Si al mecer las azules campanillas
de tu balcón,
crees que suspirando
pasa el viento
murmurador,
sabe que, oculto entre las verdes
hojas,
suspiro yo.
Si al resonar confuso a tus espaldas
vago rumor,
crees que por tu
nombre te ha llamado
lejana voz,
sabe que, entre las sombras que te
cercan
te llamo yo.
Si se turba medroso en la alta noche
tu corazón,
al sentir en tus
labios un aliento
abrasador,
sabe que, aunque invisible, al lado
tuyo
respiro yo.