"Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los hombres que AMAN al señor"
Tanto que decir de una fecha donde se unen las emociones humanas, el consumo masivo, las calles iluminadas con luces tradicionales y las últimas que cada año se inventan. Galletas, aguinaldos, perdones, deseos de compartir, algunos con ausencias grandes del alma y otros felices porque todo se da para compartir con los que aman. Todo eso resume la actitud del ser frente a estas fechas del din dong dang de las campanas. Personalmente y con el respeto de mis hermanos en la fe, yo soy feliz en navidad. Y considero que antes de caer en todo lo que el mundo ofrece para la celebración de la natividad, es importante como cristianos hacer un aguinaldo en voluntad a Cristo. Un regalo de parte nuestra a Dios, un perfume a sus pies.
Actuar como cristianos poniendo por obra la palabra de Dios. Perdón, amor, solidaridad, aprovechando la coyuntura de la fecha para sacar esa espina que nos pulla cada vez que cobijamos la idea de perdonar a quien nos ofendió, de buscar a quien ofendimos y pedirle perdón. De visitar a los enfermos, de dar de comer al hambriento y de beber al sediento.
Hacer esto como verbo y no como sustantivo. El verbo es aquel que indica acción, y esas son las acciones que Dios demanda de nosotros. “Porque todo esto que hagáis con uno de mis hijitos. yo lo haré contigo” manifiesta en su palabra. Ahora bien, navidad es luz, es el nacimiento de Jesucristo celebrado de manera universal, negros, blancos, cristianos y católicos, no caigamos en religiosidades que a veces inventa el hombre. Antes de Cristo era una historia y después de el hubo luz, esperanza, paz.
El meollo esta es en como otros la practican haciendo de las rumbas y el alcohol su celebración, mientras que muchos están en el verdadero regocijo del nacimiento de de Cristo. En el momento que compremos un regalo a nuestros hijos, hagámoslo también pensando y comprando para un ser que padece necesidad. No seamos indolentes frente a la necesidad del otro. Cuantas personas en la noche navideña no tienen ni familia para compartir ese momento, o están enfermas, hospitales llenos por quemados por pólvora y otros por enfermedades diversas.
Recordemos eso y tratemos de visitarlos, de llevar un regalito a un hogar de carencias. Salgamos del anonimato y el egoísmo. Aún cayendo en ese consumo que consume por la época, disfrutemos de la fecha siendo cristianos y cuidémonos de caer en la desobediencia de los mandatos. Ojo con el alcohol, ojo con las bajas pasiones, ojo con la falta de comunión con Dios. Porque una fecha como esta es para acercarnos al creador siendo nosotros mismos un regalo de adoración. Entregando nuestro corazón y el alma a Cristo enteritos, limpio de rencillas y de odios camuflados por algún lugarcito del ser.
Navidad, época bella, donde la casa se sale de lo común con los colores y adornos que tenemos guardados durante todo el año. Época donde se afloran los sentimientos de muchos y el creador busca que seamos ángeles de luz, portadores de buenas noticias, con el mensaje de “Jesucristo es el rey y salvador”. Hagamos fiesta para él con nuestro gozo adorándolo, alabándolo y demostrándole que somos más que sustantivos, verbos de acción.
Ahhh, Feliz Navidad. Los amo en Cristo y deseo mil y miles Bendiciones.
Autora. Paula Andrea vega.