Poema El Mañana Efímero
de Antonio Machado
La España de charanga y pandereta,
cerrado y sacristía,
devota de
Frascuelo y de María,
de espíritu burlón y alma inquieta,
ha de tener su
marmol y su día,
su infalible mañana y su poeta.
En vano ayer engendrará
un mañana
vacío y por ventura pasajero.
Será un joven lechuzo y
tarambana,
un sayón con hechuras de bolero,
a la moda de Francia
realista
un poco al uso de París pagano
y al estilo de España
especialista
en el vicio al alcance de la mano.
Esa España inferior que
ora y bosteza,
vieja y tahúr, zaragatera y triste;
esa España inferior que
ora y embiste,
cuando se digna usar la cabeza,
aún tendrá luengo parto de
varones
amantes de sagradas tradiciones
y de sagradas formas y
maneras;
florecerán las barbas apostólicas,
y otras calvas en otras
calaveras
brillarán, venerables y católicas.
El vano ayer engendrará un
mañana
vacío y ¡por ventura! pasajero,
la sombra de un lechuzo
tarambana,
de un sayón con hechuras de bolero;
el vacuo ayer dará un
mañana huero.
Como la náusea de un borracho ahíto
de vino malo, un rojo
sol corona
de heces turbias las cumbres de granito;
hay un mañana
estomagante escrito
en la tarde pragmática y dulzona.
Mas otra España
nace,
la España del cincel y de la maza,
con esa eterna juventud que se
hace
del pasado macizo de la raza.
Una España implacable y
redentora,
España que alborea
con un hacha en la mano vengadora,
España
de la rabia y de la idea.
Sonia_Tatiana