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General: ARQUEÓMETRO
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Respuesta  Mensaje 1 de 7 en el tema 
De: Kadyr  (Mensaje original) Enviado: 09/08/2024 03:45
Aun así, el marco limitado de este estudio, sólo puedo describir al ver las gráficas del Libro, las líneas principales de un planisferio arqueológico que tiene la forma de una rueda compuesta de seis círculos concéntricos y un círculo central (7 en total), de 4 triángulos equiláteros entrelazados de dos en dos y con 12 rayos delimitando doce sectores de 30 ° cada uno, correspondientes a las 12 Casas del Zodiaco. Este planisferio se ilustra con los 3 colores fundamentales que son amarillo, rojo y azul (amarillo, magenta y cian, en impresión; oro, gules y azul, en heráldica).

A través del juego de sus diferentes amalgamas, estos tres colores fundamentales producen inicialmente 9 colores derivados o secundarios. En estas diferentes combinaciones, encontramos los números esenciales de la aritmología sagrada: 3 (número de lo ternario, base de todas las creaciones astrales o terrestres), 4 (número de lo cuaternario, que gobierna la regeneración y reintegración), 7 (número de septenario atribuido al Espíritu ya la iniciación), 9 (número del Neuvenaire que ordena la disolución), 12 (número del duodénaire que simboliza el universo y la eternidad).

Al examinar los círculos concéntricos y subir desde la periferia hacia el centro, descubrimos en el exterior (coloreado en rosa pálido) 12 insignias, cada una con una letra adánica y su valor numérico y rodeadas por otras cinco letras tomadas de los alfabetos asirios, Siríaco, caldeo, samaritano y latino. Luego, todavía subiendo hacia el centro, un segundo círculo (no coloreado) que contiene doce letras morfológicas, un tercer círculo (no coloreado) decorado con siete notas musicales de las cuales cinco se repiten, un cuarto círculo (también coloreado en rosa pálido) decorado de los doce signos del zodiaco, un quinto círculo (sin color) en el que se colocan los siete símbolos planetarios de los cuales cinco se repiten, a veces enderezados, a veces invertidos, un sexto círculo sin color y sin ninguna inscripción o símbolo.

El círculo central (no coloreado) está dividido en dos hemisferios por una línea horizontal; al sur de esta línea, vemos un pentagrama musical en el que está colgada la nota MI ("E",) que, a horcajadas sobre la línea diametral, forma el punto central de "El Arqueómetro"; al norte de la línea está inscrita la letra morfológica del Sol. De esta manera, ARKA, el principio, está representado por el círculo central y MATRA, la matriz, por los seis círculos concéntricos. Este primer acercamiento a "El Arqueómetro" ya nos permite extraer algunas lecciones. El círculo central, dominio de la luz (sol) y de la Palabra (nota "MI"), se difunde en todo el universo que está representado aquí por los círculos concéntricos hundidos en el mundo del espacio (signos planetarios del quinto círculo) , tiempo (signos zodiacales del cuarto círculo), sensación (notas musicales del tercer círculo).

También existe la doctrina rosacruz  de los tres mundos: el mundo humano ubicado en los círculos 1 y 2, el mundo angelical ubicado en los círculos 3, 4 y 5, el mundo divino ubicado en el sexto círculo y en el círculo central. La doctrina cabalística de los cuatro mundos se manifiesta a través de la siguiente distribución: al sexto círculo corresponde el mundo de la Acción, al segundo, el de la Formación, al tercero, cuarto y quinto, el de la Creación, al sexto, el de Emanación, estos cuatro mundos nacen de En-Soph, la Divinidad Suprema, que reside y reina en el círculo central y, más exactamente, en el punto central de "El Arqueómetro".

La doctrina Martinista  , de Martinès de Pasqually, fundador de los Caballeros-Cohen del Universo a fines del siglo XVIII y basada en los fenómenos de la caída y la reintegración, nos proporciona una clave para leer los círculos. Por lo tanto, comenzando desde el centro para ir a la periferia, somos testigos de la caída adámica que hace que el AD-AM abandone el aspecto de Dios y pierda la Palabra en cascada en los mundos inferiores cruzando los otros seis círculos donde la Luz pierde gradualmente su brillo para conducir a la Oscuridad, donde solo tiene acceso a los símbolos sustituidos que están inscritos en estos círculos, y, por un buen equilibrio, a la Reintegración cuando del hombre caído comienza el lento proceso de iniciación de su ascenso hacia la Luz cruzando, esta vez desde la periferia hacia el centro, los círculos concéntricos. Finalmente, aún podríamos ver en el planisferio arqueológico un diagrama universal si consideramos que está construido a la manera de una célula cuyo círculo central sería el nucléolo, que contiene los genes eternamente reproductivos (Luz y Palabra), el sexto círculo, el núcleo que distribuye la información genética, del quinto al segundo círculo, el citoplasma en el que gravitan los electrones (símbolos, signos, números y letras morfológicas), el primer círculo, el protoplasma.

Dentro del planisferio arqueológico hay cuatro triángulos equiláteros entrelazados de dos en dos a la manera de la Estrella de David; uno está orientado Norte-Sur, es decir verticalmente, el otro Este-Oeste, es decir horizontalmente. El Triángulo cuyo ápice está en el NORTE y que descansa sobre el elemento TIERRA es el Triángulo de la Palabra y de Jesús. Se compone de las letras "IeShO" y su valor numérico (sumando los valores de las tres letras) es 316. Es la expresión de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

El Triángulo cuyo ápice es hacia el SUR y se basa en el elemento EAU es el Triángulo de Marie. Se compone de las tres letras Ma, Ri y H cuyo valor total es 248. El Triángulo cuyo vértice está hacia el OESTE y que descansa sobre el elemento AIRE es el Triángulo de los Ángeles Sagrados. Se compone de las letras La, Ka y Za cuyo valor total es 137. El Triángulo cuyo vértice está en el ESTE y que se basa en el elemento FEU es el Triángulo del Cordero o Aries . Se compone de las letras HE, OU y T cuyo valor total es 84.

Los siete círculos y los cuatro triángulos cortan el planisferio arqueológico en 12 casas de 30 ° cada una y dentro de las cuales se leen las correspondencias entre los diversos elementos simbólicos (letras, signos, planetas, notas musicales). Las Misiones y "El Arqueómetro" constituyen la columna vertebral de la obra de Saint-Yves d'Alveydre. Sus publicaciones y trabajos dieron lugar a numerosos artículos y conferencias durante su vida. Así, en 1882 fue llamado a pronunciar un importante discurso ante el "Congreso Internacional de Arbitraje y Federación de Paz" en Bruselas. 
Ahora viene la parte política del asunto , pues ahí dijo: 

Con pasión y convicción del  ideal político   sinárquico. Un hombre decidido a no separarse de los asuntos de la ciudad y muy interesado en el naciente sindicalismo (ley de Waldeck-Rousseau de 1884), fundó en 1886 el "Sindicato de prensa profesional y económica", del cual ocupó la función de archivero En 1893, su investigación le valió la Legión de Honor, un alto honor francés. Para proteger sus derechos con respecto a las adaptaciones de "El Arqueómetro", depositó dos patentes, una en París, 26 de junio de 1903, la otra en Londres, 25 de junio de 1904. En otra área, Es cierto que Saint-Yves d'Alveydre no pertenecía ser portavoz de ninguna sociedad iniciática como la (masonería, martinismo, rosacruz u otra). Tenía, hace unos años, una carta de su mano escrita  dirigida a Papus por la cual rechazó cortés pero firmemente la propuesta que le había hecho para ser iniciado en la Orden Martinista.



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Respuesta  Mensaje 2 de 7 en el tema 
De: Kadyr Enviado: 10/08/2024 23:29
EL ARQUEÓMETRO

 El Arqueómetro de Alexandre Saint-Yves d'Alveydre es un sistema esotérico y filosófico que busca comprender la estructura y evolución del universo, la humanidad y la conciencia. No es un instrumento físico, sino una herramienta conceptual y simbólica.

 

Saint-Yves d'Alveydre lo describe en su libro "El Arqueómetro" (1911) como una llave para acceder a todos los misterios del universo.

 

El Arqueómetro se basa en una serie de principios, símbolos y diagramas que buscan representar la armonía y la unidad subyacente en el universo. Incluye conceptos como:

 

La ley de la vibración universal

La teoría de la síntesis

La doctrina de la analogía

La estructura del universo en círculos concéntricos

 



Respuesta  Mensaje 3 de 7 en el tema 
De: Kadyr Enviado: 10/08/2024 23:30
El Arqueómetro es considerado una obra maestra de esoterismo moderno, influyendo en pensadores y movimientos esotéricos posteriores. Sin embargo, su comprensión y aplicación requieren un profundo estudio y dedicación.

 

El Arqueómetro de Saint-Yves d'Alveydre es un sistema filosófico y esotérico para comprender la naturaleza, la humanidad y el universo, más que un instrumento físico.

 

EL ARQUEOMETRO COSMOLOGICO

 

REVELADOR Y REGULADOR DE LOS ALTOS ESTUDIOS

 

DESCRIPCION DETALLADA

 

El Arqueómetro y la Arquitecnia

 

El Arqueómetro es pues el instrumento de precisión de las altas ciencias y de las artes correspondientes, su relacionador cosmométrico, su patrón cosmológico, su regulador y su revelador homológico.

 

El las reintegra a su principio único y universal, a su concordancia mutua y a su síntesis sinárquica.

 

Esta sintesis, que no es otra que la génesis del principio, es el Verbo mismo, y ella autografía su propio nombre sobre el primer triángulo del Arqueómetro: SOPh-Ya, Sabiduría de Dios.

 



Respuesta  Mensaje 4 de 7 en el tema 
De: Kadyr Enviado: 10/08/2024 23:31
Mas para hacer comprender todas las aplicaciones posibles del Arqueómetro, como revelador y como regulador experimental de esta génesis y de esta síntesis, habría que entrar en desarrollos sin fin.

 

Habría que inventariar toda la nomenclatura de la cuádruple jerarquía de las substancias, de los hechos, y, en consecuencia, de las ciencias y de las artes divinas, angélicas, humanas y naturales.

 

Habría, además, que indicar, entrando en la universalidad de las consecuencias, todas las equivalencias, todas las correspondencias de estas jerarquías.

 

Arribaremos al mismo fin demostrativo por una vía más rápida, la del hecho solo, la de la experiencia en toda su verdad científica y, en consecuencia, en toda la lealtad de consciencia que uno debe exigir de sí mismo en una materia tan difícil de definir.

 

 

___________________

 



Respuesta  Mensaje 5 de 7 en el tema 
De: Kadyr Enviado: 10/08/2024 23:31
¿De qué trata el ARQUEOMETRO DE SAINT-YVES?

Veamos:

Este hecho es el arte; pero el arte considerado como palabra creadora y consciente de la ciencia misma he ya como manifestación individualista de la anarquía, de la fantasía, de la moda o de la imitación.

 

Es por esto que concentramos las aplicaciones del Arqueómetro sobre el Arte, que es susceptible  de devenir la expresión más directa de la Ciencia reintegrada a su principio, sobre el arte que sintetiza  todas las ciencias en arte, todas las artes, todos los oficios e industrias, en una palabra, toda la jerarquía del trabajo humano. Este arte es la Arquitectura.

 

Siendo el Edificio religioso la obra maestra de la Arquitectica mixtica , resumen del Principio de la Ley y del hecho social, tendremos que aplicar el Arqueómetro a la ciencia de las religiones. Pudiendo ser requerido a erigir catedrales cristianas, pagodas brahmánicas, budhistas o chinas, sinagogas o mezquitas musulmanas, el arquitecto verá sobre el regulador arqueométrico la posición exacta de cada una de estas religiones en la Religión Universal , siendo empleado este término en su acepción de Síntesis científica y de Sabiduría en el sentido antiguo de la palabra.

 

El Arqueómetro probará experimentalmente que es Revelador al mismo tiempo que Regulador de los Altos-Estudios, el Revelador de la Revelación predicha al comienzo del siglo XIX por el conde de Maistre.

 

Siendo la Palabra el Principio arqueométrico, el arquitecto se servirá primero de todo de la doble zona de las letras, y ésta, de un mismo golpe, le dará todas sus equivalencias de números sonométricos, de colores, de notas, de modos musicales y, en consecuencia, morfológicos. No habrá ya sino que pasar del Mundo de la Gloria al de los Cielos astrales, para tener las concordancias cosmológicas que resultan de las precedentes angélicas y divinas.

 

El Arqueómetro" es una obra literaria voluminosa que trata de ser una herramienta universal para encontrar la  "clave para todas las ciencias, esoterismos ,  religiones, políticas  y artes".

Su autor o más bien uno de sus autores es Alejandro Saint-Yves d'Alveydre , nacido en París, 26 de marzo de 1842 -  y fallecido en Pau 5 de febrero de 1909, francmasón esoterista francés y autor de varios libros enredosamente  complicados . En sus obras cubre grandes períodos históricos y trata los temas con una profundidad inusitada, revelando un contacto real con fuentes originales de la Tradición Iniciática y su calidad de Maestro Masón .

 

Hay quienes lo consideran miembro egregio de la Agartha Shanga de aquella época. Y aunque su lenguaje podría ser claro, el uso de neologismos y la referencia continua a conceptos de Teogonía y Cosmogonía, dificultan la fácil comprensión de los contenidos.

 

Fue guía de distinguidos discípulos tales como el Francmasón  Gerard Encausse Papus, fundador de la Orden Martinista. Y Ch. Gougy el arquitecto realizador de los planos arqueomébros de la Sociedad Civil "Los Amigos de Saint Yves". La clave del "El Arqueómetro" es retomado por otros autores tales como el Francmasón Dr. Serge Raynaud de la Ferriere (París 1916 - Niza 1962), autor de "El Libro Negro de la Francmasonería".

Al leer el Arqueómetro , uno como masón advierte que no son fáciles de dar con las claves para su interpretación, y que la llave para abrir el misterio de ese libro, tal vez algún grupo de masones aun los posea , pero , de todos modos lo poco o mucho que uno pueda entender de ese libro se da cuenta que los grados filosóficos masónicos del 4º al 33º mantienen una estrecha relación con ese Libro llamado Arqueómetro.

 

 

Alexandre Saint-Yves d'Alveydre  confió a sus amigos cercanos, como Papus, Barlet o Victor-Émile Michelet, que esto lo había comenzado su difunta esposa. A la Muerte de Alexandre Saint-Yves d'Alveydre  el 5 de enero de 1909, "El Arqueómetro " no estaba aún terminado. Papus reúne ideas y ayuda a la elaboración del Libro,   otros amigos de Saint-Yves, algunos escritores competentes en música, arquitectura, esoterismo, que inmediatamente se pusieron a trabajar y recogieron notas, bocetos, bocetos que dejó Saint-Yves. En 1912, pudieron publicar este importante trabajo que se presenta en dos partes: una parte filosófica y una parte operativa.

 

Para el propósito de este artículo, solo puedo seguir una descripción rápida de este Libro:

 

La parte filosófica de " Alexandre Saint-Yves d'Alveydre  " lleva el título: "Verdadera sabiduría" y se divide a su vez en dos partes principales tituladas respectivamente: La sabiduría del hombre y el paganismo, La sabiduría de Dios y el cristianismo. A su vez, cada una de estas dos partes se subdivide en tres capítulos. Así es como, en la primera parte, Saint-Yves trata sucesivamente con la regresión mental, el error triunfante y la muerte espiritual, esta desescalada que afecta a nuestra sociedad es la consecuencia directa del surgimiento del paganismo desde la antigüedad y a lo largo de la historia europea. En la segunda parte, Saint-Yves demuestra que el cristianismo puede guiar a los hombres en el camino, a través de la verdad, a la vida. Es, por supuesto, sobre el camino cristiano, la verdad del Evangelio y la Vida espiritual.

 

Hemos notado que el esquema a manera de Mándala  seguido por Saint-Yves d'Alveydre evoca, por un lado, la Caída (regresión mental, triunfo del error, muerte espiritual), y por otro, Regeneración o Reintegración (según Escuelas de iniciación). Las dos opciones, paganas o cristianas, frente a las cuales se encuentra el hombre, se presentan aquí en las dos bandejas de una balanza. Es el dominio de nuestro libre albedrío inclinar este equilibrio hacia uno u otro lado. La parte operativa de "El Arqueómetro" consiste en un planisferio que, a primera vista, puede evocar a algo como un zodiaco, paro más bien parecen ser varias herramientas: un reportero de grados, un compendio Arquitectura  y una regla musical.

 

De hecho, "El Arqueómetro" tiene la idea de ser un compendio de todos los saberes , así , según los proyectos de su autor, vocación de ser un instrumento universal aplicable a las artes, la arquitectura y las ciencias iniciáticas. Desde un punto de vista puramente etimológico, "El Arqueómetro" está compuesto, según Saint-Yves, de dos palabras sánscritas: Arka y Matra. El primero de los dos se relaciona con el sol, el emblema central del sello divino; el segundo está relacionado con la medida de la madre, viviendo en la Palabra-Dios como todos sus pensamientos creativos. La yuxtaposición de estas dos palabras, la primera vinculada al principio de fertilización y la otra a la matriz, recuerda esta serie de dualidades bien conocidas: Padre / Madre, Iod / Él, Naturaleza / Naturaleza, Espíritu / Materia.

Yo leí ese libro hace más de 40 años , incluso antes de iniciarme masón , me atormentaba   no entender claramente la idea central del libro,  me dirigí a otros esoteristas  de Monterrey  México muy versados en Cábala judía, y una de dos o estaban igual que yo de confundidos o al explicarme más enredaban más las cosas , luego cuando aparece la internet  hable con masones españoles, colombianos  y alemanes que hablaban español  e igual ellos más sinceramente me decían no entendían el trasfondo del Arqueómetro, tal vez alguien que nos lea en esta ocasión Agosto 8 de 2024, pudiera darnos luz al respecto de este libro. 

 

Más tarde, un escritor francés llamado Henri Coston, un gran reportero de la prensa , afirmó que Saint-Yves era además de un iniciado masón , era el gran maestro del martinismo , uno de los invisibles desconocidos. La posteridad no retuvo el nombre Alexandre Saint-Yves d'Alveydre como alguien destacado en nada científico  , a no ser de que fuera el autor de libros esotéricos, así , su nombre no aparece en ningún diccionario o enciclopedia. Pocos esotéricos  han estudiado su trabajo, quizás debido a las controversias que rodean la idea política  sinárquica y la aparente dificultad de entender  "El Arqueómetro". En verdad,  uno se pierde al leer este Libro , y pocos de nosotros hemos intentado la aventura que requiere una investigación más a fondo. Esto no quiere decir que este libro del Arqueómetro tenga alguna de las Grandes Claves para descifrar este Universo, por ello  ¡Qué  maravilloso universo podemos descubrir a través de este trabajo tan  original!

 

Por muchos años a través de los diferentes foros masónicos de internet que administro ha sido y sigue siendo mi intención darlo a conocer a la mayor cantidad de personas posible, a ver si alguien da con la clave y nos la explique, porque siento que algo importante se nos escapa .

Ahora les presento una carta de la Época

Arqueometro - 23 mayo 1911 - Carta de LOS AMIGOS DE SAINT-YVES Hace dos años apenas que nuestro venerado Maestro, abandonando el mundo visible, ha franqueado la Puerta de las Almas, para unirse por siempre en el Verbo divino al Alma angélica, que fue siempre, aun invisible, su sostén y su vida aquí abajo. La desaparición de este luminoso genio le ha hecho surgir de todas partes una cantidad de discípulos, y no podríamos sino estar dichosos por ello, si ciertos de estos convencidos de ayer, exageran­do un poco su celo de neófitos, no intentasen persuadirse a sí mismos, y persuadir a otros, de que son verdaderamente los depositarios de las confidencias supremas del Maestro, y de sus más íntimos pensamientos. Es inútil añadir que todos conocen a fondo el Arqueómetro, cuya descripción exacta, que nosotros tenemos de la mano misma de su Inventor, es sin embargo enteramente inédita todavía. Algunos no vacilan en dar interpretaciones cabalísticas de este Instrumento de interpretación. Otros, que no se sonrojan de afirmar conocer los últimos secretos de la Ciencia arqueométrica, prometen iniciaciones grandiosas y fantasmagorías que no existirán jamás, a Dios gracias, más que en su imaginación exaltada. Otros, en fin, apelando a Saint-Yves, libran por todo pasto, a sus lectores, elucubraciones de un anticlericalismo y de un antipapismo verdaderamente demasiado rudimentarios e infantiles, dignos a lo sumo de un subcomité electoral de pueblo o de una Logia de décimo orden del G.'. O.'., y que hubiesen valido a sus autores, en vida del Maestro, para ser clavados en la picota por una de estas fustigantes palabras de las que él tenía el secreto. Entre los espíritus que leyeron y apreciaron sinceramente a Saínt- Yves, algunos han podido preguntarse por qué sus Amigos parecían poner tan poco empeño en defender su memoria. La razón de ello es simple. Un ser como el que no echaremos nunca lo bastante de menos, no tiene necesidad de ser defendido; aún cuando muerto en la Tierra, es lo bastante poderoso para defenderse solo, habiendo dejado tras de sí suficientes obras inéditas para cerrar la boca a todos los impostores. La que publicamos hoy es una magnífica prueba de ello. Ella llega en su momento, en el momento querido y escogido por el Maestro, y responde como un trueno a todas las demencias propaladas desde hace dos años bajo el abrigo de su nombre. Complemento y sello final de las "Misiones", este libro es la verdadera Introducción al Estudio del Arqueómetro. Nunca, en ninguna de sus obras anteriores, ha desvelado Saint-Yves, como aquí, el fondo de su pensamiento intimo; nunca, en ninguna, han sido los Misterios tan audazmente escrutados por él; nunca, como aquí, se ha revelado él tan completamente. No es solamente el genio cristiano, el Renovador inspirado de la Sinarquía el que reconoceremos; es el verdadero sucesor de los Nabis antiguos, el último Profeta. Una Dama terrible corre en su obra de Isaías moderno, tan severa para los Fariseos y los Escribas contemporáneos como el hijo de Amós lo fue para los Letrados y los sacerdotes de Judá. Tan aterradoras son sus visiones tocantes al porvenir de Francia y de Europa, recaídas hoy en la peor Anarquía pagana; muchas, ¡ay!, se han realizado ya, otras están en vías de cumplimiento, y, si nosotros no hubiésemos escuchado, de la boca misma del Maestro la lectura de estas profecías hace más de siete años, ante el infinito de la Mar, que les daba, si es posible, aún más amplitud y majestad, podríamos creer que fueron escritas después. Mas, al mismo tiempo que muestra las catástrofes inminentes para los Pueblos sometidos a las Leyes implacables de los Ciclos históricos, su corazón se desangra ante esta Fatalidad que parece inevitable y que podría sin embargo no serlo. Y exhorta a sus hermanos los humanos a abandonar la falsa vía para seguir la Vía verdadera, aquella que les ha indicado, desde hace ya veinte años, aquella que todavía les indica. Les suplica, en fin, que quieran hacer el ensayo leal de los únicos medios que pueden todavía oponerse al Destino y salvar a la Humanidad. Y en esto es verdaderamente hombre, hombre a quien "nada de lo que es humano le es extraño", y ése no es el menor de sus títulos en nuestra veneración y en nuestro afecto profundos. Es hacia 1903, tal como lo indican ciertas alusiones a los acontecimientos de entonces, que fue compuesta la Obra que libramos hoy en día al público. Notas dispersas y partes completas, las recolectamos piadosamente, y no quisimos ser de ellas, estrictamente, más que los simples ordenadores. Advertimos de ello al lector, que comprenderá así por qué hemos tenido que rechazar en apéndice, un fragmento escrito sobre un modo y en un estilo del todo diferentes al conjunto de la obra. Y si hemos conservado y publicado este fragmento inacabado, es en la convicción de que será leído con placer por todos aquellos que han conocido al Maestro y que le han frecuentado un poco; pues lo reconocerán ahí por entero con esta fina ironía, este espíritu chispeante y esta exquisita mezcla de sales atica y gala que ponían tanto encanto, originalidad, y a veces lo imprevisto, en sus conversaciones más elevadas y más serias. En cuanto a la forma y a la división de la obra, no hablaremos de ella; es lo bastante clara, so­bre todo ahora que ciertas planchas del Arqueómetro han sido difundidas y reproducidas un poco por todas partes.

 

Ahora vamos Grado Masónico  32º Sublime Príncipe del Real Secreto y su relación con las ideas del Arqueómetro.

Al igual que el Secreto del Arqueómetro el Real Secreto de este Grado masónico es el compendio de todas las ideas. Al progresar rumbo al final de este grado y buscamos seriamente el Real Secreto que se encubre como la ciencia oculta de los antiguos, recordamos, "La fe comienza donde la razón se hunde agotada." La magia, después de todo, es tan solo la ciencia absoluta de la naturaleza y de sus leyes. Así la Estrella de la Esperanza brilla para nosotros tan verdaderamente como cuando, como un imán, atrajo a hombres sabios a Belén. Hoy, como a la hora de la creación inicial del universo entero, la Balanza del Equilibrio es la fuerza ultra activadora en el plan eterno del Omnipotente. De este modo, el vacío y la materia, la materia y la antimateria, lo positivo y lo negativo, luz y obscuridad, hombre y mujer, atracción y repulsión, el mal y el bien, justicia y misericordia, son Pares de Opuestos ejemplos de lo que la Magia de la Balanza puede crear bajo ley del equilibrio universal. Vos buscaréis la Doctrina Santa; la Estrella Flamígera de la Verdad, el Real Secreto de la creación. Así lentamente subimos hacia el objetivo final, el estado de la perfección. Final de la carta .

 

Pero , ahora entendemos que el Arqueómetro lo que intenta es:

1. Analizar y entender la naturaleza y el destino humano.

2. Revelar la estructura oculta del universo y la interconexión de todos los fenómenos.

3. Descubrir la ley de la evolución y el progreso.

4. Comprender la relación entre la materia y el espíritu.

5. Acceder a conocimientos esotéricos y misterios de la naturaleza.

La parte filosófica del «Arqueómetro» lleva el título: «La verdadera sabiduría» y a su vez se divide en dos grandes partes tituladas respectivamente: La sabiduría del hombre y el paganismo, La sabiduría de Dios y el cristianismo. A su vez, cada una de estas dos partes se subdivide en tres capítulos. Así aborda sucesivamente, en la primera parte, Saint-Yves la regresión mental, el error triunfante y la muerte espiritual, esta desescalada que afecta a nuestra sociedad es consecuencia directa del ascenso del paganismo desde la antigüedad y a lo largo de la historia europea. En la segunda parte, Saint-Yves demuestra que el cristianismo puede guiar a los hombres por el camino, a través de la verdad, hacia la Vida. Se trata, por supuesto, del camino cristiano, de la verdad del Evangelio y de la Vida espiritual. Habremos notado que el diagrama seguido por Saint-Yves d'Alveydre evoca, por un lado, la caída (mental, el triunfo del error, la muerte espiritual), y por el otro, regeneración o Reintegración ( según las Escuelas Iniciáticas como lo es la Masonería ). Las dos opciones, paganas o cristianas, ante las cuales se encuentra el hombre, se colocan aquí en dos láminas de una escala. Está dentro del ámbito de nuestro libre albedrío inclinar este equilibrio en tal o cual dirección.

 

La parte operativa de «El Arqueómetro» consta de un planisferio que, a primera vista, puede evocar un zodíaco, o varias herramientas como : un transportador de grados, un estándar arqueométrico y una regla musical. En efecto, «Arqueómetro» pretende, según los proyectos de su autor, ser un instrumento universal aplicable a las artes, la arquitectura y las ciencias iniciáticas.

 

Desde un punto de vista puramente etimológico, «Arqueómetro» consta, según Saint-Yves, de dos palabras sánscritas: Arka y Matra. El primero de los dos se relaciona con el sol, emblema central del sello divino; el segundo está en relación con la medida madre, viviendo en la Palabra-Dios como todos sus pensamientos creativos. La yuxtaposición de estas dos palabras, la primera vinculada al principio fecundante y la otra a la matriz, recuerda esta serie de dualidades bien conocidas: Padre/Madre, Yod/Él, Naturaleza natural/Naturaleza, Espíritu/Materia.

 

En el contexto limitado de este estudio, Sólo puedo describir las líneas generales del planisferio arqueométrico que tiene la forma de una rueda compuesta por seis círculos concéntricos y un círculo central (7 en total), de 4 triángulos equiláteros entrelazados de dos en dos y 12 radios que delimitan doce sectores de 30° cada uno, correspondientes a las 12 Casas zodiacales. Este planisferio está ilustrado con los 3 colores fundamentales que son amarillo, rojo y azul (amarillo, magenta y cian, en impresión; dorado, gules y azul, en heráldica). A través del juego de sus diferentes amalgamas, estos tres colores fundamentales producen inicialmente 9 colores derivados o secundarios. En estas diferentes combinaciones encontramos los números esenciales de la aritmosofía sagrada: 3 (número del ternario, base de todas las creaciones astrales o terrestres), 4 (número del cuaternario, quien gobierna la regeneración y reintegración), 7 (número del septenario atribuido al Espíritu y la iniciación), 9 (número del Neuvenario que comanda la disolución), 12 (número del duodenal que simboliza el universo y la eternidad).

 

Examinando los círculos concéntricos y subiendo desde la periferia hacia el centro, descubrimos en el más externo un (color en rosa pálido ) 12 insignias, cada una de las cuales contiene una letra adámica y su valor numérico y está rodeada por otras cinco letras tomadas de los alfabetos asirio y siríaco, caldeo, samaritano y latín. Luego, todavía subiendo hacia el centro, un segundo círculo (sin color) que contiene doce letras morfológicas, un tercer círculo (también sin color) decorado con siete notas musicales, cinco de las cuales se repiten, un cuarto círculo ( también coloreado en rosa pálido decorado con los doce signos del zodíaco, un quinto círculo ) no coloreado en el que están dispuestos los siete símbolos planetarios, cinco de los cuales se repiten, a veces enderezado, a veces invertido, un sexto círculo incoloro libre de cualquier inscripción o símbolo.

 

El círculo central (non coloreado) está dividido en dos hemisferios por una línea horizontal; al sur de esta línea, vemos un pentagrama musical en el que cuelga la nota MI («E»,) que, entre la línea diametral, forma el punto central del «Arqueómetro» ; al norte de la línea está inscrita la letra morfológica del sol.

 

De esta forma, ARKA, el principio, está representado por el círculo central y MATRA, la matriz, por los seis círculos concéntricos.

 

Este primer acercamiento al «Arqueómetro» ya nos permite extraer algunas lecciones. El círculo central, dominio de la luz (soleil) y la palabra (nota «MI»), se difunde por todo el universo que aquí está representado por los círculos concéntricos inmersos en el mundo del espacio (signos planetarios del quinto círculo), del tiempo (zodiacales signos del cuarto círculo), de la sensación (notas musicales del tercer círculo).

 

Allí también encontramos la doctrina rosacruz de los tres mundos: el mundo humano ubicado en los círculos 1 y 2, el mundo angelical ubicado en los círculos 3, 4 y 5, el mundo divino ubicado en el sexto círculo y en el círculo central. La doctrina cabalística de los cuatro mundos se manifiesta a través de la siguiente distribución: el sexto círculo corresponde al mundo de Acción, el segundo al de Formación al tercero, cuarto y quinto, el de la Creación, en el sexto, el de la Emanación, naciendo estos cuatro mundos del En-Soph, la Divinidad Suprema, que reside y reina en el círculo central y, más precisamente en el punto central del «Arqueómetro». La doctrina martinista , tomada de Martinès de Pasqually, fundador de los Caballeros Electos-Cohen del Universo a finales del siglo XVIII y basada en los fenómenos de Caída y Reintegración, nos da una clave para los círculos de lectura. Entonces, partiendo del centro para ir hacia la periferia, somos testigos de la Caída Adámica que hace que el AD-AM abandone el aspecto de Dios y pierda la Palabra para caer en cascada hacia los mundos inferiores cruzando los otros seis círculos donde la Luz pierde gradualmente su brillo para conducir a la Oscuridad, donde sólo tiene acceso a los símbolos sustituidos que están inscritos en estos círculos, y, por un buen equilibrio, en Reintegración, cuando el hombre caído comienza el lento proceso iniciático de su ascenso hacia la Luz cruzando, esta vez desde la periferia hacia el centro, círculos concéntricos, todo para reencontrar la palabra perdida .

 

Finalmente, aún podríamos ver en el planisferio arqueométrico un diagrama universal si consideramos que está construido a la manera de una célula cuyo círculo central sería el nucléolo, que contiene los genes eternamente reproductivos (Luz y Verbo), el sexto círculo, el núcleo que distribuye información genética, el quinto al segundo círculo, el citoplasma en el que los electrones gravitan (símbolos, signos, números morfológicos y letras), el primer círculo, el protoplasma.

 

Dentro del planisferio arqueométrico hay cuatro triángulos equiláteros entrelazados de dos en dos a la manera de la Estrella de David; uno está orientado de Norte a Sur, es decir verticalmente, el otro de Este a Oeste, es decir horizontalmente. El Triángulo cuyo vértice está al NORTE y que se basa en el elemento TIERRA es el Triángulo de la Palabra y de Jesús. Se compone de las letras «IeShO» y su valor numérico (sumando los valores de las tres letras) es 316. Él es la expresión de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo. El Triángulo cuyo vértice está al SUR y descansa sobre el elemento AGUA es el Triángulo de María. Está compuesto por las tres letras Ma, Ri y H cuyo valor total es 248. El Triángulo cuyo vértice está al OESTE y que se basa en el elemento AIRE es el Triángulo de los Santos Ángeles. Está compuesto por las letras La, Ka y Za cuyo valor total es 137. El Triángulo cuyo vértice está al ESTE y que se basa en el elemento FUEGO es el Triángulo del Cordero o Aries. Está compuesto por las letras HE, OU y T cuyo valor total es 84.

 

Los siete círculos y los cuatro triángulos dividen el planisferio arqueométrico en 12 Casas de 30° cada una y dentro de las cuales se pueden leer las correspondencias entre los distintos elementos simbólicos (letras, signos, planetas, notas musicales).

 

Las Misiones y «El Arqueómetro» constituyen la columna vertebral de la obra de Saint-Yves d'Alveydre. Sus publicaciones y trabajos dieron lugar a múltiples artículos y conferencias durante su vida. Así, en 1882 fue llamado a pronunciar un importante discurso ante el « Congreso Internacional de Arbitraje y Federación por la Paz», en Bruselas. Allí defendió su ideal sinárquico con pasión y convicción. Hombre decidido a no separarse de los asuntos de la ciudad y muy interesado en el sindicalismo emergente (waldeck-Rousseau ley de 1884), en 1886 fundó el «Syndicat de la Presse Professionnelle et Économique», del que se desempeñó como archivero. En 1893, sus investigaciones le valieron la Legión de Honor, una alta distinción francesa. Para proteger sus derechos en relación con las adaptaciones de «Arqueómetro», presentó dos patentes, una en París el 26 de junio de 1903 y la otra en Londres el 25 de junio de 1904.

 

 Yves-Fred Boisset, escritor-columnista, editor en jefe de «l'Initiation», ha publicado varios artículos y obras y ha dado numerosas conferencias en Francia y en el extranjero sobre Saint-Yves d'Alveydre, sobre sus pensamientos y sobre sus obras.

 



L’Archéomètre constituye la segunda parte de su obra. Ha trabajado allí al menos desde la desaparición de su querida Marie-Victoire en Versalles en 1895. Muy molesto y solitario, Saint-Yves quería crear esta herramienta «key universal para todas las ciencias y todas las artes». Confió a sus amigos más cercanos, como Papus, Barlet y Victor-Émile Michelet, que esta empresa estaba dirigida por su difunta esposa, a la que llamó su Ángel. Cuando él a su vez desapareció, el 5 de enero de 1909, «Arqueómetro» no estaba terminado. Papus reunió en una sola asociación, «Les Amis de Saint-Yves», a algunos escritores competentes en música, arquitectura y esoterismo, que inmediatamente se pusieron a trabajar y recogieron notas, bocetos, bocetos dejados por Saint-Yves. En 1912 pudieron publicar este importante trabajo que se presenta en dos partes : una parte filosófica y una parte operativa ( los nombres de estas dos partes son de mi pluma y no aparecen en ningún otro lugar. Los elegí con el único propósito de intentar aclarar este monumento que es «Arqueómetro»). A los efectos de este artículo, sólo puedo ceñirme a una descripción general rápida de este edificio



A este punto muchos se preguntarán, bueno¿para qué sirve  el Arqueómetro? y la respuesta es bastante simple y clara, El Arqueómetro  es un sistema y a la vez una herramienta, que se utiliza para distintos trabajos arcanos, con la intención de servir como, nexo entre culturas lenguas sagradas y distintos sistemas, y pretende reconstruir, de manera inversa la clave común entre ellos, encontrando ese arte iniciático original.

Alcoseri

Respuesta  Mensaje 6 de 7 en el tema 
De: Kadyr Enviado: 10/08/2024 23:32
una mujer francmasona de 25 años  y un joven varón 25 años francmasón ,   miran hacia nosotros , con mandiles masónicos color azul marino y oro , se saludan dándose un extraño apretón de manos  ,  observan asustados el piso ajedrezado, fondo color beige, un poco de bruma dorada

Respuesta  Mensaje 7 de 7 en el tema 
De: Kadyr Enviado: 10/08/2024 23:35
una mujer francmasona de 25 años  y un joven varón 25 años francmasón ,   miran hacia nosotros , con mandiles masónicos color azul marino y oro , se saludan dándose un extraño apretón de manos  ,  observan asustados el piso ajedrezado, fondo color beige, un poco de bruma dorada


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