Ejemplos de aplicación del método fenomenológico

Análisis de la experiencia en una Logia Masónica.

Un estudio fenomenológico sobre la experiencia  de ser masón podría involucrar la descripción detallada de cómo se vive la experiencia de la iniciación , incluyendo sus características sensoriales, emocionales y cognitivas.

Un estudio fenomenológico sobre la conciencia en una Tenida o Sesión Masónica podría involucrar la descripción de las experiencias subjetivas de los participantes en dicha reunión, incluyendo cambios en la percepción del tiempo, la atención y la conciencia de sí mismos.

Un estudio fenomenológico sobre la experiencia del desarrollo al pasar por los 3 grados masónicos: aprendiz , compañero y maestro, podría involucrar la descripción detallada de cómo se vive el proceso iniciático, incluyendo la inspiración, la imaginación y la ejecución.

La aplicación del método fenomenológico a la experiencia de ser francmasón podría proporcionar una comprensión más profunda y detallada de esta experiencia subjetiva.

Sobre la famosa mesa redonda masónica y sus alcances fenomenológicos

Seleccionar a francmasones experimentados y dispuestos a compartir sus experiencias.

Realizar entrevistas en profundidad con los participantes, utilizando una guía de preguntas abiertas y no directivas.

Analizar textos y rituales masónicos para comprender mejor el contexto y la simbología de la experiencia.

Pedir a los participantes que describan detalladamente sus experiencias como francmasones, incluyendo sus sentimientos, pensamientos y percepciones.

Eliminar las suposiciones y prejuicios previos, y enfocarse en la experiencia subjetiva en sí misma.

Analizar la intencionalidad de la experiencia, es decir, cómo se dirige la conciencia hacia el mundo y hacia sí misma.

Identificar las estructuras fundamentales de la experiencia, como la relación entre el individuo y la comunidad, la importancia de los rituales y la simbología.

Temas y categorías emergentes

Algunos temas y categorías que podrían surgir del análisis fenomenológico de la experiencia de ser francmasón incluyen:

La experiencia de ser parte de una comunidad unida por valores y principios compartidos.

La experiencia de crecimiento y transformación personal a través de la práctica masónica.

La experiencia de conectar con una tradición histórica y simbólica rica y compleja.

La experiencia de lo sagrado y lo trascendente en los rituales y prácticas masónicas.

El estudio fenomenológico de la experiencia de ser francmasón podría proporcionar una comprensión más profunda de la naturaleza de la experiencia masónica y su significado para los individuos involucrados. También podría tener implicaciones para la comprensión de la espiritualidad, la comunidad y la transformación personal en contextos más amplios

Impacto de estar en un Templo Masónico operando un ritual

El Templo Masónico, similar a los de todas las religiones del mundo, representa simbólicamente el universo. Es, según la expresión encontrada en el frontón del Templo de Ramsés II, " "Este templo es como el cielo en todas sus partes". En efecto, si entramos en un Templo Masónico, lo que nos llama la atención a primera vista es que representa la bóveda estrellada, que el sol y la luna están representados simbólicamente en Oriente, que va de Oriente a Occidente, del Mediodía al Septentrión y del Zenit a Nadir, para finalmente concluir en el centro del templo, y que también está simbolizado por la alternancia del día y la noche, o si se prefiere, oscuridad y luz. Y la apertura ritual del trabajo de una Logia justa y regular consiste precisamente en sacar este lugar de la oscuridad a la luz, iluminándolo gradualmente. El Templo Masónico simboliza, por tanto, el universo, es decir una totalidad, un todo, pero un todo que tiene una estructura, que manifiesta un orden, es decir un "cosmos". Y los historiadores nos recuerdan que fue Pitágoras quien dio el nombre de “cosmos” al universo por el orden que allí reina. El Templo aparece, por tanto, como un todo estructurado y ordenado. Además, circunscribe un espacio que es sagrado. El etimólogo nos dice que la palabra "Templo" proviene del vocablo griego "Temnô" que significa "cortar", "separar", "cortar separando", y que el "Temenos" es una porción sagrada del espacio cósmico. ..

El Templo Masónico es la representación del cuerpo humano  y su Psique, según nos dicen algunos rituales. Sin embargo, sabemos que en las cosmogonías antiguas, el templo representa la tierra en relación con el cielo que está representado por el círculo. Y si se nos objeta que el cielo también es parte del universo, lo cual es cierto, debemos agregar que el Templo visible simboliza el universo creado en relación con lo increado, el Templo invisible o, en último término, con el propio creador.

Agreguemos que en las filosofías tradicionales suele haber una analogía entre el cosmos y el hombre, que a su vez es considerado como un templo, porque existe una estrecha relación entre el macrocosmos (el universo) y el microcosmos (el hombre mismo). . El poeta griego Píndaro observa que "el hombre tiene alguna relación con el cosmos y los dioses a través de su cuerpo y de su espíritu". Y en la Edad Media cristiana, la iglesia cuadrada "ad quadratum" corresponde al "hombre cuadrado", es decir al hombre de brazos extendidos y pies separados.

El Templo Masónico, entre otros, nos presenta la imagen de un cuadrado coronado por un círculo. Esta superposición del círculo sobre el cuadrado muestra la relación entre el cielo y la tierra, lo trascendente y lo inmanente, es "la imagen dialéctica entre lo terrenal donde se ubica el hombre y lo celestial trascendente al que aspira".

Ahora bien, este todo cósmico, estructurado, ordenado, orientado, es, para los antiguos, un modelo, un arquetipo, que el hombre debe esforzarse en imitar. Sófocles nos recuerda, en su tragedia "Ajax": "El orden del cosmos puede ser un modelo para el alma", y Sócrates nos dice que "el alma también debe estar bien ordenada (Kosmos Ekousa), porque "el orden de el mundo es bello y por eso objeto de contemplación, de admiración estética, y el orden del mundo es justo y por eso objeto de veneración."

Para comprender estas concepciones y estas ideas, que eran las de los masones operativos y que son a menudo las de los masones especulativos, debemos, sin duda, deshacernos de la concepción del mundo que la ciencia moderna ha moldeado en nosotros y según la cual el universo como fue concebido por los antiguos  no existe, no es sólo la consecuencia de una necesidad causal y puramente material. Para muchos griegos, en particular los pitagóricos y Platón, el universo mismo es fruto de la justicia. Éste, de hecho, se sitúa en el centro del mundo como un poder que lo dirige y lo mantiene y hacia el cual. todo debe ser obediencia.

Podemos decir que: "A mediodía los justos componen allí fuegos..." aquí el sol inmóvil en medio del cielo sugiere la idea del Poder Soberano ordenando el universo entero y sus diferentes elementos.

   "Mediodía allá arriba, mediodía sin movimiento

   "En uno mismo uno piensa y está de acuerdo consigo mismo,

   “El Universo es Justo y Perfecto” por que el mismo Gran Arquitecto lo Ordenó así.

Por tanto el universo dando así la imagen de perfección.

Por tanto, también el orden humano, tanto en la ciudad como en el individuo, debe modelarse según el orden cósmico, pero éste no es más que la traducción de otro orden: el de la justicia misma. Así como hay una Ley que regula el orden y los movimientos del cielo, así debe haber una Ley que regula las relaciones entre los hombres en la Comunidad, y una Ley Moral, fruto de la sabiduría, que debe ordenar al propio individuo.

Esta Ley se define por las justas proporciones entre los elementos constitutivos de cada ser, de cada todo, ya sea el organismo vivo, el hombre, las Naciones o incluso las obras de arte. Y estas proporciones correctas se expresan mediante números, la proporción áurea. La proporción áurea, o proporción divina, refleja la idea de que existe una "conmensurabilidad", es decir, que existe una medida común, una correspondencia, una analogía entre las partes que componen un Todo y entre las partes y el Todo mismo.

En el origen de esta relación, de esta proporción, de esta armonía, encontramos lo que los sabios llaman "virtud", "la virtud de cada ser que no proviene del azar sino que está constituida por el orden que establece una estructura", y un hermoso orden le da. - Platón . Así, quienes construyen barcos se esfuerzan por poner en orden los distintos materiales de que disponen. Los arquitectos hacen lo mismo. Así, en el Mundo, "orden y regla" se llaman legalidad, respeto a las leyes, y es el respeto a la ley lo que hace a los hombres justos y regulados. Así, para el hombre, “su alma será llamada buena cuando esté regulada y ordenada”.

Y poco a poco emerge, emerge el retrato del sabio, digamos del iniciado masón, el de un masón que se esfuerza por hacer reinar la justicia en el Mundo y en el alma de sus habitantes , por hacer germinar allí la templanza sin la cual no puede haber armonía en el mundo ni tampoco  en el hombre. Sócrates resume admirablemente esta filosofía cuando responde a Calicles: “Los sabios dicen, Calicles, que el cielo y la tierra, los dioses y los hombres, están unidos por la amistad, el respeto y el orden, la moderación y la justicia, y por eso llaman al universo el orden (El Cosmos) de las cosas, y no el desorden ni el desarreglo”

Dijimos al comienzo de nuestras observaciones que el Templo Masónico, símbolo del cosmos, constituía un todo ordenado, y mostramos el significado de este orden cósmico para el orden del hombre. Agreguemos aquí que este Templo está orientado simbólicamente al Este u Oriente, “ad orientem”, es decir hacia la luz. Agregaríamos que si está ordenado es porque está orientado, es decir que está bien direccionado . El orden representa, significa una finalidad. La luz es a la vez ordenamiento del caos inicial e iluminación; precede al desorden y a la oscuridad incluso si el hombre pasa del caos al orden y de la oscuridad a la luz.

Así, la Masonería se nos presenta a través de la imagen simbólica del Templo, como visión y afirmación de un mundo ordenado y orientado. Pero hay en el origen de este cosmos, de este orden, un Principio, en el sentido etimológico del término, es lo que todos los Masones del mundo han llamado "el Gran Arquitecto del Universo". Y, hay que recordar una vez más, los masones regulares del rito escoces antiguo y aceptado abren y cierran sus trabajos rituales con la invocación al Gran Arquitecto del Universo. Son numerosas las representaciones que los albañiles operativos de la Edad Media dejaron del Gran Arquitecto del Universo y sus herramientas, tanto en la piedra como en las vidrieras o vitrales . Porque las herramientas eran necesarias para la construcción de la catedral como para cualquier edificio, y ocupan un lugar muy importante en la iconografía de la Edad Media. Sin embargo, estas herramientas, la regla, la escuadra, el compás, el mazo, el nivel... se encuentran hoy en el Templo Masónico y están en el corazón de la propia filosofía masónica. ¿Para qué, con qué propósito  ? Sin duda porque los masones modernos, los llamados especulativos, quieren demostrar su lealtad a los masones de la Edad Media, de cuyos descendientes y continuadores afirman ser. Pero sin duda también porque los masones modernos quieren ver en la herramienta el signo del hombre mismo, lo que manifiesta entre todos los seres de la naturaleza el signo de la "humanidad", digamos más simplemente su carácter intrínsecamente humano.

El Templo Masónico es un universo poblado de herramientas y la reflexión sobre las herramientas es parte de la reflexión masónica; Los juramentos que prestan los masones se hacen sobre la escuadra y el compás y sobre el Libro Sagrado de la Ley o Biblia  que, en ciertos aspectos, también puede ser considerado como una herramienta, un instrumento tradicional y espiritual, un instrumento de conocimiento (y para algunos de resguardo espiritual ).

Historiadores y filósofos han señalado que las primeras apariciones del hombre en la tierra coinciden con la presencia de herramientas y que el acto específicamente humano es ante todo aquello que atestigua una facultad de fabricación. "La inteligencia", escribió Bergson, "es la facultad de fabricar objetos artificiales, en particular herramientas, y de variar indefinidamente su fabricación". - (Evolución creativa) - El Homo sapiens fue el primer homo faber. El Templo Masónico no es un espacio vacío: está habitado por el hombre y son las herramientas las que significan su presencia, agreguemos que estas herramientas testimonian la dimensión intelectual y espiritual del hombre.

La idea de herramienta, de instrumento, estaríamos tentados a decir la idea de instrumentalidad, conduce necesariamente a la idea de trabajo. El hombre es el ser que trabaja y que, a través de su trabajo, ha podido, poco a poco, dominar la propia naturaleza. "El trabajo te obliga a abrazar el mundo", dijo Saint Exupéry. Pero, al mismo tiempo que nos permite controlar la naturaleza, el trabajo permite al hombre controlarse a sí mismo; es, según una expresión de Auguste Comte, “hacer al hombre tan regular como el cielo”. Y es cierto que la disciplina que nos impone el trabajo nos permite controlarnos mejor y construirnos mejor. También el masón que simbólicamente corta y esculpe la piedra en bruto para hacerla cúbica ejerciendo sus poderes y sus conocimientos sobre la materia, la ejerce al mismo tiempo sobre sí mismo. El trabajo permite formar el objeto trabajado y, al mismo tiempo, el sujeto que trabaja, como el arquitecto Eupalinos , que dice: "que a fuerza de construir, se construyó a sí mismo". Así, el objetivo final del trabajo es quizás menos hacer objetos que hacer hombres y podemos entender por qué los masones siempre han querido honrarlo y colocarlo entre las virtudes esenciales del masón y del 'hombre'. Vuelve a ser un instrumento de dominio, de autoconquista, de regulación y orden y, al mismo tiempo, de liberación y libertad.

 La idea del Trabajo del Sistema Cuarto Camino de Gurdjieff.

La idea de "trabajo sobre sí mismo" (también conocida como "trabajo interior" o "desarrollo espiritual") es un concepto central en las enseñanzas de George Gurdjieff y Piotr Ouspensky, dos figuras influyentes en la espiritualidad y la filosofía del siglo XX.

Contexto y origen

Gurdjieff y Ouspensky se conocieron en Moscú en 1915, y Ouspensky se convirtió en uno de los discípulos más cercanos de Gurdjieff. Juntos, desarrollaron un sistema de enseñanza que se centraba en el desarrollo espiritual y la transformación personal.

La idea del "trabajo sobre sí mismo"

La idea central del "trabajo sobre sí mismo" es que el ser humano tiene la capacidad de transformarse y desarrollarse espiritualmente a través de un proceso de auto-observación, auto-reflexión y práctica consciente.

Según Gurdjieff y Ouspensky, el ser humano está condicionado por su educación, su cultura y sus experiencias, lo que le lleva a vivir en un estado de "sueño" o "inconsciencia". El "trabajo sobre sí mismo" busca despertar al individuo de este estado y llevarlo a un nivel de conciencia más alto.

Los cuatro centros

Gurdjieff y Ouspensky enseñaban que el ser humano tiene cuatro centros o "máquinas" que gobiernan su comportamiento y sus emociones:

 El centro intelectual (pensamiento)

 El centro emocional (emociones)

 El centro motor (movimiento y acción)

4. El centro instintivo (instintos y necesidades básicas)

El "trabajo sobre sí mismo" busca equilibrar y armonizar estos cuatro centros, de modo que el individuo pueda alcanzar un estado de conciencia y unidad interior.

Prácticas y técnicas

El "trabajo sobre sí mismo" implica una variedad de prácticas y técnicas, incluyendo:

La auto- observación y el recuerdo de si mismo.

Los movimiento de gimnasia  consciente y la danza

4. La música y el canto

5. La lectura y el estudio de textos espirituales

Influencia y legado

La idea del "trabajo sobre sí mismo" de Gurdjieff y Ouspensky ha tenido una influencia significativa en la espiritualidad y la filosofía del siglo XX. Sus enseñanzas han inspirado a muchos buscadores espirituales y han influido en el desarrollo de diversas tradiciones espirituales y prácticas de crecimiento personal.

Así, la idea del "trabajo sobre sí mismo" de Gurdjieff y Ouspensky es un enfoque integral y holístico para el desarrollo espiritual y la transformación personal. Busca despertar al individuo de su estado de "sueño" y llevarlo a un nivel de conciencia más alto a través de la auto-observación, la auto-reflexión y la práctica consciente.

El Albañil operativo en el trabajo se esfuerza por construir un edificio, por realizar una obra que cumpla con las leyes del equilibrio y la armonía. Por lo tanto, encontramos en la filosofía masónica estas ideas de orden y armonía, que señalamos al comienzo de nuestras observaciones. Pero con una diferencia importante. Esto se debe a que el orden cósmico está dado, "ya está ahí", está "hecho", es un orden que puedo esforzarme por conocer e imitar, mientras que el orden humano, el orden del hombre, no está dado, está no se hace, está por hacer, está por construir, está por ser conquistado y creado, ya sea por una imitación del orden cósmico mismo, o por una verdadera invención de nuestra conciencia. Como el acto del arquitecto, como el arte real que permitió crear y construir la obra.

La arquitectura se caracteriza, se ha dicho, por esta lucha entre la gravedad que proviene de la materia y el impulso que proviene del espíritu y que lo lleva hacia la luz; en este sentido, podemos decir que la arquitectura se opone a la naturaleza y participa de la vida del espíritu, así mismo el hombre que, en cada momento, se ve obligado y requerido a luchar contra las fuerzas de la oscuridad para esforzarse por avanzar hacia la luz y hacerla triunfar, sobre la oscuridad. Ahora bien, el masón quiere ser, en sentido simbólico, arquitecto, es decir constructor de sí mismo y de su propio destino y también del de sus hermanos y del de todos los hombres, de su elevación, de su mejora. Y el Templo Masónico es ese lugar que, en principio y por definición, debe o debe permitir al hombre, al masón, pasar del desorden al orden, del caos a la armonía, de la servidumbre a la libertad, de las tinieblas a la luz.

Pasar del caos a la armonía, pasar de la oscuridad a la luz. Bien, pero ¿cómo? Por iniciación, porque es la iniciación la que nos convierte en masones. “La masonería es una institución de iniciación espiritual por medio de símbolos”. ¿Qué entendemos por iniciación? ¿Qué es la iniciación? Se trata, dijo excelentemente Mircéa Eliade, "de un conjunto de ritos y de enseñanzas que quieren provocar la modificación cultural, espiritual y existencial del hombre", o, de manera más erudita, que quieren provocar "la modificación de la ontología del hombre". régimen existencial". ¿Por qué proceso? Cualquier iniciación implica en primer lugar la muerte simbólica del sujeto que va a ser iniciado pero para prepararse para un nuevo nacimiento. Se trata de matar al viejo hombre que hay en nosotros para dar a luz al hombre nuevo. Pero el hombre sólo puede llegar a ser un verdadero hombre, es decir, acceder a una existencia libre y responsable, después de haber superado un cierto número de pruebas, después de haber afrontado un cierto número de obstáculos. Asimismo, la iniciación masónica, al igual que otras iniciaciones, incluye una serie de pruebas rituales y simbólicas, pruebas de tierra, agua, aire y fuego, que sufre el sujeto a iniciar, durante los propios viajes simbólicos. La función de estas pruebas es provocar una reflexión y una acción que debe permitir a quienes las padecen despojarse de sus prejuicios y obsesiones, permitirles, a través de una especie de conversión de su inteligencia, de toda su alma, considerar el mundo ". diferente", cambiar la naturaleza de la "visión" que uno tiene sobre el mundo, sobre los demás, sobre nosotros mismos. Es una experiencia existencial fundamental que permite al hombre transformar su manera de pensar y de existir y asumirla.

Estas pruebas significan que el hombre sólo puede mejorar midándose con los obstáculos y aprendiendo a superarlos, que el hombre, una vez más, sólo puede mejorar haciendo. La verdad del hombre es su acción, la verdad del hombre es ante todo la historia del hombre en el proceso de hacerse y conquistarse a sí mismo. “Hacer y no llegar a ser”, escribió el filósofo Jules Lequier, “hacer y hacer que se haga”. Las pruebas de la iniciación se afrontan durante los viajes, ciertamente simbólicos, que nos sugieren la importancia de la duración, del tiempo en la realización del ser humano. El tema mismo de los viajes ocupa un lugar preponderante en la literatura. Pensemos en los viajes de Ulises en la Odisea, pensemos el «Viaje a Ixtlán» de Carlos Castaneda que nos propone regresar a la sabiduría ancestral y permanecer ajenos a la contaminación de la civilización occidental, tal como hacían aquellos chamanes mesoamericanos. Para Don Juan Matus el mundo es un lugar vasto e inexplicable en donde la magia abunda, pensemos  en los viajes  de Gargantúa y Pantagruel , en los viajes de Telémaco de Fénelon, en el tema de los viajes en la literatura romántica, en la novela de Goethe "Los años de aprendizaje de Wilhelm Meister" que nos muestra su héroe lucha con la vida y sólo se descubre y realiza poco a poco, a través del contacto con experiencias dolorosas, mostrando que la vida es un largo viaje, un difícil proceso de aprendizaje.

Pasando de la obra romántica a la filosófica, podemos decir que en su abstracto y difícil libro "La Fenomenología del Espíritu", Hegel a su vez quiere describirnos una especie de odisea de la conciencia humana que busca dramáticamente reconocerse como tal como  un espíritu para finalmente alcanzar el conocimiento, el conocimiento, pasando poco a poco y por etapas de la noche a la luz.

También podríamos mencionar “El Banquete” de Platón. Al final del diálogo, Sócrates dice que fue a interrogar a Diotima de Mantinea. Con ello se busca hacerle comprender que el amor en sí es iniciático. Esta iniciación se presenta como una especie de itinerario, una ascensión que conduce gradualmente al hombre desde la consideración y la contemplación de los cuerpos bellos a los de las almas bellas, luego a los de las ciencias bellas, para llegar a la contemplación, al conocimiento de la Belleza misma, de lo que es “bello por sí solo”. Como escribió René Nelli, “el amor platónico representa un esfuerzo dialéctico por pasar del mundo sensible al mundo de las Ideas, al mundo Ideal”.

Además, es que, "Todo viaje, ya sea en el tiempo o en el espacio, ya sea que devuelva al individuo a lo más profundo de sí mismo o ya sea que juegue con los cambios de escenario más brillantes, es una iniciación", y añade, "el progreso de la vida, el progreso del peregrino que instruye al hombre en la naturaleza del universo y en su propia naturaleza, que lo conduce al centro de su ser o lo proyecta en todos los puntos"; aspectos circunferenciales de su futuro, añade conocimiento y experiencia, modifica y materializa. Podemos comprender mejor la importancia de las pruebas y los viajes simbólicos que el masón debe realizar en el Templo antes de descubrir la Luz.

La iniciación se realiza en un lugar sagrado, en un Templo, un lugar secreto, cerrado, separado del resto del mundo por el rito. Implica la participación activa de cada individuo porque es sólo nuestro, sin duda sólo nuestro pero ayudado y apoyado por nuestros Hermanos de la Logia, según nuestro propio esfuerzo, nuestra paciencia, nuestro coraje, nuestra voluntad, nuestra inteligencia y nuestra sensibilidad, que toca descubrir la verdad y la sabiduría, pasar de la "iniciación virtual" a la "iniciación real".

Sin embargo: "A diferencia de otros viajes, el viaje iniciático no tiene como objetivo revelar lo ya revelado sino ejercitar la inteligencia de lo oculto". Se trata, en efecto, de ir de lo manifestado a lo no manifiesto, de lo visible a lo invisible, de lo creado a lo increado, más allá de las "sombras de la cueva", más allá de "el espejo", como la Alicia ideada por Lewis Carrol. Y más modestamente, hacernos comprender que toda la realidad no está absolutamente presente en la realidad manifestada, en lo visible y en lo sensible, en lo que siempre hemos llamado "el mundo de las apariencias".

Aquí podríamos recordar lo que escribió un ilustre masón, iluminador del siglo XVIII, Joseph de Maistre: "Todo se relaciona, en este mundo que vemos, con otro mundo que no vemos. Vivimos en un sistema de cosas invisibles visiblemente manifestado. Y esto es cierto para el mundo de la naturaleza y el mundo del hombre, de la realidad natural y de la realidad humana. Porque quizás la naturaleza y especialmente el hombre sean dobles en su naturaleza . La iniciación quiere devolvernos el sentido de esta dualidad, entre lo creado y lo increado, entre apariencia y ser y, en el hombre, entre lo que es naturaleza y necesidad y lo que es espíritu y libertad. Sí, para devolvernos un cierto sentido de lo oculto y del misterio del hombre mismo (siendo el mayor misterio del hombre su libertad) y la dimensión espiritual de su conciencia ordenada a lo que va más allá de él.

Alcoseri