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General: ¿Por Qué La Biblia en las Logias Masónicas?
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De: Kadyr  (Mensaje original) Enviado: 03/01/2025 22:14
¿Por Qué La Biblia en las Logias Masónicas?
 
Desde el origen de la masonería y de las logias operativas y especulativas, comenzaba con una evocación de la Biblia, una Biblia con una sorprendente riqueza simbólica, que todos podrán apreciar. Dando un salto atrás a lo largo de los siglos, se evoca en las Logias del presente a las logias de los constructores, los refugios cubiertos de estos hombres que luego trabajaron en las fabulosas obras de construcción de las catedrales y que, gracias a su espíritu creativo y a su inteligencia operativa, permitieron a Europa cubrirse del “ manto blanco de catedrales ” y que fue cantado por trovadores y declamado por poetas. Se llega entonces poco a poco al nacimiento de la masonería especulativa, describiendo a estos notables que, aunque no pertenecían a las hermandades de las obras de construcción, llegaron a interesarse por el trabajo de esta última y que, reteniendo la atención de Los masones operativos son integrados gradualmente por ellos en los talleres como masones “aceptados”, fórmula que todavía se utiliza hoy en día. Pero lo que hace especialmente valioso a esto, es el pasaje dedicado a la Biblia, que se revela, en ciertos aspectos, excepcional. Es el texto de un visionario y un poeta, nutrido de la cultura clásica e imbuido de la fe masónica. Se lo presenta como Volumen de la Ley Sagrada. Ley por lo que prescribe. Sagrado porque su referencia lo hace intocable para los hombres. En la Masonería Regular, la Biblia es considerada un libro sagrado y un símbolo de la sabiduría y la verdad. Sin embargo, no todas las logias masónicas utilizan la Biblia en sus rituales y ceremonias. Hay varias razones por las que las logias masónicas irregulares no utilizan la Biblia: Las Logias Irregulares argumentan que no debe haber biblias en los templos masónicos por El Laicismo, el Universalismo . Las logias irregulares masónicas se consideran laicas y no religiosas, y por lo tanto no utilizan la Biblia ni ningún otro libro sagrado en sus rituales. Señalan que la Masonería es una organización universal que acoge a personas de todas las creencias y religiones. Las logias masónicas irregulares deciden no utilizar la Biblia para no excluir a los miembros que no practican ninguna religión. Las logias Irregulares masónicas se enfocan en la razón y la lógica, y pueden no considerar la Biblia como un libro apegado al Racionalismo o una fuente de sabiduría. Así, las Tradiciones masónicas irregulares, se consideran una Masonería liberal o una Masonería adogmática, por tanto optan por no utilizar la Biblia en sus rituales y ceremonias. En lugar de la Biblia, algunas logias masónicas pueden utilizar otros libros sagrados o símbolos de la sabiduría y la verdad, como: El Corán El Talmud El Bhagavad Gita El Libro del Buda El Libro de los Muertos La constitución de un País Un Libro en Blanco Etcétera . La ausencia de la Biblia en logias irregulares masónicas se debe a una variedad de razones, incluyendo el laicismo, el universalismo, el racionalismo, acuerdos de logias y las tradiciones masónicas. Existen algunos datos esotéricos, herméticos y de ciencias ocultas que se pueden encontrar en la Biblia. Como masón, sabemos que la Biblia es un libro sagrado que contiene enseñanzas, alegorías y símbolos que pueden ser interpretados de manera esotérica. El Árbol de la Vida En el libro del Génesis, capítulo 2, versículo 9, se menciona el Árbol de la Vida, que se encuentra en el centro del Jardín del Edén. Este árbol es un símbolo del eje central del universo, que conecta el cielo y la tierra. En la tradición hermética, el Árbol de la Vida se asocia con la columna vertebral del hombre, que es el eje central del cuerpo. La Estrella de David En el libro de la Revelación o Apocalipsis en el capítulo 12, versículo 1, se menciona una mujer que tiene una corona de doce estrellas. Esta imagen se asocia con la Estrella de David, que es un símbolo de la unión de los opuestos. La Estrella de David se compone de dos triángulos equiláteros, uno apuntando hacia arriba y el otro hacia abajo. Esto simboliza la unión de lo divino y lo humano, lo masculino y lo femenino. El Círculo y la Cruz En el libro del Éxodo, capítulo 17, versículo 10, se menciona que Moisés levantó las manos y sostuvo su bastón en forma de cruz. Esto simboliza la unión de lo vertical y lo horizontal, lo divino y lo humano. El círculo y la cruz son símbolos de la totalidad y la unión de los opuestos. La Cábala y los Números La Cábala es una tradición esotérica judía que se basa en la interpretación de los números y las letras del alfabeto hebreo. En la Biblia, se mencionan varios números que tienen un significado esotérico, como el número 7, que simboliza la perfección y la completitud, y el número 12, que simboliza la totalidad y la unión de los opuestos. La Alquimia y la Transformación La alquimia es una tradición esotérica que se basa en la transformación de la materia y la energía. En la Biblia, se mencionan varios procesos de transformación, como la transformación del agua en vino en la boda de Caná, que simboliza la transformación de la conciencia y la energía. Al estudiar estos símbolos y enseñanzas en la Biblia o Libro de la Ley, podemos profundizar nuestra comprensión de la naturaleza del universo y de nosotros mismos. El Código de la Creación En el libro del Génesis, capítulo 1, versículo 1, se menciona que "En el principio, creó Dios los cielos y la tierra". Sin embargo, si se analiza el texto hebreo original, se puede descubrir un código secreto que revela la estructura fundamental del universo. El código se basa en la disposición de las letras hebreas en el texto, que forman un patrón de siete círculos concéntricos. El Código de la Vida en la Biblia En el libro del Éxodo, capítulo 3, versículo 14, se menciona que "Yo soy el que soy". Sin embargo, si se analiza el texto hebreo original, se puede descubrir un código secreto que revela la estructura fundamental de la vida. El código se basa en la disposición de las letras hebreas en el texto, que forman un patrón de doce círculos concéntricos. El Código de la Muerte y la Resurrección En el libro de la Revelación o Apocalipsis , capítulo 13, versículo 18, se menciona que "El número de la bestia es 666". Sin embargo, si se analiza el texto griego original, se puede descubrir un código secreto que revela la estructura fundamental de la muerte y la resurrección. El código se basa en la disposición de las letras griegas en el texto, que forman un patrón de seis círculos concéntricos. El Código de la Unidad En el libro del Génesis, capítulo 1, versículo 27, se menciona que "Dios creó al hombre a su imagen, varón y hembra los creó". Sin embargo, si se analiza el texto hebreo original, se puede descubrir un código secreto que revela la estructura fundamental de la unidad. El código se basa en la disposición de las letras hebreas en el texto, que forman un patrón de un círculo concéntrico. Como ven los códigos secretos encerrados en la Biblia son un tema fascinante que requiere una profunda comprensión de la simbología y la numerología. Al estudiar estos códigos, podemos profundizar nuestra comprensión de la naturaleza del universo y de nosotros mismos. A continuación, te proporciono algunos datos adicionales sobre el Código de la Biblia: El código de la equidistancia en la biblia. El código de la Biblia se basa en la búsqueda de palabras y frases que se encuentran a una distancia fija entre sí en el texto hebreo original. El uso de la numerología El código de la Biblia también se basa en la numerología, es decir, en la búsqueda de patrones y significados en los números que se encuentran en el texto. El descubrimiento de Michael Drosnin En 1992, el periodista estadounidense Michael Drosnin descubrió un código en la Torá o Biblia que parecía predecir eventos futuros, incluyendo la muerte del primer ministro israelí Yitzhak Rabin. El código de la Torá El código de la Torá se basa en la búsqueda de palabras y frases que se encuentran en el texto hebreo original de la Torá. El código se basa en la idea de que el texto de la Torá contiene un mensaje oculto que puede ser descubierto mediante la búsqueda de patrones y significados en el texto. El código de la Biblia ha generado un gran interés. Algunos expertos han argumentado que el código es el resultado de una especie de mensaje a los seres humanos del futuro , y respalde la idea de que el texto de la Biblia contiene un mensaje oculto, que soCarta nte se pudo descubrir gracias a los ordenadores o computadoras del presente siglo XXI. La Biblia y la Masonería Regular En Masonería se involucra explícitamente en un enfoque interpretativo y presenta la Biblia aquí no como el libro de una revelación religiosa sino como uno " que es... propiedad... de ninguna religión... de ninguna civilización en particular... que abarque todo en la religión universal... símbolo de la ley viva. Representa el acercamiento de la humanidad abriéndose camino sobre el terreno de las realidades, gracias al motor del espíritu y por el esfuerzo tenaz de su razón, de su intuición. y su imaginación . Para la Masonería , “Libro de la Ley” que debe ser “ leído con los ojos del alma y no con los de la carne ” y que es “ entre todos los humanos, el cemento y el vínculo, y el pacto de la santa alianza ”. Respecto a la aparición de las logias Masónicas Especulativas antes del Siglo XVIII surge en, algunos historiadores, que dirán que en muchos aspectos esta evocación se refiere a veces más a la leyenda masónica que a la realidad histórica, y que esta idea no demuestra un enfoque de carácter científico bien documentado. Incluso podemos pensar que la Masonería Especulativa nació en el Antiguo Egipto antes que la Masonería Operativa. Sin entrar en un debate especializado que no es el tema aquí, podemos responder que si algunas de estas observaciones son posiblemente admisibles, el hecho es que la masonería es un proceso iniciático, que es lo que ella dice sobre sí misma en sus mitos fundacionales, y esto de verdad que tiene como mucha o más importancia que la propia realidad histórica. Y en este espíritu, queriendo conectar con la tradición de los constructores que manifestaron, en su obra, tanto la preocupación por la fuerza como por la belleza que trascendía sus obras, no puede dejar indiferente a ningún masón del Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Por lo tanto , querer reducir los mitos fundacionales de la masonería a “ disputas históricas ” puede tener muy poco significado para el proceso iniciático. En cuanto al pasaje dedicado a la Biblia, se trata simplemente de una poesía notable. Lleva la marca de la apertura mental de un hombre que, siendo un hombre de convicciones religiosas, fue, como masón, directamente a lo que percibía como fundamental en este Libro, y transfiguró el objeto de su reflexión para encontrar allí, lo que en él se da de lo universal humano, universal no de dominación ni de coacción, sino de apertura a los demás y de fraternidad. Se demuestra claramente que en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, la Biblia es considerada como una obra sagrada, cuyo fin simbólico y ritual deja a cada uno libre de sus convicciones religiosas, que por lo demás son legítimas, pero que no son tomadas en cuenta en el ámbito personal y el proyecto iniciático de cada masón. Este texto habla a la inteligencia, al corazón y a los sentidos. Puedes escucharlo como música. La que nos abre a la melodía de los infinitos humanos. Desde la antigüedad, los constructores constituyeron grupos iniciáticos cerrados. Eran a la vez trabajadores y sacerdotes, porque, ejerciendo una noble profesión entre todas las demás, se consideraban también colaboradores de Dios en la obra de la creación, así que, los masones soCarta nte intentamos imitar al Dios Creador del universo, al Arquitecto que lo Diseño todo. Fueron los artesanos de la Gran Obra. Y es por eso que, en toda la tierra y a través de los siglos, perpetuaron los ritos sagrados de la construcción, preciosamente conservados y transmitidos de boca a oído, de mano en mano, de vivo a vivo, en comunidades portadoras de denominaciones y que afectan a diversas formas ( Collegia, hermandades monásticas o seculares), pero todas ellas partiendo de una esencia común. Collegium (collegia en plural, palabra latina que da origen a "colegio" en español y que etimológicamente significa 'juntos por ley') Origen y Función de los Collegia Fabrorum Los Collegia Fabrorum tenían sus raíces en los gremios de artesanos que existían mucho antes del auge del Imperio Romano. Sin embargo, fue bajo el gobierno de Augusto (27 a.C. – 14 d.C.) que estas asociaciones artesanales se consolidaron y se organizaron oficialmente. Su función principal era la de asegurar la calidad y la excelencia en la construcción de obras públicas y edificios imperiales, incluyendo templos, acueductos, puentes y anfiteatros.Estos colegios también se convirtieron en un punto central para el intercambio de conocimientos técnicos y secretos profesionales entre los miembros, lo que les permitió mejorar constantemente sus habilidades y técnicas de construcción. Estos hombres sólo admitían entre ellos a aquellos que habían alcanzado la perfección en alguno de los cuerpos de masonería. Se prometieron mutuamente ayuda y asistencia mutua en todas las circunstancias de la vida y juraron mantener en secreto los conocimientos, procesos e invenciones que les serían comunicados con miras a mejorar y hacer avanzar su arte en el camino de la creación continua. Ellos vestían de buena gana las túnicas de lino blanco de los iniciados. Celebraban, con ocasión del solsticio de invierno y del solsticio de verano, en fiestas fraternales, la comunión de sus corazones y la conjunción de su trabajo creador. Se reconocieron por palabras, signos y gestos discretos que se abstuvieron de comunicar a los profanos y, armados de estos pasaportes invisibles, viajaron por los continentes y los mares. En todas partes, a pesar de las diferencias de raza, lengua, religión y costumbres, fueron recibidos como hermanos entre sus hermanos. Encontramos en el Antiguo Testamento, en el capítulo de los Reyes, la historia de la construcción del templo que Salomón había erigido para gloria del Señor, por Hiram, el hijo de la Viuda, maestro arquitecto del reino de Tiro, en un lugar dedicado al amor fraternal, en la colina de Moriah, cerca de Jerusalén. Esta tradición que ha llegado hasta nosotros constituye el fundamento de la Orden Masónica universal. En la Edad Media, cuando el masón se liberó de la camisa de fuerza corporativa, sólo los mejores trabajadores eran admitidos allí, después de haber superado victoriosamente las pruebas rituales destinadas a medir sus capacidades profesionales, físicas y morales. Y en un contexto político, religioso, económico y social que consideraba el trabajo como una penitencia e incluso una decadencia, ya que estaba prohibido a nobles y clérigos, los masones constituían una élite de mente y corazón unánimemente respetada. En aquella época, cuando un señor, clérigo o laico, decidía emprender una construcción, catedral o capilla, castillo o casa, comenzaba por conseguir la asistencia de un maestro arquitecto. Éste, después de examinar el terreno y consultar con el señor sobre el edificio a construir, su destino y sus proporciones, envió emisarios por todo el país encargados de convocar a los compañeros masones operativos en quienes confiaba. A la llamada del maestro de obras, pronto llegaron, en carros tirados por caballos o bueyes, cargados con mujeres, niños, ropa y herramientas. Cuando todos estuvieron reunidos, el arquitecto les hizo formar un círculo alrededor de un punto que había elegido cuidadosamente cerca del lugar donde debía comenzar la obra. Y ahí es donde emprendieron su primer trabajo: que era conformar la Logia. La Logia Operativa tenía que estar orientada, como una iglesia o un templo. Fue construido con mimo y amor, decorado artísticamente. En su centro se alzaba un altar triangular, perfectamente equilibrado. El tablero de calco del maestro se colocó en el Oriente de aquellas Logias para recibir la luz del sol naciente. Enfrente, a cada lado de la puerta que se abría hacia el oeste, dos plataformas marcaban los lugares del primer y segundo vigilantes, responsables respectivamente de la instrucción y dirección de los compañeros y aprendices. Los trabajadores se sentaban al pie de las dos columnas, similares a las que custodiaban la entrada del templo del rey Salomón, los compañeros al sur y los aprendices al norte. Porque sus hombres libres eran respetuosos del orden. En la cúspide de los principios que les enseñó la Filosofía de Mason Operativo estaba el dicho según el cual la libertad no se puede ejercer en el desorden y la confusión. Su franqueza tenía como condición, como precio y como recompensa, la disciplina irreprochable que supieron imponerse libremente. Entonces, ¿Cuál era la función de estas Logias Operativas? Antes que nada, guardaban religiosamente sus bienes más preciados, sus herramientas. Estas herramientas eran objeto del cuidado y respeto de todos porque, por un lado, estaban investidas de un carácter sagrado, como símbolo de la victoria del espíritu sobre la materia gracias a la maravillosa conjunción del cerebro y la mano cuya acción efectivamente prolongadas, y, por otra parte, eran los instrumentos esenciales para el ejercicio del Arte real. Sin la herramienta que realiza, la invención de la mente es sólo soñar despierto. Fue también en la logia donde el maestro arquitecto recibió el juramento de los trabajadores que se comprometieron a trabajar lealmente, respetando las reglas del Arte y los usos y costumbres de su oficio, a no desperdiciar los materiales que el El propietario del proyecto pondría a su disposición y no revelaría nada de los secretos de la profesión masónica a quienes no fueran francos. Esta solemne obligación se tomaba ante el altar de los juramentos sobre el que estaban colocados los tres principales instrumentos de trabajo: el compás que traza el círculo sin principio ni fin, símbolo del espíritu infinito, eterno y universal; la Escuadra que da el ángulo recto mediante el cual la piedra en bruto se vuelve cúbica y susceptible de ensamblarse en edificios armoniosos, símbolo de la materia animada por el espíritu; y finalmente la regla, símbolo de la ley común que rige tanto los fenómenos del mundo real como los del mundo espiritual. El compás era de oro, la escuadra de plata y la regla de madera. Tenía veinticuatro centímetros divididos en tres fracciones: las veinticuatro horas de la jornada del albañil, ocho de las cuales se dedicaban al trabajo en la obra, ocho al sueño y ocho a la oración, la meditación y la instrucción. Las ocho horas reservadas a la elevación del alma y al cultivo del espíritu las pasaban los Hermanos en la logia donde, después de la oración de la tarde, recibían instrucciones para el trabajo del día siguiente, recibían su salario y, mientras tanto, comunicaban todo sus conocimientos entre sí. Estudiaron primero la ciencia de las ciencias, aquella que preside el desarrollo y la vida del cosmos, geometría cuya inicial aparece en el centro de la estrella flamígera que resplandece al norte de la logia; luego, por supuesto, todas las técnicas que contribuyen al arte de la construcción; finalmente –porque ningún ámbito estaba cerrado a las investigaciones de estos hombres libres– todas las ciencias conocidas en aquella época: filosofía, psicología, moral, medicina, cirugía, alquimia, astrología… Y hasta media noche, las tres ventanas de la logia difundieron la discreta luz de los tres cirios que enmarcaban el altar y la de los cirios que alumbraban las plazas del venerable maestro y de los dos vigilantes que supervisaban a los obreros de la construcción, mientras los himnos, los cantos masónicos, las oraciones, presentaciones y debates fraternos que siguieron animaron extrañamente el silencio de los alrededores. Sucedió que estas modestas logias, convertidas en centros de cultura, ciencia y amor fraterno, atrajeron la curiosidad de los habitantes de los castillos, pueblos y granjas vecinas. Todos, intrigados, acudían a veces a poner un oído indiscreto en la puerta de la logia con la esperanza de penetrar el secreto de estos extraordinarios plebeyos que, más educados que los monjes, sabían leer, escribir, dibujar y pintar, contar y calcular, y además cavar los cimientos, fundir los metales, esculpir, grabar, cincelar, trabajar la madera, el hierro y la piedra, levantar los muros y colocar los marcos, en una palabra, todo de Diseñar y de ejecutarlo todo. Estos hombres asombrosos, bondadosos y corteses como caballeros, trabajadores y musculosos como siervos, pasaron parte de la noche conversando y, desde el amanecer, se afanaban en el lugar, llenando el aire con el laborioso canto de mazos, tijeras, sierras, martillos, poleas y carretillas, transportando, izando, empujando, trabajando incansablemente un material inerte y rebelde y consiguiendo darle gracia y vida y el impulso de un acto de fe. Algunos de estos curiosos vecinos, nobles, clérigos o burgueses, incluso se animaron a venir a rogar al maestro de la logia que los aceptara en la fraternidad, aunque no pertenecían a la profesión. Si el solicitante era de buena constitución física y moral, si era mayor de edad, nacido libre y de buen carácter moral, su solicitud era tomada en consideración. Fue admitido a someterse a las pruebas y fue recibido como masón siguiendo los ritos y misterios de la Orden. Durante su iniciación en los secretos y privilegios de la masonería, se le exigía prestar el habitual juramento de lealtad a la regla de la Orden y a los regCarta ntos de la logia, de obediencia no ciega sino inteligente a los líderes de la hermandad, dedicación y confianza. amor fraternal hacia sus hermanos y hacia todos los miembros de la familia humana. Cuando prestó este juramento en el altar de la logia, una de las tres herramientas simbólicas, la regla que regía el horario diario de los masones operativos a la que el neófito no podía estar razonablemente obligado, fue reemplazada por otro símbolo que representaba la ley moral. Se trataba de un policrónico, una especie de pergamino artísticamente iluminado en el que se transcribía el Evangelio de Juan: “En el principio era el Verbo…”, o de una Biblia, tan pronto como la invención de la imprenta permitió a todos obtener el libro. Así, entre la escuadra y el compás, la regla de vida de los compañeros operativos fue, por la fuerza de las circunstancias, sublimada y ampliada a dimensiones universales, al mismo tiempo que, entre los Antiguos Masones, nacían las hermandades de los aceptados . Así, estas hermandades de constructores que comúnmente eran llamadas logias, por el nombre mismo del lugar sagrado donde se reunían, se convirtieron, desde principios del siglo XIV d.C., en Logias de Masones Antiguos y Aceptados, y, tras la partida de los compañeros operativos cuando la construcción estuvo terminada, permanecieron vivos gracias a los especulativos que en adelante fueron los únicos que la animaron. La Biblia entró en la logia y ya no salió. Tras la apertura ritual de los trabajos, el hermano que cumplía las funciones de capellán leyó un verso que sirvió de punto de partida y tema para las meditaciones de la velada. Hoy en día, los masones todavía prestan su juramento iniciático sobre este Volumen de la Sagrada Ley, abierto en el altar y coronado por el compás y la escuadra. Todo su trabajo se desarrolla en presencia de este símbolo tridimensional único. El libro no les evoca ninguna religión en particular. Los abarca a todos en la religión universal que acoge a todos los humanos de buena voluntad. Su ingreso a la logia en una época en la que la lectura estaba prohibida a quien no fuera clérigo no implica sumisión alguna, al contrario, marca un paso importante en la liberación de la conciencia, de las diversas prohibiciones que, a lo largo del tiempo, pretendían asignarle límites a las investigaciones de la mente humana. La Biblia no es, para el masón, ni un relato histórico ni un tratado teológico. Ella es el símbolo de la ley viva. No es objeto de tediosas y estériles controversias, sino fuente de inspiración y reflexión. Representa el acercamiento de la humanidad, abriéndose camino sobre el terreno de las realidades, gracias al motor del espíritu y al esfuerzo tenaz de su razón, su intuición y su imaginación. Muestra al hombre saliendo de la bestialidad para avanzar hacia un conocimiento que es a la vez comprensión y participación. No es sólo la historia auténtica o legendaria del pueblo judío, ni la historia de la pasión de Jesús. No es sólo el diálogo del hombre con su Creador. Ella es todo al mismo tiempo y mucho más. No es prerrogativa ni propiedad de ninguna iglesia, de ninguna religión, de ninguna secta, de ninguna raza, de ninguna civilización. Es la suma. Es al mismo tiempo, milagrosamente, escritura y palabra, tradición y evolución. Establece el diálogo eterno entre el pasado y el futuro. Es memoria y profecía. Es válido por lo que describe y lo que sugiere. Como la vida, parece diversa, multiforme, compleja y multiordinal, vasta y cambiante como el mar, es cierto. Pero como el mar, es uno porque expresa la ley, la ley sagrada que se impone a todos y protege a todos, la ley que une la parte al todo y que hace que el todo dependa de la parte, la ley del amor. Quien pretenda asignarle un contenido y un significado inmutables, lo despojaría de significado, poder y eficacia porque es, ante todo, un encantamiento y una incitación. Es el gran registro familiar de todos los hombres y mujeres, los que han vivido, los que viven y los que vivirán después de ellos. Hay que leerlo con los ojos del alma y no con los de la carne. Sería criminal esterilizar su espíritu diseccionando su carta. Conviene aceptar y recibir globalmente su impulso lírico, porque es un canto de amor. Y una canción de amor no se puede analizar. Es la armonía de las notas la que da origen a la música, es la disposición de las palabras la que da origen a la frase. Aisladas, las notas y las palabras son sólo sonidos sin significado, sin eco, sin potencia, sin virtud..., sin esperanza. Su maravilloso canto despierta el alma, la memoria común de la especie, sepultada, dormida en lo más profundo del inconsciente colectivo. Él es, entre todos los humanos, el cemento y el vínculo, y el pacto de la alianza con el Gran Arquitecto del Universo . Es una apertura al mundo. Hay comunión con él porque es aliento y latido del corazón. Quien sabe escuchar la Biblia es definitivamente arrancado de su soledad, porque, liberado del espacio y del tiempo, participa de la vida universal y camina hacia la Gran Luz.
 
Alcoseri


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De: Kadyr Enviado: 03/01/2025 22:14


 
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