Buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro (Platón 427 AC-347 AC. Filósofo griego alumno de Sócrates y maestro de Aristóteles).
Reflexión:
Pensando detenidamente en el significado de esta frase, podría representarse con el símil gráfico de un boomerang, eso es un arma arrojadiza que regresa siempre a quien lo lanza. Algo parecido ocurre con todo aquello que 'lanzamos' hacia los demás, de manera que según obremos, así recibiremos. Si los pensamientos, sentimientos o acciones, son positivos, repercutirá sobre nosotros de modo favorable. En cambio si son negativos, sucederá todo lo contrario. Por lo tanto, cuando pretendemos el bien para nuestros semejantes, ya sea a través de un pensamiento, un sentimiento (deseo) o una acción, automáticamente estamos atrayendo el bien para nosotros, de ahí la importancia de estar siempre atentos a nuestra forma de pensar, sentir y obrar, porque según sean éstos, así serán las consecuencias a las que nos enfrentaremos.