El día que encontré a Jesús
La noche era fria y muy oscura
mis pies se lastimaban al andar
mi abrigo no era suficiente para cobijarme
el viento congelaba mis huesos sin dejarme avanzar.
Aunque habia niebla pude verte
de lejos no te distinguí hasta que te acercaste
y aunque estaba oscuro la luz de la luna fue suficiente
para ver el amor que tenia la mirada con que me miraste.
El camino era confuso y polvoriento
sin embargo caminaste en el sin tropezar
solo percibi unos brazos extendidos acercándose
y lo unico que atiné a hacer fue abrazar.
Tu rostro iluminado disipó todo temor
y tu voz fue como un soplo que borró mi tristeza
tus manos, bellas manos milagrosas
con solo tocarme me ungieron con pureza.
Mi suspirar reveló que había alivio
de repente la carga que venía sintiendo se esfumó
me hallé liviana como una pluma
y una extraña sensación de paz me envolvió.
Yo también fui niña y busqué un padre
y de ésta manera me sentí en aquel instante
no necesité otra cosa mas que a ti
me hallé de pronto como una hija suplicante.
Me llevaste en brazos un largo trecho
y me restauraste para seguir andando
sanaste toda herida, quitaste todo peso
curaste mis pies para seguir caminando.
Desde entonces veo mi senda iluminada
enjugaste toda lágrima y me sanaste
ya no temo, aún recuerdo tu mirada
y sigo tus huellas...las que me confiaste..
Bendiciones.
Cieloazul.