Los fuertes por el contrario son de animo seguro, muchos quieren estar a su lado, despiertan una gracia especial y se vuelven ejemplares por su testimonio de vida. Todo porque reconocen sus debilidades ante Dios y el puede actuar, restaurar y levantar. Les da las fuerzas del búfalo y alas del águila en libertad.
No te pierdas de su abrazo por orgullo. El te ama y quiere verte feliz no frustrado o fracasado. El te dice
como salir del hueco donde te ahogas por la turbulencia y la falta de luz. Reconoce que tus problemas son consecuencia de tu lejanía de él. Te levantará en victoria aunque estés caído, abrirá tus ojos espirituales. Te mimara, y quebrantará tu alma drenando las cargas y dejándote livian@.
Olvidar el pasado y esforzarse por alcanzar lo que está adelante es el primer paso. Seguir hacia una meta de libre esclavitud emocional, odio, desamor, tristeza, agobio, deseos de venganza, maquinaciones de maldad. La ira no lleva sino malos concejos, el desamor roe la autoestima, la venganza genera violencia, la maldad no tiene otra recompensa que la muerte.
Renueva tu confianza y llena tu horizonte de Dios orando en todo momento, doblando las rodillas y humillándose ante el dueño de tu vida. La fe en Jesucristo te fortalece. !Recuerda que Dios no quita, Dios libera! Se fuerte. Aunque vengan pruebas vencerás con Jesucristo. Por más pesada que sea tu carga Dios te levanta. Confía en eso.
Autor:
Paula Andrea Vega