Ruinas submarinas de Yonaguni
Las estructuras de Yonaguni son varios monolitos basálticos sumergidos, que fueron encontrados por casualidad en 1985 por Kihachito Ahatake, un submarinista vecino de la isla del mismo nombre, ubicada en el extremo más septentrional de Japón.
Martes 06 de Agosto del 2013
Por: Ronny Ugarte Quirós.
Kevin Solado me solicita datos sobre las llamadas “ruinas de Yonaguni”.
Para empezar, aclaremos que es mejor denominarlas “estructuras”, en lugar de “ruinas”, debido a que la comunidad científica aún no se pone de acuerdo sobre el origen de las mismas.
Las estructuras de Yonaguni son varios monolitos basálticos sumergidos, que fueron encontrados por casualidad en 1985 por Kihachito Ahatake, un submarinista vecino de la isla del mismo nombre, ubicada en el extremo más septentrional de Japón.
Con una extensión de 300 por 150 metros, consta de al menos diez estructuras cuya principal característica es que parecen cortadas a mano, con líneas rectas en su mayoría, de modo que asemejan los zigurats mesopotámicos. Presenta además cosas similares a escalones, pozos redondos, mesetas y pasajes tipo aparentemente demasiado perfectos como para ser de origen natural. Incluso se encontraron trazos en ciertos lugares que aparentaban ser petroglifos, dibujos hechos ex profeso en la piedra.
Son sus peculiaridades las que han impedido llegar a una conclusión que sea aceptable para todos. Como de costumbre, pseudocientíficos se apresuraron a declarar sin ambages que se trataba de una estructura artificial, de ruinas de una antigua civilización, esta vez Lemuria (una especie de Atlántida pero asiática). Sin embargo, en este caso hay arqueólogos y académicos que apoyan, al menos en parte, esa idea, pues aducen que hace 10 mil años el nivel del mar era mucho más bajo, por lo que no es tan descabellado pensar que allí se encuentran los restos de alguna antigua y desconocida población. Como mínimo, dicen, se podría tratar de una estructura natural que fue intervenida por seres humanos, como lo demostrarían los escalones y los pozos.
Otros, especialmente geólogos, sostienen que todo lo que se ve es posible explicarlo por procesos naturales, inclusive los llamados petroglifos, y para ello se basan en el hecho de que todo es demasiado grande para la dimensión humana (los escalones, por ejemplo, no podrían ser utilizados con ese fin, son muy empinados y altos) y además no se ha encontrado ningún resto de elaboración humana, como cerámicas o herramientas, como sería de esperar más en un sitio geológico, no arqueológico.
Ya que estamos en el tema, mañana nos referiremos a diversos sitios submarinos que parecieran tener origen humano, aunque todo indica que no es así.