Cendal flotante de leve bruma,
rizada cinta de blanca espuma,
rumor
sonoro
de arpa de oro,
beso del aura, onda de luz,
eso eres tú.
Tú, sombra aérea que cuantas veces
voy a tocarte, te
desvaneces
como la llama, como el sonido,
como la niebla, como un
gemido
del lago azul.
En mar sin playas onda sonante,
en el vacío cometa errante,
largo
lamento.
del ronco viento,
ansia perpetua de algo mejor,
Eso soy
yo.
¡Yo, que a tus ojos, en mi agonía
los ojos vuelvo de noche y
día
yo, que incansable como demente
tras una sombra, tras la hija
ardiente
de una visión!