El Orden Cósmico Visto Desde El Punto De Vista Masónico
Uno de los lemas masónicos mas populares es “Ordo ab Chao” una frase en latín que puede ser traducido como "orden desde el caos" (si bien esto no ocurre, pues la sentencia escrita correctamente en latín sería Ordo ab Chaos), una inversión de la expresión latina "ordo ab chao" ("orden desde el caos"). Seguro esta frase fue deliberadamente puesta para su libre interpretación en Masonería.
Que muchos podrían interpretar como : la Lucha del la Consciencia Humana por poner en Orden el Caos ; o bien la lucha de los masones por poner el Caos en Orden.
Pero en el sentido masónico, sería poner en orden nuestra mente caótica y darle un cause y dirección.
El ritualismo masónico , tiene esa cualidad ,de poner en orden nuestros caóticos pensamientos; al menso durante el transcurso de la sesión masónica.
Cuando comencé a leer las obras del Ruso Peter Demianovich Ouspensky, fue que comencé a poner en orden mis ideas , tenia ese escritor es gran poder de poner orden las ideas del pasado y colocarlas en un contexto comprensible para nosotros los occidentales.
Lo primero que debemos comprender es que el hombre es un animal muy mal adaptado al medio que lo rodea, incapaz de vivir en la vida salvaje: sin piel resistente , ni caparazón, sin colmillos ni garras, incapaz de correr rápidamente , trepar con agilidad o nadar adecuadamente , incapaz de volar. En una frase el “El Ser humano es el Caos en 2 patas”, y por tanto se ve obligado a poner en orden las cosas.
Debe su supervivencia –y el miedo atávico que lo alimenta– únicamente a su capacidad de anticipar posibles peligros para huir o protegerse de ellos. Origen absoluto y finalidad universal de toda tecnología: ¡ buscar protección! Adaptar el medio ambiente a su capricho para sobrevivir.
Anticipar... Es decir, comprender las reglas de cómo funciona la Naturaleza e imaginar situaciones futuras para protegerse de ellas.
Comprensión e imaginación para poner Orden al Caos.
Ésta es la doble raíz de todas las ciencias, de todas las artes, de todas las inteligencias, de todos los conocimientos, de todas las civilizaciones.
Comprender significa identificar y formular regularidades. Imaginar es transponerlos y extrapolarlos.
Albert Einstein decía: "Lo más incomprensible del Universo es que sea comprensible", o "El eterno misterio del mundo es su comprensibilidad. El hecho de que es comprensible es un milagro". Detrás de esta afirmación se esconde una especie de asombro vigorizante.
A la pregunta ahora ¿No es también una de las principales funciones de la masonería universal y regular cultivar esta capacidad de asombro como contraveneno al llamado desencanto del mundo, que no es más que una desecación racionalista y materialista, por más inepta que estéril que sea?
En el universo real no todo es desorden. Siempre oculto esta el Orden Universal, lo comprendamos o no el Universo marcha como debería ser. El orden existe. Hay orden hasta en el desorden . Del caos surge el orden. Y este orden emergente y complejo es, al mismo tiempo, la fuente de toda belleza y el corazón de todo lo más sagrado.
Sí, la naturaleza es hermosa. Sí, la naturaleza es sagrada. Ella es hermosa y sagrada porque es divina. Es divina porque es ordenada y regular. Y este orden cósmico es la esencia misma de lo que los masones llaman el Gran Arquitecto del Universo.
La Tabla Esmeralda atribuida a Hermes Trismegisto, de la que hablamos en otras ocasiones , establece una correspondencia entre el orden divino (cósmico) y el orden humano (masónico y bíblico, entre otros). Esta correspondencia genera una inmensa consecuencia: el hombre no puede escapar del orden cósmico ya que es, al mismo tiempo, parte emergente y parte integrante. El orden humano sólo tiene sentido, legitimidad y eficacia en radical armonía con el orden divino, es decir con el orden cósmico. El hombre no puede escapar de las garras de la realidad tal como es y tal como va. Una gran lección de humildad y de alegría se desprende de esta observación: el universo y su orden envuelven al hombre como un capullo eterno. Este capullo está lleno de preocupación por todos los que viven en armonía con él. Pero sofocará sin remordimientos a quienes persistan, por orgullo infantil, en afirmar que el hombre está por encima de la Naturaleza o fuera de la Naturaleza.
Para vivir libre, primero debes aceptar y asumir que vives en armonía con la Realidad, con el Todo, con la Naturaleza, con la Vida. Todos los males de los hombres provienen de este orgullo narcisista de creerse el ombligo del mundo, de esta incapacidad de someterse a la Realidad tal como es y como va. No se trata en modo alguno de abogar por un fatalismo resignado. Se trata de combatir todos estos ideales y todos estos idealismos que rechazan la Realidad y que construyen y adoran becerros de oro dedicados a las fantasías y vanidades humanas. Para navegar libremente en el océano, el marinero primero debe someterse a los vientos, mareas, corrientes y olas.
Regularidades en la Naturaleza
Pero ¿cómo es posible “comprender” la Naturaleza? Si puede haber comprensión es entonces porque hay regularidades, es decir, repeticiones, reglas, invariantes, leyes, relaciones recurrentes entre las cosas, los seres, los fenómenos, los movimientos y sus apariciones.
Esta noción de regularidad es esencial. Sin él, no hay ciencia, ni conocimiento, ni posible anticipación de situaciones futuras y, por tanto, no hay supervivencia humana.
¿Está todo regular? No. Hay por tanto algo incomprensible e impredecible en la Naturaleza... y en el hombre. No todo puede reducirse a reglas inmutables, grabadas en el latón de la metafísica. Hay reglas y también evolucionan. Incluso las constantes universales de los físicos no son tan constantes. Incluso las leyes universales de la física fundamental surgieron poco a poco del caos inicial, para estabilizarse después de muchas pruebas y errores.
Todo lo que hay aquí abajo es impermanente. Todo es mutación, transformación, evolución. Nada está arreglado. Nada es inmutable. Y, sin embargo, todo es cohesivo y coherente; todo es Uno. Volveremos a esto.
La regularidad cósmica se refiere, naturalmente, a la regularidad masónica – y, también, al canon bíblico... Hay regularidad cuando se aplica una regla. A nivel cósmico, estas reglas son llamadas por los físicos “leyes de la física” o “leyes naturales”. Estas reglas son, obviamente, tanto más fundamentales cuanto más inmutables y más universales. Esta inmutabilidad y esta universalidad combinan, todas en una, regularidad cósmica y regularidad masónica.
Quizás también sea necesario invertir la proposición: es la regularidad la que funda tanto el universo como la masonería. Sin reglas no habría cosmos ya que sin reglas no habría nada más que confusión como dice el libro del Génesis: “Y la Tierra quedó vacía (tohu) y consternación (bohu )”... (Gen.:1;2 ). Había que poner luz allí para poder comenzar la construcción universal. ¿Y qué es la Luz sino la forma de orden más elemental y fundamental (una repetición, idéntica e infinitamente, de un tren de ondas)?
Este punto merece ser bien entendido: para que haya existencia, debe haber emergencia y, para que haya emergencia, debe haber restricción, es decir, regla.
Sin la restricción de la regla, sólo hay un flujo informe, estéril e infértil.
Cuanto más universal e inmutable es una regla, cuanto más restrictiva es, más fructífera es. Éste es el principio mismo de la regularidad masónica. Es también el de nuestro cosmos que, gracias a las limitaciones de sus leyes, ha sabido resaltar esta magnífica diversidad de formas que nos rodean.
El gran sueño de la Modernidad era extraer al hombre de la Naturaleza y protegerlo de sus leyes consideradas demasiado injustas, demasiado peligrosas y demasiado gravosas. El resultado hoy es lamentablemente claro y desastroso: el hombre se ha empobrecido terriblemente en lo que le es más esencial: su interioridad, su espiritualidad. Sólo quedan zombis urbanos, muertos emocionales , muertos en vida, descerebrados, lobotomizados, prisioneros de adicciones absurdas y mitos ridículos, ciegos a la Realidad e incapaces de redescubrir no sólo la Naturaleza, sino su propia naturaleza. Animales desnaturalizados que deambulan, demacrados, en los límites de la Realidad, en un mundo artificial y estéril.
Los griegos habían comprendido perfectamente que es la regla, por tanto el orden, que funda el cosmos, ya que la palabra griega misma: Kosmos, designa el orden de las cosas (el verbo kosméô significa ordenar, disponer, gobernar). El mundo pasa del Caos (Xaos) al Cosmos (Kosmos) porque tiene un principio de orden que genera reglas que constriñen. Es de la coacción de las reglas que nacen las emergencias complejas que surgen de la nada para formar todo lo que existe.
Porque la nada no es el vacío: es lo informe, lo indiferenciado, el fluido absoluto sin movimiento ni protuberancia, es uniformidad radical.
Y, en última instancia, la regla no importa, siempre que sea universal e inmutable, siempre que sea vinculante y fructífera. Lo que importa es luchar contra la entropía universal que es la muerte. Para que surjan formas, debe haber resistencia a esta estandarización nociva. Esa es la regla. Cuanto más estricto y duro es, más genera.
Este es el fundamento mismo del orden cósmico y universal.
Éste es, para usted, el fundamento mismo de la regularidad masónica. La regla no importa, siempre que sea universal e inmutable. Siempre que sea difícil y restrictivo. Siempre que sea fructífero y fecundante, en todo el espacio y en todo tiempo. Este es también el fundamento mismo de cualquier tradición auténtica.
Siguiendo a Kant y sus críticas, después de la Ilustración que lo siguió y lo oscureció, los siglos XVIII, XIX , XX y ahora el XXI lograron, en nombre de una cierta supuesta libertad -que no era, en realidad, sólo capricho y rebelión infantiles- Tirar a la basura todas las reglas elaboradas con habilidad y paciencia en el alambique de siglos, culturas y civilizaciones. Entonces, borrón y cuenta nueva. ¿No había dado Descartes un ejemplo al empobrecer la mente para reducirla únicamente a la racionalidad subjetiva y al distorsionar la ciencia para convertirla en nada más que una técnica para dominar la Naturaleza?
Las consecuencias están ahí y allá: degeneración de la política en clientelismo político, degeneración de la democracia en demagogia repugnante, degeneración de la ciencia en tecnologías artilugios, degeneración de las artes en fealdad mercantilizada, degeneración de la cultura en espectáculos populares desgarradores... y degeneración, en el Mundo, de ciertas facciones marginales de la masonería universal y regular, en obediencias pseudomasónicas, corrompidas por el materialismo y el ateísmo, podridas por los negocios y la politiquería.
El respeto radical por la regla es también el fundamento de todo el ascetismo de los copistas y calígrafos judíos de la Biblia. Hoy, como hace dos milenios, los rollos de la Torá son transcritos y caligrafiados a mano con escrupuloso respeto por el original. Para que una Torá sea kosher y no pierda su sentido cabalístico , no sólo es necesario que todas las letras de todos los versos de todos los libros estén presentes y en el orden correcto (nuevamente la noción de orden), que no falte ninguna, sino también las anomalías o rarezas de el texto aún debe reproducirse exactamente (como ciertos signos sin significado conocido o ciertas letras cuyo tamaño o ortografía son inusuales). Y es más, no se permiten borrones ni rayones. Al copista le lleva alrededor de tres años de trabajo crear una Torá; Imagínate un error en la última de las 304.805 cartas... ¡Tres años de trabajo en la basura!
Absurdo, se podría pensar... así como otros piensan que es absurdo seguir aplicando las marcas territoriales masónicas heredadas de los constructores de catedrales...
No. Nada absurdo ahí. Todo se vuelve más claro cuando nos damos cuenta de que no importa el destino y que sólo importa el viaje.
Las reglas no importan mientras sean lo suficientemente ricas y estrictas para forzar lo difícil y rechazar lo fácil.
Llamemos a esto la “virtud de la regla”. Virtud no en el sentido moral, sino en el sentido potencial como las virtudes medicinales de la salvia. ¡No es la regla lo que es difícil, es la dificultad la regla!
Cuanto más absurda parece una regla, pero cuanto más se cultiva la voluntad de aplicarla, más fructífero es el ascetismo y más profunda la superación personal.
Los cabalistas judíos no dicen nada más, solamente aclaran la idea de la Torá . La regla es una guía , es decir: la palabra "regla" viene del latín regula y significa "instrumento para medir". Sus componentes léxicos son: regere (dirigir en línea recta, poner derecho, enderezar, gobernar), más el sufijo -ula (diminutivo o instrumental).
Desde el punto de vista de la francmasonería, el Orden Universal se refiere a la idea de un organización cósmica y a la vez un desorganización cósmica que rige todo el universo, pero también a la sociedad humana. A continuación, les presento algunos aspectos clave del Orden Universal desde la perspectiva masónica:
“Armonía y equilibrio”: El Orden Universal se basa en la idea de que el universo y la sociedad deben estar en armonía y equilibrio. La masonería busca promover este equilibrio a través de la virtud, la moralidad y la justicia.
“Ley natural”: La masonería cree en la existencia de una ley natural que rige el universo y la conducta humana. Esta ley natural es considerada universal y eterna, y se manifiesta en la naturaleza y en la conciencia humana.
“Unidad y diversidad”: El Orden Universal reconoce la unidad y diversidad del universo y la sociedad humana. La masonería valora la diversidad y promueve la unidad en la diversidad.
“Progreso y evolución”: La masonería cree en el progreso y la evolución del universo y la sociedad humana. El Orden Universal se considera dinámico y en constante evolución.
“Responsabilidad y deber”: La masonería enseña que cada individuo tiene una responsabilidad y un deber para con el Orden Universal. Esto implica vivir de acuerdo con la ley natural, promover la virtud y la moralidad, y trabajar por el bienestar de la sociedad.
“Fraternidad y solidaridad”: La masonería promueve la fraternidad y la solidaridad entre los seres humanos. El Orden Universal se considera una comunidad global unida por lazos de fraternidad y solidaridad.
El Orden Universal desde el punto de vista de la francmasonería es una idea que abarca la armonía, la ley natural, la unidad y diversidad, el progreso y la evolución, la responsabilidad y el deber, y la fraternidad y solidaridad. La masonería busca promover y mantener este orden a través de la virtud, la moralidad y la justicia.
Alcoseri