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Rol Principal: Prologo: Amanecer tragico en ciudad Leaf
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De: DemOn 666 (Mensaje original) |
Enviado: 09/04/2020 01:23 |
Prologo: Amanecer trágico en ciudad Leaf
La antigua ciudad Leaf, una de las ciudades primigenias de la nueva era, ¿Cuantas calamidades no habrá visto esta vieja ciudad? Sus calles estan repletas de historia, y aun así, a pesar de todos sus misterios y bondades, se mantiene en el olvido de muchas personas que hoy en dia circulan por ella. Para muchos es una ciudad de paso, para otros es un simple punto turistico, solo para aquellos con una visión mas allá de lo convencional sabrán que se trata de algo mas que una ciudad con historia, es una ciudad de magia y de poder.
Es la vispera de un dia intrigante, recien llegan los rumores sobre la caída de la emperatriz de Pargea, y sobre la sublevación de los elementos como regiones independientes. La ciudad Leaf se encuentra en un punto estrategico entre la region de fuego y de viento, es frontera, y puede ser suceptible. ¿Que les deparará a los habitantes de esta ciudad?
Averiguelo en
SIXTH ELEMENT
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Tras caminar sola un largo trayecto un escandaloso viento abordo la zona, a lo lejos alcance a divisar a un dragon decender poco antes de que tomara forma humana.
Los dragones suelen ser arrogantes en muchas de las ocasiones, mi amigo lo era, hantes de que fuera confinado y arrebatado de mi lado.pero en fin, quizá el podría saber que sucede con esta guerra.
Al acercarme acertadamente su arrogancia se hizo notar, no fue la pregunta sino su expresión, mira que mirar asi a un angel, en fin.
Respondi: Perdon, te refieres a mi?
Eres un dragón un tanto desprevenido, el haberte transformado poco antes de decender por completo no te salva de ser descubierto, además, tu impetuoso temperamento te delata fácilmente.
Pues verás soy Zafrena y al igual que tú estoy desconsertada de lo que está pasando y si esperas a que resuelva tus dudas quizás perderás tu tiempo, pero el año es 680 después de apologia.
Espero con eso sea suficiente pero dime cómo te llamas y que buscas Dragon? No creo que gustes de que llame así (dragón) la gente se atenorizaris si se entera no crees? |
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Jhin
De repente la mujer, de nombre Zafrena (según ella misma me había comentado) comenzó a echarme la bronca así que de repente comencé a ser sermoneado ante mi incredulidad, sensación que luego dió paso a una leve molestia, no por sus palabras sino por el hecho de que parecía que ella no sabía nada tampoco, por lo que era una molesta interacción que podía haberme ahorrado...
¿Así que el 680 eh?, ¿tanto ha pasado...?
Esto si era interesante ya que en este margen de tiempo probablemente muchas cosas de gran relevancia habrían cambiado. En otras palabras, este era un mundo totalmente diferente al que yo conocí. Eso podía ser bueno, pero probablemente mi vago optimismo no sería correspondido por la realidad. No tuve mucho tiempo para divagar entre mis pensamientos ya que pronto Zafrena reanudó sus molestas quejas y acusaciones sobre mi persona:
Mira a tu alrededor, mujer (le volví a mencionar con desdén) A juzgar por la actitud de todos... Un dragón es el menor de sus problemas ahoras. Es más, si de hecho tuvieran algún problema al respecto, los aniquilaría y problema zanjado. - Llevé la mano a mi rostro en señal de estrés, esto iba a durar más de lo previsto...- De todas formas, mi nombre es... Jhin -me costó mencionarlo, hacía más de un centenar de años que no lo pronunciaba, y que ni tan siquiera me relacionaba con alguien- puedes llamarme como gustes, dragón también me vale.
Miré a mi alrededor, ya ni tan siquiera había gente cerca del lugar en el que nos encontrábamos, probablemente estaban moviéndose hacia zonas más concurridas para entender entablar conversación con sus vecinos, entender qué ocurría, sentirse más protegidos o inclusive para esconderse... quien sabe.
¿Que qué quiero? Quiero entender la situación y ponerle remedio para poder volver a la cueva de la que salí, y volver a estar tranquilo y en paz. Parece ser que somos los únicos dos tontos que no conocen lo que está pasando, y eso me molesta. -le dije mientras buscaba con la mirada el camino a la Plaza Central de la ciudad- Si mi memoria no me falla... -Asentí levemente al recordar una ruta desde este lugar- Bien, si tú no sabes qué está pasando entonces iré al encuentro de alguien que sí lo sepa.
No debía de costar mucho, dada la situación. Con tan solo prestar atención a las conversaciones de los civiles probablemente encontraríamos las respuestas que buscábamos. Comencé a andar de forma despreocupada hacia dicho destino, mientras analizaba con disimulo a la dama...Al parecer pertenecía al elemento agua, podía sentirlo. Realmente no me importaba si esa tal Zafrena me seguía o no, con que no fuese una molestia era suficiente para mí.
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Kakyoin:
Al internarnos más en el hospital fue evidente la improbabilidad de que alguno de los médicos se detuviera a responderle al viajero. El personal iba y venía, al igual que los pacientes, curiosamente había muchos habitantes de esta ciudad, algunos de ellos viajeros que al parecer acababan de regresar... el mal augurio se hacía más evidente. Al final el primer médico que encontró disponible respondía con reiteradas negativas, excusandose en la carga de trabajo y en que habían decidido solo atender a los locales.
- Es una tontería que limite el servicio, considerando que esta ciudad está llena de viajeros todos los días -
Igual las protestas del viajero y mis palabras no hicieron eco en aquel hombre, quien se limitó a retirarse luego de desestimar las prerrogativas del viajero. Exhalé un suspiro, probablemente lo mejor sería buscar por nuestra cuenta en el archivo del hospital... ¿era eso un delito? Probablemente sí, pero no era un área que estuviera bajo demanda por ahora. Observé al viajero aproximarse a mí de nueva cuenta.
- Honestamente, no lo sé - comencé, mientras teníamos que movernos constantemente para no estorbar en el trayecto de los médicos - Prácticamente desde muy temprano he escuchado rumores bastante... preocupantes. No es para menos, pues si han llegado hasta aquí significa que son noticias importantes -
Dando por infructuosa la visita al hospital, lo mejor era irnos así que comencé a andar hacia la salida.
- Podemos intentar en hospitales más pequeños, pero creo que tendriamos la misma suerte que aquí - empecé a cavilar por un momento - Tal vez si entramos de incógnito a los archivos... - esta vez no pude evitar liberar una pequeña risa, negando con la cabeza para desestimar esa opción por completo - Lo único que se me ocurre es ir a la biblioteca, la más grande de esta ciudad y también la más antigua... a menos que tengas algo ya planeado para seguir buscando la información que necesitas -
Lo observé suspciaz y le sonreí un poco para tratar de animarlo. La situación de su pueblo debía ser lo suficientemente preocupante como para lanzarse a la aventura a un sitio desconocido después de todo, ¿cierto?
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Zafrena
Arrogante o no su ímpetu es atractivo, un dragon con Caracter pero a su vez razonable no se suele ver tan frecuente, su poder es impresionante y lo logro sentir, quizá el podría ayudarme a recuperarme de está amanecía que no me permite ver más allá de mi servicio a la reina.
Jhin dices llamarte, pues bien, cómo lo mencionas, eh escuchado algo sobre la union union de los 3 continente lo cual trajo consigo mucho caos pero de ahí en fuera es poco mi conocimiento, presento una fuerte amnesia y nisiquiera se cómo poder controlar mis poderes, por lo que note en tu mirada al observarme, creo que ya dedujiste mi naturaleza.
Y pues si no te molesta eres la única criatura aquí que podría ayudarme si no te molesta claro que te siga, al parecer te soy algo indiferente, pero no importa, procuraré no inoportunar tu trayecto.
Al igual que tú, solo busco respuestas y ayuda para poder darle fin a este desorden que se ha desatado. No porque sea un angel quiere decir que sea gentil y sumisa, esos juegos no van conmigo jhin.
Vamos al centro a buscar respuestas y si te parece a tomar algo y me cuentas sobre lo que tú sabes y lo que yo recuerdo, te parece bien?
O temes que apague tus llamas al hablar? |
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Yui:
Me había dado media vuelta para retirarme al no recibir ninguna otra orden, justo después de que el hombre pagara por su cerveza. Hombres, si que eran extraños...
Arqueé una ceja al oir sus palabras, deteniendome a mirarlo de nuevo.
-No, y cierto es que no me veo como el resto de la gente- Respondí, aunque sin expresión al ver que podría descubrir que era yo -¿A que te refieres con que tampoco es bueno?-
¿Quien era este hombre?
d
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Jhin
Empecé a caminar y la chica decidió seguirme, afirmando que no me causaría problemas ni retrasos innecesarios. Bien, si tan solo era como un ente orbitando a mi alrededor no me importaba, al fin y al cabo (y por desgracia) tenía que compartir espacio con más seres y elementos, a menudo inútiles o algo peor. Por el camino, me contó algunas cosas acerca de su situación. Muchas de estas eran confusas, y la gran mayoría se correspondían mucho más con una época cercana a mi tiempo antes de hibernar que a una evolución natural del mismo hasta esta época.
Yo no sabía qué era lo que ocurría, aunque sí que su magnitud era elevada, y de gran importancia. Pero esta chica parecía aún más confusa que alguien que acababa de despertar tras centenares de años de hibernación, lo cual era irónico.
Ahora entiendo por qué dices que tu también quieres respuestas -le comenté algo despreocupado-, sin que realmente me importase en exceso lo que me estaba relatando. De hecho, también decía algo acerca de poder controlar sus poderes...no prestaba especial atención, tan solo me quedaba con las cosas más importantes, y es que ya estábamos llegando a la Plaza y sentía la imperiosa necesidad de poner toda mi atención en atisbar cualquier elemento que nos ayudase a resolver el enigma. Escuché sus últimas frases, eran más bien nuevamente advertencias, en cierto modo incluso en tono agresivo. Eso me sorprendió sobremanera teniendo en cuenta al elemento y a la raza a la que pertenecía.
Vaya... -solté una carcajada- Eres... rara. Más de lo normal. Lo que acostumbraba a escuchar por parte de los ángeles -esos santurrones... (pensé para mis adentros)- Era muy distinto, más aún de uno de agua. Muchas veces soléis ser casi peores que los del elemento luz.
Entonces me viré para nuevamente poner toda mi atención en el gentío. En concreto dos mercaderes, quienes hablaban de forma muy alterada acerca de qué ocurriría de ahora en adelante con sus mercancías o algo así, y que su negocio probablemente iría a quiebra. Sin embargo, lo importante era el motivo, que por fin pude conocer: al parecer la emperatriz de esta época había muerto.
Vaya, así que eso era... -dije en voz alta de forma pensativa mientras adoptaba un gesto similar- Esto era, probablemente, la peor situación que podía darse...
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ASHITAKA
Al parecer Noriaki tampoco conocía el trasfondo de lo que estaba sucediendo, y eso que él residía en la propia ciudad. Eso indicaba que debía tratarse de algo repentino, pero de tremenda importancia. Aunque no imaginaba qué podía llegar a ser. Nuevamente las palabras de Noriaki me sacaron de mis pensamientos, intentaba darme ánimos... Y la verdad es que lo conseguía. Se trataba de una persona que prácticamente acababa de conocer, pero realmente se le podía notar preocupado por mi situación. Era una pena que nuestros caminos se fuesen a separar más pronto que tarde, era una persona que sin duda agradecería mantener en mi círculo. Uno que, por otro lado, no era muy amplio que digamos debido a mi estilo de vida y que prácticamente estaba abriendo a través de este viaje.
Tuvo buenas ideas, como por ejemplo buscar en la biblioteca, seguramente allí habría incluso más información que a la que yo había tenido acceso hasta ahora en las distintas aldeas y pequeñas ciudades en las que había hecho paradas durante mi recorrido debido a su relevancia. Sin embargo, no quería descartar aún esta posibilidad, menos aún teniendo en cuenta la situación, y que todo indicaba que iba a ir a peor. Quién sabe lo que iba a suceder en las próximas horas....
Pues no, no tenía ningún plan B si este fallaba jeje... -dije mientras me rascaba la cabeza, intentando enmascarar en una leve sonrisa algunas emociones complicadas tales como confusión y vergüenza- Sin embargo, se me ocurre algo... -Comencé a toquetear mi atuendo buscando instintivamente una bolsita roja que colgaba del cinturón del mismo, y que tardé en encontrar porque al mismo tiempo estaba pensando algo sobre la marcha-
Entonces, miré a mi alrededor. No había apenas gente en la recepción y por supuesto ningún doctor, es por este motivo que de la bolsita, en la que conteían algunas hierbas y bayas de distinta utilidad, saqué una pequeña baya de color rojizo, y me la estrellé en el pecho, repartiendo bien el jugo de esta por el mismo, siendo este muy similar a la sangre. Entonces le guiñé un ojo a Noriaki, tomé una de las camillas que había ahí mismo para tratar a personas que llegaran de urgencia y se la dí a él para que la manejara. Rápidamente astié una de mis flechas, me tumbé y me la coloqué de forma que pareciera que estaba clavada en mí alrededor de la herida "falsa" que había creado. Entonces, comencé a simular gemidos y gritos de dolores más que evidentes.
Si tan solo revisaba la información, sin sustraerla... no debería haber mayores problemas. Al fin y al cabo esto se trataba de un problema de necesidad mayor. Eso sí, ninguno de los dos teníamos ni idea de dónde estarían almacenados esos documentos... pero al menos, sería divertido.
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Kakyoin:
Infortunadamente, el viajero no parecía contar con un plan alternativo para proceder en su búsqueda de información. Mas comenzó a hurgar entre sus cosas y ese aire de estar "maquilando un plan" se hizo presente en él. No cabía duda en que estaba apurado por la situación de su pueblo y de que, a su vez, era un personaje bastante interesante.
- ¿Algo como qué...? -
Me aventuré a preguntar, pero no hubo una respuesta inmediata por su parte. Observé precavido hacia los alrededores con la consigna de vigilar que nadie se nos aproximara lo suficiente como para notar aquel plan del cual todavía no tenía conocimiento, por fortuna todos estaban tan ocupados con sus asuntos que la atención estaba en cualquier lugar menos en dos extraños que no pintaban nada ahí... al menos nada de urgencia. De repente hizo puré unas bayas roja que traía consigo y comenzó a "maquillar" su cuerpo de tal manera que parecía haber sido herido por una flecha. No hizo falta que hiciera o dijera nada más, solo me guiñó el ojo y supe que contaba con mi auxilio para ejecutar aquel plan.
- Solo era broma lo de infiltrarnos en los archivos, ¿sabes? -
Reí, pero accedí a llevar la camilla con el viajero simulando estar herido de gravedad por la flecha. Entre sus alaridos de dolor y la prisa con la que lo llevaba pudimos pasar el primer cerco de seguridad del lugar.
- Con su permiso, por favor... ¡Mi amigo está muy mal! ¡Permiso! -
Traté de parecer angustiado y la distracción del personal ayudó mucho. Y allí estabamos, ya dentro del lugar que estaba todavía más concurrido pero cada médico estaba enfrascado en realizar su labor.
- Veamos... debe de estar por aquí. Solo una vez vine al hospital, pero ya hace muchos años de eso - comenté, mirando a los alrededores con cautela - ¿alguna vez habías hecho algo como esto en tu pueblo? -
Le sonreí con suavidad, lo más probable era que la sección que buscabamos estuviese alejada de los médicos y los enfermos. Nos ocultamos en uno de los pasillos, mucho menos concurrido que la recepción o la zona de atención.
- Creo que aquí podemos buscar con más tranquilidad. Es poco probable, aunque puede suceder, que nos pongan atención... aunque puedes quedarte en la camilla, solo por si acaso -
Mantuve la atención en los alrededores y los pocos transeúntes que había, dejandole a él la labor de discernir en qué sitio comenzar a buscar. Tengo que admitirlo, hacía mucho tiempo que no me divertía tanto y aún más que lo hacía a costa de meterme en problemas... pero había un fuerte motivo detrás, aquel chico necesitaba mucha ayuda y no podía, a estas alturas, dejarlo a su suerte.
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UN ENORME ESTRUENDO SE ESCUCHA EN TODA LA CIUDAD, EL ESTRUENDO RESUENA DESDE LA MURALLA QUE CONECTA A LA MONTAÑA QUE DIVIDE LA REGION DE FUEGO Y VIENTO. LAS CAMPANAS EN LOS TEMPLOS DE XEL'LOTATH LA DIOSA DE LOS VIENTOS, SUENAN AL UNISONO, Y UN GRITO DE DESESPERACIÓN ES ACOMPAÑADO POCO DESPUES.
¡GUERRA, GUERRA, LOS DE FUEGO ENTRAN A LA CIUDAD!
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Azra Elant
Observe a esta chica, capte su atención ante mi último comentario. Me puse de pie dejando la paga en la mesa y me acerque para que mis palabras fueran un susurro y solo ella pudiera escuchar
La gente común y corriente tiene miedo a lo desconocido, y el miedo los orilla a hacer estupideces. La gente como tu y como yo debe andar con cuidado, sobre todo en estos tiempos de
¡¡GUERRA!!!
No pude completar mi dialogo, como si alguíen pronunciara la misma palabra que iba a decir yo, pero gritando. Escuché las campanadas, y los soldados de la ciudad se fueron corriendo en una sola dirección, la puerta Oeste de la ciudad.
Van hacia la puerta de entrada al reino fuego...
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Yui:
Él se había puesto de pie, obviamente yo era mucho más baja que el, recordando mi pasado de ser la menor y la más pequeña de todos mis hermanos; se acercó a mi oído, por lo que su aliento me puso la piel de gallina, pero lo más desesperante, era el olor a licor.
¿A que venia su comentario? Claro, tal vez nunca lo sabría, ya que las campanadas en el exterior nos avisaron de que la guerra estaba comenzando.
Había temido por mucho tiempo que esto pasara, y no es que no estuviera avisada, los dragones teníamos ciertos poderes que siempre nos avisaban de lo que estaba por venir, probablemente, esa era la razón de que mis sentidos me llevaran directo a Leaf meses atras.
-Bueno, tal vez es por eso que estamos aquí- La magia seguía en mí a pesar de tantos años oculta entre los humanos, me gustaba hacerme la tonta, pero había visto a varias especies en mi estadía como camarera, por lo que había escuchado muchos rumores, historias y hasta hechos falsos que me hacían reirme -Y creo que sabes tan bien como yo, que esto estaba por pasar... -
Tal vez, quedarme al lado de este hombre no era tan mala idea, mis instintos me decian que tuviera cuidado, de todas maneras, al final, podría salir huyendo al adentrarme al bosque y transformarme.
Talraddas
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Jotaro:
Caminando entre las callejuelas de piedra y tierra, el sonido de la gente, los mercaderes, animales de granja ambientado con la luces adornando las calles era hermosa y bulliciosa digna de una capital como era Leaf. Su cigarro sostenido por sus labios esaba apunto de terminar, elevo su mirada hacia una cierta posada para pasar la noche, acomodandose su gorro un momento, exhalando un leve suspiro y con ello la ceniza cayo dejando el mismo sobre el suelo pisandolo,
- ¨ Me quedare aqui por ahora... ¨ -
Solo deseaba la tranquilidad de una habitacion con la comodidad de una cama en conjunto del silencio que ofrecia, era su mejor momento del dia despues de varios dias sin descanso en misiones que eran simplemente su forma de ganarse la vida. Continuo su camino al adentrarse en aquel lugar, escuchando un gran estruendo como si fueran alarmas de la ciudad era tan poderoso que sentia que la tierra parecia averse movido, elevo su mirada hacia aquella direccion. - Tienes que estar bromeando... -
No tardo en escuchar los gritos de desesperacion de los ciudadanos, el panico se extendio tan rapido como el fuego mientras corrian a salvaguardarse, la confusion y los estruendos siguientes no tardaron en llegar, las campanadas de los templos resonaron en sus oidos. Su ansiado descanso debia esperar al avanzar hacia donde adelante donde se encontraba la muralla.
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Ya veo noto tu gran desinterés (dirigiéndose a Jhin), es común en tu especie, y si, soy rara, jamás eh sido un ángel muy obediente, eso quizá te diga el porque viajo sola, y efectivamente tu ingorancia a mis palabras provoca un poco de rabia ya que te había mencionado que mi Reyna, la emperatriz había fallecido pero lamentablemente no conservo mucha memoria del acto pues dicha memoria ha sido borrada, y termine varada justo en donde me encontraste, lo único que recuerdo es que estaba practicando mis habilidades las cuales podrían llegar a ser de mucha ayuda para defender al reino
-pense entre mi: que caso tiene estar buscando respuestas con un dragon dgosentrico y debil, que siquiera podría ayudar a alguien más que no sea el mismo-
Bueno jhin, un gusto perder el tiempo caminando a tu lado, pero creo sería más fácil buscarlas con alguien que si sepa escuchar y que sepa ayudar, en fin, te deseo la mejor de las suertes, que por cierto, con esta guerra si que la necesitarás, si planeas seguir solo con tu arrogancia.
-asi fue como partí, en busca de más respuestas, buscando a alguien con sabiduría no solo hacerca de la guerra, sino también de como ayudarme a desarrollar mis habilidades-
-senti algo de nostalgia al volar fuera de el, me recordó a un viejo amigo, el cual me ayudaba con mi entrenamiento, quizá por eso pensé que el sería un buen acompañante, en fin-
Suspire y continúe volando |
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Azra Elant
Bueno señorita, yo no pienso quedarme en este lugar e involucrarme en una guerra que no me corresponde, no voy a ganarme un par de golpes gratis. Me voy de aquí, si quieres sigueme
Le comenté y acto seguido salí de donde nos encontrabamos sin esperar a ver si me seguía o no, esperaba que si, por alguna razón esa chica era singular, pero no lo suficiente como para dar mi vida por ella, no señor. Continue hasta llegar a los muros exteriores de la ciudad Leaf, al parecer mucha gente se estaba congregando ahí, muchos oportunistas pero tambien personas buscando salir de la ciudad, y las puertas no se abrían.
En que demonios piensan al no dejar salir a los civiles...?
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Kakyoin:
Antes de que pudieramos concluir con aquella "encomienda" a costa de engañar al personal del hospital principal, un estruendo se hizo escuchar. Pocas cosas podían generar un sonido tan fuerte que lograra resonar incluso dentro de una edificación como lo era el hospital. En seguida, las cámpanas del templo de Xel'lotath se hicieron escuchar por primera vez en, tal vez, siglos... No había otra forma de interpretar aquellas señales, la guerra había llegado a Ciudad Leaf con muy poca antelación.
- No puede ser... ¡Mi familia! -
Apenas y tuve tiempo para pensar. Las enfermeras comenzaron a hacer lo posible para llevarse a los heridos de aquel lugar, quedarse dentro de aquel edificio era simplemente una locura.
- Tengo que irme, mi familia está en peligro... ¡Disculpame! -
Comenté con suma vergüenza así como incertidumbre y urgencia. Tomé la delantera para salir revuelto entre enfermeras y médicos, sin embargo tomé una dirección diferente a la de ellos al atinar en buscar a mis padres en la que era nuestra casa. Mi sorpresa fue mayúscula al ver que ya habían desalojado, seguro estaban en el acceso opuesto a donde estaba ocurriendo la invasión. Podía unirme al ejército y ayudarlos a combatir a los invasores, pero mi prioridad eran mis padres.
- Debo ver que estén sanos y salvos antes de cometer alguna locura... -
Inquerí para mi mismo, tratando de encontrar calma en esta situación apremiante. Mis pasos apresurados me llevaron a toparme con una figura misteriosa, al verlo mejor se trataba de un joven de cabello y vestimentas oscuras (Jotaro) que parecía caminar con más tranquilidad que el resto hacía la muralla al igual que el resto.
- ¡Viajero, tienes que darte prisa y salir de aquí cuanto antes! Es peligroso que estés deambulando solamente... ¡Date prisa! -
Solo unos segundos más lo miré directamente a los ojos, haciendo una reverencia leve en tono de disculpa antes de continuar con mi trayecto, buscando con desesperación a mis padres entre la multitud que se acumulaba. El umbral de salida estaba bloqueado y los ánimos de la gente estaban cada vez peores.
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