Para mantener la nueva vida en Cristo son necesarias cuatro cosas: lectura de la Biblia, hermandad, oración y testimonio. (Hechos 2:42, Mateo 10:32)
¿Que dice la Biblia acerca de la lectura de la Biblia?
Escudriñar las escrituras (Juan 5:39)
Permanecer en la enseñanza de la Biblia (Juan 8:31-32)
Exhortación a leer la Biblia (Colosenses 3:16)
La Biblia contiene la voluntad de Dios para nosotros; nosotros hemos de cumplir con la voluntad de Dios. (Mateo 7:24-27)
Como leer la Biblia? En Espíritu que nos da entendimiento.
Algunas características de la Palabra de Dios las podemos ver en los siguientes versículos: (Salmos 33:4, 1 Pedro 1:25, Salmos 119:89 y Salmos 119:105)
Única fuente de sabiduría, conocimiento y comprensión de las verdades supremas (2 Timoteo 2:15)
La Biblia es nuestra comida, nuestro alimento espiritual. Sin la Biblia como el pan de la vida moriríamos de hambre espiritual. (Jeremias 15:16, Deuteronomio 8:3)
¿Que dice la Biblia acerca de la oración?
Existe cierta relación entre la oración y la lectura de la Biblia. Ellas son la conversación entre Dios y el hombre. Dios nos habla, por ejemplo a través de la Biblia, y nosotros respondemos a través de la oración.
Tal como lo afirma la escritura, orar es hablar con Dios
En fin, la oración es el latido de la nueva vida. (Galatas 4:6)
Dónde debemos orar?
En la congregación (Hechos 4:23-31, Mateo 18:18-20)
En nuestro "aposento". La oración personal es insustituible. (Mateo 6:6)
Con regularidad (Daniel 6:11)
En ocasiones especiales (Salmos 50:15)
Podemos orar en todo momento y en todo lugar, en la calle y en el trabajo. Pero para la verdadera conversación con Dios hemos de reservamos un tiempo devocional, preferentemente por la mañana.
Otros aspectos a tener en cuenta
La oración debe contener alabanza a Dios (véase por ejemplo el
Salmo 103, ruego por perdón de nuestros pecados, peticiones personales, intercesión por otros y agradecimiento. Como oración modelo el Señor Jesucristo nos ha legado el Padrenuestro: Mateo 6:9-13.
Existen ciertos requisitos para que nuestras oraciones sean correspondidas, que conviene que tengamos en cuenta (Juan 15:7, Santiago 5:16, Mateo 21:22 y Juan 16:24)
Dios no cumple con todos nuestros deseos, pero si con todas sus promesas. (Dietrich Bonhoeffer)
Solamente son correspondidas aquellas oraciones que están en concordancia con la voluntad revelada de Dios. (Hudson Taylor)
Deberíamos reservamos diariamente un tiempo para Dios, en el cual leamos un pasaje de la Biblia y luego oremos.
Comunión con otros hermanos
El nuevo testamento no conoce un cristianismo al estilo de Robinson-Crusoe.
Ciertamente el amor fraternal nos identifica como discípulos de Jesucristo (Juan 13:35)
Los hechos de los apóstoles describen claramente que la esencia del ser cristiano es pertenecer a la iglesia (Hechos 2:41-47)
La comunión con hermanos en la fe contribuye al crecimiento espiritual, ya que nos provee de consuelo, ánimo, exhortación, guía y protección.
Para que nuestra fe no se marchite necesitamos la comunión regular con otros cristianos.
Sucede como con una brasa, que solamente puede cumplir con su función de arder y dar calor si está junto a otras brasas. Apenas la retiramos y la aislamos de las demás brasas se apagará y ya de nada servirá.
Aceptemos este hermoso regalo de la hermandad sirviéndonos unos a otros con los dones que hemos recibido (1 Pedro 4:10)
Más allá recordemos lo que nos manda la Biblia (Hebreos 10:25)
Testimonio
Dios quiere que todos los hombres se enteren de su plan de salvación (Marcos 16:15)
Dios quiere utilizarnos para ganar a otros para Jesucristo (1 Timoteo 2:4, Hechos 1:6)
Para este cometido disponemos de la asistencia del Espíritu Santo. Nuestro mandato de comisión comienza en nuestra más próxima vecindad y termina en lo último de la tierra.
Para quien confiesa a Jesucristo vale una promesa muy especial; nuestro reconocimiento de Cristo en la tierra se traduce en el reconocimiento que el Señor brinda en el cielo. (Mateo 10:32)
El testificar a Jesucristo abarca palabra y acción. Al confesar a Jesucristo se trata de que confiemos en el Señor en que El nos utilice. No podremos convencer a nadie por nuestro propio esmero. Nosotros hemos de llevar a los hombres las buenas nuevas de la salvación a través de Jesucristo testificando con amor y dejar confiadamente los resultados en manos del Señor.
Anexo 1
7 Preguntas para el estudio bíblico personal
- 1. Que me enseña el pasaje leído acerca de Dios o de Jesucristo?
- 2. Hay algún ejemplo que seguir? El texto me incita a hacer algo?
- 3. Hay algún pecado que debo evitar?
- 4. Hay algún mandamiento al cuál atenerme?
- 5. Hay alguna promesa que puedo tomar para mí?
- 6. Hay algo que no entiendo? Anotarlo!
- 7. Hay algo en el pasaje por lo cual debería orar hoy?
7 buenos consejos para la hora devocional
- i. En lo posible busca un lugar tranquilo en el cual puedas estar a solas y sin interrupciones con Dios. El encuentro con Dios temprano por la mañana te preparará para el día que tienes por delante.
- ii. Ora aproximadamente de la siguiente manera: Gracias, amado padre celestial, que siempre tienes tiempo para mí. Por favor háblame en este momento a través de lo que voy a leer.
- iii. Lee el pasaje bíblico previsto para este día. (Hazte un plan para leer diariamente un pasaje de la Biblia, por ejemplo un capítulo).
- iv. Reflexiona acerca del texto leído. Habla con Dios acerca de ello. Algunas preguntas útiles al respecto pueden ser:
- Que me enseña este pasaje acerca:
- Del actuar de Dios antes, ahora y en el futuro?
- De la voluntad de Dios (para mi)?
- De mi relación con Dios?
- De mi relación hacia mi prójimo?
- De mi mismo?
- v. Anota lo que has comprendido: un versículo, una idea. algo que deberías ordenar o cumplir.
- vi. Ora, teniendo en cuenta que a la oración pertenecen:
- El agradecimiento a Dios (¿por qué hoy?)
- El pedir perdón por pecados reconocidos.
- El pedir por otras personas (intercesión por familiares, amigos, conocidos, vecinos, enemigos, misioneros, etc.)
- Pedir por la conducción en este día (revisa con Dios tu rutina pare este día)
- Pedir por ti mismo (confiesa a Dios tus tentaciones, dificultades, penas; todo lo que tengas en tu corazón.
- vii. Haz lo que en el tiempo devocional has comprendido, con la ayuda de Dios.
Equipo de Colaboradores del Portal de la Iglesia Latina de Munich