JUDÍO ERRANTE
Juan Carlos Vázquez me consulta lo siguiente: “¿Qué significa la leyenda del judío errante?”
La leyenda del judío errante es una de las más pintorescas surgidas durante el Medievo.
Se sabe que surgió alrededor del siglo once, y existen varias versiones sobre quién fue el judío en cuestión.
Algunas son falsas, en el sentido de que surgieron mucho después, separadas de la vertiente original.
Por ejemplo, la que cuenta que se trató de un judío que se negó a darle reverencia a Cristo en la cruz, o la que cuenta que se trata de un guardia del templo que no quiso ayudarlo a cargar la cruz (por lo cual los soldados romanos debieron obligar al cirineo a hacerlo en su lugar).
Otras versiones hablan del carpintero que construyó la cruz, del cirineo mismo (castigado por no ayudar a Cristo voluntariamente), y hasta de alguno que escupió al Mesías camino al calvario.
La verdadera leyenda, la original, nos habla del portero de Pilatos, de nombre Catafilo, quien al ver que aquel prisionero era arrastrado fuera del Pretorio por los soldados, al llegar a la puerta lo empujó para sacarlo más pronto de palacio, por lo que, según la leyenda, Jesús se volteó hacia él y le dijo “El Hijo del Hombre se va; pero tu aguardarás su venida”.
Dicho de otro modo, lo condenó a no morir sino hasta el regreso de los tiempos.
Otra versión muy antigua habla de Samer, el orfebre que creó el becerro de oro ante el monte Sinaí.
En todas las versiones, se cuenta que el individuo en cuestión envejece naturalmente hasta llegar a una edad cronológica de unos cien años, luego de lo cual rejuvenece hasta los 30 años que presuntamente tenía cuando cometió su ofensa.
En 1547 apareció en Hamburgo un personaje alto, de pelo cano y ropas modestas, que afirmaba ser un judío que había vivido desde la época de los apóstoles.
Como prueba, contaba con asombroso detalle sucesos históricos ocurridos desde entonces. Afirmaba haber adoptado el cristianismo, y que su nombre era Asuero.
Según contaba, su pecado había sido que camino al calvario Jesús quiso descansar frente a su tienda (era zapatero) y él lo insultó, diciéndole que continuara y no tapara su puerta.