Estación dorada, dónde todo todo es suave, sereno, apacible.- Todavía hay mucho verde, que el pasr de los días irá pintando de tintes más clros, hasta llegar al dorado.- A veces una suave brisa sacude las ramas de los majestuosos árboles, empeñada en despreder de su rama, a aquellas hojitas que se debaten debilmente para no caer, esas que están más débiles y que, al fin revoloteando en el aire, como danzando una despedida, sin ruidos y sin ayes, dejan la altura para sumarse a las otras en el duro suelo, tejiendo una alfombra que a veces tiene sonido, su música. El atardecer compasivo, aparece más temprano llevando de a poco su tibio calor y llena el espacio de nubes multicolores y dulces aromas que perfuman el anuncio del anochecer. Alguna estrella apresuda titila en el cielo guiñando sus ojos al pálido sol, que presuroso, apenas se ve.- Otoño dorado se hizo presente con todo su esplendor, trayendo su propio vagaje para desplegarlo cpn todo candor y dicendo sin estridencias ¡¡aquí estoy!, preámbulo cierto que nadie podrá impedir, éste, su regreso.-
Sonia
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