Carl Jung y la astrología en el psicoanálisis
Freud y la Masonería
Sigmund Freud (1856/1939, padre de la moderna psicología de lo inconsciente y creador del Psicoanálisis) y Carl Gustav Jung (1875/1961, primero su privilegiado discípulo y posterior disidente, amplificador de los hallazgos freudianos) fueron hermanos masones, iniciados en diferentes logias. Ambos alcanzaron el grado de maestros.
Tal pertenencia a la Masonería Universal (sobre la que poca documentación histórica hay al alcance del mundo profano) ayuda –cual verdadero hilo de Ariadna– a entender algunos de los reales motivos –usualmente ocultos– de algunas de sus conductas y actitudes que todavía siguen siendo motivo de investigación y análisis para conseguir entender cabalmente uno de los momentos constitutivos y más apasionantes de la historia de la psicología del siglo XX.
A nuestro juicio jamás podrá comprenderse cabalmente lo ocurrido sin atender al hecho de la pertenencia de ambos a la orden masónica, lo realizado en ella y como mucho de lo aprendido en el campo iniciático fue volcado tanto en sus vidas así como en sus respectivas obras.
Es correcto que resulta muy difícil constatar en forma directa lo que aquí enunciamos. Ante todo, tengamos en cuenta que si bien algún material documental hubo, en su mayoría se perdió, fue destruido accidental o intencionalmente o todavía está guardado siguiendo ancestrales procedimientos.
Hoy, la Masonería se define como “discreta”; pero tiempo hubo en que necesitó ser “secreta” como cuando fue perseguida –por el fascismo, el nazismo y el franquismo– y sus miembros (y familiares) asesinados, torturados o, en el mejor de los casos, encarcelados en condiciones lacerantes.
Cierto es que la pertenencia de Sigmund Freud a la Masonería puede confirmarse a través de la simple visita a varios lugares de Internet. Así, el sitio oficial de la Gran Logia de la Masonería de España lo incluye en un listado de “masones ilustres”.
En el sitio de la Gran Logia de la Masonería de Israel, hay un artículo del R.: H.: José Schlosser, titulado “Cosmos e Inmortalidad” que hace referencia a una “conferencia de Sigmund Freud ante su Logia ‘Viena’ de la B'Naï B'Rith el 16 de febrero de 1915”.
Freud perteneció a esta organización –que muchos no dudan en llamar “la masonería judaica”– desde el año 1895; aunque no lo hizo público hasta su septuagésimo cumpleaños, con un discurso leído en su nombre ante la sede del B'Naï B'Rith.
Asi, el francmasón Carl Jung es el responsable de introducir la astrología en el psicoanálisis. Este psicoanalista suizo, discípulo de Freud, abordó conceptos que para muchos estaban más cerca de la magia, que de la ciencia. Aún así, sus postulados son profundos e interesantes y han logrado trascender, hasta el punto de dar lugar a una corriente que se mantiene vigente a día de hoy.
Para Jung, en la astrología están condensados todos los conocimientos de psicología de la antigüedad. De manera intuitiva, los doce signos del zodiaco se convirtieron en un compendio de las realidades psíquicas. Configuran lo que Jung llamó “arquetipos”. Estos son patrones o modelos psicológicos, que habitan en el inconsciente colectivo.
El francmasón Carl Jung estaba convencido de que existe una disposición innata en cada ser humano a ser lo que es. No se adquiere, sino que nace con cada uno de nosotros. En este punto se ve la influencia de la astrología en el psicoanálisis junguiano. Los astrólogos están convencidos de que existe una inclinación a vivir de cierto modo, desde el momento de nacer.
“La Astrología consiste en configuraciones simbólicas del inconsciente colectivo, que es el tópico principal de la psicología: los ‘planetas’ son los dioses, símbolos de los poderes del inconsciente”.
Ahora exploraremos el simbolismo de la masonería universal y en particular el de nuestro rito desde el ángulo de la Astrología Sagrada. Esta visita se desarrollará en tres etapas. El primero, una sucinta definición de astrología, el siguiente destacará el simbolismo masónico en su dimensión cósmica y finalmente el último, la interrelación que puede surgir entre el sol y la luna. Nosotros, Hijos de la Luz, invocamos a nuestro Maestro Interior “El Yo Superior”, exhortamos a su divina protección, para que, bajo su única guía, podamos esperar vislumbrar el simbolismo oculto de nuestra augusta hermandad.
PRIMER VIAJE:
Desde que el Hombre es humano, la comprensión del Yo, la de su entorno y la interacción entre ambos, siempre ha sido objeto de fascinación y cuestionamiento. ¿Podemos afirmar que todas nuestras acciones son resultado de un pensamiento consciente, libre de toda influencia: social, paterna, cultural, hereditaria, ¿incluso por alguna kármica. ¿Podemos decir también que el Hombre se construye fuera de la sociedad? ¿No se forma a través de continuos intercambios con el mundo?
Así, el hombre no está separado de la Naturaleza porque vive en ella, el mundo actúa sobre él y él actúa sobre el mundo. La astrología es el lenguaje de las estrellas: es a la vez una ciencia, porque tiene herramientas y una metodología. También es un arte, porque permite al perseverante conocerse a sí mismo, a los demás y también a los Dioses. Finalmente, es un camino, porque pone al hombre en resonancia consigo mismo.
SEGUNDO VIAJE:
Nuestros rituales y todo el corpus masónico afirman explícita o implícitamente una estrecha relación entre astrología y masonería, de hecho la logia es una imagen fiel del Universo, y Templo significa en la antigua lengua etrusca UNIVERSO o MUNDO. Recordemos que todo TEMPLO es la materialización del NÚMERO, y su función principal es crear un espacio-tiempo aquí abajo, donde lo sagrado se hace perceptible, lo que nos permite decir durante el ritual fundacional que es igual al cielo en todos. estas partes. Además, existe una analogía perfecta entre el Templo y el Hombre en posición acostada con estas 33 vértebras. Como preámbulo a este estudio, cuestionemos el catecismo del aprendiz: ¿Cuál es su extensión -
De oriente a occidente; su ancho – de mediodía a septentrión ; su altura: del zenith al nadir.
Este extracto destaca la idea expansiva de la Orden, su influencia, pero también el simbolismo de la cruz en un plano tridimensional. El punto central de la cruz, o también llamado punto de manifestación del UNO, del Logos, se despliega en el espacio siguiendo los ejes y direcciones fundamentales a través de las 3 dimensiones de la esfera cósmica, resaltando así uno de los aspectos del número SIETE. . También existe una estrecha relación entre los puntos cardinales y los tiempos cósmicos: Oriente --------------------- equinoccio de primavera; Septentrión ------solsticio de invierno; occidente ---------- equinoccio de otoño; Mediodía ------------- solsticio de verano.
Todos sabemos que la columna del Septentrión , la del Septentrión , está reservada al aprendiz y es allí donde debe cultivar el silencio, podemos decir el triple silencio, es decir, el del cuerpo, fruto de la relajación, el de la la emoción, fruto de la respiración y la del alma, fruto de la meditación. Así se nos propone un método de introspección y una dirección, porque si la Luz surge por el Oriente es por el Septentrión , es por el Septentrión donde hay que buscarla. Simbólicamente el Septentrión es la región más oscura, sin embargo es en la noche más oscura, durante el solsticio de invierno, que asistimos al nacimiento del principio creativo, es el momento en que el sol retoma su curva ascendente.
El 25 de diciembre el sol entra en la constelación de Capricornio y el de Virgo sale al horizonte. Frente a Virgo encontramos el signo de Piscis. Es obvio que la fecundación de la Virgen por el Espíritu no es ajena a la fecundación de la Madre Tierra por el Sol. Nuestra Madre Tierra debe ser virgen, inmaculada, pura y sin mancha para que pueda nacer el Principio Universal de Vida y Luz. Así la Luz espiritual sólo será perceptible para quien silencia este parloteo interior ante lo inefable del silencio interior. Usando la semántica masónica, podemos decir: VITRIOLO.
Esta Luz que brilla en el Septentrión es hermosa y muy real. Etimológicamente la palabra septentrión está compuesta por Septem -Triones que significa las siete estrellas. Podemos señalar con criterio que en el Septentrión de nuestro sistema solar tenemos la Osa Mayor formada por siete estrellas. Además, no olvidemos que es en el Septentrión , encontramos el cuerpo de nuestro MAESTRO.
Levantemos ahora la vista y observemos el cielo estrellado, imagen del cosmos; y miremos la cuerda anudada compuesta por 12 segmentos, expresiones de los signos del zodíaco que nos muestran que la obra masónica se realiza en la frontera de lo visible y lo invisible, en este mundo intermedio que separa el plano terrestre, el dominio de lo limitado, del plano celeste dominio del infinito. Sería interesante señalar que si colocamos los signos del zodíaco a lo largo de la cuerda anudada, encontramos a LIBRA, signo cardinal por encima del Venerable Maestro pero también atributo de la diosa MAAT.
Continuando con el análisis del Templo observamos que las velas, una vez encendidas, toman el nombre de estrella. En ciertos Ritos Masónicos , en particular el de MISRAIM, el color de las velas sigue el camino de las estrellas Blanco: para el amanecer deslumbrante (victoria sobre la oscuridad de la oscuridad nocturna) Amarillo: posición al “ mediodía ”, donde no existe ninguna sombra . Rojo: la energía más ardiente necesaria para quien va a “ entrar ” en el dominio de la muerte.
No podemos olvidar la circunvalación que respeta el movimiento de los astros, el movimiento circular con el centro a la derecha, o los diferentes oficios y su correspondencia planetaria. Nuestro ternario puede estudiarse según el curso aparente del sol: Salida – Cenit – Ocaso o según las 3 fases lunares de la existencia humana: Nacimiento – Existencia – Muerte. El signo de orden de aprendiz, signo gutural, se relaciona con el signo del toro, signo de Tierra, correspondiente a la obra de Negro. Invito a los hermanos y hermanas, cada uno según su edad, a hacer la conexión entre el viaje del signo del orden según la evolución espiritual en un enfoque alquímico. En la cámara de la reflexión encontramos los atributos de Saturno: una guadaña y un reloj de arena (el tiempo actúa sobre la evolución).
El gallo dedicado a Mercurio (mensajero), psicopompo, conductor de almas. Para ser admitido a la iniciación el profano debe estar despojado de metales. Analizar desde el ángulo de la astrología cada metal pertenece a un planeta, condensa su influencia y la transmite; así, el despojo debe hacer al hombre más libre de influencias astrales y, en consecuencia, más abierto a las fuerzas de la iniciación. Todos los rituales mágicos proclaman esto. Por supuesto, no podemos dejar en silencio la estrella flamígera , y el hecho de que se dice en el Ritual que el Masón trabaja desde el mediodía hasta la medianoche.
Vivir es aprender a morir, nos explica el ritual iniciático, morir a los prejuicios de lo vulgar, a lo conocido, a los automatismos para renacer a otro plano de conciencia, porque es a través de la conciencia que estamos conectados. a lo divino. Esta muerte se refleja ante todo en un enfoque introspectivo, conócete a ti mismo, es decir conoce estas fortalezas y estas debilidades, para separarlas para dominarlas con respecto a las Leyes universales. Entonces, debemos vivir una 2ª muerte iniciática, morir como iniciado para renacer como adepto, teniendo siempre presente que la ética siempre precede a la técnica, postulado fundamental para todo hombre de deseo.
A través de estas dos muertes iniciáticas percibimos implícitamente el simbolismo de los dos solsticios, el del verano y el del invierno. Los dos terminales que enmarcan la manifestación solar, que conectados, constituyen el eje del mundo. Sin embargo, es a través del simbolismo esotérico de los dos San Juan que podemos resaltar estas dos muertes. En efecto, durante el solsticio de verano celebramos a Juan Bautista, guardián de la puerta de los hombres, el que predica en el desierto, el que invita a enderezar los caminos del Señor y el que bautiza con agua. Encontramos el simbolismo de la horizontalidad, del tiempo, del mundo de los símbolos, de la obra de Jung, es decir la enseñanza de los pequeños misterios. Por otro lado, durante el solsticio de invierno celebramos a San Juan Evangelista, guardián de la puerta de los dioses, apóstol de la Luz, el que se encuentra en el Monte de la Transfiguración, el Monte de los Olivos, el Monte del Calvario, el apóstol predilecto de CRISTO (poseedor del secreto en jeroglífico egipcio), aquel a quien dijo en el jardín de Gestsemaní “ mi alma está triste hasta la muerte; Quédate aquí y vela conmigo (Mat. 26-38) ”.
Aquí estamos en presencia de lo perpendicular, de la atemporalidad, de la teofanía, de la obra del Rojo, es decir de la enseñanza de los Grandes Misterios. Es necesaria una observación: estas dos muertes iniciáticas forman parte del mismo proceso iniciático, aunque diferentes en su finalidad.
Por tanto, la vida y la muerte están unidas. Porque para vivir en un nivel de conciencia hay que morir en otro. Encontramos así la aplicación de la ley del triángulo. Para que exista manifestación es imperativo que estén presentes dos condiciones complementarias, un principio activo y un principio pasivo. ¿No es la conjunción del día y la noche lo que le da al día su propia realidad?
TERCER VIAJE:
En el catecismo del aprendiz de Masón se nos pregunta: ¿qué viste después de que te quitaron la venda que te cubría los ojos? Respuesta: el sol, la luna y el venerable maestro. Esta simple respuesta tiene una interpretación profunda. A través de la ley de analogía tenemos la exteriorización de un proceso alquímico interno, un principio activo y un principio pasivo, así como el fruto de su interacción. En la masonería egipcia de Cagliostro aprendemos que el Arte es el matrimonio del sol y la luna, dicho explícitamente de lo activo y lo pasivo, de la voluntad y la emoción, del Fuego y el Agua, del compás y la escuadra, de la fijo y volátil, lo solvente y lo coágulo, cuyo fruto, el hijo será: la piedra filosofal expresada por el Venerable Maestro .
Podemos transponer este simbolismo a varios planos de conciencia y a través de diferentes canales. Como el esoterismo es uno, es el mismo principio, la misma realidad arquetípica que siempre se transmite independientemente de las tradiciones. El Rebis alquímico, símbolo del iniciado realizado, se coloca entre el cielo (sol) y la tierra (luna), mediador entre las fuerzas de arriba y de abajo. Pero también es resultado de una conjunción, simbolizando de alguna manera el retorno al UNO. La ciencia hermética nos enseña que la Gran Obra comienza en el equinoccio de primavera, cuando el sol entra en el signo de Aries. El mes siguiente tenemos el signo de Tauro con la Luna domiciliada allí y finalmente el 3º mes siguiente encontramos el signo de Géminis con Mercurio en exaltación cuya figura geométrica representa la piedra filosofal, hija del sol y la luna.
La Cabalá nos enseña con el árbol Sefirótico. En la columna del medio podemos distinguir malkhut que representa al hombre encarnado, yesod la luna, thipheret el sol y keter que representa lo absoluto. El esoterismo cristiano afirma que cualquier novena, para que sea efectiva, debe comenzar invariablemente un domingo, día del sol, y terminar un lunes, día de la luna.
En la tradición india encontramos el HATHA YOGA. Cabe señalar aquí que la palabra HATHA consiste en la combinación de dos mantras HA y THA. HA representa la luna y THA: el sol. El término YOGA significa unión, unión, integración. Así, la unión de estas dos fuerzas en el hombre provocará el despertar de una conciencia superior.
A menudo correlacionamos el solsticio de invierno con el solsticio de verano. Sin embargo, se puede destacar una relación digna de interés entre el solsticio de invierno y el equinoccio de primavera, o entre Navidad y Semana Santa, lugar rupestre de nacimiento y lugar sepulcral de resurrección, conciencia e iluminación. En Navidad asistimos al nacimiento del sol invicto, es una fiesta solar. La Semana Santa se ubica el primer domingo después de la luna llena, luego de la entrada del sol en el signo de Aries en la época de la primavera, por lo tanto esta festividad está ligada a la luna. Entre este tiempo solar y este tiempo lunar hay Cuaresma precedida por el carnaval. La etimología de la palabra carnaval es carne-levare o carnelevanem: “ quita la carne ”. Esta Cuaresma, que consta de 40 días, es necesaria para el despojo del viejo hombre, putrefacción necesaria para la germinación, que comienza el Miércoles de Ceniza, evocando la muerte de las apariencias. Debemos romper el caparazón de nuestro ego para permitir que florezca la vida, la iluminación a la que aspira todo hombre de deseo.
A modo de más comprensión , no olvidemos que el trabajo iniciático comienza primero con un abordaje psicológico, introspectivo y termina en la plenitud del Ser realizado, inmortal, poseedor de todos los poderes y conocimientos del mundo. Conócete a ti mismo y conocerás el universo y a los dioses. El hermetista considera que los signos del zodíaco, al igual que los planetas, son una proyección externa de las disposiciones y facultades ya presentes en la naturaleza humana (el microcosmos) a imagen del gran universo (el macrocosmos). Así el cielo será considerado como un inmenso espejo sagrado.
Por eso Hermes Trismegisto nos dice: “ en nosotros están la Luna, Marte, Júpiter, Saturno, Venus, Mercurio y el Sol. Saturno nos da sueños, Júpiter nos da vida, Mercurio nos da juicio, Marte nos da ira, Venus nos da deseo y del Sol surge la risa . Paracelso afirma también: “ no es el Saturno que está encima de nosotros sino el Saturno que está dentro de nosotros el que nos atormenta ”. Así cada signo o planeta debe ser considerado únicamente como “ facultades planetarias ”. Es desde esta perspectiva que la Astrología debe estudiarse en una dimensión psicológica.
En un enfoque hermético, la primavera, el verano, el otoño y el invierno deben ser analizados según su propia realidad cósmica. Todos sabemos que la Tierra gira sobre su eje y que orbita alrededor del Sol en una elipse. Por tanto, existen varios campos de vibración en movimiento. En primavera (21 de marzo) la duración del día es igual a la duración de la noche, por lo que lo pasivo es igual a lo activo; el principio positivo es igual al principio negativo. Luego el sol continúa su curva ascendente que alcanzará su punto máximo durante el verano (21 de junio). En este día tenemos el día más largo del año, los activos son mayores que los pasivos. Habiendo alcanzado el paroxismo de su manifestación aquí abajo, el curso del sol entra en una fase descendente. Durante el otoño (21 de septiembre) la activa es igual a la pasiva y el sol continúa su curva descendente, cuyo punto más bajo se alcanzará en invierno (21 de diciembre) con la pasiva mayor que la activa. Asociadas a estos cuatro tiempos cósmicos, tenemos cuatro fiestas cardinales: la Pascua, los fuegos de San Juan, San Miguel y la Navidad que responden sobre todo a una realidad invisible. Además, como podemos ver, en la creación el invierno y el verano, la primavera y el otoño, lo pasivo y lo activo, el bien y el mal conviven simultáneamente para enseñarnos que la vida es un espejo. Entre estas 2 magnitudes existe una infinidad de gradaciones, estando el iniciado en el centro.
Alcoseri