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General: EL SECRETO DE LA ESFINGE
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: Kadyr  (Mensaje original) Enviado: 20/07/2024 00:28

EL SECRETO DE LA ESFINGE

El secreto de la esfinge se relaciona directamente con el hombre,  partiendo de que una parte es humana, otra animal y la otra angelical  Cuando un hombre nace, tres seres separados nacen con él, las que  continúan formándose  hasta su muerte. Estos seres no tienen nada en común una con otra:  ellas son nuestro  cuerpo animal, nuestra esencia angelical y nuestra personalidad  humana. Su formación no depende de nosotros en  manera alguna. Su desarrollo futuro, el desarrollo de cada una  separadamente, depende de los  datos que un hombre posee y de los datos que lo rodean, tales como el  medio "ambiente, las  circunstancias, las condiciones geográficas, etc.  Para el cuerpo animal estos datos son herencia, condiciones  geográficas, alimento y movimiento.  Estos no afectan la personalidad humana.  En el curso de la vida de un hombre, la personalidad humana se forma  exclusivamente a través de lo  que el hombre oye y a través de la lectura.  La esencia angelical es puramente emotiva. Se compone de lo que es  recibido antes de nacer, y mucho antes de  la formación de la personalidad humana , y más tarde sólo de aquellas  sensaciones y sentimientos entre  los cuales vive el hombre. Lo que ocurre después, sólo depende de la  transición. De este modo, el cuerpo empieza a desarrollarse en cada hombre  subjetivamente. El  desarrollo de las tres seres comienzan desde los primeros días de la  vida de un hombre.  Las tres se desarrollan independientemente la una de la otra. Y así  puede suceder, por  ejemplo, que el cuerpo empiece su vida en condiciones favorables, en  país libre saludable y como  resultado sea valiente; pero esto no significa necesariamente que la  esencia angelical del hombre sea de  carácter similar. En las mismas condiciones, la esencia angelical  puede ser débil y cobarde. Un hombre  puede tener un cuerpo valiente como un león, contrastando con una  esencia cobarde. La esencia no tiene  necesariamente un desarrollo paralelo al desarrollo del cuerpo  animal . Un hombre puede ser muy  fuerte y sano y sin embargo ser tan tímido como un conejo.  El centro magnético del cuerpo, su alma, es el centro motor. El centro  de gravedad de la  esencia es el centro emocional y el centro de gravedad de la  personalidad es el centro  intelectual. El alma de la esencia es el centro emocional. Tal como un  hombre puede tener un  cuerpo sano y una esencia cobarde, así también la personalidad puede  ser audaz y la esencia  tímida. Consideremos por ejemplo un hombre con sentido común: él ha  estudiado, sabe que  pueden aparecer alucinaciones y sabe que ellas pueden no ser reales.  De modo que en su  personalidad no las teme, pero su esencia tiene miedo. Si su esencia  ve un fenómeno de esta  clase, no puede evitar el tener miedo. El desarrollo de un centro no  depende del desarrollo de  otro, y un centro no puede transferir sus resultados a otro. Es imposible decir positivamente que un hombre es así o asá. Uno de  sus centros puede ser  valiente, otro cobarde; uno bueno, otro malvado; uno puede ser  sensible y otro muy burdo;  uno siempre está listo para dar, otro es lento o casi incapaz de dar.  Por lo tanto es imposible  decir: bueno, valiente, fuerte o malvado.  Como ya lo hemos dicho, cada una de las tres máquinas representa a la  cadena entera, a todo  el sistema en su relación con una, con otra, o con la tercera. En sí  misma cada máquina es  muy complicada, pero es puesta en movimiento muy simplemente.Cuanto  más complicadas  las partes de la máquina, menos palancas hay. Cada máquina humana es  compleja, sin  embargo el número de palancas puede diferir en cada una por separado:  en una más palancas,  en otra menos.  En el curso de la vida, una máquina puede formar muchas palancas para  ser puesta en  movimiento, mientras que otra puede ser puesta en movimiento con un  pequeño número de  palancas. El tiempo para la formación de las palancas es limitado. A  su vez, este tiempo  también depende de la herencia y de las condiciones geográficas. En  promedio, las nuevas palancas  se forman hasta los siete u ocho años de edad; más tarde, hasta los  catorce o quince  años, pueden ser alteradas; pero, después de los dieciséis o  diecisiete años, las palancas no se  forman ni se alteran. Por lo tanto, más tarde en la vida, sólo actúan  aquellas palancas que ya  han sido formadas. Es así como son las cosas en la vida ordinaria  normal, por mucho que haga  un hombre por cambiarlo. Esto es cierto incluso con respecto a la  capacidad de un hombre de  aprender. Se pueden aprender cosas nuevas hasta los diecisiete años;  lo que se aprende más  tarde es sólo aprender entre comillas, es sólo un nuevo ordenamiento  de lo viejo. Al principio  esto puede parecer difícil de comprender.  Cada individuo con sus palancas depende de su herencia y del lugar, el  círculo social y las  circunstancias en las cuales nació y creció. El modo de operar de. los  tres centros o almas es  similar. Su construcción es diferente, pero su manifestación es la  misma.  Los primeros movimientos se graban. Las grabaciones de los movimientos  del cuerpo son  puramente subjetivas. Esta grabación es como la de un disco: primero,  hasta los tres meses, es  muy sensitiva; después de los cuatro meses se vuelve menos sensitiva;  después de un año,  todavía más débil. Al principio se puede oír hasta la respiración; una  semana después no se  puede oír nada de un volumen inferior al de una conversación en voz  baja. Pasa lo mismo con  el cerebro humano: al principio es muy receptivo y registra cada nuevo  movimiento. Como  resultado final un hombre puede tener muchas posturas, otro sólo unas  pocas. Por ejemplo, un  hombre puede haber adquirido cincuenta y cinco posturas mientras duró  la posibilidad de  grabarlas, y otro hombre, viviendo en las mismas condiciones, puede  haber obtenido  doscientas cincuenta. Esas palancas, estas posturas, se forman en cada  centro de acuerdo con  las mismas leyes y quedan allí por el resto de la vida de un hombre.  La diferencia entre estas  posturas consiste solamente en la manera en la que fueron grabadas.  Tomen, por ejemplo, las  posturas del centro motor. Hasta cierto momento se forman posturas en  cada hombre. Después  dejan de formarse, pero aquellas que se han formado quedan hasta la  muerte. Su número es  limitado, por lo cual no importa lo que haga un hombre, utilizará  estas mismas posturas. Si  desea desempeñar uno u otro papel, utilizará una combinación de  posturas que ya tiene,  porque nunca tendrá otras. En la vida común y corriente no puede haber  nuevas posturas. Aun  en el caso de que un hombre quiera ser actor, su situación será la  misma a este respecto. La diferencia entre el sueño y el estar despierto del cuerpo consiste  en que cuando un shock  viene desde afuera durante el sueño, no excita ni produce asociaciones  en el cerebro  correspondiente.  Supongamos que un hombre está cansado. Se le da el primer shock.  Alguna palanca comienza  a moverse mecánicamente. De manera igualmente mecánica toca otra  palanca y la hace  moverse, esa palanca toca una tercera, la tercera una cuarta y así  sucesivamente. Esto es lo  que llamamos asociaciones del cuerpo. Las otras máquinas también  tienen posturas y son  puestas en movimiento de la misma manera.  Además de las máquinas centrales que trabajan independientemente —  cuerpo, personalidad y  esencia— también tenemos manifestaciones sin alma, que .tienen lugar  fuera de los centros.  Para comprender esto, es muy importante notar que dividimos las  posturas del cuerpo y del  sentimiento en dos clases: 1) las manifestaciones directas de  cualquier centro y 2) las  manifestaciones puramente mecánicas que surgen fuera de los centros.  Por ejemplo, el  movimiento de levantar mi brazo es iniciado por el centro. Pero en  otro hombre puede ser  iniciado fuera del centro. Supongamos que un proceso similar está  teniendo lugar en el centro  emocional, tal como alegría, pena, frustración o celos. En un momento  dado, una postura  fuerte pudo haber coincidido con una de estas posturas emocionales y  así las dos posturas han  dado origen a una nueva postura mecánica. Esto acontece mecánicamente,  independientemente  de los centros.  Cuando hablé de máquinas, llamé trabajo normal a la manifestación de  un hombre, la cual  implica los tres centros tomados en conjunto. Esta es su  manifestación. Pero debido a la vida  anormal, algunas personas tienen otras palancas, que se forman fuera  de los centros y que  provocan movimiento independientemente del alma. Puede ser en la  carne, en los músculos,  en cualquier parte.  Los movimientos, las manifestaciones y las percepciones de cada centro  son manifestaciones  de los centros, pero no del hombre, si tomamos en cuenta que el hombre  está constituido por  tres centros. La capacidad de sentir alegría, pena, frío, calor,  hambre y cansancio está en cada  centro.

Estas posturas existen en cada centro y pueden ser pequeñas o  grandes y tener  diferentes calidades. Hablaremos más tarde de cómo sucede esto en cada  centro por separado  y de cómo saber a qué centro pertenecen. Por el momento deben recordar  y darse cuenta de  una cosa: deben aprender a distinguir entre las manifestaciones del  hombre y las  manifestaciones de los centros. Cuando la gente habla de un hombre,  dice que es malo, listo,  tonto; él es todo esto. Pero no puede decir que éste es Juan o Simón.  Estamos acostumbrados  a decir "él". Pero debemos acostumbrarnos a decir "él" en el sentido  de él como cuerpo, él  como esencia, él como personalidad.  Supongamos que en un caso dado representamos a la esencia como 3  unidades. El 3  representa el número de posturas. En el caso del cuerpo de este  hombre, el número es 4. La  cabeza está representada por 6. Así cuando hablamos de 6, no nos  referimos a la totalidad del  hombre. Tenemos que evaluarlo por 13, porque 13 es sus  manifestaciones, su percepción.  Cuando es la cabeza sola, sería 6. Lo importante es evaluarlo no sólo  por 6, sino por 13. El  total es lo que lo define. Un hombre debería ser capaz de dar un total  de 30, por todo tomado  en conjunto. Esta cifra puede obtenerse solamente si cada centro puede  dar un determinado  número correspondiente, por ejemplo 12 + 10 + 8. Supongamos que esta  cifra 30 representa la  manifestación de un hombre, un dueño de casa. Si encontramos que un  centro tiene que dar  necesariamente 12, debe contener ciertas posturas correspondientes,  las que producirían 12. Si  falta' una unidad y éste da solamente 11, no se pueden obtener 30. Si  hay un total de sólo 29,  no es un hombre, si llamamos un hombre a aquél cuya suma total es 30.  Cuando hablamos acerca de los centros y de un desarrollo armonioso de  ellos, queríamos  decir que para llegar a ser tal hombre, para ser capaz de producir  aquello de lo que estábamos  hablando, es necesario lo siguiente: al principio hemos dicho que  nuestros centros se han  formado independientemente uno del otro, y que no tienen nada en  común; sin embargo,  debería existir una correlación entre ellos, porque la suma total de  manifestaciones sólo se  puede obtener de los tres juntos, no de uno solo. Si es correcto que  30 es una verdadera  manifestación del hombre y este 30 es producido por tres centros en  una correlación  correspondiente, es imperativo entonces que los centros estén en esta  correlación. Esto  debería ser así, sin embargo en realidad no lo es. Cada uno de los  centros se encuentra aislado  (hablo de las personas presentes) y no tienen entre ellos una relación  apropiada y por lo tanto  son discordantes.     Por ejemplo, una persona tiene una gran cantidad de posturas en un  centro; otra, en otro  centro. Si tomamos cada tipo separadamente, la suma total de cada uno  será diferente. Si de  acuerdo al principio deberían existir 12, 10 y 8, pero solamente están  presentes 10 y 8 y en  lugar de 12 hay O, el resultado es, 18 y no 30.  Tomemos alguna, substancia, por ejemplo, pan. Requiere una proporción  definida de harina,  agua y fuego. Es pan solamente cuando los ingredientes están en la  proporción correcta; en la  misma forma, en el caso del hombre, para obtener la cifra 30, cada  fuente debe aportar una  calidad y cantidad correspondiente. Si J. tiene mucha harina, es decir  posturas físicas, pero no  tiene agua ni fuego, es solamente harina y no un individuo, no es pan.  Ella (O.) produce agua  (sentimiento), tiene muchas posturas; pero no hay pan que se obtenga  solamente de agua;  nuevamente esto no vale nada: el mar está lleno de agua. L. tiene  mucho fuego, pero no tiene  harina ni agua; de nuevo esto no vale nada. Si se pudiera juntarlos,  el resultado sería 30; un  individuo. Como son, son solamente pedazos de carne, pero los tres  juntos darían 30 como  manifestación. ¿Podría ella decir "yo"? Es "nosotros", no "yo". Ella  produce agua, sin  embargo dice "yo". Cada una de estas tres máquinas es como sí fuera un  hombre. Y los tres  encajan uno en el otro.   El hombre está constituido por tres hombres; cada uno tiene un  carácter diferente, una naturaleza diferente, y sufre de falta de  correspondencia con los demás.  Nuestra meta debe ser organizarlos, para hacerlos corresponder entre  sí. Pero antes de  empezar a organizarlos y antes de pensar en una manifestación que  valga 30, hagamos una  pausa para ver conscientemente que estas tres máquinas nuestras están  realmente en desacuerdo  una con la otra. No se conocen. No solamente no se escuchan una a otra  sino que si  una de ellas le ruega intensamente a la otra hacer algo y sabe cómo  debería hacerse, ésta sin  embargo o no puede o no quiere hacerlo.  Como ya es tarde, tenemos que dejar el resto para otra ocasión. ¡Para  ese entonces quizás  ustedes hayan aprendido a hacer!  La esfinge hace alusión a que el hombre tiene una parte emotiva, otra intelectual y otra corpórea. El hombre es un tricerebrado – y de ahí la alegoría de la Esfinge

Alcoseri



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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: Kadyr Enviado: 20/07/2024 00:47
Influencia de Baphomet  en Masonería , piso ajedrezado , simbolismo masónico , un hombre cabra con mandil masónico color rojo  y collarín de masonería color rojo


 
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