En
este sentido tiene especial importancia la manera en que cada uno nos tomamos la
vida.
Aunque nos resulte llamativo lo que tenemos que conseguir es que
la vida nos resulte lo más divertida posible. Y para ello, qué mejor que
tomarnos la vida como algo que nos permite reír y jugar.
No como algo
que trae sufrimiento, sobreesfuerzo, dolor, injusticias, asesinatos, vulneración
de derechos etc. Aunque está claro que estas cosas están ahí, y son una
realidad.
Para ello lo que hay que hacer es rodearse de personas a las
que les guste reír y jugar, personas que puedan inspirarle y apoyarle en su
búsqueda de un estilo de vida más divertido.
Este tipo de amistades
puede llevarle a olvidarse por unos momentos de su adicción al trabajo, y
traerle auténticos momentos de diversión y expansión. Dejar por un rato de lado
su oficina y ordenador, en el que los cambia por una agradable cena o los más
valientes, por un alocado fin de semana en donde la actividad más relajada es el
descenso de cañones.
A todo esto se le debe añadir la idea de la
importancia que tiene contar con un grupo de amigos. Hoy en día, quizá cada vez
resulta más complicado mantener esas relaciones de amistad a flote, ya que el
tiempo que nos queda al día después del trabajo, la familia, el gimnasio y las
labores de la casa son muy escasas,
Sin embargo es necesario hacer un pequeño esfuerzo para
conseguir que ese contacto se mantenga.
Otra de las cosas que nos impide
obtener el máximo de nuestras vidas es esa costumbre que tenemos por vivir para
el momento y no vivir en el momento.
Con esto qué es lo que quiero
decir, pues que en lugar de saber disfrutar del presente, pasamos demasiado
tiempo soñando con algún momento mágico que nos sucederá en el futuro.
Y
en otros casos preferimos viajar hasta el pasado, para revivir momentos que en
muchos casos no son nada positivos, algo que nos provoca un sentimiento negativo
y nos llena de ansiedad.
Con este sistema lo que conseguimos es
autoenviarnos ideas de insatisfacción, que de un modo u otro nos afectan. Nos
autoconvencemos de que necesitamos algo que mejore el presente. Para este tipo
de personas el presente sencillamente no es lo suficientemente bueno.
Para luchar contra esta insatisfacción crónica, lo que hay que hacer es
repetirse varias veces al día: “Esto es lo bastante bueno”, así quizá consigamos
acallar esa insatisfacción que nos atormenta.
No hay manera de poseer
mayor riqueza que siendo capaz de aprender a vivir cada momento, con lo bueno, y
con lo menos bueno que se nos ofrece.
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