoca las palabras de la verdad, no puede hacer ya nada contra él. -Cuando el muerto egipcio salía de la tumba, se convertía en halcón para llegar al cielo. -Una de las funciones principales del Águila es conocer el camino del paraíso. Se llena allí sus alas de perfumes y los transmite a los iniciados. -Ofrecer el perfume es encontrar el aspecto sutil de todo. ofrecer lo que es impalpable, no corporal, vivirlo en nosotros mismos. -Si quieres, puedes llamar a eso la gracia. El facistol. ese atril elevado en el que se colocaban los libros del canto gregoriano, tenía a menudo la forma de un águila con las alas explayadas. De ahí deriva la expresión «cantar en el águila», es decir, expresarse según el Verbo. En las grandes ceremonias, los sacerdotes se postraban ante el águila, rindiendo homenaje al principio que era su creador. -Así pues, era toda la comunidad la que se beneficiaba de la gracia del Águila. Y él. que llevaba el alma de los reyes de la Tierra al cielo, ¿no era también un portador de fuego? -En el cristianismo primitivo, antes de las desviaciones dogmáticas, se denominaba precisamente «águilas» a los recién bautizados que, por su conocimiento de los misterios, forman parte en adelante de la comunidad. «Águila» es un término que designa a los que acceden a la comunión celestial, revestidos de su cuerpo glorioso. -¡El lenguaje popular no anda del todo errado cuando emplea la expresión «creerse un águila»! -Es tanto más sabio cuanto que. si tú te crees un Águila, caerás de lo alto del cielo y tu caída resultará mortal. Sólo tus Hermanos en la iniciación pueden reconocer que has alcanzado esta etapa en el camino, no para felicitarte por ello, sino para pedirte que vayas más lejos. -¿No hay una soledad del Águila en su realeza? -Es verdad -hubo de admitir Pierre Deloeuvre- que el que consigue alcanzar este grado de la iniciación conoce una cierta soledad frente al Principio. No busca ya pretextos ni excusas, sabedor de que sólo el debe realizar su función de hombre mediador entre el cielo y la Tierra. -¿Es verdaderamente soledad el término exacto? -No, unicidad sería más apropiado. No confundas la unicidad del constructor con un aislamiento afectivo. El iniciado está solo o. más exactamente, es único, pues ningún hombre evoluciona en lugar de otro. Cada uno de nosotros poseemos un «Número» inmortal que nos caracteriza. -¿Me permitirá la realización de mi Número mirar al Sol de frente, como el Águila? -Observa la escultura. El imaginero nos muestra al Águila en plena majestad, con los ojos vueltos hacia los rayos del astro. De todos los animales, el Águila es el que vuela más alto y el único que se atreve a clavar su mirada en el Sol. -¿No fue gracias al Águila que san Juan pudo percibir el Verbo? -San Juan pronunció estas palabras: «Observa al Águila: vuela más alto que las restantes aves, mira fijamente al Sol y, sin embargo, por necesidades propias de su naturaleza, desciende a la tierra. así también el espíritu del hombre, que se relaja ligeramente de la contemplación, se orienta más ardorosamente hacia las cosas celestiales, repitiendo a menudo sus tentativas». -O dicho de otro modo, ¿el estado «Águila» no es nunca definitivo? -No retrocedas delante del Sol del Águila. Pídele la intuición, la facultad que permite penetrar en las cosas, vivir en los seres, pensar en el pensamiento creador. El Águila se preocupa de que las cosas sean rectas, es ella la que inspira a los adeptos en su peregrinar hacia la luz. -Pienso que era ella, antiguamente, la que se situaba detrás de la nuca del faraón para insuflarle energía. -El Águila revela el mensaje sagrado. Hizo saber a Pitágoras los secretos del universo y a san Juan Evangelista le dicto el Verbo. -¿Podría yo. a mi vez. oír la voz del Águila? -Siempre y cuando consigas rejuvenecerte como ella. Cuando el Águila se hace vieja, sus alas se vuelven pesadas, su vista se ofusca. Entonces, planeando por los aires, anda en busca de fuentes y nos. El calor del Sol no tarda en calentar sus alas y recobra la visión. Descendiendo a una fuente, se baña tres veces en ella. Al rejuvenecer, se convierte nuevamente en aguilucho. Y también tu te rejuvenecerás, a condición de que lleves en ti la iniciación vivida. Si tus ojos se ofuscan, busca la fuente del Águila. -¿No rejuvenece también el Águila por el fuego, antes de señalar el emplazamiento de la fuente de la vida? -Cuando la vieja Águila se encuentra cerca del Sol, sus plumas se abrasan. El fuego consume cuanto en ellas había de excesivamente graso y pesado, y le devuelve incluso su antigua agudeza visual, tras lo cual se precipita en una fuente y recobra al punto la plenitud de su juventud y de su vigor. La vejez había vuelto romo su pico, que apenas si le era de ayuda para coger el alimento; consigue devolverle su tuerza frotándolo contra las piedras y las rocas. -Estas piedras, estas rocas, ¿no son la cantera donde los constructores van a buscar su materia prima para levantar el edificio? -Es tomando parte en la obra que se está realizando en el taller como percibirás, poco a poco, la mirada del Águila. -¿No es también el Ojo de Horus? Era de ese ojo del halcón de donde se sacaban los números, los pesos, las medidas. -Si, pues el mundo emana del ojo del pájaro real y el mundo se reabsorbe en él. -Así pues, según usted, ¿la vía iniciática no es la adquisición de un saber cualquiera, sino un cambio de mirada? -¿Conoces la piedra del Águila? -¿Esa piedra llamada etites, de la que hablan los naturalistas antiguos? Decían que el Águila la utilizaba para delimitar su espacio. -Es una piedra muy extraña. Presenta una especie de gravidez: cuando se la sacude, se oye resonar en su interior otra piedra, como en un útero mineral. Pero no tiene esta propiedad más que si uno la coge en el nido del Águila. -¿Acaso el espacio propio del Águila no es el templo en sí mismo? -«También a ti -dijo Cristo a santo Tomás-, arquitecto en Oriente, te convertirá tu fe en Águila de luz planeando por sobre todas las regiones». Como puedes ver. el Águila es símbolo del Maestro de Obras. -¿No se muestra implacable con los novicios? La leyenda asegura que el Águila expone a sus crías a los rayos del Sol para asegurarse así la calidad de su raza. Si aquéllas no soportan el fuego celeste, las precipita al vacío. -El Maestro de Obras tiene el deber de poner a prueba a los constructores, de comprobar incesantemente su calidad. Si no son dignos de tomar parte en la edificación de la catedral, los devuelve a la vida profana. Esta actitud puede parecer chocante para una mentalidad igualitarista, la más falsa e hipócrita que pueda existir. No te digo esto por casualidad. Al lado del Águila esta el primer León. Confiemos en que la mirada del rey de los cielos te permita hacer frente victoriosamente a la de la fiera.
-¿He de temer algo de este León? -Existe una figura medieval que representa a un rey sosteniendo un águila en una mano v cabalgando un león. Dicen los moralistas que se trata de la alegoría del orgullo, confundido con la vanidad. -¿Es ése el peligro? Pero ¿acaso no vencimos esta vanidad durante las pruebas que precedían al descubrimiento del Árbol Seco? -La vanidad es aquí de otra naturaleza. Arrastra al constructor a servirse para su provecho personal de los tesoros descubiertos durante la iniciación. Entonces comete la mas grave de las faltas. Pues la ostentación del ignorante no supone nada, mientras que la vanidad del sabio es mortal por necesidad. Cuanto más sabe uno, más responsabilidad tiene y menos derecho a envanecerse. -Este malvado León se duerme en sus laureles ¿No pierde la clarividencia del Águila? -Cuando el iniciado está convencido de estar instalado en el Conocimiento, se precipita en un abismo sin fondo. -¿Cuál es la fuerza que me aportará este León? -Da peso y densidad a la luz del Águila, que habría podido permanecer en las nubes, muy alejada de nosotros. Te ofrece el secreto de esta fuerza noble que se llama orgullo. -¿No hay en él otro peligro? -Las palabras infunden miedo. Las iglesias nos han habituado a temer lo sagrado, no a depositarle nuestra confianza. Obligan al hombre a someterse, no a interrogar el misterio. -Sin embargo, hasta en el interior de las iglesias, no faltan quienes luchan contra esta sumisión, que no está muy lejos de una renuncia. Un Padre de la Iglesia como Orígenes nos invita a concebir un determinado orgullo. Que el sabio no se enorgullezca de su sabiduría, que el hombre fuerte no se enorgullezca de su fuerza, que el rico no se enorgullezca de su riqueza, bien está; pero que cada uno tenga el orgullo de comprender que Dios existe. -Pero sin duda la actitud acertada es vivir en humildad la dignidad del constructor de templos. Cuando el orgullo del trabajo suplanta a la vanidad, brota el gozo. -¿No explica este orgullo noble la desconfianza de las iglesias frente a las cofradías iniciáticas? -Puede que así sea. Pero desde que la Iglesia de Occidente no llama a los constructores iniciados para construir sus edificios sagrados, se ha ido vaciando paulatinamente de su sustancia simbólica. -No obstante, el Maestro de Obras ¿no se ha magnificado a veces a si mismo? Pienso, por ejemplo, en el abate Suger. que se hizo representar en varios lugares de su catedral de Saint-Denis. -No mas que el resto de los Hermanos que actuaron como el. No fue el propósito de Suger representarse a si mismo. Era su función la que exaltaba así, la cualidad de Maestro de Obras y no el individuo que la ejercía. El templo absorbe el «yo» del Maestro de Obras. Lo engrandece a la medida del edificio. -¿No debe llegar cada miembro de la cofradía a este mismo resultado? -Tal es exactamente la cuestión que plantea a cada cual este primer León. ¿Deseas equiparar tu personalidad a las dimensiones del templo construido por tu comunidad? Este ultimo no es otro que el cuerpo del Maestro de Obras primordial reconstituido en la piedra. El León evoca aquí una sabiduría terrenal, una realeza puesta a nuestro alcance. Por medio de ella, el constructor percibe mejor la sabiduría celestial, la realeza divina del Águila. La fiera completa al pájaro, vuelve tangible lo intangible. Pero ¿sabrás transmitir lo que has recibido?
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George Ivánovich Gurdjieff decía que los hombres eran máquinas, y más aún, máquinas que no eran conscientes de sí mismas y estaban dispersas en decenas de identidades o "yoes". Gurdjieff era un profeta y un adelantado de su tiempo, y en su tiempo no habían ordenadores. Si los hubiera habido, seguro que habría dicho que el hombre ordinario era un ordenador programado para que “todo suceda en él” fuera de su conciencia ordinaria y voluntad condicionada, influido por las impresiones del exterior y la reacción interior automática a esas impresiones, al margen de toda VERDADERA consciencia, voluntad y libertad.
Hablando de ordenadores y de hombres, la Esencia de un ordenador sería el “software radical”, el “tipo” de ordenador, sus “capacidades” y posibilidades funcionales básicas, ya que no es lo mismo un “pentium IV”, que un “pentium II” o un “spectrum” de 48 K.
El cuerpo sería el ordenador mismo, el “hardware”.
La capacidad de “sentir” (imposible por ahora en un PC), serían los subprogramas que incluyen colores, sonidos y emoticones a los textos y respuestas mecánicas que un PC tiene con su usuario.
La Personalidad, sería el “software” del Sistema Operativo (Linux, windows 98, windows 2000, windows XP etc), más el añadido de todos los programas, antivirus, actualizaciones etc. que realicemos en él.
Los ordenadores no poseen la capacidad de “conciencia de sí mismos”, por lo tanto, el “alma” de un ordenador sería es “usuario” o el administrador. El mundo que trascendería al PC, su mundo “espiritual”, sería internet.
Pero el ser humano es algo más que un ordenador. El ser humano nace con una esencia que es inseparable de su cuerpo físico, que tiene unas capacidades:
Capacidades puramente orgánicas que incluyen la alimentación, la respiración, el metabolismo y el desarrollo.
Capacidad de acción voluntaria y de percepción.
Capacidad de relación y reproducción.
Capacidad de sentimientos.
Capacidad de conocimiento, que incluye la Personalidad en su conjunto y todo lo que entendemos por “cultura” de un momento y lugar determinados. Hasta aquí el hombre ordinario y común, en el mejor de los casos.
Capacidad de SER, que incluye la identidad unificada en un sólo YO, la re-programación, el conocimiento de sí mismo y de todo lo accesible al hombre, y la conciencia de sí mismo, que no es otra cosa que la unificación de nuestro ser en ese punto que llamamos el alma o el verdadero Yo. Hasta aquí el hombre consciente del Cuarto Camino.
Si a un hombre en su infancia, no le “instalaron” el “software del Sistema Operativo” correctamente, o no lo instalaron en absoluto por abandono o malos tratos, el niño, comenzó a “programarse” por sí mismo o por otros que no eran sus padres, pero no con el sistema operativo “oficial”, sino con programitas “freeware” de manera aleatoria y eventual, de aquí y de allá; formándose en él una personalidad desarraigada, dispersa, confusa y deficiente, compensada por fuertes mecanismos de defensa o “Topes”, para adaptarse a una sociedad que no comprende y que, quizás, no comprenderá jamás, quedando mutilado en su ser para siempre, y con un mundo interior cargado de resentimiento y odio hacia los demás, es decir, lleno de “consideración interna”. Esta es la génesis de los vagabundos, dementes y delincuentes de toda condición, que son todos nuestros semejantes caídos en la desgracia del "vacío interior", y que deberían recibir toda nuestra consideración, ya que es la peor desgracia que le pueda suceder a un ser humano: la falta de verdadera "programación interior", también llamada ignorancia; falseada y no admitida en sí mismo por toda suerte te tonterías y bobadas que yo califico como "infantilismos" de cabezas huecas. Saludos de Ignacio Reig Ferre.
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De: Kadyr |
Enviado: 27/06/2024 02:30 |
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