|
|
Métete en el río y no salgas más
Por Esteban Correa
Cuando te quitas de encima tantas distracciones y logras conectarte un rato con él, te das cuenta que no hay nada más importante.
|
"Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada". Lucas 10:42
Acabo de charlar con Dios y siempre después de estar con Él un tiempo me siento mejor. Aprendí que a Dios no le gustan mucho los formalismos cuando vamos a orar, por eso le digo charlas. Porque es algo íntimo, algo amistoso, el Espíritu Santo me acompaña en la oración, siento su dulce presencia en cada minuto mientras oro. Al principio parece que entro de a poco, como que uno va dejando las cargas, como que te vas despojando de cosas, de pesos, de distracciones y te vas metiendo en un río. Mi oración llego a ser con el tiempo muy distinta, ahora no hablo tantas palabras con mi boca, solo las necesarias, mas bien hablo mucho con mi corazón y lo contemplo... lo contemplo... eso es hermoso. El esta ahí a mi lado. Me conmueve mucho saber que le intereso, el nos cuida y es muy amoroso. Tal vez algunos no sepan como orar o crean algo errado de orar, pero debes aprender que orar es ir a estar un tiempo con tu mejor amigo, con Jesús, el esta para acompañarte y estar a tu lado.
Se que me dijo algo desde hace ya varios días que me resuena por dentro, y es esto: "Métete en el río y no salgas más". Woow esto si es poderoso, me lo dijo a mi corazón, desde lo más profundo pude interpretar la voz de Dios, una voz amable que me invitaba a meterme en su río de vida, amor y poder. ¿Que río? el río que fluye desde su trono (Ap. 22:1), es un río espiritual que lleva vida, la única vida genuina, la eterna, la que permanecerá para siempre jamás, la vida de Jesús que todo lo puede, que vence la muerte y el dolor, que rompe cadenas y sana heridas, que levanta al caído y resucita los sueños muertos, que saca de la miseria al pobre, venda al herido y al desesperado quita la angustia, el río que fluye desde su trono, es un fluir de perdón y gracia, no culpa, no acusa, solo limpia y renueva.
Te lo repito "Métete en el río y no salgas más", "No salgas más", de hecho ayer y hoy me llevaron a su presencia esas mismas palabras. ¿Sabes por que? porque el me hizo entender que en ningún otro lugar estaré mejor, que si quiero agradarle, que si quiero vivir pleno, que si quiero cumplir su propósito en la tierra (y sus propósitos son mis sueños... Gracias Señor, ¡Gracias!). Que si quiero todo eso debo estar en el río, en su río, su mover, su presencia, la misma presencia de Dios, que te lleva, te renueva, te fortalece y te libera de todo mal. En su presencia hay plenitud de gozo. El te hará libre, cambiará tu mente, limpiara tus ojos para que veas como el ve